Romantiside por napy no tenshi

[1] -Aire-

Enredados entre las sabanas, piernas entrelazadas y aspirando el dulce aroma de su amante; Grimmjow entiende que Luppi es tan necesario como el aire que respira.

Antes de comenzar su relación, recordaba haber estado celoso de cada comida que el pelivioleta probaba; Que derecho tenían las manzanas en besarlo antes que el?

Grimmjow se le acerca por la espalda y, con su voz mas sensual, le dice un trillado "Linda ropa muñeca, se vería genial tirada en el piso de mi habitación"- Lo próximo que recuerda el seis es una cachetada y luego un inesperado "SOY UN HOMBRE" del otro.

Fue la primera vez que vio la liberación de Luppi cuando noto que no todos los insectos son desagradables.

Amargo, oscuro y de apariencia repulsiva, nunca entendería la manía del neko de tomar uno cada mañana; el prefería que le trajeran a la cama un te con mucho azúcar.

Contuvo un jadeo mientras ciertas manos traviesas recorrían sus delgadas piernas, sorteando esa parte por supuesto, Luppi maldijo internamente a su novio y se dijo que era la primera y ultima que le permitía vendarle los ojos.

El sonido sordo de un puño contra la pared de su cuarto fue lo único que escucho cuando le dijo al peliceleste que terminaban.

Tardo unas semanas en entender que si cierto pelivioleta dejaba su puerta abierta por la noche no era por que quería algo de acción- Si Luppi lo quería, iría a su habitación el solo.

Cierta vez Grimmjow se resfrió y estuvo en cama varios días, con Luppi como su enfermera personal; el seguía pensando que enfermarse era muy desagradable, pero que Luppi le diera de beber boca a boca valía la pena.

"Grimmjow senpai, me explicaría la tarea de matemáticas?" Estaba a punto de preguntarle de que demonios hablaba cuando descubrió lo cortas que eran las faldas de colegiala y lo bien que se veía su novio con una puesta.

Desvió su mirada a la ciudad bajo sus pies, preguntándose si cada pueblucho en la Tierra era como Karakura; "Que aburrido, Las noches al menos tiene mayor fauna que unas palomas"

La sangre fresca se desliza por su recién recuperado brazo izquierdo y Grimmjow ríe estruendosamente mientras le recuerda al que ya no puede oírlo que el es la sexta espada; Su risa estruendosa y psicótica como el equivalente al "Descansa en paz" que cruza su mente.

Luppi nunca estuvo mas seguro de que dios lo odiaba que cuando, tras la paliza que acababa de recibir de cierto shinigami freezer, la primera persona que se encontró en Las noches fue EL- Sin darle tiempo de hablar siquiera le dijo "Un tropiezo no es caída" antes de correr a la sala de reuniones.

Si le preguntas a Grimmjow que es el fuego, probablemente no responda, estará muy ocupado recordando la ultima vez que estuvo en llamas; Es probable que a lo lejos escuches a Luppi estornudar.

Grimmjow disfruta mucho la intimidad con su novio, desde la sensación de sus labios cuando se besaban castamente por las mañanas hasta los gemidos/jadeos ahogados cuando lo hace terminar pero su detalle favorito era sin duda la... flexibilidad que demostraba entre las sabanas, realmente se podía hacer eso?

Algunas personas dicen que cuando besas por primera vez te sientes como si volaras; Ellos no concuerdan ya que se sienten así cada vez que lo hacen.

Noitora le había dicho una vez que hablaban del mundo humano que si había algo que poseía en demasía, eran los dulces, alegando que el chocolate era lo mejor que podría comer en su vida- Nada personal, pero prefería que su peliceleste lo comiera a cualquier golosina.

La risa de Luppi estuvo sonando en sus oídos días enteros, quien diría que el pelivioleta tenia tantas cosquillas en los pies?

