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El diablo enamorado. por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:

Konichiwwa! Bueno, antes que nada gracias a quienes me dejan review, eso me da animos para seguiros "torturando", muajajaja...

No habia podido actulizar antes porque el dia que no me fallaba la laptop, la Comision Nacional de Electricidad se cargaba el internet por accidente o no faltaba que ... si os contara que otro pequeño detalle me queria disuadir de seguir escribiendo... no os lo creeriais, jeje, nos leemos.

 

 

El humano elevado.

 

                                                               "...esto es lo que soy, un escapista, un buscador del paraíso..."

 

Cuando la conferencia termino Haruka , Kantarou y Youko salieron y la brisa fresca de la noche agito los cabellos negros y claros, entremezclandolos en el aire. Comenzaron a pasear, guiados por Kantarou que no tenia ni idea de a donde iria, pues las okiyas que el conocia ya se encontraban cerradas.

 

Haruka noto que la sacerdotisa tiritaba de frio, asi que se quito su gabardina y se la puso sobre los hombros, pero luego, al ver a la otra joven tambien con frio se detuvo, se quito el chaleco y lo tiro en el piso, luego se desabotono lentamente la camisa, ante la atenta mirada de tres mujeres, bien iluminado por un farol de gas, y le puso la camisa sobre los hombros a Youko, sonriendole , y  luego se puso el el chaleco.

 

-Que perfecto caballero.-dijo la conferencista,a sus espaldas.

 

-Oh, tu! ¿Qué haces aquí?-le pregunto Haruka, mlesto, pensaba que iba a ser difícil quitar de en medio a Youko y ahora solo faltaba que aquella mujer tambien se metiera de salero.

 

-Voy a mi hotel, queda a dos cuadras.-le dijo la pelivioleta, bueno, pelo negro con tintes violetas.

 

-Te acompañamos-dijo Kantarou-Me gusto tu conferencia. Ahora que estamos a solas-siguio cogiendo los fólderes de cuero de manos de la mujer-dime, ¿es verdad que quemaban a la gente solo por leer un libro?

 

-Si, es verdad, aunque la mayoria de las veces era injusto. Casi siempre ardian inocentes, pues, aquí entre nosotras y con dispensa del caballero-Haruka inclino gracioso su cabeza-los culpables solian quedar incolumnes.

 

-¿Cómo?

 

-Bueno, si realmente estas en tratos diabolicos, no lo vas a andar pregonando, y tu socio te prestara ayuda, bueno, eso si eres habil, sino, al invocarlo, terminas convertido en un monton de inútiles pedacitos.

 

-Kyaa!!!-chillo youko-¿No podrian hablar de otra cosa?

 

-Bueno... ¿Cómo se llaman?-pregunto la mujer

 

-Yo soy Kantarou, ella es Youko y el es Haruka. Lo acabo de conocer, y es ingles.

 

-¿Es ingles y se llama Haruka?-pregunto la mujer con una fina ceja levantada.

 

-En realidad soy español y me llamo don Alvaro de la Marca.

 

-Mis respetos-la chica se inclino-señor conde de Guadalmedina. Habeis cambiado bastante desde hace dos mese que nos vimos. Rejuvenecido como 40 años, para empezar.

 

Haruka se rio.

 

-Me habeis descubierto, lo admito. No tengo problema en ser llamado Haruka  y no tengo ninguna nacionalidad.

 

-Muy misterioso, o solo que se trate de demoras burocraticas a la hora de pedir un cambio de nacionalidad.

 

-No es el caso, señora...

 

-Biondetta, supongo, -contesto y Haruka la miro con suspicacia.

 

-Biondetta, que bonito nombre-dijo Kantarou, y Youko chan abrio mucho los ojos el ver que el nombre que declaraba la mujer no era el apuntado en la conferencia.

 

-Gracias linda, oye, ¿te puedo preguntar? ¿no es raro para una miko llevar el pelo corto?

 

-Umh, pues, en realidad-Kantarou estaba muy rojo y avergonzado-no soy una miko, soy un folklorista practicante de zen-jutsu, solamente.

 

-Ah, vale, y eres varon.-dijo sorprendida, aunque menos que Haruka, la mujer-Pues mira que eres guapo.

 

-Oh, gracias-balbucio Kantarou tan rojo que parecia a punto de hechar llamas.

 

-Bueno, este es mi hotel. -señalo el enorme "Her Majesty´s  Inn" a sus espaldas. -¿Puedo invitarolos a tomas un trago? Tengo barra libre.

