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Cellphone por Danzai no hana

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Notas del capitulo: Oh segundo fic! sigo pensando ke debo limar esto de la redacción pero es algo que se arregla con el tiempo

Guardó su libreta de apuntes y cerró sus ojos; ya no había más detalles olvidados, todo listo para disfrutar una merecida semana de vacaciones y olvidarse del mundo, y para eso había reservado un paquete completo de viaje que incluía pasajes de ida y vuelta a Okinawa con alojamiento y demases incluidos, sería un gasto bastante considerable pero todo para alejarse un poco del trabajo, tal vez lo más cercano sería escribir si se le venia algo a la cabeza pues alguna situación podría terminar en una encantadora letra. No le había dicho a nadie sobre su decisión, solo dijo "no me busquen que no sabrán nada de mi".

 

Comenzó a arreglar cuidadosamente su equipaje cuidando que todo estuviera correctamente ordenado y no olvidar ningún objeto, miró de reojo a uno de sus gatos, que dormía sobre el piso de su habitación, suspiró, le dolería tener que alejarse de ellos también, pero él sabía que quedaban en buenas manos, sin embargo esta vez estaría a tantos miles de kilómetros de ellos que le angustiaba. El animal en cuestión abrió sus ojos y lo miró, poniéndose sobre la maleta para llamar la atención de su amo.

 

-ah Donna, que más quisiera que quedarme un poco más con ustedes, pero no puedo, no son los únicos que desean pasar este tiempo libre junto a mi, lo siento- se sintió patético, ¿por qué le daba explicaciones a su mascota? Tal vez por que para él sus gatos eran como sus hijos. Parecía que el animal lo hubiese entendido, acercó su cabeza más cerca de su mano y la refregó, él solo rió- tendrás que bajarte querido, tengo que terminar, tengo menos de dos horas, aún debo bañarme, arreglarme y dejar listos los últimos detalles

 

Intentó ponerse de pie para irse al baño que estaba en la habitación, pero no avanzo un par de paso cuando ya otro de sus gatos se le enredó entre las piernas, lo tomó entre sus brazos y lo miró con algo de tristeza

 

-Mie, ¿También tú? Lo siento pero debo apresurarme, deberían aprender de Chimi, ella quiere mostrarse indiferente, como lo hacen todas las damas- se acercó a la gata que estaba echada sobre un cojín que estaba en el suelo y le acarició la cabeza- debes quitarte de ahí, no te aproveches cuando no me fijo- bajando al otro animal de sus brazos, tomo a la hembra y la corrió hacia un lado para dejar el objeto sobre la cama

 

Entró al cuarto de baño y se dio un relajante baño de tina, aunque no pudo darle el tiempo que hubiera querido, de todas formas le ayudó para liberar las últimas tensiones, luego de vestirse, le dedicó un poco tiempo a su adorado cabello secándolo y peinándolo para que conservara siempre ese alisado y brillo perfectos, se aplicó algo de base, maquillaje que, para quien lo usara, era altamente adictivo, y por muy hombre que fuera, trabajaba con la estética y se había más que acostumbrado a corregir aunque sea un poco las imperfecciones de su piel, ya listo guardó las últimas cosas en su maleta dejándola en la entrada cuando al mismo tiempo sonó el timbre, abrió la puerta y frente a ella estaba una chica que rondaba los veinte años, de cabello largo y castaño

 

-Buenos días, espero no haberme adelantado demasiado

-no te preocupes Reiko, yo estoy por irme, además no es mucho lo que debes hacer así que supongo que te estarás desocupando temprano, tú sabes de todas formas siempre me estoy preocupando de dejar todo ordenado

-cosa que no debería hacer, ese es mi trabajo

Reiko era quien cuidaba de la casa de Asagi mientras no estaba, se preocupaba de la salud y la buena alimentación de los gatos, como también del resto de las mascotas de éste, solía asear y mantener ordenado durante al ausencia de su dueño, el resto del tiempo él mismo era quien se encargaba de ello.

 

Asagi sintió el ruido de motores, debía ser el radio taxi que había mandado a buscarlo, fue a buscar su chaqueta, tomó su maleta, dio las últimas instrucciones a la joven y partió. Subió al automóvil, saludando gentilmente al chofer, pidiéndole que lo llevara al aeropuerto, echó un vistazo a su celular, tenía un extraño presentimiento, como que sonaría en cualquier momento y sus aún no comenzadas vacaciones se verían arruinadas, a veces deseaba llevar una vida más tranquila y no tener que ser músico ni productor de un sello discográfico, de una línea de perfumes ni de una revista, pues siempre estaba expuesto a que hubiera algún percance en alguno de esos ámbitos, suspiró, intentando olvidarse de las preocupaciones, trataría de no estar pendiente del celular, eso le haría perder el encanto a su viaje y le quitaría el entusiasmo a su acompañante.

