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Cellphone por Danzai no hana

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Notas del capitulo: Bien he aquí la segunda parte, algo tiene.. que aún no termina por gustarme al completo

 

La llamada no duró demasiado, solo tuvo que dar un par de instrucciones finales y nada más, cortando al rato. Miró en dirección a su guitarrista y notó que este estaba absolutamente concentrado en jugar con su consola portátil, mientras seguía con su ceño fruncido y apretando los botones con fuerza, se acercó para acariciarle la cabeza, pero el otro ni se inmutó, siguió pendiente de su video jugo como si fuera lo más importante de ese momento.

 

-Rui-chan…No sabes cuantas veces les repetí a todos que si me iban a llamar tendrían que hacerlo en caso de urgencia, hubiera apagado el teléfono, pero no tendría la seguridad si en Rozen las cosas irían tan bien como lo prometieron, si Donna de repente se pusiera enfermo y Reiko tuviera que llamarme o alguien de mi familia necesitara de mi- Asagi se había sentado en la orilla de la cama apoyando sus manos en el plumón- por favor trata de comprender, supongo que tu también hubieras hecho lo mismo

 

Siguió sin recibir respuesta, realmente Ruiza se estaba sobrepasando con esa actitud, quizá no tan infantil como imaginó que sería antes de verlo por primera vez enojado, alguna vez creyó que lo vería tapándose los oídos, volteándose para no verlo o contestarle haciéndole un escándalo de niño chiquito que requería atención, todo se lo decía al final, de buena manera o no. Suspiró, y no trató de sacarle otra palabra, hablarían más tarde, lo sabía, así que solamente se puso de pie, se puso otra vez su polera y se dirigió a la puerta.

 

-Iré a tomarme un café, si quieres hablar, puedes ir a buscarme al salón de té o me esperas- y sin agregar nada más, salió

 

Ruiza se quedó igual, solo con su atención puesta al juego, sentado en posición indígena sobre la cama, sin musitar palabra alguna, sin siquiera mirar de reojo. Podría parecer una actitud exasperarte pero era mucho mejor que andar montando escándalos de forma histérica, eso no iba con el, podría alzar la voz y tener horribles discusiones fuertes con Asagi, pero esas llegaban a ser así en casos extremos y no necesariamente por causas como celos o falta de atención. Tal vez y hablara las cosas con Asagi luego, cuando existiera un riesgo menor de andarse gritando estupideces y cosas sin coherencia que vendrían a salir por un ataque de rabia. Además no solo estaba enojado con Asagi si no que también consigo mismo, y vaya que no habría que ser adivino el porque de su enojo, y simplemente la gran molestia de que Asagi priorizara un objeto que a él, lo había dejado sin ganas, y eso no era algo de lo que un hombre pudiera estar hablando, pues era más esperable de una mujer; no de alguien de su género, por más homosexual que fuera. Dejó la consola portátil sobre el velador y de éste mismo sacó del cajón una pequeña paleta que se dedicó a sorber, mientras perdía sus pensamientos en aquel momento de tensión.

 

No pasó más de una hora cuando Asagi volvió al dormitorio, y vio a Ruiza dormido, como lo había hecho anteriormente se sentó a una orilla de la cama, pero ahora dirigió la mano a las mejillas del rubio y las acarició suavemente con el dedo, le dolía toda esta situación, le resultaba más difícil estabilizar su relación desde la perspectiva del tiempo y trabajo que desde lo social, si bien no toda su gente cercana se alegró con la noticia, unos simplemente lo asumieron así como si nada, otros les dieron la espalda, otros a pesar de no estar de acuerdo no les quedo más que seguir a su lado, pues habían lazos más fuertes, pero intentaban vivir tranquilamente con eso, sin embargo, no así con su trabajo, aunque por mucho que realizaran sus funciones en el mismo lugar y con horarios más o menos similares, fuera de ellos también hacía trabajos extras, Ruiza a veces no se reunía con nadie hasta terminar una composición que no se le saliera de la cabeza y lo mismo pasaba con Asagi respecto a sus letras u otros asuntos, sin decir al inmensidad de trámites que tenía que estar realizando, reuniones, y un etcétera más de cosas, y ahora que estaban de vacaciones, unas que solo serían para dedicarse a ellos mismos, el volvía a priorizar su trabajo. Lentamente el rubio abrió los ojos al sentir el toque de los dedos de Asagi en su rostro, el mayor, sonrió levemente para luego decir:

