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Mi esposo Colibrí por Sasakura

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Ese día no pensamos tanto en la llamada de Mura-san, Takato estaba tan entusiasmado en el asunto de cocinar curry que prácticamente platicamos toda la noche de eso. Una vez en el supermercado volvimos a mencionar el tema, pero a él le tenía sin cuidado lo que su madre tenía para decirnos.

Y es que esa es una de sus particularidades, a veces es tan despreocupado y risueño que recuerda a una persona mucho más joven que él. Me gusta su entusiasmo por las cosas mínimas, y disfruta mucho aprendiendo cosas nuevas. Me cuesta admitirlo, porque siento que es una traición hacia mis sentimientos por Madoka, pero a veces disfruto mucho su compañía. Y pienso que tengo mucha suerte (dentro de tanta desgracia), porque aunque tenga que pasar toda la vida junto a alguien que no amo, es una buena persona con la que no será aburrido envejecer.

Esa noche disfruté particularmente el camino de vuelta, cargando las bolsas con las compras Takato me habló sobre su club y sus amigos. Me gustó aprender más sobre él, es un muchacho carismático y muy popular en su instituto.

Como cada mañana me levantó y voy a preparar el desayuno. Esta mañana haré unas tostadas, a Takato les gustan mucho. Y ver la cara idiota de placer que pone cuando las come me resulta divertidísimo.
Y voy hasta el cuarto del castaño, que queda al frente del mió, para despertarlo. Y ahí está, arrojado en el futón todo desparramado y con la boca abierta...


- Hasta para dormir pones cara de baka.

Se gira haciendo ruiditos muy extraños. Lo zarandeo de lado a lado, pero los sonidos continúan. ¿Qué tanto sueña este niño?

- Ahm... Mika...- Murmura y luego lanza un gemido que me hacen apartarme hasta caer sentado sobre el tatami. ¿Está teniendo algún tipo de sueño H?

- ¿Takato?- Lo llamo, flojito.

- Mika-chan...

Su respiración se está agitando y sus mejillas toman el color rosado de los cerezos que tenemos en el jardín trasero.
Mejor me voy, decido. Y me alejo tanto como pueda de esa habitación, con el corazón desbocado. ¿Me ha causado tanta sorpresa ver aquello? Probablemente sí, a veces pienso en Takato solo como un niño, y no como el adolescente que es. Y en mi familia somos todos tan fríos y serios que jamás nos vemos en situaciones tan intimas.

Que va... si apenas estoy acostumbrado.


Más adelante en la mañana, Takato-kun se levanta todo despeinado y sonrojado, y desayunamos juntos en la galería del jardín. Es una especie de tradición que nos hemos anotado para los días cálidos como estos. Y felizmente veo, como si le han gustado las tostadas.

- ¡Kyaaa--- Atsushi estas están buenísimas! - Exclama tan fuerte que una bandada de pájaros en los árboles del jardín vuelan alejándose de nosotros. - Quien iba a pensar que casarme contigo iba a ser tan buena inversión... ¡Que gran cocinero! Vas a acabar por engordándome si me concientes tanto.- Aclara mientras se agarra un inexistente rollito en su abdomen.

- Verte comer me causa gracia, sobre todo algo que te gusta, cuando te consiento también estoy consintiéndome a mi... haces tantas expresiones que no conocía. - Confieso y él parece sorprendido, pero me sonríe bastante divertido por mi declaración.

- Ne, Atsushi... eres un esposo muy bueno. Madoka de seguro debe estar muy enamorada de alguien como tu.

Yo asiento, agradecido, pero algo triste por la mención de Madoka. Llevo semanas sin verlas y las llamadas son cada vez menos frecuentes. Tengo miedo de que haya encontrado a alguien más, en la universidad corren los rumores sobre que pasa todo el día en su club de investigación, y que su relación se ha vuelto bastante cercana a un superior con el que trabaja. Madoka... ¿Tan rápido te haz olvidado de mí?

- Hn...Atsushi-kun, mi madre dijo que vendría hoy. ¿No es cierto? - Repentinamente mi joven esposo se ha puesto serio y pensativo mientras mastica su media tostada.

- Sí, así que hay que ir a vestirnos. Yo prepararé...

- ¡No! Hoy quiero cocinar hoy, creo que ya le voy agarrando la maña. ¿Me dejas? Además quiero impresionar a mamá...- Dijo con una sonrisa llena de picardía. Yo accedí de buena gana y me fui a vestir para recibir a Mura-san.

