Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Descubriendo que te amo por Naara

[Reviews - 151]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a tod@!

Llevo un rato tratando de contestar a las reviews del capítulo anterior, pero se me bloquea la cuenta y pierdo toda la información. Lo seguiré intentando, pero si no lo logro prometo contestarlas mañana.

Este capítulo a mí personalmente me gustó mucho, ya me diréis que opináis.

Un abrazo

Naara

 

A la mañana siguiente fui el primero en despertar en el dormitorio en que nos habíamos quedado, Sakura aún seguía dormida y yo aproveché el momento para ir a ducharme y asearme.

            Al regresar al dormitorio ya me encontré a Sakura despierta y recogiendo sus cosas.

            - Buenos días. - Le dije animado.

            - Hola Gaara. - Me contestó ella. - ¿Has ido a ver a Naruto y tu hermano?

            - Aún no, me acabo de levantar.

            - Espérame un minuto, me arreglo y vamos a buscarlos. - Habló y se metió en el baño para reaparecer a los quince minutos recién duchada y vestida para salir.

            - ¿Vamos? - Pregunté.

            - Sí. - Sakura me tomó la mano y me miró avergonzada. - ¿Te he dado muchos golpes mientras dormía?

            - No.

            - Menos mal, es que suelo dormir pataleando y casi siempre acabo en el suelo por mis agitadas noches. - Sonrió con sus ojos jade y se sonrojó. - Naruto siempre me dice que dormir a mi lado es pasarse toda una noche entrenando la defensa.

            - ¡Ja, ja, ja, ja! - Me reí de forma espontánea y Sakura me miró extrañada porque seguramente nunca me había oído reír ya que sólo había una persona además de mis hermanos que había escuchado mi risa.

            - ¡Ji, ji, ji, ji! - Rió. - Tienes una risa muy contagiosa y hermosa Gaara, deberías reír más a menudo.

            - Gracias. - Dije y la tomé de la mano. - Vamos a buscar a tu alocado amigo y mi hermano.

            - Tenemos que ir con cuidado, Gaara.

            - Lo sé. - Los dos salimos del dormitorio y llamamos en la puerta de al lado, al no obtener respuesta bajamos al comedor y allí nos encontramos a Naruto engullendo comida y a mi hermano con un rostro muy nostálgico.

            - Buenos días. - Saludé. - ¿Habéis descansado?

            - No demasiado, ttebayo. - Naruto nos miro a Sakura y a mí con un gesto indescifrable en su rostro y después una sonrisa triste iluminó su rostro.

            - ¿Te ocurre algo? - Pregunté.

            - Cosas mías, ttebayo.

            - ¿Tú descansaste, Kankuro? - Inquirí a mi hermano.

            - Ajá. - Mintió descaradamente y yo me di cuenta de ello porque conocía demasiado bien a Kankuro. Decidí hablar con él en cuanto tuviera un instante para que no pensara que yo sentía algo por Sakura.

            Sakura se sentó al lado de mi amor y le puso la mano en la frente. - ¿Qué te ocurre?

            - Nada, Sakura-chan. - Contestó y luego se giró hacia mí, me observó un largo rato y luego desvió su vista hacia Sakura, se encogió de hombros y negó con la cabeza.

            Esta actitud me descolocó y no debí de ser el único porque Sakura se tensó de preocupación y mi hermano asintió hacia Naruto como si él supiera un gran secreto que Sakura y yo desconocíamos.

            Esto me cabreó sobremanera y decidí no aclararle nada a Kankuro, si él tenía un secreto con mi kitsune, no sería yo el que le quitara de su error respecto a la relación que Naruto llevaba con Sakura.

            Más enfadado que nunca me senté al lado de Kankuro y le dediqué un par de miradas furibundas, de las que mi hermano pasó olímpicamente.

            Terminamos el desayuno y salimos con dirección al despacho de la Kage de la ciudad.