 

-¿Aún molesto?- preguntó mientras se acomodaba en la cama junto a su compañero

-Algo- respondió corriéndose un poco para evitar algún tipo de contacto

-Siento haber contestado, sé que yo mismo había dicho que en el trabajo nadie sabría de mi, y claro como pensé que me harían caso, creí que se trataría de algo de extrema urgencia, al final solo fue por que no sabían donde había metido unos documentos

- Aún así, me molesta que no sean capaces de no respetar lo dicho, y más ahora que me dices para lo que era, hasta un fan pudo tener en cuenta que estábamos de vacaciones- Ruiza se volteó para mirarlo a la cara

-Lo sé, te prometo que si vuelven a llamar cuando estemos en un momento de intimidad no contestaré- dijo depositando un leve beso en los labios del otro

-No te creo- replicó el otro dándole un poco la espalda y haciendo un pequeño puchero

-En serio, si quieres en este preciso momento lo apago- tomó el objeto de sus bolsillos, y puso frente al rostro del otro

-Mejor me aseguro de de que sea así- el menor esbozó una sonrisa maliciosa y cogió el objeto de las otras manos y lo depositó dentro del cajón del velador que estaba en su lado de la cama-¿en qué estábamos?- preguntó para luego subirse a horcajadas sobre Asagi y acercar su rostro dejándolo a una muy corta distancia del otro

-Con todo este lío ya se me olvidó- respondió Asagi con una sonriendo de la misma forma- ¿me ayudarías a recordarlo?

-Encantado-contestó el rubio, para luego besarlo

 

En ese beso, tan o incluso más apasionado que el que se dieron luego de llegar del restaurante, depositaron toda su represión, sus deseos de estar con el otro como también todo su afecto, y así lo iban demostrando a medida que los besos y las caricias aumentaban de intensidad, donde ya sin otra posibilidad de interrupción-a menos que comenzara una catástrofe y les pidieran dejar la habitación en ese preciso momento- podían expresar todos esos sentimientos que ya se hacían incontenibles, a medida que transcurría el tiempo, los besos bajaban, las prendas iban desapareciendo, la respiraciones se agitaban y solo entre ellos iba quedando el anhelo de entregarse completamente el uno al otro, de poder disfrutar de la compañía mutua sin mayores preocupaciones, de olvidarse por aquel momento absolutamente de todo y de solo sentirse.

 

El día siguiente había llegado, Asagi y Ruiza aún yacían en su cama pero despiertos, solo estando en silencio el uno junto al otro, con sus manos entrelazadas y prácticamente mirando hacia la nada. No pasaron mucho tiempo así cuando el vocalista a363;e soltó del agarre del rubio y se estiró, pasando su torso por sobre el otro para alcanzar el cajón del velador del lado del guitarrista y sacar su celular, pero su misión se vio frustrada cuando vio una mano ejercer presión contra él para evitar abrirlo, el mayor solo le dio una mirada de molestia antes de hacer saber su duda.

 

-¿Puedo saber por qué no puedo sacar mi celular de ahí?-preguntó reincorporándose y apoyándose sobre su codo

-Porque tú me prometiste que no usarías tu celular en un momento de intimidad, y el solo hecho de que estemos en esta habitación lo convierte en tal-contestó el rubio sonriendo ampliamente

-Yo te prometí no contestar

-Revisar si tienes llamadas perdidas o mensajes de texto lo hace igual

-Además anoche durante la comida tampoco me dejaste hacerlo, necesito saber del exterior

-Necesitaba que comieras bien, debías recuperar energía, además promesas son promesas

-Está bien,- acotó mientras cerraba sus ojos, y algo sonrojado soltaba un suspiro de resignación-¿pero si salimos de esta habitación podré encenderlo? -El rubio solo asintió con la cabeza- entonces, vete preparando porque dejamos pendiente una bajada a la playa

-Eres un tramposo ¿lo sabías?

