Los rayos de sol alumbraban poco a poco la habitación de aquel joven de 16 años, Sumeragi Subaru… ese día sería especial, según Hokuto-chan, y por ello lo había obligado a tomarse el día libre en su trabajo, bueno, cuando menos podría relajarse un rato…
Se levantó perezosamente, se estiró y sin cambiarse el adorable pijama de lunares que usaba, se dirigió a la cocina…
-Ohayou Hokuto-chan- saludó Subaru un poco adormilado
-¡Ohayou!- respondió su gemela que en ese momento se encontraba de espaldas preparando el desayuno –Tienes que apurarte, Sei-chan vendrá pronto y tu aún no estás listo-
-¿¡S…Seishiro-san?!-
-¡Claro!, ¡Hoy es San Valentín! ¡¿Crees que no lo iba a invitar?!- exclamó Hokuto fingiendo indignación – ¡Dios Subaru!, ¡¡No podría ser que una pareja enamorada como lo son ustedes no la pasen juntos el día de San Valentín!!
-¡Ahhh! H…Hokuto-chan!- exclamó el menor de los Sumeragi en extremo sonrojado -N… no es eso, solo me ha tomado por sorpresa-
-Mmm- musitó no muy convencida mientras servía el desayuno a su hermano –bien, come y ve a ducharte, Sei-chan ya debe estar por llegar-
-Haaai- respondió con un suspiro… comió el desayuno a pesar de no tener mucha hambre y seguidamente fue a ducharse rápido, estando listo una media hora después…
De pronto, sonó el timbre…
-¡Ah! ¡Debe ser Sei-chan!- gritó emocionada – ¡iré a abrir!- y sin más corrió a la puerta principal -¡Ohayou Sei-chan!-
Subaru solo escuchaba la voz de su hermana desde el recibidor y esperaba escuchar una segunda
-Ohayou, Hokuto-chan, gomen, me he retrasado un poco… etto… ¿Dónde esta Subaru-kun?-
Al oír esta pequeña pregunta el joven ojiverde se sonrojó como un tomate…
-Ah, Subaru está en la cocina, déjame ir a buscarlo, espérame-
-Hai-
-¿¡Subaru que estás esperando?! ¡Ya hay que irnos!- dijo Hokuto jalándolo del brazo
-D…demo…-
-¡Nada de peros! ¡Ya vamos!-
-E…espera, iré a buscar algo, adelántate por favor-
-Mmm- musitó Hokuto desconfiadamente –Esta bien, solo porque no pienso dejar a Sei-chan esperando-
Subaru por su parte, al confirmar que se encontraba solo, abrió el refrigerador y buscó entre todas las cosas algo en especial, sacando entonces aquello que había estado escondiendo desde hace un par de días, un chocolate con forma de corazón, hecho por el mismo (*.*)… lo miró unos segundos y, sin quererlo, sus mejillas se coloraron con un dulce y adorable rubor rosado… (Aaa *///*)
-¡Subaru! ¡¿Qué demonios haces?!- gritó Hokuto desde el recibidor
-Ah… ¡Ya voy!- respondió Sumeragi, tomó el chocolate, lo envolvió rápidamente, lo guardó entre sus ropas y salió de ahí…
-Y…ya estoy aquí-
-Ohayou, Subaru-kun, hoy te ves en especial lindo- comentó Seishiro con el objetivo de hacer sonrojar al pequeño… y dicho y hecho, Subaru se sonrojó hasta los dedos de los pies (xD)
-¡Ah! Seishiro-san ya deja de decir esas cosas -///-…-
Y Hokuto solo estaba de espectadora… -Bueno, bueno, ¡ya es suficiente!, vamos, sino el parque Ueno se llenará de gente y nosotros nos quedaremos parados-
-Haaai-
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En todo el camino Hokuto se la pasó hablando y hablando escandalosamente como era su costumbre, mientras Subaru se encontraba nuevamente en su batalla mental de “entregar o no entregar aquel obsequio”… hasta que por fin llegaron al parque Ueno, que, para su suerte, aún no estaba por completo lleno, y además los cerezos estaban comenzando a florecer…
-¡Ahhh, que hermoso!- exclamó Hokuto embelesada con el ambiente que se respiraba… -Busquemos un lugar…-
Unos minutos después, ya los tres se encontraban bajo la sombra de un cerezo casi por completo florecido, se sentaron y la Sumeragi comenzó a sacar la comida de la canasta que había preparado especialmente para ese día…
-Esto lo he hecho para ti, Sei-chan- habló Hokuto con un chocolate con forma de estrella en las manos…
-Oh, Arigato, Hokuto-chan- agradeció el mayor con una sonrisa…
-¡¡Ya que te he dado un chocolate en San Valentín tu tendrás que darme algo el Día Blanco!! ¡No se te olvide!-
-Por supuesto, ¿Cómo crees que me olvidaría de algo así, Hokuto-chan?, depuse de todo, eres mi cuñada, jajaja-
-¡¡Siii!!Tienes razón Sei-chan!! Jojojo- rió Hokuto, se notaba a leguas que le encantaba tomarle el pelo a su hermano y que mejor manera de hacerlo que esa (xD)
-¡¡Ahhh!! ¡Seishiro-san! ¡Hokuto-chan! ¡No digan esas cosas!-
