Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Descubriendo que te amo por Naara

[Reviews - 151]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a tod@s:

Tenía intención de hacer un capítulo en que se pudiesen apreciar los antojos de Naruto y Gaara y la paciencia de Sai y Sasuke para concederselos, lo empecé a escribir y bueno, esto es lo que salió.

No hay muchos antojos, sólo dos y muy raros, pero vosotros imaginad los que queráis y lo mucho que torturaron a Sasu y Sai estos antojos. Porque la verdad, es que no he conseguido escribir un capítulo entero de antojos.

Por cierto, a los que echabáis de menos a los dos demonios, en el de hoy aparecen y como siempre son... pues eso, una manera de que yo saque mi lado cómico.

Creo que el final del capítulo me quedó divertidísimo, ya me diréis que os pareció.

Naara

 

Después de la boda las cosas en Konoha estuvieron bastante tranquilas, a excepción de los futuros padres que como cada día estaba más cerca su alumbramiento sus antojos se volvían cada vez más extraños.

         Los principales afectados por estos cambios de humor eran Sasuke y Sai que eran los únicos capaces de permanecer al lado de los irritables padres, mientras que todos los demás se habían dado a la fuga.

         Sasuke fue el primero en despertarse ese día. Fue hacia la cocina y ahí se encontró al rubio hiperactivo tratando de hacer a saber qué cosa.

         - ¿Qué haces, dobe? - Preguntó.

         - Quiero preparar ramen, ttebayo. - Contestó el aludido.

         - ¿Ya no se te revuelve el estómago con la palabra?

         - Sí, ttebayo.

         - Eres un dobe, mejor lo hago yo y así tú no te sentirás mal.

         - Es que me apetece ramen con chocolate, ttebayo. - Explicó el kitsune.

         - ¿Ramen con chocolate? - Sasuke miró a su amigo con una expresión extraña en el rostro y luego no pudo evitar que se dibujara una enorme sonrisa en sus labios. - Dobe tus antojos son cada vez más extraños, se nota que ya falta poco para que la princesita que llevas ahí dentro salga para afuera. - Dijo y acarició suavemente la barriga de Naruto.

         Naruto ya tenía una barriga de ocho meses y le hacía lucir espectacular. Al sentir la mirada de Sasuke sobre su persona se sintió muy feliz y por los cambios de humor que estaba sufriendo especialmente los últimos días se puso a llorar en sus brazos.

         - Venga, dobe, no llores. - Trataba de tranquilizar el moreno.

         - Es que... yo... soy tan feliz. - Habló Naruto. - Mi mejor... amigo y yo... nos hemos reconciliado... mi bebé está a punto de salir al mundo... soy el Rokudaime de Konoha... además mi marido está esperando gemelos también... ¡Soy tan feliz! - Naruto siguió llorando en brazos de Sasuke como una hora y al pobre Uchiha menor se le formó un goterón en la cabeza. - Y tú no me has dejado solo con lo irritable que estoy... te quiero tanto... Sasuke...

         - Dobe, te dije que ya no te iba a abandonar. - Sasuke puso su mano sobre la cabeza del rubio y despeinó su pelo con ternura. - Eres mi mejor amigo y la princesita que llevas dentro va a ser mi ahijada, no te abandonaré nunca más, te lo prometo. - Sasuke estaba abrazando a Naruto para tratar de calmarlo y ninguno de los dos era consciente de cuatro pares de ojos que los observaban enternecidos.

         Gaara lloraba quedamente en el pecho de Sai que tenía una sonrisa enorme en su boca al entender los lazos que unían a Naruto y Sasuke por primera vez en su vida.

         Siempre había creído que los entendía, pero al observar a los dos en esta situación se dio verdaderamente cuenta de que esos lazos estaban muy afianzados, de una forma que casi ni le sorprendió que a veces Sasuke se despertara en medio de la noche y fuera a la habitación de Naruto para encontrarse con él que no podía dormirse, que tenía un pequeño dolor o incluso uno de sus raros antojos.

         Los lazos que le unían a Sasuke y a él eran distintos, igual de poderosos, pero de diferente naturaleza. A ellos les unía el amor incondicional, a Naruto y a Sasuke les unía un pasado común y el dolor.

         Gaara observaba en silencio y lloraba en el pecho de Sai. Amaba tantísimo a Naruto, de una manera tan fuerte que en ocasiones se sentía aterrado de que otras personas se lo quitaran.

Tenía tanto miedo de perderlo que a veces se quedaba toda la noche despierto para observarlo mientras dormía, viendo como su respiración subía y bajaba acompasada, el ritmo de su corazón.

Y cuando Sasuke lo aferraba de esa manera los celos eran más insoportables todavía, sabía que Sasuke amaba a Sai y Naruto a él, pero el pasado de los dos aún pesaba sobre la cabeza del Kazekage como un lastre.