 

-No, para nada.-dijo Haruka tajante- No puedo permitir que una dama me invite cuando yo puedo hacerlo. Ademas, estaremos mas comodos con el servicio a cuarto de mi suite imperial.

 

-Valgame caballero, por lo menos por lo acaudalado bien podrias ser el conde de Guadalmedina.-dijo Biondetta, y miro como los ojazos rojizos de Kantarou calculaban yenes, pero sin codicia. Luego se sonrio y miro travieso a Youko, moviendo la naricita en direccion al rico chico. Youko nego aterrorizada con la cabeza.

 

Porque esa era la seña de : te ordeno que te ligues a este tio para sacar dinerito para los pobres huerfanitos, los muros derrumbados de nuestro templo y las encuadernaciones de los pergaminos que estan por los cielos.

 

-Bah, -Haruka hizo ademan como de espanta una mosca-no le deis importancia. "Mia es la tierra y la espada en la piedra, mia es la corona del idolo"-recito

 

-No lo dudo ni tantito. -Biondetta lanzo una inteligente mirada a Haruka,y este mantuvo una cara inocente como la primer nevada del mundo.-Entremos, que este viento esta arreciando.

 

Haruka ofrecio su brazo a Biondetta y Kantarou y Youko entraron normales. Y en el trascurso  de la velada, entre un amaretto y otro Biondetta se daba cuenta de las intenciones del pelinegro, aunque no alcanzaba a darse cuanta del alcanze de estas.

Observaba asimismo al lindo folklorista y los sentimientos tan a flor de piel suyos, obvios para todos menos para el mismo, y la preocupación de aquella chica que no dejaba de recordarle a una zorrita de los campos nipones, sin saber porque. O quizas si lo sabia, pero no se decia asi misma: porque lo mas delicioso es siempre engañarse a si misma.

Y cuando el viento trajo los tronidos de los rayos y el aroma de tierra subitamente mojada, a la medianoche, el corazon de la mujer se enternecio y penso que era tan romantico todo aquello que tenia que ayudarlos.

 

-Valgame,  se nos ha venido un tormenton, y en esta ciudad no hay servicio de coches de alquiler nocturnos! Estoy tan avergonzada, os hize perder el tiempo y ahora tendreis que aceptar mi hospitalidad, Kantarou, Youko.

 

-Gracias, Bion-chan-dijo muy contento el chico. Se habia puesto bastante contento con dos copas de champaña, el pobrecillo.

 

-¿Bion chan?-repitio haciendo pucherito la pelivioleta-Oye Haruka, ¿puedo pedirte un favor? Dale hospitalidad a Kantarou, por favor, y que Youko se quede en mi habitación.

 

-Por supuesto, pero quedense vosotras en la suite...

 

-No, como crees, ya bastante hemos abusado de tu caballerosidad-se nego Biondetta-Youko san, yo solo puedo ofrecerte la cama de mi simple y pobre habitación, pero te la ofresco de todo corazon.

 

-Si, gracias-suspiro aliviada la pelicafe, quien no podia dejar de sentir una sensación de peligro cuando el pelinegro estaba cerca. Y cuando la tocaba la adrenalina se le ponia  a mil por hora. Miro preocupada a Kantarou antes de que la puerta se cerara a sus espaldas, ya habria jurado que la sonrisa que el joven le dirigió a Biondetta era de agradecimiento.

 

La mujer se rio y saco un papelito del bolsillo interior de la camisa de Haruka, que Youko aun llevaba puesta. Lo leyo y se volvio a reir.

 

-¿Qué es tan gracioso Biondetta san?-le pregunto mientras entraban a la habitación de la joven.

 

-Nada-le contesto ella. Si iba a jugar a ser la abogada del diablo, lo haria bien. No le diria a Youko san que el papelito en el bolsillo era la factura por el alquiler de tres semanas de un cuarto sencillo en la "Posada del Tesorero", vigente desde hacia 9 dias y a nombre de Don Alvaro. Asi, sin apellidos, como en aquella novela de Jaques Cazzote, "El Diablo enamorado" Y se pregunto hasta que punto el joven pelinegro era diablo porque enamorado lo era. .

 

Continuara...

Notas finales:

Nos leemos en tres, cuatro dias a lo mucho chic@s! Bueno, si antes no me derrito con el puñetero calor que hace en estas latitudes...


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