            Lo primero que nos encontramos fue a Kushina que llevaba las mismas ropas que el día anterior, pero esta vez parecía que se había lavado el cabello y se había puesto un hermoso prendedor en su larga cabellera pelirroja.

            - ¿Han dormido bien en el "Gato negro"? - Preguntó y vino hacia nosotros.

            - Sí, muchas gracias. - Le contestó Sakura.

            - Hoy le echaré la buena fortuna a usted, señorita. - Kushina tomó la mano de Sakura y la miró fijamente. - ¿Por qué no te atreves a decirle lo que sientes?

            Comprendo que no quieras herir a la persona que más quieres en el mundo, pero no es lo mismo querer que amar y estás perdiendo la oportunidad que tienes para ser feliz. - Acarició la mejilla de Sakura con dulzura. - Él lo entenderá y estaría más que dispuesto a llevarte al altar y entregarte al hombre que amas.

            - ¿Eh? - Sakura se sonrojó hasta la punta del cabello y miró a Kushina. - ¿Cómo...

            - Soy adivina de verdad, siempre lo he sido, incluso cuando aún recordaba quién era. - Respondió y con paso decidido vino hacia mí. - ¿Piensas que no es amor?

            Realmente la verdad que buscas está en tu corazón, pero estás tan cegado por el miedo a no ser correspondido que no quieres verlo.

            ¿Crees que el amor es sencillo? ¡El amor duele y mucho!

            Te puede desgarrar por dentro cuando no eres correspondido o cuando pierdes a la persona que más amas, pero también puede transportarte a las mismísimas puertas del cielo.

            - Hm... - Di por toda respuesta y ella me abandonó para ir hacia mi hermano.

            - A veces lo más sencillo es hacer exactamente lo que te pide el corazón, no lo olvides. - Sonrió. - Y puede que cuando lo hagas recibas la respuesta que tanto estás anhelando.

            - Quizás. - Contestó mi hermano y una sonrisa se dibujó en su rostro.

            - Y tú... - Kushina se acercó a Naruto y lo recibió en sus brazos con calidez. - ¡Déjalo ir de una maldita vez! ¿No ves lo que te está haciendo?

Sigues esclavo de un sentimiento que ya no sientes, persigues una liebre esperando que las cosas cambien y no lo harán, deberías encontrar tu camino de regreso y así las cosas serán mucho más fáciles.

Tratas de rehacer unos lazos que se han hecho añicos, cuando lo que realmente deberías hacer es forjarlos de nuevo y que esta vez sean más sólidos.

 ¿Te angustia no saber quién eres? ¿Quieres averiguar de dónde provienes? ¡No hace falta que yo te lo diga!

            Lo sabes desde hace tiempo, lo sientes en tu interior, pero te da miedo reconocer que esos son tus verdaderos orígenes porque te sientes inferior e ignoras que realmente eres igual a él, tan imperfecto como él.

            ¡Nada en ti está equivocado, nada!

Desde el instante mismo en que naciste todos lo sabían.

            ¿Crees que te temían? ¡No lo hacían, te envidiaban!

 La persona más extraordinaria de la aldea te acogió en sus brazos y te cuidó como si fuera tu abuelo y estaría más que dispuesto a dar su vida por la tuya, porque él conocía tu verdadero valor y sabía que serías un ninja extraordinario.

            Nunca has estado solo, siempre ha habido personas a tu lado cuidándote y amándote.

            Y yo... yo... puede que ignorase mi pasado, pero siempre he sabido que había un hueco en mi corazón, un lugar vacío y me sentía tan sola, muerta en viva porque había algo que no lograba recordar y que para mí lo era todo, la verdadera vocación de mi vida fue ser madre. - Susurró esto último lo bastante bajo para que solo Naruto y yo que era quien estaba más cerca de él lo escuchara. - Esta noche, debe ser hoy. - Concluyó y miró una última vez a Naruto con los ojos anegados en lágrimas.

            - A medianoche, en el exterior. - Dijo mi kitsune y sonrió a Kushina. - Gracias. - Y le ofreció el colgante que siempre llevaba encima. - Guárdalo, es una promesa.

