Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Descubriendo que te amo por Naara

[Reviews - 151]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola a tod@s!

Quiero agradecer de todo corazón vuestras reviews, ayer el servidor no me dejó contestar a algunas, pero las contestaré. Hoy llevo algo de prisa, así que actualizo el capítulo, pero no contesto a las reviews aunque os prometo que cuando saque un ratito yo os las contesto a todas.

Besazos

Naara

 

Me desperté al oír un chorro lejano de agua. Abrí los ojos lentamente y noté el lado de la cama en que había estado Naruto aún tibio de su calor, me coloqué sobre él para tratar de retener el calor de su cuerpo sobre el mío.

Percibí el olor de Naruto en la cama y sentí que el alma se me salía del sitio, acabada de descubrir que me había enamorado de mi mejor amigo y no sabía cómo enfrentarme a ese hecho.

Seamos francos, yo era el Kazekage de Suna y de amor sabía poco, lo que me había dicho Temari cuando me contó su relación con Shikamaru y también lo que me había explicado Kankuro, aunque sin decirme quién era la persona de la que él estaba enamorado.

Así que allí estaba yo, mirando a mi alrededor y tratando de asumir toda la vorágine de sentimientos que cubrían mi cuerpo y hacían que me dieran ganas de salir corriendo hasta llegar a Suna y sin volver la vista atrás.

El amor yo lo veía como una responsabilidad, como una carga muy grande con la que yo no podía lidiar y aunque mi mente analítica me decía que olvidara toda la gilipollez de enamorarse y demás, lo cierto es que mi corazón no pensaba de la misma manera y por ese motivo me sobresalté al encontrarme el cuerpo medio desnudo de Naruto frente a mí.

Me di una patada mental para desviar mi atención de los perfectos pectorales de mi rubio amigo y me incorporé de la cama con toda la intención de salir de allí antes de que se me escapara una declaración que sería incómoda por mi parte y mal recibida por Naruto.

- Buenos días, ttebayo. - Me dijo y su voz frenó mi salida en seco del dormitorio.

- Hm... hola. - Contesté.

- Gracias, Gaara. - Me habló y yo casi me desmayo de la impresión cuando se sentó justo a mi lado en la cama con ese cuerpo recién duchado y ese rico olor a Naruto.- Hacía cuatro meses que no dormía tranquilo, ttebayo.

- De nada. - Le contesté con una voz más ronca de lo normal. - Para algo somos amigos, ahora tengo... que ir al baño. - Dije y me levanté de golpe, dejando a Naruto con una expresión indescifrable en su rostro.

Entré en el baño de Naruto y todo lo que había olía a él. Me puse duro como una piedra ante ese olor que invadía mis sentidos y tuve que aferrarme fuertemente al lavabo para no salir de allí y lanzarme hacia ese rubio que, maldita fuera mi suerte, me había vuelto loco de atar.

Cuando recobré la compostura regresé al dormitorio, pero Naruto ya lo había dejado recogido.

Di gracias a Kami-sama porque se había ido y pude percibir un olor a comida que provenía de la cocina del pequeño apartamento. Me vestí lo más rápido que pude y fui hacia allí donde me encontré la mesa preparada y el desayuno servido.

Para mi asombro Naruto no había hecho ramen, sino unas deliciosas tortitas que estaban bañadas en sirope de fresa y chocolate, además de un café amargo.

- ¿Ya no es el ramen el único complemento de tu dieta? - Le pregunté.

- Sé cocinar, pero no suelo hacerlo. - Me dijo ofendido. - Lo he hecho porque quiero agradecerte que seas tan amable conmigo, ttebayo.

- Tú harías lo mismo por mí, ¿verdad?

- ¡Claro, ttebayo! - Respondió feliz.

- Entonces no hay más que hablar.- Me senté frente a él y bebí un poco del café que había preparado, tenía un sabor fuerte y la cantidad perfecta de espuma. Miré en derredor y encontré una cafetera muy moderna, la señalé y antes de que pudiera preguntarle sobre ella me interrumpió.

- Fue un regalo del teme. - Aclaró.

- ¿Un regalo? - Inquirí celoso.

- Sí. - Señaló la cafetera. - Y ha resultado muy útil, la utilizo bastante. El café me viene muy bien para reflexionar sobre mi vida y los acontecimientos recientes, dattebayo.

- ¿Cuándo te la regaló?

- Poco después de que regresara. - Naruto cerró los ojos y se quedó muy pensativo. - Venía muy frecuentemente a visitarme así que le pareció que la necesitaba porque a él le gusta mucho el café, ttebayo.

