Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Descubriendo que te amo por Naara

[Reviews - 151]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola a tod@s!

¡Kuso yo creí que ya había bajado el otro capítulo también! Perdón por la demora, lo prometido es deuda. Ahora os bajo la continuaci´n del fic.

 

 

EN LA CASA DE NARUTO y GAARA

Ese día me desperté muy nervioso. El tiempo había pasado sin que yo me hubiera dado apenas cuenta y ya habíamos llegado al 14 de febrero. Yo me levanté y observé mi cama, en la que Naruto no estaba.

         El día anterior él y Sasuke se habían ido a casa de Kakashi para que los novios no se vieran un día antes de la boda, lo mismo había hecho Sakura y por ese motivo Sai y yo invitamos a Itachi y a Kankuro a quedarse con nosotros.

         Fui hacia la cocina y me encontré a Itachi preparando el desayuno con sólo unos boxer negros puestos. No os voy a decir que no me quedé alucinado al ver el cuerpo del Uchiha mayor y entendí perfectamente porque Kakashi lo había elegido su compañero de vida. Yo amaba a mi Naruto y jamás lo cambiaría por nadie, pero Itachi estaba muy bueno y yo tengo ojos en la cara.

         El siguiente en entrar fue Sai, que como el Uchiha mayor también se presentó en boxer y yo me pregunté qué carajo les daban a los hombres de Konoha para que todos estuvieran tan tremendamente buenos.

 Jamás había visto tan de cerca el cuerpo desnudo de Sai y sonreí al entender también los intereses del Uchiha menor.

         Mi hermano entró a los dos minutos frotándose los ojos despreocupadamente.

         Itachi y Sai se me quedaron mirando un largo rato. Para mi desgracia también yo había salido en boxer y mi barriga ocupaba el triple de lo habitual con lo cual me sentí poco sexy comparado con esos hombres.

         - Por Kami no me extraña que Naruto te eligiera. - Dijo Sai muy convencido.

         - Estás buenísimo sin toda esa ropa de Kazekage molestando. - Expresó Itachi.

         - ¡Eh no acoséis a mi hermanito! - Se quejó Kankuro y se colocó como escudo entre yo Sai e Itachi.

         - Estoy gordo. - Protesté yo avergonzado y acaricie mi pancita con mucho mimo.

         - ¡Pero tú tápate! - Protestó Kankuro y se quitó la camiseta que llevaba puesta y me puso a la fuerza.

         - ¡Exhibicionista! - Bromeó Kankuro.

         - Te sienta fenomenal esa barriga de embarazado Gaara.- Habló Sai. - Y menos mal que la tienes porque sino no podría contenerme las ganas de...

         - Sí, completamente de acuedo con Sai. - Aseveró Itachi y luego observó a Kankuro, ahora sin su camiseta. - Tú tampoco estás mal.

         - ¡Kuso! - Kankuro se sonrojó y luego sonrió. - Bah, es que tenemos muy buenos genes.

         - No me toméis el pelo y tú tampoco, aniki. - Protesté yo y me encaminé hacia la nevera para coger zumo, lo serví en un vaso y me senté en una silla.

         - Agg, estás más bueno que el pan, aunque yo prefiero al teme de Sasuke. - Sai sonrió y se sentó a mi lado. - Pero si no existieran Sasuke, ni Naruto... te comía con papas.

         - Sí, cualquiera de los tres está para un repaso. - Dijo Itachi en su tono más pervertido y nos observó a  Kankuro, Sai y a mí detenidamente. - Pero tengo a mi Kakashi y soy un hombre fiel, que sino...

         - ¿Estáis nerviosos? - Pregunté yo de pronto y miré a los hombres que tenía frente a mí.

         - Yo no. - Itachi sonrió con prepotencia. - Un Uchiha jamás se pone nervioso, ni el día de su boda.

         - Aún no he aprendido a estar nervioso. - Dijo Sai en tono neutro. - Bastante tengo con los celos y el amor por ahora.

         - No, quiero a Sakura, ella me quiere a mí.

¿Qué más puedo pedir?

         - Yo sí. - Afirmé y fui hacia la alacena para coger un bote de ramen instantáneo. - Hoy es el día más feliz de mi vida, me caso con el Rokudaime de Konoha. - Comenté y me senté nuevamente.

         - Siendo el Kazekage de Suna no deberías preocuparte por eso. - Itachi se levantó y se sirvió un poco de café. - Ya habéis solucionado el problema de la vivienda, en unos poco meses daréis a luz. Así que, ¿cómo puedes estar nervioso por la boda?

         Eso es lo menos preocupante de todo lo que te ha estado pasando últimamente.

         - Visto así... - Observé a Itachi y le regalé una de mis sonrisas. - Oye gracias, se me han quitado los nervios por la boda, pero ahora me preocupa lo de dar a luz...

         - Ha sonreído abiertamente. - Sai me miró detenidamente. - ¿Lo has visto?

         - Sí. - Itachi se sentó a mi lado y me guiñó un ojo.- Tienes suerte de que hoy me case, esa sonrisa ha sido muy sexy.

         - ¡Eh que estáis hablando de mi ototo, pervertidos! - Se quejó Kankuro y los tres empezaron a reírse con ganas.

         Así que yo sonreí y pensé que ellos también estaban nerviosos y esa era su manera de expresarlo.

         - ¡Por Kami no me toméis más el pelo! - Protesté yo y me comí de una sentada el bol instantáneo.

         Kankuro, Sai e Itachi siguieron riéndose todo el rato y finalmente al terminar de desayunar nos fuimos a vestir para el gran evento.