            - Claro. - Afirmó ella y se dio la vuelta para perseguir a otro turista y leerle la fortuna.

            - ¿Estás bien? - Pregunté.

            - Sé quién es mi padre, Gaara. - Dijo.

            - ¿Lo sabes? - Sakura miró a mi rubio amigo.

            - Siempre lo he sabido, por eso quería ser como él... yo... mi padre... fue... Yondaime.- Terminó la frase y Sakura, Kankuro y yo lo miramos con los ojos como platos.

            - ¿Es broma? - Mi hermano se mostró incrédulo ante las palabras de mi kitsune.

            - No, no lo es. - Sakura tomó la mejilla de Naruto entre sus manos y lo observó de cerca.- Siempre lo he pensado, eres físicamente igual a él y tienes un chacra igual de monstruoso, incluso sin el Kyubi.

            - Joder. - Mi hermano miró a Naruto y le sonrió. - Te has ganado nuevamente el título de ninja número uno en sorprender a la gente.

            - Vayamos a ver a la Kage, esta noche nos vamos. - Susurró Naruto muy bajito para que no los escucharan los cuatro ninjas que llevaban persiguiéndonos desde la posada.

- ¡Hai! - Afirmamos todos.

Sakura se puso a mi altura y me agarró del brazo y yo maldije haber dicho que era mi prometida pues donde quería estar en ese instante era al lado de Naruto, tratando de confortarlo con mi compañía por todo lo que había descubierto sobre sí mismo.

Un rato después llegamos a la torre de la Kage y entramos al interior. Allí pudimos verla sin escolta.

- Buenos días, soy Sabaku no Gaara, Kazekage de Suna.

- Encantada de conocerlo, soy Hime Mizu, es un honor tenerlo de visita, Kazekage-sama. - Dijo.

- El honor es mío, quería pedirle que me hiciera el honor de acompañarme a Suna porque hay una serie de acuerdos que me gustaría entablar con usted.

No necesitaría ningún tipo de escolta porque con la mía estaremos a salvo.

Disculpe mi falta de educación no los he presentado.

Esta encantadora mujer es la exsanin de Konoha, Haruno Sakura, mi prometida, mi hermano Sabaku no Kankuro y por último Haruno Shikamaru, el hermano de mi prometida.

- Pues hay tantas cosas que tengo que hacer... - Hime me miró esperanzada.

- Insisto, sería un honor para nosotros si nos acompañara. - Continué y sentí una enorme cantidad de chacra rodeándonos.

Naruto, Sakura y Kankuro también lo percibieron porque se pusieron en posición de ataque.

- De acuerdo, dejaré las cosas arregladas e iré mañana con usted y su escolta. - La Kage me tendió una mano y en ella me entregó un pergamino con una nota. - Mientras tanto disfruten por favor de los encantos de mi aldea, es un lugar magnífico para hacer turismo.

- Así lo haremos, muchas gracias por recibirme con tanta prontitud.

- Bueno, no es común que el propio Kazekage de Suna se moleste en visitar una Villa y me siento dichosa por haber disfrutado de este honor.

- Hasta mañana entonces. - Me despedí y tomé del brazo a Sakura, mi vista se desvió hacia Naruto que parecía más tenso que los demás y de pronto mi kitsune amigo hizo algo inesperado.

- Es usted una mujer encantadora, ¿no le apetecería venir con nosotros?

Sé que el trabajo de Kage requiere muchísimo tiempo, pero es de buena educación cuando tiene un invitado tan importante enseñarle su ciudad, dattebayo.

Además, para mí sería un auténtico honor disfrutar de tan grata compañía. Mi nombre es Haruno Shikamaru y he de reconocer que me he enamorado de usted a primera vista,  sé que no es normal que un simple escolta sea tan directo, pero... Gaara ya conoce mis impulsos y afirmaría que hasta se divierte con ellos, ttebayo.