 

Llegó al aeropuerto y tomó asiento en el recibidor, mientras esperaba pacientemente, aún era temprano y por lo que sabía, tendría que hacerlo hasta unos cuantos minutos antes de lo acordado o unos pocos después, tomó su libreta de apuntes que la llevaba a mano y comenzó a releer lo escrito y a tachar o agregar algo nuevo que le viniera a la mente. Luego de un rato sintió que algo le hizo sombra sobre lo que escribía, volteó su cabeza para ver de quien se trataba, aunque lo supiera, tras de sí Ruiza miraba con curiosidad y entrecerraba los ojos para tratar de saber que era lo que había en la libreta

 

-Hola, no te preocupes no es nada interesante solo recolecto ideas para una nueva canción

-siento el atraso pasé por un salón de té y no pude evitar compraa362; unos pasteles para nuestro viaje- explicó indicando una bolsa de papel mientras se sentaba junto al vocal, quien solo atinó a sonreírle-¿Y no que te querías alejar de todo lo que se relacionara con el trabajo?

-sabes que no puedo estar sin escribir, es como tú que no puedes vivir sin eso- dijo indicando la guitarra que estaba junto a Ruiza

-bueno sí, pero tengo deseos de componer, supongo que este viaje nos resultará muy inspirador

-lo mismo creo, este tiempo me será de gran ayuda para escribir

-además sería genial que dejes de lado las letras llenas de miel o tan proféticas, unas del tipo sensual no vendrían nada mal, porque serán lo único que este viaje te ayudará a crear- acotó el guitarrista mientras se acercaba al oído del otro

-esto no es una luna de miel, es solo un viaje para descansar y pasar más tiempo juntos, pero no necesariamente de esa forma

-¿de qué forma?-preguntó el guitarrista con falsa ingenuidad

-Sabes a lo que me refiero, ya vamos a dejar el equipaje que queda poco tiempo para que nuestro vuelo salga

 

Tras dos años de relación, el vocal, como regalo de aniversario para ambos quiso que fueran de vacaciones por una semana a Okinawa, pues el sitio estaba alejado de todo y era un lugar perfecto para relajarse, y olvidarse un poco de todo. Pues hasta un poco antes de ese día habían estado atestados de trabajo y de presentaciones en vivo, y ahora tenían algo de tiempo para descansar de ellos, aunque el vocal siempre tenia la preocupación de que pudieran necesitarlo para algún asunto importante extra. Luego de terminar las tramitaciones pendientes, depositar su equipaje, esperar un rato, subieron al avión, apenas lo hicieron, el vocalista le pidió una manta a la azafata, cosa que a su acompañante le pareció extraño, ya que estaban en pleno verano, y la excusa de que no podía dormir sin estar tapado no le era creíble por que él no dormía a menos que el cansancio le ganara y sin decirle nada lo miró con curiosidad mientras se acomodaba

 

-¿te incomoda si sigo escribiendo?- preguntó Asagi

-no, luego no quiero que andes refunfuñando que se te acabó la inspiración porque me pasé todo le viaje hablándote, yo puedo pensar que música le puedo hacer a esa letra que estarás haciendo

-gracias- y sin decir nada más tomó la mano del otro bajo la manta

-de nada- musitó el rubio apenas, ahora entendía el por qué la había pedido, y sin decir nada más entrelazó sus dedos a los de su compañero

 

Pasaron las algo más de dos horas de vuelo, los intentos de componer e Ruiza se fueron por un tubo cuando proyectaron una película más o menos conocida, Asagi lo siguió, dejó de lado su libreta y aún con su mano en la del guitarrista, se quedaron viéndola, de vez en cuando el rubio quitaba la vista para contemplar como el -aparentemente- frío vocalista, cambiaba constantemente de expresiones a medida que avanzaba la trama, esa era una de las cosas de él que más le gustaba, que la imagen gélida que solía mostrar se alejara bastante de cómo realmente era, pues podía ser muy serio pero de frío no tenía nada .

Al llegar a la isla, fueron a instalarse al hotel donde ya tenían las reservaciones, sin dar mayores explicaciones se registraron y pidieron las llaves a la recepcionista, al dar sus nombres, la mujer los miró con algo de curiosidad, pero prácticamente la ignoraron, un hotel prestigioso no violaría su políticas de privacidad. Subieron a su respectiva habitación, Ruiza se quedó mirando algo sorprendido en el umbral, con lo cuidadoso que era el vocal, pensó que pediría una habitación doble normal, aunque no por eso dormirían separados, pero se equivocó, en la alcoba que habían reservado solo había una gran cama, lo que hizo sonreír al rubio, éste casi por acto reflejo cerró la puerta y lo besó efusivamente, mientras lo hacía caminar hacia atrás cosa que ambos cayeran sobre la suave colcha, pero sus planes se vieron interrumpidos cuando Asagi trató de incorporarse y tomarlo de los hombros para separarse

 

-No vayas tan rápido Rui-chan,- despejó unos cuantos cabellos de la cara del otro para luego tomar su rostro con ambas manos- tendremos todo el tiempo del mundo, ahora disfrutemos de lo bello del lugar

-pero, quiero estar contigo, y por lo mismo, si tenemos todo el tiempo podemos aprovecharlo-dijo haciendo un puchero y haciendo brillar sus ojos de una manera mona, mientras apartaba su rostro de las otras manos

-así no, creo que darle un ritmo lento a las cosas las hace mejor, además cualquiera diría que vives desesperado

-sabes que no es así, pero ¿crees que un par de semanas de abstinencia no sacan de quicio a cualquiera?