* * *

Mamá llegó para el almuerzo, y apareció acompañado por Sakura mi hermana mayor y Toshio, el hermano de Atsushi-kun.

Atsushi y yo nos preparamos bien para su llegada. …l se puso muy elegante, con un pantalón de jean y una camisa azul oscura que resaltaba enormemente el color de sus ojos y su piel morena. Yo preparé el almuerzo y me vestí con un kimono gris y verde que recibí como obsequio para nuestra boda. Cuando fuimos a la entrada de la casa, a esperar a nuestros invitados, no pude evitar notar que Atsushi miraba insistentemente mi ropa.

- Hn...¿Pasa algo?- Inquirí. Y él negó con una cálida sonrisa que no había visto nunca en su gélido rostro.

- Ese kimono es hermoso. Te queda bastante bien, Takato-kun.

Yo me sonrojé por el cumplido y asentí feliz por aquellas palabras. Atsushi-kun era un chico bastante callado pero a veces decía cosas que me dejaban sin poder hablar.

Recibimos a nuestros hermanos y a mi madre de buena gana. Mi madre llevaba un lujoso kimono y el cabello canoso atado en un moño muy prieto, mientras que Sakura iba más informal, Toshio el hermano de mi compañero vestía su traje de oficina.

Sakura es mi neechan, tiene 25 años y es una pintora. Hace varios años que la obligaron a casarse con su esposo, pero ellos si estaban enamorados. Es muy bonita, de cabello largo castaño claro como el mió y ojos cafés risueños. Ella en cuento llegó me llenó de besos, y no escatimó en abrazos para Atsushi.

En cuanto Toshio-san, él debe tener un par de años más que mi hermana. Es tan moreno como Atsushi y sus ojos grises son dos témpanos de hielo. Su cabello es castaño como el de mi Atsushi, pero lo lleva más corto y prolijo. Y su expresión es tan (o más) seria que la de mi compañero.


- Pasemos al comedor, Takato-kun preparó el almuerzo.

Aquella declaración de Atsushi llamó la atención de mi madre y hermana. Yo les sonreí bastante divertido por sus expresiones incrédulas.

Cada quien se acomodó en la mesa y presenté el almuerzo. Me sentí bastante esperanzado cuando lo probaron y ninguno murió en ese instante ni escupió la comida (n_nU).

- Esto está delicioso, Taka-chan. ¡Felicidades! - Exclamó mi hermana, tan ruidosa como solo yo sé ser. Toshio se vio bastante desconcertado por su actitud, pero Atsushi sonrió al notar la familiaridad del acto.

- Atsushi-kun tiene suerte de contar con un esposo tan habilidoso, Takato-san.- Me halagó Toshio.

Yo me sonrojé por el cumplido y les agradecí de buena gana. Pero mi madre no dijo nada, ni se mostró interesada en la comida. Se veía bastante molesta por algo y me sentí repentinamente deprimido por no lograr captar su atención.

* * *

La expresión de tristeza en el rostro de Takato fue más que evidente. La frialdad de aquella mujer comenzaba a desagradarme en extremo. ¡¿Acaso no notaba que su hijo buscaba su aprobación?!

- Ahora sí les revelaré el motivo de mi visita.- Anunció repentinamente mi suegra.

- Mura-san, tal ves seria prudente esperar hasta acabar el almuerzo.- Aconsejó mi hermano, tan educado y correcto como siempre.

- No es necesario, es un asunto muy serio y me urge aclarar el asunto por el cual estos mocosos han estado poniendo en peligro la unión de los Mura con los Kidowaki.- Expresó con una mezcla de solemnidad y molestia contenida.


En ese momento Takato y yo nos miramos. Creo que tanto él como yo teníamos la misma cosa en mente: Mura-san se había enterado de mis llamadas a Madoka y los encuentros fortuitos de mi compañero con Mika.

- No han consumado el matrimonio.¿Saben lo imprudente que es eso? ¡Están poniendo en peligro esta unión y haciéndola susceptible a una anulación! - Soltó de sopetón la mujer.

Creo que aquella declaración tomó de sorpresa a Takato tanto como a mí, ese tema jamás había tenido cabida entre nosotros. Prácticamente la habíamos obviado.

