La luz de la lámpara apenas iluminaba las hojas del libro, pero si prendía la luz todos se darían cuenta que estaba despierto, y lo terminarían regañando, así que tendría que seguir resignado a esa descasa luz.
Leyó una paginas mas y cerro el libro dejando en la mesita de noche.
Cerro los ojos y volteó a ver su reloj los números digitales marcaban las 12:10 a.m., nunca le habían gustado los relojes de manecillas, pues el ruido que hacían le molestaba, no es por que le molestaran para dormir ya que, hacia mucho había olvidado como dormir, si no que simplemente ese sonido le molestaba.
Volvió a cerrar los ojos, y suspiro, hacia cuanto tiempo había olvidado esa función tan vital, para el humano como dormir, solo podía dormitar en ciertas ocasiones y todas eran de día; mientras pensaba en todo aquello, pudo oír, como entraban a su cuarto sin hacer mucho ruido, abrió los ojos, y observo la figura moverse entre la sombras.
-Te esperaba, sueles ser mas puntal, Mello- decía mientras aquella figura abría las cortinas dejando entrar la luz de luna, y dejaba ver su delgada figura, y rubios cabellos.
-Cállate, y se un buen perro Matt- decía acercándose al chico de la cama -Recibe a tu amo- y sin dejar que el otro chico pudiera contestar, se aventó a contra el, dejando atrapo al otro chico entre su cuerpo y la cama. Ambos chicos buscaron sus bocas con desesperación, en la oscuridad apenas guiados por la pálida luz de la luna.
Mello tomo a Matt por la nuca, en un intento que su beso fuera mas profundo, que su lengua pudiera, entrar y saborear mas de la boca de Matt, ambas lenguas mantenían una intensa lucha por tener el control, pero como siempre Mello terminaba ganado; sus lenguas se enredaban y sus dientes chocaban. Solo se separaron cuando les hizo falta el aire
Mello se separo del cuerpo de Matt y tuvo la mejor visión para empezar su noche, este estaba sonrojado, con los ojos cerrados, la boca entreabierta y respiraba con dificultad
-Ahhh M-mello- gimió Matt, cuando por fin tuvo algo de aire; podía sentir, las frías manos de Mello colarse bajo su pijama, eso hizo que cada pelo de su cuerpo se erizara -Ahhhh- , Mello había pellizcado uno de sus pezones y esa era una de sus zonas mas sensibles, eso el rubio ya lo sabia, por eso le encantaba hacerlo.
-Es mejor oírte ladrar, y pedir por más- decía el rubio mordiendo el cuello del menor, se separo un instante solo para poder quitar las estorbosas, playeras de pijama.
Le encantaba la suave y blanca de Matt, le encantaba dejar su huella, por todo el cuerpo, del menor, morderlo, pellizcarlo, arañarlo, dejar aquejas marcas rojizas por todo el torso de “su” mascota.
-Ahhhh Mello, me lastimas- decía, entre jadeos, el cuerpo debajo de el, intentando detenerle, pero sabia que el rubio perdía todo sentido de delicadeza en esos momentos.
-Tu tienes, la culpa- dijo parando su tarea, -quien te manda tener la piel tan delicada, nenita?- decía en tono de burla, Matt solo se sonrojo, y Mello hizo una sonrisa de lado, y volvió a su trabajo, beso los labios del pelirrojo, con desesperación, cuando sintió que le hacia falta el aire, se separo y fue bajando, por el cuello, dejando un rastro de saliva, Matt soltaba pequeños gemidos, y eso le excitaba aun más, llego a una de las zonas sensibles de Matt, y empezó a Morder si tratase de uno de sus chocolates favoritos, hasta dejarlo totalmente duro, para poder pasar al otro.
Matt no paraba de gemir, y eso volvía loco a Mello, siguió lamiendo hasta llegar a la parte baja del abdomen, dio unos pequeños besos, y se levanto, con su dedo empezó a jugar, haciendo círculos. Para Matt era la gloria, sentía como mil descargas en su cuerpo.
Mello empezó a bajar los pantalones junto con los boxers, dejando a la vista la gran erección de Matt al descubierto, esto hizo que Matt se sonrojara aun más, Mello se acerco al odio, de este
-ya te conozco, por que te sonrojas- dicho esto lamió su oreja, Mello también, se quito su pantalón y su ropa interior.