Pero ese día, ese día comprendió verdaderamente que nunca se separarían.  Comprendió por primera vez el lazo fraternal que unía a Sasuke y Naruto y sonrió tranquilo al comprobar que siempre sería eso, una sensación entre hermanos, un cariño que había crecido, había desaparecido y que nuevamente estaban tratando de recuperar, olvidando el pasado.

- Dobe. - Sasuke tomó la cara de Naruto entre sus manos y le sonrió. - Yo te prepararé el ramen con chocolate, ¿sí?

Ve a ducharte y arreglarte, en un par de horas tienes una reunión como Rokudaime.

- ¡Hai! - El humor del rubio cambió nuevamente y se puso a cantar feliz mientras se alejaba de la cocina.

Salió y chocó con su marido y Sai quienes les habían estado espiando todo el rato.

- ¿No espiabáis, ttebayo? - Preguntó ofendido.

- No queríamos interrumpir ese momento. - Aclaró Gaara y tomó la mano de su esposo. - Anda, duchémonos juntos.

- ¿Puedo ir yo también, Naru-kawaii? - Bromeó Sai, lo que le ganó un puñetazo de Naruto y uno de Gaara.

- No tienes remedio.- Se quejó a su espalda su marido que estaba observando la escena. - Copia de cuarta.

- ¡Teme desgraciado! - Fue la respuesta del moreno y después de hablar se lanzó contra su azabache esposo para robarle un beso en los labios.

- Para mí que venimos sobrando, ttebayo. - Sonrió Naruto y empujó a su marido lejos.

- Quiero guindillas... - Habló de pronto Gaara. - Untadas en mantequilla de cacahuete... sí... ¡qué rico!

- ¿Guindillas y mantequilla de cacahuete? - Sai observó al pelirrojo horrorizado. - Está bien, Gaa-chan como se trata de mi futuro ahijado iré a por ellas. - Miró a su esposo y le guiñó un ojo. - Ale, tú cuida a tu papá consentido que yo tengo que cuidar al mío.

- Sí, seguiré con el ramen con chocolate. - Sasuke se dio la vuelta y regresó de nuevo a la cocina, mientras Sai se vestía y salía disparado a la primera tienda abierta para comprar lo que el pelirrojo había pedido.

Y mientras los dos morenos se ocupaban de sus papás consentidos, los susodichos estaban duchándose juntos. De vez en cuando se besaban, pero ya ni ánimo tenían para llegar a más.

- El día que Hime salga juro que voy a ser el hombre más feliz del mundo, ttebayo. - Habló el rubio.

Y yo también. No te soporto, me pones de los nervios.

Al fin te decides a hablarme, Kyuubi. ¿Cuántos meses llevas así de callado?

Casi cinco y la verdad me aburro un poco aquí solo y sin hablar con nadie.

Yo he intentado hablarte, pero me has ignorado.

Naruto es que no te imaginas lo pesado que estás con el embarazado, tus cambios de humor me vuelven loco. ¿Qué es eso de llorar y de pronto ponerse a reír como un niño pequeño?

Ninguna persona sensata en el mundo es capaz de soportar todo eso.

Pues Sasuke y Sai lo aguantan muy bien.

Sí,  pero eso es porque esos dos están locos. ¿Qué pides?

Uno fue entrenado por RAIZ con lo cual le enseñaron muy bien a controlar los nervios y la ansiedad. El otro es un vengador con ansias de poder que perdió todo lo que quería y luego lo recuperó.

Oye, ¿está bien Hime?

La niña está estupendamente aquí dentro, yo la cuido muy bien. Le canto nanas para que se duerma y si tiene frío la tapo con una de mis colas.

Por cierto es rubia con tres bigotes, pero tiene los ojos aguamarina  y carece totalmente de cejas. El carácter creo que lo heredó de Gaara, está muy tranquila todo el tiempo.

¿Y es bonita?

Es lo más bonito que he visto en mi vida.

Estoy deseando que salga.

Tranquilo, lo hará antes de lo que te imaginas.

¿A qué te refieres con eso?  - Preguntó Naruto, pero el Kyuubi guardó silencio.

Gaara, me aburro.

¿Te aburres? Y por eso te decides a hablarme después de cinco meses.

Es que estás tan pesado con lo de tu embarazo...

¿Y hoy no crees que lo esté?

Hoy tu humor parece más estable que los últimos meses, se te ve más calmado y tranquilo.

Es que estoy muy relajado, oye, ¿cómo le va a los pequeños ahí dentro?

Yami está despierto casi todo el tiempo y me vuelve loco, es bastante hiperactivo. Yume es también hiperactivo, pero más tranquilo que Yami.

¿Cómo son?

Pues Yami es exactamente igual a ti, pero con tres bigotes en su mejilla, cejas y los ojos azules. Es más moreno de piel que Yume.

