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Descubriendo que te amo por Naara

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Notas del capitulo:

Hola a tod@s:

Probablemente este sea el último lemon que escriba en esta historia porque mi musa erótico festiva sigue con su huelga y no considero que estén a la altura del fic los lemon. En cualquier caso espero que este os guste... Yo en serio intenté hacerlo mejor, pero ni modo.

En fin, os veo en el próximo capítulo.

 

 

A la mañana siguiente me desperté y sentí la cálida presencia de Naruto sobre mí. Abrí los ojos y me encontré con el cabello rubio revuelto bajo mi barbilla y sentí su cabeza completamente apoyada en mi pecho. Ante esa visión sentí que tocaba las puertas del cielo y sólo me quedé observándolo durante un largo rato. Miraba cada milímetro de su cuerpo para memorizarlo, para aprendermelo y sentir que era mío.

                Después de un tiempo sentí que mi inquieto amor se iba despertando poco a poco. Abrió sus zafiros, me miró y me regaló una de sus sonrisas más brillantes.

                - Buenos días, mi vida. - Me susurró.

                - Buenos días, mi amor. - Le contesté y besé su boca hambriento.

                Cuando nos separamos para tomar aire Naruto se desperezó como un gato y se colocó sobre mí en un movimiento muy ágil.

                - ¿A qué hora tienes que ir a la torre del Kazekage, dattebayo? - Me preguntó.

                - Sobre las nueve de la mañana. - Respondí.

                - Así que tenemos más o menos dos horas hasta que te vayas y me dejes solo aquí, ¿cierto?

                - Sí.

                - De acuerdo es tiempo más que suficiente, ttebayo. - Naruto se me acercó y me besó con ardor. - Quiero que me hagas tuyo, Gaara, ttebayo. - Murmuró en mi oído. - Quiero sentir que formo parte de ti y tú formas parte de mí.

                - ¿Yo a ti? - Lo observé a sus cálidos ojos azul cielo y él me sonrió.

                - Sí, hazme ese favor, amor mío. Necesito sentirte dentro, ttebayo.

                - No sabré cómo hacerlo.

                - Yo te indicaré, ttebayo. - Naruto se colocó debajo de mí y  se quedó mirando mi cuerpo que desde la noche anterior aún permanecía desnudo, igual que el suyo.

                - Voy a intentarlo. - Le dije.

                Durante un instante me perdí en la perfección de mi dulce amor, cada parte de su cuerpo era como una bendición y yo sabía que era mío, que me pertenecía y que yo le pertenecía a él.

 Con este pensamiento reconfortante decidí dejarme guiar por mi instinto y tratar de darle a Naruto todo lo que él me había dado el día anterior.

                Empecé acercándome a su boca y besándola con deleite, saboreando cada partícula de ese espacio. Sintiendo su cálida lengua bailando con la mía. Toqué cada uno de sus dientes con mi lengua, luego le mordí los labios durante un buen rato y finalmente me separé de él para respirar.

                Observé durante un momento su perfecto cuerpo y mi miembro se agitó de excitación al verlo expuesto a mí. Mi boca descendió por su cuello y lo regué de múltiples mordiscos que se fueron tornando morados a medida que el tiempo pasaba.

                Pasé la yema de mis dedos por cada pequeña porción de piel, rocé suavemente sus tetillas y al hacerlo me conmoví por la suavidad de estas. En un movimiento algo torpe me dediqué a  juguetear con ellas para finalmente endurecerlas, una vez hecho eso decidí sustituir mis dedos por mi lengua y lamerlas.

                Mientras hacía esto mi mano bajó para encontrarse con su entrepierna, que en ese momento estaba dura y palpitante. Me sentí atrevido y empecé a masturbarle delicadamente, sin arrancar mi boca de esas tetillas que me estaba volviendo totalmente loco.

                Cuando me aburrí de hacer eso, subí hasta sus labios y me apoderé de su boca. Me llené con el excelente sabor de Naruto.

                Me separé de él para poder respirar y después descendí por su abdomen dejando marcas de besos y mordiscos por todas partes.

                Al llegar al ombligo miré el tatuaje que retenía a Kyuubi en su interior y con mi lengua lo recorrí, dibujé su forma y jugueteé un buen rato con él.

                Mi miembro palpitante requería más y yo lo froté contra el de Naruto, una y otra vez. La sensación de sentir su dureza con la mía me estaba volviendo loco, arremetí contra su pene con el mío y desesperado tomé los dos entre mis manos. Necesitaba sentirlos juntos, necesitaba que se siguieran rozando y me volví loco. Empujé más y más, nuestros miembros se volvieron más duros y yo separé mis manos de los dos y los volví a frotar como si estuviera poseído por un deseo irracional.