-¡Pero que poco romántico eres Subaru!, ¡¡es San Valentín y ni siquiera te tomaste la molestia en preparar un chocolate para Sei-chan!!- cuestionó su gemela, pero sabía mejor que nadie que Subaru si había hecho dicho presente, y por más que quisiera ocultarlo ella siempre se daría cuenta, solo que su hermano no sabía que ella sabía que lo hizo (xD, siempre quise hacer eso)… aún así, de una manera u otra tenía que forzarlo a entregar ese chocolate…
-Y…yo… o////o…- ya no sabía que responder, se moría por entregar el chocolate de una vez, pero le daba un poco de vergüenza, ya que estaba segura de que después Hokuto le tomaría el pelo usando esa excusa…así que tal vez no tendría la oportunidad de dárselo…
-Oh, no te preocupes, Hokuto-chan, aún no he logrado enamorar a mi Subaru-kun, así que no merezco que el se tome la molestia de hacer un chocolate para mi- dijo Seishiro en un tono dramático y con un pañuelo en las manos…
-Seishiro-san- musitó Subaru, en parte lo había salvado, pero ahora se sentía culpable por ello…
-Hmph…mejor comenzamos a comer, ¡¡no quiero que Sei-chan se entristezca!! ¡¡Hoy nadie puede ponerse triste!!-
Subaru por un rato se quedó callado, siguiendo con su contienda mental, si no entregaba eso, todo su esfuerzo hubiera sido en vano…
Las horas pasaron y pasaron rápidamente sin que se diesen cuenta… hasta que estaba atardeciendo…
-Que lindo atardecer- murmuró Subaru observando aquellos colores anaranjados y amarillos que teñían el cielo…
Hokuto y Seishiro solo se limitaron a asentir… poco a poco, los rayos del solo se hicieron cada vez más escasos hasta casi desaparecer por completo…
-Ya es hora de irnos, iré a dejar las cosas en la camioneta, espérenme- dijo Hokuto y sin esperar respuesta, se alejó del lugar… haciéndolo a propósito para dejar que Subaru tenga una oportunidad de obsequiar a Seishiro aquello que no había podido en toda la tarde…
Al Sumeragi se le heló la sangre de solo ver que su gemela se alejaba… su corazón se aceleró considerablemente y su respiración se volvió un poco agitada… se moría de los nervios cada vez que se quedaba a solas con Seishiro-san…
-El cielo nocturno es bello… ¿no crees, Subaru-kun?-
Aquella voz tan apacible le sacó de sus pensamientos, regresándolo nuevamente a la realidad
-Eh… si, es muy hermoso- murmuró sonrosado pero mirando hacia aquel cielo lleno de estrellas que en Tokio nadie notaba… -S…seishiro-san…- le llamó con un hilito de voz
-¿Qué sucede, Subaru-kun?-
-B…bueno…yo…quiero decir…etto…yo…si hice un chocolate para ti…Seishiro-san- como siempre, Subaru nunca había sido bueno con las palabras, le costaba expresarse, pero esa vez tenía que hacer un esfuerzo…
Ese comentario tomó por sorpresa al ojimarrón…miró al pequeño y una expresión indescriptible se dibujó en su rostro, ¿Qué era eso que estaba…sintiendo?...algo de lo más extraño...por ahora solo se limitaría a sentirlo…
-¿Hablas en serio, Subaru-kun?- preguntó incrédulo…
-H…hai…- susurró casi inaudiblemente totalmente sonrojado mientras sacaba de su chamarra roja aquel dulce presente…
El Sumeragi en realidad se veía tan lindo de ese modo, eran seguramente los pensamientos ocultos de Seishiro
-Perdón por no entregarlo antes- dijo mirando al suelo extendiendo el chocolate…
-Eso no importa…- lo abrió y comió un pequeño pedazo –es delicioso…muchas gracias, Subaru-kun- agradeció con una sonrisa, se acercó un poco más, aumentando los nervios y la tensión…
-N…no tienes que agradecérmelo, Seishiro-san…-
Este, con su mano libre, acarició la blanca ahora sonrosada mejilla de SU Subaru
-S…seishiro-san- cerró los ojos por inercia ante esa caricia y esto fue como una invitación para besarle a ojos del mayor, lo observó unos instantes, era la imagen más hermosa e inocente, solo comparable con la noche en la que se había encontrado con por primera vez…
Se acercó un poco y poco más…estaban tan cerca que podían sentir la respiración del otro…
-¿Puedo?-pidió permiso antes de hacer cualquier cosa, recibiendo un leve asentimiento por parte de Subaru, que aún tenía los ojos cerrados…sin esperar ni un segundo más, rozó aquellos suaves labios que desde que los vio tuvo el deseo de besar, hasta que por fin se posesionó de ellos, fundiéndose en un beso casto y puro que por el momento no podía llegar a más…lo comprobó esa noche, los labios de Subaru…tenían el sabor del chocolate…
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Desde las sombras, una chica les espiaba, con la sonrisa más grande que nunca había existido –Y así acaba el mejor día de San Valentín jujuju- murmuró Hokuto para sí…
END