Mello se volvió a costar sobre Matt , haciendo que sus erecciones chocaran, Mello gimió, al mismo tiempo que Matt.
Este se abalanzo, al cuello de Mello dándole besos, mordidas y lamidas, podía jurar que el sabor de piel de Este era a chocolate y eso le encantaba.
El menor fue recostado, pese al quejido , de haber separado, de su amante, Mello beso la parte baja de su abdomen obteniendo otro gemido, siguió dando besos, hasta llegar a la erección del pelirrojo.
Primero, lamió la punta, y fue bajando por el tronco, Matt no paraba de gemir, hasta que su tortura acabo y el rubio metió, la gran erección en su boca, y empezó a chupar, como su dulce se tratase, Matt tenia la espalda arqueada del placer, y sentía mil descargas en su cuerpo.
En un momento pudo abrir los ojos, y vio la cabeza del rubio, como seguía chupando, y su pelo desparramado, por su entrepierna, además podía sentirlo.
-Ahhhhh Mello, ya… no puedo- decía el pelirrojo, apunto de explotar, pero Mello no se separo, y el Matt se vino en la boca de rubio.
Mello se trago todo, lo que “su” mascota había sacado, lo miro sonriendo, y se acerco a sus labios
-pruébate, eres delicioso- y beso al menor fuertemente. Ahora ambos tenían el mismo sabor. El rubio llevo sus dedos a la boca del pelirrojo, que este lamió, volvió a sentir el sabor a chocolate. Cuando estuvieron listos, los coloco en la entrada del chico.
Metió el primero con mucho cuidado y empezó a moverlo, cuando vio que Matt ya se había acostumbrado, metió el segundo, y el tercero, haciendo movimientos circulares, los metía y sacaba, hasta que vio que ya estaba acostumbrado a la intromisión, los saco, Matt se quejo, y abrió los ojos quería ver todo lo que pasara a partir de ese momento.
Mello acomodo las piernas de Matt sobre sus hombros, y puso su erección en la entrada del menor, primero con cuidado metió la punta, pero Matt era tan estrecho, que no aguanto las ganas y entro de una embestida.
Matt grito por el dolor, Mello supo que había hecho, mal así que espero un poco para empezar a moverse, cuando vio que la expresión del pelirrojo se relajo, este empezó a embestirlo, pero no quería que su compañero solo viera, así que empezó a masturbarlo, las embestidas, iban cada vez mas rápido, hasta que por fin en un grito, Mello termino dentro de Matt, y al poco el termino en el pecho de ambos.
El rubio salio de Matt, y se acomodo de tras de el, para abrazarlo. Pasando su mano por la cadera de este, para entrelazar, sus manos.
-hoy me quedo- dijo a su oído, eso puso feliz a Matt.
Al poco rato pudo oír la calmada respiración de Mello, ya se había dormido.
De donde estaba, podía ver los números, digitales de su reloj 01:30
; el reloj que le había dado Mello, hacia 7 años , cuando cumplió los 10, y lo que dijo.
--Flash black--
Era el primero de febrero, y estaba encerrado, en su cuarto, no quería bajar a la tonta fiesta que le habían organizado, así que estaba jugando con su DS.
En eso, alguien entro aventando la puerta, el solo alzo la vista y vio a Mello, cerrando la puerta,
-Te traje algo, ya que no bajas- dijo apagando el juego, Matt puso mala cara
-Que es?- dijo viendo el paquete que traía, Mello se lo aventó, a las piernas, el pelirrojo lo abrió, y se sorprendió ya que nadie sabia de su deseo de tener un reloj digital. Alzo la vista y vio al rubio.
Esté se le acerco y lo tomo por la nuca, y lo beso desesperadamente, lo que sorprendió al pelirrojo, pero aun asi respondió el beso, cuando se separaron Mello vio al pelirrojo.
-Desde ahora, cuando al reloj marque las doce, serás mió- dicho esto salio, de la habitación.
Matt programó el reloj y lo puso en la mesita de noche.
--Fin flash black--
Ahora lo recordaba desde ese día había dejado de dormir, esperando que Mello llegara todas las noches, para hacerlo suyo.
Aunque eso no era necesario ya que siempre seria de el.