El humano elevado.
"...esto es lo que soy, un escapista, un buscador del paraíso..."
Cuando la conferencia termino Haruka , Kantarou y Youko salieron y la brisa fresca de la noche agito los cabellos negros y claros, entremezclandolos en el aire. Comenzaron a pasear, guiados por Kantarou que no tenia ni idea de a donde iria, pues las okiyas que el conocia ya se encontraban cerradas.
Haruka noto que la sacerdotisa tiritaba de frio, asi que se quito su gabardina y se la puso sobre los hombros, pero luego, al ver a la otra joven tambien con frio se detuvo, se quito el chaleco y lo tiro en el piso, luego se desabotono lentamente la camisa, ante la atenta mirada de tres mujeres, bien iluminado por un farol de gas, y le puso la camisa sobre los hombros a Youko, sonriendole , y luego se puso el el chaleco.
-Que perfecto caballero.-dijo la conferencista,a sus espaldas.
-Oh, tu! ¿Qué haces aquí?-le pregunto Haruka, mlesto, pensaba que iba a ser difícil quitar de en medio a Youko y ahora solo faltaba que aquella mujer tambien se metiera de salero.
-Voy a mi hotel, queda a dos cuadras.-le dijo la pelivioleta, bueno, pelo negro con tintes violetas.
-Te acompañamos-dijo Kantarou-Me gusto tu conferencia. Ahora que estamos a solas-siguio cogiendo los fólderes de cuero de manos de la mujer-dime, ¿es verdad que quemaban a la gente solo por leer un libro?
-Si, es verdad, aunque la mayoria de las veces era injusto. Casi siempre ardian inocentes, pues, aquí entre nosotras y con dispensa del caballero-Haruka inclino gracioso su cabeza-los culpables solian quedar incolumnes.
-¿Cómo?
-Bueno, si realmente estas en tratos diabolicos, no lo vas a andar pregonando, y tu socio te prestara ayuda, bueno, eso si eres habil, sino, al invocarlo, terminas convertido en un monton de inútiles pedacitos.
-Kyaa!!!-chillo youko-¿No podrian hablar de otra cosa?
-Bueno... ¿Cómo se llaman?-pregunto la mujer
-Yo soy Kantarou, ella es Youko y el es Haruka. Lo acabo de conocer, y es ingles.
-¿Es ingles y se llama Haruka?-pregunto la mujer con una fina ceja levantada.
-En realidad soy español y me llamo don Alvaro de la Marca.
-Mis respetos-la chica se inclino-señor conde de Guadalmedina. Habeis cambiado bastante desde hace dos mese que nos vimos. Rejuvenecido como 40 años, para empezar.
Haruka se rio.
-Me habeis descubierto, lo admito. No tengo problema en ser llamado Haruka y no tengo ninguna nacionalidad.
-Muy misterioso, o solo que se trate de demoras burocraticas a la hora de pedir un cambio de nacionalidad.
-No es el caso, señora...
-Biondetta, supongo, -contesto y Haruka la miro con suspicacia.
-Biondetta, que bonito nombre-dijo Kantarou, y Youko chan abrio mucho los ojos el ver que el nombre que declaraba la mujer no era el apuntado en la conferencia.
-Gracias linda, oye, ¿te puedo preguntar? ¿no es raro para una miko llevar el pelo corto?
-Umh, pues, en realidad-Kantarou estaba muy rojo y avergonzado-no soy una miko, soy un folklorista practicante de zen-jutsu, solamente.
-Ah, vale, y eres varon.-dijo sorprendida, aunque menos que Haruka, la mujer-Pues mira que eres guapo.
-Oh, gracias-balbucio Kantarou tan rojo que parecia a punto de hechar llamas.
-Bueno, este es mi hotel. -señalo el enorme "Her Majesty´s Inn" a sus espaldas. -¿Puedo invitarolos a tomas un trago? Tengo barra libre.