- ¿Ya no viene tanto?

- No desde que ocurrió eso... - Naruto miró hacia la ventana y se encerró en sus propios pensamientos.

Esto provocó que por mi mente vagasen miles de imágenes de Naruto haciendo a saber qué cosas con el Uchiha y la ira me cubrió completamente.

- ¿Qué ocurrió? - Mi cabreo se incrementó al ver que mi amigo no tenía intención de aclararme ese punto y me dieron unas ganas locas de asesinarlo por mentiroso.

Me había dicho que ya no sentía nada, pero por el tono en que había soltado esa frase sabía que mi kitsune adorado me había ocultado una información vital y yo necesitaba saberla. - ¡Háblame, maldita sea! - Le grité enfurecido y él pareció recobrar la conciencia.

- Él... - Naruto se sonrojó muchísimo y luego me dio la espalda para tratar de tapar la evidencia. - Me besó y se me declaró, ttebayo.

- Tardé un par de minutos en asimilar la información y otro par en ser capaz de hablar coherentemente sin soltar maldiciones sobre el Uchiha y su regreso tan inesperado que me había jodido la existencia.

- ¿Te besó? ¿Se te declaró? - Miré a mi amigo amado con los ojos fuera de las órbitas y él hizo un asentimiento con su cabeza. - ¿Por qué demonios no me lo constaste ayer? ¿Me has mentido de forma inconsciente o ya lo habías planeado desde hace tiempo?

Porque si mal no recuerdo ayer me explicaste que ya no sentías nada por ese desgraciado.

- ¡No te mentí, ttebayo! - Naruto se incorporó de golpe y me miró con una sonrisa triste dibujada en su perfecta boca. - Creí que éramos amigos. - Dijo y se alejó de la cocina dejándome con el corazón destrozado y unas ganas de llorar mucho mayores que cuando descubrí que mi tío me odiaba en lugar de amarme.

El desayuno se me atragantó en la boca, así que fui directo hacia Naruto, pero ya se había evaporado.

Regresé a la cocina y terminé el desayuno que mi kitsune había preparado con tanto esmero para mí, lo tomé todo y cuando terminé recogí.

Al cabo de una hora, Naruto reapareció en su casa y me encontró en el sillón con el rostro compungido.

- ¿Dónde has ido? - Pregunté.

- A ver al teme. - Me explicó.

- ¿Has aceptado su proposición? - Le pregunté con el alma en los pies.

- No, le he dicho la verdad. - Naruto se dejó caer pesadamente en el sillón. - Que no le perdonaba o al menos no todavía, aunque me estaba esforzando por hacerlo, dattebayo.

Hemos hablado mucho y todo gracias a ti. - Me sonrió con pesar. - Eres un buen amigo aunque me hayas llamado mentiroso y...

- Te creo. - Lo interrumpí.

- Gracias, pero ya es un poco tarde para eso. - Me dijo. - Vamos, tenemos una misión, ttebayo. - Cogió mi mano y me arrastró hacia el lugar donde habíamos quedado con Sakura y Kankuro.

Al llegar allí se fue directamente hacia mi hermano y evitó hablarme en todo el día, lo que me hundió en la más absoluta miseria.

La verdad es que caminaba al lado de Sakura y percibí que ella tenía aspecto de no haber dormido apenas y parecía abatida.

Como sabía que Naruto me iba a ignorar y que mi hermano si tenía toda la atención de mi rubio amigo se olvidaría de mi existencia decidí entablar una conversación con Sakura.

- No pareces estar muy bien. - Le dije preocupado.

- ¿Tú sabes lo que es el amor? - Me preguntó y esto me tomó tan de sorpresa que casi se me para el corazón en el sitio.

- ¿Por qué me lo preguntas a mí?

- Estoy confusa.

Yo sentía muchísimas cosas por Sasuke, creía que sería capaz de morir por él y no me imaginaba la vida sin él a mi lado, luego el tiempo pasó y ese sentimiento de adoración desapareció por completo.

Poco a poco fui descubriendo que por Naruto sentía algo muy parecido a lo que sentí por Sasuke, pero al mismo tiempo tan diferente...

Me enamoré de él, estoy segura, lo amaba con toda mi alma, pero Naruto... él ya no es el mismo desde que Sasuke regresó y tampoco yo soy la misma.

Es como si con su regreso destruyera lo poco que quedaba de los lazos que nos unían y tenemos que empezar a forjarlos de nuevo, con mucha paciencia y amor porque las heridas que Sasuke nos dejó son de gravedad.

