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Lugares para ligar por Naara

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Notas del fanfic:

Hola a tod@s!

Ya sé que soy lo peor y que tener tres fics que actualizar es toda una responsabilidad, pero... bah, esto será un grupito pequeño de OneShots que espero que os guste.

Naara

Notas del capitulo:  El primero es "En un parque".

Honestamente creo que es el fic más loco y divertido que he escrito hasta ahora, aquí vemos a un Naruto Bridget Jones que tiene miedo de volverse un adicto al gimnasio como cierto amigo cejas encrespadas y se va al parque y aquí un perrito muy pequeño, léase la ironía, le hace compañía mientras encuentran a su amo que se ha perdido.

Naara

 

Ese día dirigí mis pasos al parque, hacía mucho tiempo que no paseaba y necesitaba un descargo de mi trabajo.

            Ser un importante hacker me apasionaba, de verdad, adoraba los ceros y los unos de cada PC que caía en mi mano, me encantaba la red de redes porque podías encontrar cualquier cosa allí y también me fascinaba el sonido de mis dedos tecleando con rapidez en mi portátil.

            Adoraba cada pequeño detalle de mi profesión, pero de vez en cuando, un genio informático necesitaba desintoxicarse de los números binarios y salir a que le diera un poco el sol.

            Llevaba cinco meses sin salir y eso ya estaba produciendo cierta desazón en mi cabeza.

            ¿Y si me volvía loco como mi amigo Lee y me convertía en un adicto al gimnasio como lo era él ahora?

            Me estremecí al pensar en mi amigo cejas encrespadas, con unas ajustadas mallas verdes, regalándome una sonrisa brillante y diciéndome "Tienes que explorar la primavera de tu juventud, Naruto".

            - No, ni loco me vuelvo un adicto a nada.  - Murmuré y seguí leyendo mi libro.

            No me di cuenta de que el tiempo pasaba, me había sumergido de pleno en una novela que se llamaba "Icha Icha Paradise" en la que te explicaban técnicas para ligar.

            Bah, no es que yo lo necesitara. ¿Uzumaki Naruto necesitando consejos para ligar?

 ¡Si yo era tan sexy, tan rubio, con los ojos tan azules, tan simpático y arrebatador! Que no pasaba un día en que no me comiera un rosco...

            Bueno vale, llevaba sin ligar con alguien por lo menos un año, y el último con que había estado me había dejado porque me enrollé con su hermano mayor... bueno, fue un error...

            ¿Qué iba a  saber yo que ese azabache sumamente sexy era el hermano de mi azabache arrebatador?

            Pero ni caso, tampoco es que fuera tan horrible estar con esos dos hermanos. Al final había concluido que besaba mejor Sasuke, pero que Itachi era más experto en artes amatorias.

            Ahora seguro que pensáis que soy mala persona, ¿verdad?

            Yo, podéis creerme,  estaba tan a gusto con mi primer azabache, pero chico, si un hombre tan sexy como Itachi se te lanza pues tú respondes.

            ¡Qué la carne es débil y la mía es mantequillita pura!

            Así que sí, bueno, me líe con dos hermanos, pero... oye que no soy yo el que se debe preocupar por esas cosas.

            Itachi debía haber pensado muy bien atacarme si sabía que estaba saliendo con su hermanito, ¿no?

            ¿Por qué tendría que preocuparme yo?

            Aj... la he liado, seguro que ahora me odiáis porque pensáis que soy un hombre frío y que no conoce lo que es la lealtad y la fidelidad.

            ¡Yo no soy así, de verdad!

            En serio, soy un romántico empedernido, me gustan las canciones de Marc Anthony y...

            Bueno, a lo que voy.

 Este blog es una excusa para contaros mi hermosa historia de amor, porque sí, hay una hermosa historia de amor que termina en una feliz convivencia de pareja y nada de más cuernos.

            Entendedme bien, cuando yo estuve con Sasuke estaba seguro que no era el verdadero amor de mi vida, pero con mi novio actual... Sí, definitivamente él es perfecto.

             ¿Por dónde iba? ¡Ah, sí!

            Ese día había decidido ir a pasear por el parque, estaba aterrorizado ante la idea de convertirme en un adicto al gimnasio como Lee, así que me bajé mi novela favorita y me senté en un banco.

            El día se me pasó rapidísimo, de hecho no me di cuenta de que había anochecido y que yo aún estaba en el parque sin haber comido ni nada.

            Iba por el décimo capítulo de mi "Icha Icha Paradise" y ese capítulo estaba bien bueno, de verdad.

            Mis ojos viajaron a la velocidad de la luz por esas páginas y nada me desvió de mi objetivo hasta que sentí unas patas encima de mis piernas.

            Levanté la cabeza y me encontré el perro más grande que había visto en mi vida. Tenía el pelo blanco y suave, unos ojos de un intenso color negro y una expresión triste en su rostro.

            - ¿Has perdido a tu dueño, pequeño? - Le pregunté.

            - ¡Guau, guau!

            - ¿Quieres que te haga compañía hasta que venga a buscarte, ttebayo?

            - ¡Guau, guau!

            - ¿Será mejor que lo vayamos a buscar nosotros, dattebayo?

            - ¡Guau! - Ladró el perro y tomó mi muñeca entre su boca para ayudarme a levantar.

            - A ver, déjame ver tu nombre. - Dije y tomé el collar que llevaba. - ¿Akamaru?