- Madre... nosotros realmente no nos gustamos, pero...- Intentó decir el castaño de kimono.

- ¡Eso no es excusa! Llevan meses casados, esperaba no tener que forzarlos a este asunto, pero deben consumar el matrimonio cuanto antes.

- Pero... Atsushi.- Takato se giró para buscar mi apoyo en algún tipo de argumento que no teníamos. Yo solo bajé la mirada y pretendí hacerme el indiferente.

- Hermanito, comprendo que su matrimonio es un caso especial porque es arreglado y ambos son chicos pero, es necesario que lleven a cabo esto, por el bien de nuestras familias.

- Sakura...

De pronto Takato dejó de luchar, descubrió un poco más tarde que yo, que este asunto era más grande que cualquiera de nuestros argumentos. Sería exactamente como cuando nos obligaron a contraer matrimonio.

- Bastaría con una sola vez, consumarían el matrimonio y la familia quedaría tranquila. Nadie los estará presionando a nada más. - Convino Toshio. Mi hermano siempre aportando sus practicidad a los asuntos.

- ¿Han comprendido correctamente lo que hemos hablado?- Preguntó Mura-san, y ambos asentimos silenciosamente.- En una semana vendremos a controlar que todo este hecho.

¡¿Una semana?!

* * *

Por la tarde nos echamos en la galería, que de pronto era nuestro lugar favorito de toda la casa. Yo estaba bastante traumado por la noticia del mediodía, así que no hablaba mucho, y las pocas cosas que decían eran incoherencias puras.
Atsushi estaba aún más silencioso que de costumbre, y después de que se fueran mis parientes su hermano mayor se lo llevó para entregarle un regalo y charlar con él.

Ahora en la galería, mi compañero miraba hacia el estanque de peces y junto a él reposaba un libro grueso que no parecía ser de los que usa para la universidad.

- Takato-kun... este asunto, creo que nos habíamos olvidado completamente de él.- Me dijo Atsushi, yo negué fervientemente.

- Yo jamás había sabido de esto, que nos obligarían a consumar.

- Yo sí, pero fui olvidándolo. A veces me olvido que somos esposos, y pienso en ti más en un amigo que otra cosa.

- Yeah, yes, yo también pienso en Atsushi-kun como mi amigo.

Nos quedamos en silencio un rato más. La tarde estaba cediendo y la noche no tardaría en aparecer. Que jardín tan hermoso, a veces embriagaba el solo mirarlo.

- ¿Y qué se supone que vamos a hacer, Atsushi?- Pregunté, con la cara ardiendo. Me resultaba bochornoso pensar en que él y yo teníamos que.... hacer "eso". Apenas lo había hecho un par de veces con Mika, pero estaba seguro de que no sería lo mismo.

- Tenemos una semana para pensarlo.- Me miró y yo asentí.- Mi hermano me ha dejado esto, pero no sé si será realmente de ayuda.

Me señaló el libro extraño y yo lo tomé para ojearlo y rápidamente darme cuenta de que eso no era para nada un libro de la universidad. Era una lectura bastante explicita sobre las relaciones sexuales entre hombres, y hasta tenia gráficos bastante extraños.

- ¡Qué diablos! Esto...se ve bastante raro para mi gusto. - Confesé con la voz entrecortada.- ¡Atsushi eso se ve doloroso!

Le pasé el libro y señalé una imagen en particular, donde en una pose bastante incómoda un hombre penetraba a otro.

- Hn... Es verdad.- Convino, con un ligero rubor en su rostro.

- ¡Atsushi yo no quiero que me duela nada! Esto... es una locura.

- Mira Takato,- empezó a decirme, mientras apartaba el libro de nuestras vistas.- solamente va a bastar una vez para complacer a nuestros familiares. Y si es necesario, voy a evitar que sufras, aunque yo tenga que ser... el que se sacrifique.

Ambos nos sonrojamos mucho y yo quedé bastante nervioso después de esa charla, seguía dándole vueltas al asunto y no quería que el fin de semana llegase.


* * *

Los días se fueron sucediendo y la ansiedad me carcomía lentamente. Esto de la consumación estaba afectando mi nueva rutina, apenas podía concentrarme en clases y mis amigos empezaron a notarlo. Tuve un examen esa semana y por poco lo suspendo...

Toshio habló conmigo un par de veces más para dar consejos que no quiero escuchar.