"... Ichigo vino al Hueco mundo por su amiguita, pero el idiota se dejo atrapar por Ulquiorra. Si, ahora mismo voy a por ella para que lo cure, acaso esperas que deje a ese idiota quedarse con MI presa?" Grimmjow le sonríe a la tumba de su ex, como si este aun pudiera escuchar sus confesiones.

Unas gotas de sudor frio recorrieron su espalda y se pregunto seriamente si Luppi esperaba que se comiera ESO; Se vería muy lindo en delantal de cocina, pero ni eso lograría que se comiera una carne misteriosamente verde.

En días como ese -con Grimmjow llevando todo el día con un zumbido molesto en la cabeza y por lo tanto tan intratable como una diva con histeria- Luppi ya sabia que hacer; Un beso en la frente y oídos sordos a cualquier protesta.

A veces estaba tentado de preguntarle al peliceleste cosas sobre sus tiempos como humano y hollow con el irracional deseo de conocer un poco mas de el, mas nunca lo hizo; Estaba seguro de que el no sabría que responder si el neko cuestionaba lo mismo.

No era que le molestara - por que en serio, no lo hacia- pero no podía evitar pensar que si el tuviera que andar por la vida con un traje tan afeminado y una espada rosa, su honor saldría gravemente herido.

"Realmente espero que el que me hallas citado aquí valga la pena" Apenas termino esa frase, sus labios fueron sellados por los del otro, dejando a Luppi bastante aturdido; Como respuesta a cualquier duda, Grimmjow solo dijo: "Se que eres un hombre.. y aun creo que tu ropa se vería bien en el piso de mi habitación"

"Te dije que cerraras las ventanas antes de irte a dormir" Le regaño mimosamente el andrógino, aun sin dignarse a abandonar su lugar acurrucado en el pecho del neko, el cual maldecía la luz matutina que se había atrevido a sacarlo de sus sueños.

La primera vez que se sintió perdido cerca de Luppi y solo de Luppi corrió a buscar ayuda femenina; Lo mas cercano a eso fue Lolly, la cual tras oír los "síntomas" lo miro a los ojos con expresión aburrida y clasifico su enfermedad con una palabra "amor".

Es solo un instante, un simple vistazo de su vida pasada, pero Grimmjow recuerda el frio metal de una Coltwalker contra su cráneo y el sonido de un disparo- Aun hoy se pregunta si esa fue su muerte y por eso cada que lo visualiza su corazón parece saltarse un latido.

Cuando el ojivioleta le dijo que le enseñaría sus nuevas botas no se espero esto; Verlo vistiendo un aterciopelado y estilizado vestido corto, pantimedias gris oscuro y sus dichosas botas: unas elegantes Stiletto negras de tacón alto... era posible morir por perdida de sangre?.

"Algún día tiene que irse, Grimm..." mas este se negaba tercamente; Tirar su primera chaqueta no era negociable por mas destrozada que estuviera.

La paz podrá ser la pesadilla de todo guerrero, siendo que el campo de batalla es su hogar, mas en tardes como esa cuando la pareja se dedicaba a pasar el tiempo juntos simplemente ya sea dormitando junto a algún ventanal o solo discutiendo sobre el orden de las espadas, ambos concuerdan en que hay mas cosas en la vida que la guerra.

"Sabes algo sobre el veneno, Grimm? puedes volverte adicto a el" la mirada que recibió era un equivalente a un deja de decir bobadas "voy en serio, algunos venenos hacer sentir a la victima bien... y te matan lentamente..." su monologo fue interrumpido por una suave voz en su oído "me dejas envenenarte?..."

Por mas que lo intentara, no encontraba otro adjetivo para su novio ahora que "lindo"...bueno, "lindo" y "sexy", lo primero por la dulce y natural inocencia de sus gestos y la femenina apariencia; Lo segundo... tenia puesto un jodido traje de conejita playboy, hace falta decir algo?

