Capitulo 2.
-.Días después.-
-No, Yamada-san.- Byakuya lo detuvo al verlo.- No pongas los pies así o te caerás.- informó con voz fría.- Trata de esta forma...-dijo antes de poner una mano en la cintura de Hanatarou y con la otra golpeó levemente los muslos, para hacerlo separar los pies y ponerlos en la posición correcta.
Hanatarou se sonrojó como un semáforo en rojo cuando el capitán del Sexto Escuadrón tocó sus muslos y sintió un estremecimiento en el cuerpo, asi como un calorcito ahí donde tocaba, que no debía sentir.
Byakuya, que no se había dado cuenta de lo que su acción había causado en Hanatarou, se extrañó al sentir ese leve temblor que lo recorrió.
-¿Está bien, Yamada-san?- preguntó Byakuya al notarlo sonrojado. Tocó su frente a ver si tenía fiebre.
-N-no, no... y-yo estoy bien, Kuchiki-sama.- tartamudeó Hanatarou, sonrojado.
-No me mientas.- siseó frío.- Estás rojo y acalorado. Tal vez la capitana Unohana deba revisarte.- agregó Byakuya, sin demostrar su preocupación.
-No, Kuchiki-sama no es necesario, se lo aseguro.- dijo Hanatarou.
Byakuya asintió.
-De acuerdo, pero por hoy terminamos, vete a descansar, seguiremos mañana a la misma hora.
-S-Seguro, Kuchiki-sama.- asintió Hanatarou nervioso.
-¿Estás seguro de que te encuentras bien, Yamada-san?
-Si, Kuchiki-taichou.
-Bien, entonces vete.- dijo Byakuya, con su usual tono frió.
Hanatarou quiso irse corriendo como era su costumbre, pero el pobre se enredó con su propio pantalón del uniforme shinigami y se precipitó al piso. Así que, una vez más, Byakuya atajó su caída, tomándolo con naturalidad de la cintura y pegándolo a su cuerpo, para evitar que se cayera.
Hanatarou chocó contra el fuerte pecho de Byakuya, agarrándose a sus brazos para recuperar el equilibrio. Cuando levantó apenado la cabeza para disculparse con el capitán por su torpeza, quedó sin aliento al ver sus ojos negros que lo miraban fijamente, de una forma que lo hizo estremecerse.
Hanatarou se pasó la lengua por los labios sin saber que decir y sin poder dejar de observar esos ojos que lo atrapaban y atraían como imanes.
Byakuya se inclinó ligeramente y el chico entreabrió los labios, así que cuando Byakuya posó sus suaves labios sobre los suyos, el corazón de Hanatarou se detuvo por varios segundos, antes de volver a latir desbocadamente, mientras correspondía al beso del capitán.
Hanatarou se levantó en la punta de sus pies para poder rodear con sus delgados brazos el cuello de Byakuya, para lograr que sus labios se juntaran completamente. El mayor intensificó el beso, rodeando la cintura fina con sus brazos. Solo se separaron cuando la necesidad de aire se los exigió, con ambos respirando agitados, el mas pequeño sonrojado y Byakuya satisfecho, porque desde que lo había visto por primera vez temblando de miedo pero dispuesto a enfrentarlo para defender a Rukia tiempo atrás, había quedado fascinado por el pequeño.
-Y-yo...y-yo...- tartamudeó Hanatarou, pero Byakuya le puso un dedo suavemente en los labios, pidiéndole silencio.
-¿Te molestó?- preguntó. Hanatarou negó con la cabeza, con las mejillas adorablemente sonrojadas.- ¿Puedo volverte a besar?- pidió Byakuya, con delicadeza.
Hanatarou asintió, más rojo si era posible y con los ojitos anhelantes.
Byakuya sonrió levemente y volvió a besarlo.
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Mientras, ocultos alrededor del claro donde Hanatarou y Byakuya entrenaban, ciertos metiches los veían ocultos e incrédulos.
-Rukia, ¿tomaste fotos de eso?- jadeó Renji con los ojos abiertos al máximo.
La pelinegra asintió, tan atónita como su pelirrojo amigo.
-Renji... ese no es mi hermano, no lo puede ser, creo que me lo cambiaron.- dijo al fin lo que pensaba la Kuchiki menor.
Renji estuvo apunto de estar de acuerdo con ella, si no fuera porque recordó que solo con Hanatarou el capitán se comportaba así... a los demás seguía tratándolos de la misma forma fría e impersonal.
-Tenemos que vender estas fotos, es yaoi en vivo, a Orihime le interesarán.- comentó Yachiru, con una sonrisa muy contenta, al lado de Rukia, mientras comía sus caramelos.
-Hai.- respondieron los otros dos, aún atónitos.
Continuará...
Nota aclaratoria: En este momento, Rukia, Renji y compañía aún no han sido mandados a la tierra al colegio de Ichigo.