- Pues... - Las mejillas de la Kage se colorearon como mi Kanji y yo sentí un deseo irrefrenable de cometer en ese preciso instante un asesinato.- Me gustan las personas directas. - Afirmó y tomó del brazo a Naruto con posesividad.

- Vayamos. - Naruto condujo a la Kage fuera de la Torre y los dos caminaron todo ese día abrazados.

Con lo que mi malhumor aumentó hasta lugares insospechados y mis ansias de cargarme a la maldita Kage también.

A las ocho de la noche nos íbamos a despedir.

- ¿Por qué no se quedan esta noche en mi casa? - Sugirió Hime. - Iremos ahora a pagar su factura de la pensión y yo les ofrezco mi casa como lugar de descanso.

- Es una buena idea. - Naruto agarró más fuerte el brazo de esa mujer que tanto odiaba en ese preciso instante y fuimos al "Gato Negro". Allí pagamos y después nos encaminamos a la casa de la Kage.

Sakura y yo fuimos conducidos a un dormitorio, Kankuro a otro y Naruto siguió a la Kage hasta otro.

Me senté en el suelo del dormitorio y Sakura me observó preocupada.

- Algo no encaja. - Me dijo. - Naruto nunca actuaría así, algo... hay algo que no está bien.

- ¿Tan extraño es que le guste una mujer como esa? - Pregunté furioso. - Es hermosa.

- No, a Naruto no le gusta esa mujer... - Sakura se frotó la frente desesperada. - Estoy segura de que hay un motivo, hay una razón...

- Yo me alegro por él, parece que por fin ha olvidado a Sasuke. - Maldije entre dientes.

- No, sé que hay algo... algo... que...

¡Kage no Bushin! - Exclamó de pronto Sakura.

- ¿Eh? - Pregunté extrañado y sentí como alguien abría la puerta con delicadeza.

- Gaara, Sakura, es hora de irnos. - Susurró la voz de Naruto. - Kankuro y la Kage han utilizado un Bushin de sustitución y ahora nos toca a nosotros irnos.

- ¿Qué diablos ocurre? - Pregunté en un murmullo.

- Llevan todo el día siguiéndonos.

 Me di cuenta en la oficina de la Kage que tratarían de asesinarla y echarnos la culpa a nosotros para empezar una guerra, ttebayo.

- ¿Cómo lo has sabido? - Sakura miró a su amigo.

- Instinto, ttebayo. - Naruto sonrió. - Del mismo modo que sabía que Yondaime era mi padre, supe que los ninjas del Remolino estaban preparando una trampa, dattebayo.

- Has utilizado el Kage no Bushin para tomar las apariencias de todos nosotros, ¿verdad?

- Así es, ttebayo. - Naruto sonrió a Sakura. - Tenía razón obachan que contigo hago mejor equipo que con Sai y Sasuke, tú me lees el pensamiento, Sakura-chan.

- Vamonos. - Sakura me sonrió. - Te  lo dije, conozco muy bien a Naruto. - Dijo llena de fe en si misma.

Unos instantes después yo observé las réplicas exactas que Naruto había hecho de Sakura y mías. Sentí la mano de Naruto sosteniéndome con fuerza.

- Eres un Kazekage, no puedo permitir que te ocurra nada u obachan me dará al pelo, dattebayo. - Naruto me aferró fuerte. - Vamonos ya, ttebayo.

Los tres nos desvanecimos como sombras en la noche, utilizando las mejores técnicas ninjas que conocíamos.

            Dos horas después, justo a medianoche, llegamos a un bosque que estaba lejos de la aldea.

            Allí observé que Hime, Kankuro y Kushina habían llegado ya.

            - Hora de irnos. - Kushina miró orgullosa a Naruto. - Eres un ninja extraordinario, hijo, como tu padre.

            - Ahora no podemos hablar, okasan, ttebayo.

Pronto se darán cuenta del Bushin de sustitución.

            - ¡Vayamos! - Exclamó Sakura y todos nos desvanecimos en la noche, sin dejar ni un rastro de a qué lugar nos habíamos encaminado.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).