Y ahora veo a Naruto y lo único que puedo pensar es que deseo que encuentre alguien que lo ame de verdad y no de la forma enfermiza que lo amaba y ama Sasuke.

- ¿Tú sabías que Sasuke amaba a Naruto? - Cuestioné sorprendido.

- ¿Y quién no? - Sakura sonrió. - Uchiha Sasuke no arriesgaría su vida en balde si podía evitarlo y sin embargo lo hizo por Naruto en más de una ocasión.

Sus actos lo traicionan y creo que por eso salió huyendo de Konoha. - Sakura me sonrió con sus ojos verdes jade.- Y ahora yo me siento confundida, ¿sabes?

Las dudas me recomen por dentro porque sé que lo que sentí por Sasuke fue un capricho de mi infancia, sé que lo que siento por Naruto es un amor fuerte y firme, pero no el tipo de amor que se supone que debes sentir por la persona con la que te gustaría compartir tu vida.

Para que me entiendas, quiero a Naruto con toda mi alma, pero si soy franca no imagino mi vida a su lado y ahora noto que hay otra persona que ocupa mi mente y mi corazón.

Sin que yo lo supiera se ha ido haciendo un huequito en mi alma y aunque me gustaría muchísimo poder dar rienda suelta a mis sentimientos...

No dejaré que Naruto sienta que lo he traicionado, que lo abandonaré como hizo Sasuke.

Yo quiero a Naruto con toda mi alma y no puedo dejarlo solo, no puedo permitir que le rompan de nuevo el corazón, yo lo debo cuidar, debo protegerlo, Gaara. - Sakura empezó a llorar angustiada. - No quiero que nunca más se sienta solo.

- Sakura. - La rodeé con mis brazos y sentí su cuerpo tembloroso y frágil. Por primera vez desde que la conocía Sakura me pareció una mujer pues siempre la había visto tan fuerte y segura de sí misma. Yo nunca había imaginado que su alma estaba siendo torturada por unos sentimientos que la superaban. - A Naruto no le gustaría que renunciases a tu amor por él. - Le expliqué. - Te quiere con locura y por eso sé que si tú le dices que amas a una persona, él te dará su apoyo incondicional y su bendición.

- ¿Y quién cuidará de él? - Me preguntó angustiada. - ¿Quién sanara todas su heridas?

Sé que Sai lo haría sin dudar, pero quizás al hacerlo Naruto lo llevaría al infierno en que vive ahora mismo y Sai no se lo merece, no porque acaba de salir de la total oscuridad y no quiero que se sumerja en ella de nuevo.

Hay muchas personas implicadas, muchos de nuestros amigos se sentirían destruidos si conocieran el verdadero alcance del dolor de Naruto y no puedo permitirlo.

Prometí que los salvaría a mi manera, que los salvaría a los dos a Sasuke y a Naruto, pero ahora sólo quiero salvar a Naruto del lugar al que lo quiere llevar Sasuke.

- ¿A qué te refieres?

- Sasuke vive en el infierno, vivirá en él incluso después de completar su venganza y no pienso dejar que Naruto se hunda con él, no mientras yo viva...

- Es demasiada responsabilidad para tus hombros. - Sonreí y acaricié las hebras rosadas de su cabello. - Yo lo salvaré, te lo prometo, Sakura. Vive tu vida feliz y yo sacaré a Naruto de donde está.

Estuve exactamente en el mismo lugar que está él ahora y pude salir, ahora lo ayudaré a él, le devolveré todo lo que hizo por mí.

- ¿Lo harás? - Los ojos jade de Sakura se iluminaron en una sonrisa y yo asentí con la cabeza. - Muchas gracias, Gaara. - Sakura me abrazó fuertemente y al tenerla tan cerca descubrí que también ella tenía grandes ojeras bajo su rostro y no eran de no haber dormido una noche como había pensado al principio.

Representaban los cuatro meses que Sasuke llevaba en Konoha y las noches que había pasado angustiada por Naruto, cada arruga que descubrí en su mirada era un dolor causado por el Uchiha y deseé que la persona a quien amara fuese digno merecedor de su amor.

Sakura suspiró pausadamente y percibí que su chacra disminuía, me giré y la vi a punto de caer en el suelo porque se había dormido tras haber liberado a su alma de todos sus pesares. Me acerqué a ella antes de que se diera con el suelo y la tomé en brazos, esa Kuonichi se merecía un largo descanso.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).