                Finalmente mi pericia dio resultado y los dos chocaron, se liberaron y nuestra esencia más íntima se mezcló con la del otro.

                Observé a Naruto y el gimía y jadeaba de desesperación y deseo.

                - Más. - Me pidió sonrojado y yo sentí que perdía del todo la cordura por unos instantes.

                Bajé mi boca hasta su miembro y lo lamí, lo regué de besitos y mordisquitos durante un largo rato y esto estaba enfurenciendo a mi kitsune, que enfadado me arañó toda la espalda.

                Me recreé en la perfección de su masculinidad, lo recorrí ávidamente con los ojos y luego mi boca arremetió contra él. Abría y cerraba la boca aprisionándola cada vez más fuerte, después empecé a meterlo y sacarlo de mi boca y Naruto pegó un gemido que hubiera despertado a toda la aldea sino lo hubiera callado con un beso posesivo y hambriento.

                - Más. - Volvió a repetirme y yo acerqué mis dedos hasta su boca. Él los lamió con deleite y con una de sus manos tomó mi adolorido pene y empezó a frotarlo de arriba abajo. La textura de sus manos me estaba volviendo loco y él me mordió el cuello con furia cuando me separé para observerle extasiado.

                Tomé su advertencia en cuenta y volví a mi labor.

Metí mi primer dedo en su cavidad, pero no pareció tan incómodo como yo la primera vez que él lo hizo, así que eso me llevó a recordar dolorosamente que ya había sido poseído por otra persona antes que por mí.

                Eso me enfureció y subí hasta su cuello para hacerle un nuevo chupetón que se volvió morado muy pronto. Después de eso me adueñé de su boca y aproveché el momento de relajación de mi rubio para meterle un segundo dedo.

                Lo moví de dentro afuera, describí círculos con él y en un rápido movimiento metí el tercero. Al llegar al tercero dí con un punto en el que volvía loco a mi rubio y estuve arremitiendo contra él un buen rato, hasta que los gemidos de Naruto se volvieron tan roncos y sensuales que lo saqué.

                De una estocada me metí en su interior. Al principio protestó incómodo, así que lo dejé relajar un momento y cuando él se vio capaz de hacerme caso empezó a moverse de arriba abajo, meneó sus caderas contra las mías en golpes cada vez más secos.

                Pronto me familiaricé con ese movimiento y yo me volví también más rápido. Chocaba contra su cadera, lo golpeaba, lo arremetía, lo empujaba cada vez más contra mí y lo rodeé con mis brazos para sentirme plenamente metido en él.

                - Gaa... me... - Empezó a decir y yo sentí cómo su semen se esparcía entre el espacio que había entre nosotros y noté la estrechez de su cavidad, que me aprisionó logrando también que yo me derramara en su interior.

                - Quiero más. - Le dije en el oído y mordisqueé su lóbulo durante un buen rato. - Tengo la sensación de estar completo, pero necesito sentirme más adentro de ti.

                Quiero devorarte, amor mío, quiero recorrer todo tu cuerpo hasta que te domine por completo y luego quiero que seas tú el que me domines.

                Me llevas al cielo, mi vida, y cuando nuestros cuerpos se tienen que separar caigo a las puertas del infierno.

                Déjame hacerte tuyo otra vez, por favor. - Le rogué.

                - Hazlo, ttebayo. - Me contestó él.- Házmelo cuantas veces quieras  y luego yo te lo haré a ti, seré tuyo Gaara, seré tuyo por siempre jamás y más te vale que no mires a ningún otro porque juro que me lo cargo, ttebayo.

                - Te haré mío. - Afirmé y deslicé mis manos por su cuerpo para empezar nuevamente el juego que habíamos estado practicando.

                Sabía que en una hora debería estar en la oficina del Kazekage, pero hasta que eso ocurriera pensaba disfrutar de mi rubio hasta dejarlo rendido y por la noche, al llegar a mi casa le pediría que fuera él quien me hiciera suyo.

                En ese instante supe que ya nada podría separarnos y que mi futuro estaba a su lado.

                Lo hicimos una vez más, después me levanté, hice el desayuno y se lo llevé a la cama a mi rubio que se había quedado sin fuerzas para levantarse.

                - Amor voy al trabajo, en cuanto regrese debes estar muy relajado porque pienso pedirte la revancha. - Le susurré y lo besé con pasión.

                - De acuerdo, ttebayo. - Me contestó él y me tumbó nuevamente en la cama para arrancarme un beso y dejarme también su propia marca.

                Que me descubrí al llegar a la torre del Kazekage.

                Allí firmé los papeles como siempre, cumplí mi labor como Kazekage de Suna y al terminar me dirigí a una joyería para comprar nuestras alianzas porque Naruto se iba a casar conmigo y me iba a pertenecer por siempre jamás, igual que yo le pertenecería a él.


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