            - ¡Guau!

            - Encantado tipo grande, yo soy Naruto. - Le dije y le di mi mano. El perro correspondió a mi gesto tendiéndome la pata. - Vaya, eres un perro listísimo, ¿verdad?

            - ¡Guau!

            - Yo soy informático y estaba aquí porque creo que mi mejor amigo se ha vuelto loco, es adicto al gimnasio y ahora dice cosas como "Explota la primavera de tu juventud" o "La llama de la juventud está muy viva en ti, Naruto, amigo", ¡vaya que sí!.

            - ¿Guau?

            - Sí, eso pienso yo también, ttebayo. - Hablé y caminé un rato con el perro. - Encima llevo sin comerme un rosco cerca de un año porque me lié con el hermano de mi novio, dattebayo.

            - ¡Guau, guau, guau!

            - Ya sé que no está bien, pero qué quieres, la carne es débil.

            - ¡Guau!

            - Sabía que me entenderías. - Acaricié la cabeza del animal y él respondió a mi gesto lamiéndome la mano. - Sabía que tú y yo nos íbamos a llevar bien, ttebayo.

            Y dime, ¿tu dueño es una chica?

            - Guau.

            - ¿Es un chico?

            - ¡Guau, guau!

            - Ya veo, daré por hecho que es un chico.

¿Es guapo? Si lo es hazme dos ladridos.

            - Guau, guau.

            - ¿En serio? ¿Y tiene novia?

            - Guau.

            - ¿Novio?

            - Guau.

            - ¿Y crees que podría gustarle yo, ttebayo?

            - Guau.

            - ¿En serio?

            - Guau, guau, guau, guau, guau.

            - Vale, prometo que si ligo con él no pienso engañarle, ¿satisfecho?

            - Guau, guau.

            - Vale colega, pues si tengo tu bendición y le gusto, prometo que lo haré feliz, dattebayo.

            - ¡Guau, guau!

            - ¡Akamaru! ¡Akamaru! ¡Oye, perdóname no quería ofenderte! - Un muchacho moreno, con un par de marcas rojas en su mejilla apareció ante mí y Akamaru.

            - ¡Guau, guau, guau! - Akamaru se alejó de mí y se lanzó contra su dueño, logrando con el impacto que el condenadamente sexy moreno se cayera al suelo.

            - ¿Te ha ayudado ese chico?

            - Guau, guau.

            - ¿Y se ha portado bien contigo?

            - ¡Guau, guau!

            - Vale, vale. Ya me presento. - El chico se acercó a mí y literalmente se me paró el corazón en el pecho.

            ¿Sabéis lo que dicen de que si encuentras al verdadero amor de tu vida el tiempo se para un segundo?

            Pues es verdad.

            - Hola, muchas gracias por cuidar a Akamaru. - El me tendió la mano. - Me llamó Kiba.

            - Yo... esto... soy... - La verdad empecé a juguetear con mis dedos como mi amiga de la infancia Hinata cada vez que ve a un chico que le gusta. - Me... soy... yo...

            - ¡Ja, ja, ja! Me recuerdas muchísimo a Hinata.

            - ¿Conoces a mi Hina? - Pregunté sorprendido.

            - ¿Tú Hina? - Kiba me miró extrañado. - Que yo sepa Hinata tiene novio y no eres tú precisamente.

            - ¡No, no mía en ese sentido, ttebayo! - Dije a modo de disculpa. - Es mi mejor amiga de la infancia, dattebayo.

            - ¿Y tú quién eres? - Cerró los ojos un instante y luego me miró con ellos muy abiertos. - ¡El famoso Naruto Uzumaki!

            - ¿Eh?

            - Hina me contó la historia de esos dos morenos que eran hermanos y que te pillaron con las manos en la masa...

            - ¡Kuso yo no tuve la culpa! - Protesté. - La carne es débil y si a ti se te lanzara un hombre como Itachi a los brazos estoy convencido de que caerías...

            - Lo dudo, siempre he preferido a los rubios. - Murmuró. - Y dime, ¿Qué planes tienes para esta noche?

            - ¿Guau?

            - Vamos, Akamaru, no te preocupes me sé cuidar solo.

            - Guau, guau, guau.

            - Mi estómago lanzó un dolorido rugido en ese momento y yo me sonrojé.

            - ¿No has comido hoy? - Me preguntó Kiba.

            - Es que... yo... pues...

            - Anda, te invito al Ichiraku Ramen, allí sirven un ramen delicioso. - Despreocupado me tomó del brazo y me condujo hacia un local que estaba muy bien iluminado y que regentaba un hombre mayor.

            - ¡Dos especiales! - Pidió Kiba.

            - ¿Sabéis eso que dicen de que a un hombre se le conquista por el estómago?

            ¡Doy fe, es cierto!

Desde ese día en el Ichiraku no he podido separarme de Kiba.

            ¡Ah, por cierto!

 También me he hecho adicto a una cosa, soy adicto a mi novio Kiba Inuzuka.

            Así que no me veréis por ahí vestido con mallas verdes gritando "viva la primavera de la juventud" o "explota la llama de tu juventud", pero es probable que me encontréis en un parque de la mano de Kiba y jugando con Akamaru.

Notas finales:

¿Y bien?

Espero que os hayáis reído tanto como yo cuando lo escribía.

 


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