-No- respondió con un falso aspecto inocentón, que fue reemplazado por uno de molestia al sentir un almohadón contra su cara-Oye!- tomó el mismo objeto dispuesto a responder el ataque, pero luego desistió- mejor vete preparando, bajamos a desayunar ¿o pedimos acá?

-Bajemos, hay más opciones de pasteles para elegir y ver

-Bien, entra a la ducha entonces, te espero

-Podríamos entrar juntos, aprovecharíamos el tiempo- sugirió el guitarrista en un tono pícaro

-no es mala idea, pero no creo que tardemos menos que tomar una ducha por separado

-Está bien, no me extrañes- Ruiza se levantó de la cama y fue por una toalla que estaba en el clóset para luego entrar la baño

 

Asagi sonrío levemente y sacó su celular del famoso cajón, revisando si tenía mensajes o llamadas, y nada, se sintió en ese momento algo culpable, por estar demasiado tiempo pendiente del objeto, y descuidar su relación por ello, marcó el número de su casa para saber de sus “niños” pues eran parte de su pequeña y singular familia animal, y los que más se asemejaban a su hijos, se quedó más tranquilo al saber que estaban bien, dejó el móvil encendido y lo regresó al cajón. Tal vez esta semana no saldría mucho de ese lugar, tan solo por unos momentos y lo estrictamente necesario, pues tenía junto a él que requería más atención que el objeto en cuestión, y solo demostraba lo contrario con sus preocupaciones, sería penoso que la relación se viera afectada por un tercero que no precisamente fuera una persona.

 

Después de un rato, ambos se dispusieron a salir a desayunar para luego aprovechar de ir a la playa, cosa que esperaba Ruiza desde el día anterior, el guitarrista poseído en ese momento por el niño interior que solía caracterizarlo, se olvidó de todo y tomó de la mano a su compañero mientras le hablaba de los planes para ese día, llegando de la misma forma a él y así se quedaron hasta que éste abriera sus puertas en el primer piso, tal vez no podían quedarse así gran parte del tiempo, pero lo disfrutaban cada vez que podían. Antes de salir del Hotel el guitarrista se detuvo repentinamente y su expresión cambió del entusiasmo a uno de impresión, cosa que inquietó al vocal.

 

-¿Sucedió algo Rui-chan?- preguntó preocupado

-Asagi olvidaste tu celular, anda a buscarlo antes de que comiences a quejarte

-Tranquilo, digamos que lo olvidé intencionalmente- comentó sonriendo levemente, como solía hacerlo usualmente

-¿seguro?- inquirió abriendo sus ojos con curiosidad, como si de un niño se tratase

-Claro, me propuse solo revisarlo al llegar al hotel solamente, y un par de veces al día- Asagi respondía con su típica expresión “cool”

-Espero que eso te dure el resto de la semana, de seguro que cuando regresemos serán más de dos veces las que le eches una mirada

-¿Es una apuesta?

-Si quieres tomarlo así-contestó Ruiza inclinándose de hombros

-¿Y qué apostaríamos?

-No sé, pero creo que si pierdes, por lo menos y con el dolor de mi alma, yo podría sobrevivir con otra semana de abstinencia-Y sin agregar nada más salió corriendo del recinto

-Ruiza no puedes apostar eso, mucho menos tú- el rubio no contestó, caminaba delante de el con una sonrisita en sus labios -Ruiza….-seguía sin recibir respuesta- Ruiza!- en ese momento se echó a correr tras el otro que había hecho lo mismo… quizá ese sería el comienzo de una semana de vacaciones paradójicamente agitada.

Notas finales:

Bien, eso es todo, no soy de escribir historias demasiado largas, paciencia no tengo mucha.

Oh y espero que esto no haya quedado demasiado meloso, no soy muy amiga de ello XD

Gracias por leer, y espero que no pasen tantos meses sin escribir nada XD


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