-tranquilo que tenemos casi una semana para recuperar el tiempo perdido-acotó Asagi besándole suavemente los labios- luego iremos de compras y a almorzar, creo que un par de cosas nuevas no nos vendrían mal

-Está bien, solo espero que después no estés cansado

-y aunque lo estuviera no te lo diría- dijo ofreciéndole una sonrisa para luego abrir la puerta y salir tras de su compañero

 

Para ambos la situación era difícil, si bien no eran una pareja del tipo insaciable, el estar con tanto trabajo evitaba casi cualquier tipo de contacto, habían días en que solo podían hablar por teléfono, otros no poder compartir más de una hora y otros, como cuando compartían habitaciones, solo dormían pues el cansancio los hacía colapsar de inmediato. Caminaban con tranquilidad por el sector comercial, recorriendo cada tienda de recuerdos o de ropa que encontraran, reservando ya las primeras cosas que les llevarían sus compañeros, familiares y amigos, y de vez en cuando consintiéndose con alguna prenda o accesorio que aunque pudieran encontrase en Tokio, no valdría la pena tener que esperar a su regreso, aunque fueran solo cinco días, cuando se trataba de ropa podían resultar igual que una mujer, incluso olvidándose si ahí fuera más caro.

 

Luego de hacer algunas compras, a pesar de que para cualquier persona normal una cantidad memorable de bolsas no le parecieran así, fueron a un pequeño restaurante, les atendió una joven mesera que los miraba con duda, como si los reconociera pero sin expresar nada, tomó su pedido y se fue. Al poco rato llegó con los platos, con vanos intentos trató de mantener la calma pero visiblemente temblaba, no demasiado pero lo hacía, eso hizo sonreír a ambos jóvenes, pues la chica se demostraba respetuosa y sin hacer ningún tipo de comentario, luego de deshacerse en disculpas por tomarse más tiempo de lo normal en servir -sus nervios no la dejaban hacerlo tranquilamente-, se retiró, dejando a los dos algo desconcertados.

 

Después de servirse su almuerzo, siguieron con el postre, Asagi había pedido un simple trozo de tartaleta de frambuesa mientras que Ruiza mandaba a traer una copa de helado de frutilla para él, luego de traer sus pedidos, ambos continuaron con la conversa que tenían durante la comida, pero poco a poco el vocal comenzó a perder el hilo de la conversación, a la vez que hacía un gesto de asentimiento tratando de dar la impresión de oír, a pesar que verdaderamente estaba entretenido quedándose mirando el como los labios de Ruiza se movían mientras hablaba, mientras acercaba el helado a ellos, mientras sorbía la cuchara para luego terminar lamiéndoselos. Repentinamente algo lo sacó de su trance; era la misma voz del rubio que repetía su nombre una y otra vez

 

-Asagi ¿me estás escuchando?-consultó con curiosidad más que con molestia

-Lo siento Ruiza me distraje, ¿decías?-

-seguía comentándote sobre la chica, que fue grato el que no hiciera o dijera algo

-¿te importaría si regresamos al hotel?- preguntó mientras le hacía un ademán a la mesera para que trajera la cuenta

-Pero aún no hemos bajado a la playa

- Lo podemos hacer después- y sin decir nada más vio a la mujer acercarse, dejó el dinero sobre la bandeja y le pidió que se dejara el cambio de propina

 

Luego de tomar inmediatamente un taxi, ambos hicieron el trayecto sin hablar, uno porque no se atrevía y el otro porque simplemente no deseaba hacerlo. Llegaron nuevamente al hotel y sin más subieron a su habitación, Asagi sin decir nada aún, después de cerrar la puerta besó apasionadamente a Ruiza, cosa que éste no tardó en responder, sin dejar sus labios, enlazó sus brazos al cuello del mayor, a la vez que él lo tomaba por la cintura, a diferencia de la vez anterior, cayeron abrazados sobre la cama rápidamente, solo se separaron un momento para respirar y juntaron sus frentes, mirándose con expectación, parecía que el menor quisiera preguntarle que había con dejar que las cosas fueran lento, pero no lo hizo, sería arruinar la magia del momento, separó su cabeza y volvió a besar al otro con desesperación. Apenas se estaban deshaciendo de sus camisetas cuando un ruido molesto comenzó a distraerlos, un ruido constante y conocido, un ruido que parecía ser un tema musical, un ruido que decía ser el ringtone del celular de Asagi. Todo se detuvo en aquel instante, el guitarrista solo con una molesta mirada le indicó al otro que debía contestar, éste se levantó rápidamente y miró el visor, era de su productora.

Notas finales:

He querido dividir en dos partes este fic... pues si bien no es demasiado extenso igual pienso que da esa impresión, pues es demasiada la narración la que he estado usando.

Nos vemos pronto para una segunda parte, bye!


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