-No, para nada.-dijo Haruka tajante- No puedo permitir que una dama me invite cuando yo puedo hacerlo. Ademas, estaremos mas comodos con el servicio a cuarto de mi suite imperial.
-Valgame caballero, por lo menos por lo acaudalado bien podrias ser el conde de Guadalmedina.-dijo Biondetta, y miro como los ojazos rojizos de Kantarou calculaban yenes, pero sin codicia. Luego se sonrio y miro travieso a Youko, moviendo la naricita en direccion al rico chico. Youko nego aterrorizada con la cabeza.
Porque esa era la seña de : te ordeno que te ligues a este tio para sacar dinerito para los pobres huerfanitos, los muros derrumbados de nuestro templo y las encuadernaciones de los pergaminos que estan por los cielos.
-Bah, -Haruka hizo ademan como de espanta una mosca-no le deis importancia. "Mia es la tierra y la espada en la piedra, mia es la corona del idolo"-recito
-No lo dudo ni tantito. -Biondetta lanzo una inteligente mirada a Haruka,y este mantuvo una cara inocente como la primer nevada del mundo.-Entremos, que este viento esta arreciando.
Haruka ofrecio su brazo a Biondetta y Kantarou y Youko entraron normales. Y en el trascurso de la velada, entre un amaretto y otro Biondetta se daba cuenta de las intenciones del pelinegro, aunque no alcanzaba a darse cuanta del alcanze de estas.
Observaba asimismo al lindo folklorista y los sentimientos tan a flor de piel suyos, obvios para todos menos para el mismo, y la preocupación de aquella chica que no dejaba de recordarle a una zorrita de los campos nipones, sin saber porque. O quizas si lo sabia, pero no se decia asi misma: porque lo mas delicioso es siempre engañarse a si misma.
Y cuando el viento trajo los tronidos de los rayos y el aroma de tierra subitamente mojada, a la medianoche, el corazon de la mujer se enternecio y penso que era tan romantico todo aquello que tenia que ayudarlos.
-Valgame, se nos ha venido un tormenton, y en esta ciudad no hay servicio de coches de alquiler nocturnos! Estoy tan avergonzada, os hize perder el tiempo y ahora tendreis que aceptar mi hospitalidad, Kantarou, Youko.
-Gracias, Bion-chan-dijo muy contento el chico. Se habia puesto bastante contento con dos copas de champaña, el pobrecillo.
-¿Bion chan?-repitio haciendo pucherito la pelivioleta-Oye Haruka, ¿puedo pedirte un favor? Dale hospitalidad a Kantarou, por favor, y que Youko se quede en mi habitación.
-Por supuesto, pero quedense vosotras en la suite...
-No, como crees, ya bastante hemos abusado de tu caballerosidad-se nego Biondetta-Youko san, yo solo puedo ofrecerte la cama de mi simple y pobre habitación, pero te la ofresco de todo corazon.
-Si, gracias-suspiro aliviada la pelicafe, quien no podia dejar de sentir una sensación de peligro cuando el pelinegro estaba cerca. Y cuando la tocaba la adrenalina se le ponia a mil por hora. Miro preocupada a Kantarou antes de que la puerta se cerara a sus espaldas, ya habria jurado que la sonrisa que el joven le dirigió a Biondetta era de agradecimiento.
La mujer se rio y saco un papelito del bolsillo interior de la camisa de Haruka, que Youko aun llevaba puesta. Lo leyo y se volvio a reir.
-¿Qué es tan gracioso Biondetta san?-le pregunto mientras entraban a la habitación de la joven.
-Nada-le contesto ella. Si iba a jugar a ser la abogada del diablo, lo haria bien. No le diria a Youko san que el papelito en el bolsillo era la factura por el alquiler de tres semanas de un cuarto sencillo en la "Posada del Tesorero", vigente desde hacia 9 dias y a nombre de Don Alvaro. Asi, sin apellidos, como en aquella novela de Jaques Cazzote, "El Diablo enamorado" Y se pregunto hasta que punto el joven pelinegro era diablo porque enamorado lo era. .
Continuara...