Grimmjow realmente odia el agua, eso nunca cambiaria; Por eso cuando Luppi tardo mas de lo habitual en su paseo matutino por Hueco mundo y Jaggerjack fue a buscarlo sin importarle que lloviera a cantaros, el ojivioleta realmente entendió que tan enserio iba con el.

Desde la llegada de Orihime a Las noches, Grimmjow pasaba horas viendo por los ventanales o acostado en su habitación - Todos tenían su propia teoría, pero solo Halibel cuando lo atrapo cavando una tumba para el ex-6 tuvo la mas exacta.

Cierta vez Luppi le comento que en la cima de un risco crecían unas rosas negras realmente lindas y lo agradable de su aroma, mientras Grimm trataba de entrenar; A la mañana siguiente dichas rosas aparecieron sobre su cama al despertar, al igual que unas misteriosas manchas de tierra en los blancos pantalones de su novio.

Parecía imposible que , siendo ambos asquerosamente honestos, pudieran mantener su relación en secreto para con los demás, mas cuando terminaron besándose luego de unas cuantas botellas de sake frente a todas las espadas, todos parecían sorprendidos, y hasta traumados; Hasta Aizen.

Nunca había tenido oportunidad de cruzar palabra con Ichimaru siquiera, pero desde la vez que lo vio invadiendo el espacio personal de su novio, Grimmjow le deseaba una muerte lenta y dolorosa, principalmente dolorosa.

La cosa favorita de Luppi sobre la nieve era que Grimmjow, como el neko friolento que era, se apegaba a el desesperadamente en busca de calor; Luego de eso vendría el chocolate caliente de Menoly, claro.

"En serio, no vuelvo a dejar que hagas la cena, puedes usar el delantal para lavar los platos" y al pelivioleta solo le quedo asentir mientras echaba el bloque solido de pasta que debía ser fideos para dos a la basura.

Las chicas de las noches (mas bien, los arrancares femeninos) se volvían locas al llegar la estación del amor, como llaman a la primavera y llenaban Las noches de flores varias; Cuando descubrió que Luppi se ponía igual y llenaba sus recamaras de orquídeas y rosas rojas sintió ganas de llorar.

Cuando Luppi pudo usar estable para decidir su relación decidió terminarla al instante, en tiempos de guerra lo estable es lo primero en caer.

Nunca entendería del todo como Luppi podía vestir faldas al menos un cuarto del día y discutirle cuando le decía travesti o de sexo dudoso, menos como luego salía con que era para el -aunque adoraba ese detalle, para que negarlo-.

Ese verano Grimmjow llevo a Luppi a un festival en Japón, con la excusa de no tener nada mejor que hacer; Fue cuando volvían de este, vistiendo yukatas y tomados de la mano que anoto mentalmente no tener nada mejor que hacer el año próximo por esas fechas.

"NI LOCO!"- Luppi recogió las pobres orejitas de gato del suelo, preguntándose que tenia de terrible su petición para justificar el arrebato de cólera del seis.

La mueca de asco de su novio podría pasar a la historia "Y te quejas de como cocino?!" un feo tic amenazo en aparecérsele.

Los shinigamis iban a enfrentarlos con todo y ellos estaban preparados para la guerra desde el inicio... Probablemente todos los arrancares sintieran ese mismo instinto de guerra animal arrastrándolos al campo de batalla.

"No es gracioso!" clamaba el neko mientras buscaba algo con que secarse luego de caer al rio, su novio en medio de un ataque de risa- No era en si que no supiera nadar, sino que había maullado apenas se las apaño para salir.

Grimmjow nunca se sintió mas en casa que el día que Luppi corrió a recibirlo con los brazos abiertos apenas regresaba de una misión cualquiera.

Ese invierno Luppi tejió una bufanda azul para que ambos usaran juntos; Noitora los molestó a morir, pero valió la pena.

Nunca creyó que haría eso con su espada, pero allí estaba, grabando sus iniciales en un bobo árbol por una aun mas boba costumbre humana, mas al ver la mirada emocionada en los ojos de Luppi se resigna y sigue marcando la madera.