Yume es bueno, Yume es pelirrojo y tiene un ojo azul y uno aguamarina, además de que no tiene cejas y tampoco tiene tres bigotes de zorro.

Yume es quien te envía los antojos de cosas picantes y Yami el de cosas dulces.

¿Cuál de los dos es adicto al ramen?

Los dos.

¿Los dos hiperactivos y adictos al ramen? ¿Qué he aportado yo a estos bebés?

El físico.

Oye, recuérdame que le prohíba terminantemente a Naruto usar más el Kyu no Jutsu.

No te lo crees ni tú, una vez que los bebés estén fuera volverás a pedir el Kyu no Jutsu, eres adicto, reconócelo.

         ¡Shukaku!

¡Oh vamos no te escandalices ahora que sabes bien que es cierto!

Eres un adicto al sexo, Mapache.

Tonterías.

Oye, ¿y los niños están a gusto ahí dentro?

Yo me ocupo de que así sea, de vez en cuando les canto canciones.

Eres todo un padrazo, Shukaku.

¡Grr! Porque no me queda otra, aquí dentro estamos tres y si no nos llevamos bien entre nosotros la cosa se pondría fea.

Mentiroso, sé que se te cae la baba por los gemelos.

Tonto. - Protestó Shukaku y luego guardó silencio.

- Sabes hoy me ha hablado Kyuubi por primera vez en meses, ttebayo. - Explicó el rubio animado a su marido. - Y me ha dicho que Hime saldrá antes de lo que creo, ttebayo.

- Shukaku también me habló, pero está muy irritable. - Explicó Gaara. - Por cierto, ambos, Yume y Yami son hiperactivos y adictos al ramen.

- Je, je, je. Esos son mis pequeños, ttebayo. - Rió feliz el kitsune. - Sin embargo Kyuubi dice que Hime es muy tranquila.

- Esa es mi niña. - Sonrió Gaara. - Amor... me duele... - Protestó el pelirrojo y se agarró el vientre con fuerza.

- ¿Estás bien, ttebayo? - Naruto observó a su marido y palideció al ver que este tenía una mueca de dolor en su abdomen. - Hay que llamar a... ¡Kami qué dolor! - Naruto se encogió y al igual que su marido empezó a apretarse la zona del abdomen.

Como si Sasuke hubiera oído las voces de Naruto y Gaara entró en el baño donde se encontró a la pareja con aspecto de estar sufriendo mucho.

- Creo que... - Empezó Naruto.

- He roto aguas... - Concluyó Gaara.

- ¡Kami! - Sasuke se puso histérico y empezó a correr por la casa para buscar las prendas de los papás. - ¡SAI MUEVE TU CULO Y VEN INMEDIATAMENTE A CASA! - Gritó.

Mientras, en otro lugar, Sai estornudó.

- Alguien está hablando de mí. - Dijo el ANBU despreocupado y terminó de pagar la mantequilla de cacahuete y las guindillas.

Mientras Sai caminaba con toda calma por la ciudad, en la casa de Naruto y Gaara se presentaron un peliplateado y una pelirrosa que habían sentido que su rubio preferido se encontraba en aprietos.

Sakura fue la primera en entrar y vio al rubio y al pelirrojo apretándose el abdomen.

- Oh, vaya... - Sakura se puso a temblar y finalmente cayó desmayada porque sabía qué ocurriría a continuación.

- ¡ASÍ NO AYUDAS! - Se quejó Sasuke y agitó a su pelirrosa amiga hasta que abrió sus ojos jade.

- ¡Tranquilos, Kakashi está aquí mis pequeños! - Gritó el sensei al entrar en la casa y al ver la escena que sucedía a su alrededor se quedó petrificado. - ¿Estáis de parto? - Preguntó histérico.

- ¿A ti que coño te parece sensei de cuarta, ttebayo? - Le gruñó Naruto. - Es que me están partiendo en dos, juro que te la voy a cortar Gaara...

- ¡Y yo a ti, desgraciado kitsune dorado te voy a matar! ¡Joder como duele!

- Tranquilizaos un poco. - Trató de calmar los ánimos el peliplateado.

- ¡Joder el dobe va a dar a luz cómo coño quieres que nos tranquilicemos!

- Hola, ya tengo las guindillas y... - A Sai se le cayó la bolsa con las cosas al ver la escena de su casa. - ¿Estamos de parto? - Preguntó despreocupadamente. - ¡Me voy a por mi cámara de vídeo!

- Será mejor llevarlos al hospital. - Sugirió pragmáticamente Sakura.

- Sí. - Kakashi tomó en brazos a Gaara. - Yo me llevo a Gaara que Naruto me da miedo.

- ¡Sensei hijo de tu madre, ttebayo! - Protestó el rubio.

- Yo te llevo, dobe. - Sasuke tomó en brazos a su mejor amigo y salió disparado al hospital.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).