         EN LA CASA DE KAKASHI (NdN: Esta parte la narro desde mi punto de vista)

       Sakura fue la primera en despertar esa mañana, se incorporó de la cama y vio frente a ella el vestido de novia y sonrió, caminó hasta él y lo tocó con suavidad.

         El vestido era de seda blanca, con escote en forma de princesa y unas pequeñas piedrecitas de cuarzo rosa en la parte de arriba del escote. Después era completamente liso, ajustado hasta el pecho y luego caía en cascada.

         Lo contempló una vez más y se encaminó hacia la cocina. Allí se encontró a Naruto sentado en una silla, con una sonrisa ocupando su rostro y sumamente guapo.

         Caminó hacia él y se sentó a su lado.

         - Buenos días, Sakura-chan. - La saludó contento. - Hace un día espléndido, ¿verdad?

         - Hoy nos casamos. - Sonrió ella y lo besó en la frente. - Me hace tan feliz casarme el mismo día que tú, después de todo lo que hemos vivido juntos.

         - A mí también, ttebayo. - Naruto besó la frente de Sakura y la envolvió en un cálido abrazo. La pelirrosada se dejó envolver por la tranquilizadora presencia de su amigo e inundó sus sentidos de él.

 Lo observó como si lo viera por primera vez en la vida, pudo percibir el olor dulce de su cuerpo, escuchó el tranquilizante latido de su corazón y tocó las hebras doradas de su cabello. Quería llenarse de Naruto porque ese día su mejor amigo la llevaría al altar y formaría parte del recuerdo más hermoso de su vida.

- Te quiero tanto, Naruto. - Dijo ella. - Pero tanto, nunca creí que podría querer tanto a una persona.

- Yo también te quiero, Sakura. - Naruto abrazó aún más fuerte a su amiga y ésta se quedó atrapada en su abrazo hasta que el siguiente habitante de la casa entró en la cocina.

- Buenos días, dobe. - Sasuke sonrió a su mejor amigo y no pudo evitar sentir celos al ver el modo en que rodeaba a Sakura con sus brazos. - Buenos días, Sakura. - Saludó también más desganado porque había sentido el aguijón de los celos por un instante.

Sakura había estado al lado de Naruto siempre, jamás le había dado la espalda y seguramente sería la persona que más quería su dobe después de Gaara y él se maldijo una vez más internamente porque Sakura ocupaba un lugar que él debía ocupar, ser su mejor amigo.

- Buenos días, Sasuke. - Sakura se acercó a Sasuke y lo abrazó. - Hoy nos casamos el equipo 7 al completo y todo gracias a tu idea.

- Sí. - Sasuke miró a su amiga y le correspondió al abrazo. Después se separó de ella y caminó hacia Naruto que le pareció lo más hermoso que había visto en los últimos días.

Su rubio amigo tenía la mirada perdida en el exterior, la barriga de embarazado se dejaba entrever por el pijama de zorritos que llevaba puesto, el pelo caía como una cascada por su frente y los hermosos ojos azules se perdían en la inmensidad del cielo. Sonrió y pensó que Naruto cada vez se parecía más al Yondaime y eso hizo que en cierto modo se sintiera molesto porque Naruto era mucho más extraordinario a sus ojos que Minato Namikaze, por más que éste fuera el héroe de Konoha.

Con paso decido fue hacia Naruto y lo tomó entre sus brazos para darle un abrazo asfixiante. Esuchó los latidos de su corazón y esto lo tranquilizó. La sola presencia de Naruto conseguía alejar todos sus miedos, toda su oscuridad y todos los sentimientos negativos que aún albergaba.

Sonrió y acarició la cabeza del kitsune con mucha delicadeza.

- Gracias por existir, Naruto. - Le dijo muy convencido. - Sin ti me habría hundido en la oscuridad hace mucho, mucho tiempo.

- No digas tonterías, ttebayo. - Protestó el rubio. - Yo no he hecho nada relevante,  volviste por tu propio pie a Konoha.

- Volví por ti. - Explicó una vez más Sasuke. - Ya te lo he dicho otras veces, por ti.

Y aunque ahora amo a Sai, nunca jamás dejaré de considerarte la persona más valiosa para mí. Tú me salvaste, te quiero y siempre te querré, estaré a tu lado siempre y prometo protegerte de ahora en adelante como nunca te he protegido antes.

- Me vas a hacer llorar, ttebayo. - Protestó el rubio, pero las lágrimas cristalinas ya estaban regando su rostro mientras decía esas palabras.

- ¡No os pongáis sentimentales que lloro! - Sakura como Naruto empezó a llorar y sintió un cálido abrazo resguardándola.

Se dio la vuelta y se encontró a Kakashi que la rodeaba entre sus brazos para confortarla.

- Kakashi-sensei. - La pelirrosada sonrió a su antiguo maestro y lo abrazó fuerte.

- Os dejo solos un poco y os ponéis a llorar como niños pequeños... buff, ¿qué voy a hacer con vosotros mis niños? - Bromeó el peliplateado y sintió las miradas de todos sus alumnos posadas en su persona. - Sabéis que os quiero, ¿verdad? - Preguntó y como respuesta sintió cómo los más pequeños lo envolvían en un abrazo asfixiante.

Quedando los cuatro en un abrazo múltiple. Todos sus corazones latieron satisfechos y se quedaron en esa postura un largo rato. Sintiendo la reconfortante presencia de las personas más importantes para ellos a su lado.

Cuando se separaron hasta al teme de Sasuke se le habían escapado un par de lágrimas.

         - Es hora de vestirnos para la boda, ¿verdad? - Dijo el sensei y los cuatro se fueron a sus respectivos cuartos para terminar de arreglarse en el día más feliz de sus vidas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).