- "Atsushi, no es tan complicado ni tan desagradable como tu esposo y tu lo imaginan. Simplemente mientras más rápido lo hagas, menos problemas tendrás".

Después de hablar por teléfono, me quedé en la biblioteca de la universidad tratando de enfocarme y estudiar. Normalmente lo hago en casa pero la presencia de Takato ya no me es tan agradable. Es decir, estamos tan tensos que prefiero ahorrarme el mal rato.

- ¿Kidokawa, estás estudiando?

- Hn... Honjou, sí. ¿Tu qué tanto haces?

Uno de mis compañeros más cercanos, Honjou Shun se acercó este día en la biblioteca. Es un chico bastante calmado e introvertido, creo que por nuestra naturaleza terminamos siendo buenos amigos.

- Preparo una monografía para el club de investigaciones, estamos trabajando en un caso muy interesante. ¿Quieres participar? Madoka-san esta muy avocada al club últimamente, es muy inteligente y admirable. - Me dice.

- Yo sé que si...- Suspiro y continúo ojeando un libro. Mi compañero se sienta junto a mi y mira por sobre mi hombro el objetivo de mi lectura.

- Estás estudiando ese tema, no hay que verlo hasta la semana próxima. Hmm... Siempre haz sido bastante aplicado, pero ni yo te he visto adelantar temas. ¿Sucede algo? Kidokawa-kun es del tipo que estudia cuando se pone nervioso por algo.- Me sonríe inquisidoramente y yo asiento, porque al final me ha descubierto.

- Algo así, Honjou... Hn, ¿Haz visto seguido a Madoka últimamente?

- ¿Eh? Eso creo, aunque no he hablado tanto con ella. Ya se la ve más animada... Kidowaki, se comenta que ustedes han terminado porque tú haz contraído matrimonio con otra chica. ¿Un matrimonio arreglado?

Mi rubio compañero me miraba con aquellos brillantes ojos verdes tras los lentes. Expectante y con curiosidad.

- Se llama Mura Takato.

- ¿Takato? - Exclamó con los ojos desorbitados.

* * *

Honjou escuchó atentamente la historia del matrimonio arreglado, y todavía le costaba creer que su compañero se hubiera casado con otro muchacho. Conocía de sobra las tendencias de Atsushi, jamás se había interesado en los hombres. Por lo tanto, aquel cuento resultaba surrealista.

- Y ahora sus familias los obligan a tener sexo. - Meditó el rubio. Atsushi asintió nervioso de escuchar la palabra sexo.

Hablar con Honjou lo había relajado bastante, ya no sentía el peso de cargar solo con aquel problema. Su amigo pacientemente escuchó sus palabras y prometió guardar el secreto. Ahora iban de camino a casa, la estación de trenes que el rubio abordaba diariamente quedaba bastante cerca de la nueva casa de su compañero.

- Comprendo tu posición Kidokawa-kun. Pero Toshio-san tiene algo de razón, quizás sería mejor librarse de ese problema de una buena vez.

- Yo sé que sí. Pero... hacer eso con otro hombre.- Honjou le palmeó el hombro consoladoramente.- Frente a Takato me muestro tranquilo pero en verdad estoy nervioso.

- No es complicado Kidokawa, funciona muy similar que con mujeres. Salvo que tú eres hombre y conoces mejor el cuerpo de otro, a veces puede hasta ser más placentero...- Confesó con una sonrisita sugerente.

- ¿Honjou-kun tu...?- Se detuvo, asombrado por el descubrimiento. El rubio asintió tímidamente.

- Así es Kidowaki, yo soy gay y aunque ahora no estoy en pareja, antes solía salir con un chico de mi secundaria.- El rubio se rió de la incrédula expresión en su amigo. Sabía que Atsushi no le rechazaría por su condición, pero le parecía que su reacción era bastante divertida, hasta encantadora.

Caminaron en silencio un tramo más, Honjou calmado y Atsushi pensativo.
Hasta que el rubio vio algo que llamó su atención. Una pareja de adolescentes besándose y tocándose descaradamente en público, en medio del parque por donde iban pasando.

- Algunos no tienen pudor, ne... ¿Kidokawa?

El de lentes se detuvo, su compañero había dejado de caminar y veía en forma incrédula a la pareja.

- ¿Conoces a esos chicos?- Se acercó para preguntarle Honjou.

- Esa chica.- Señaló a una rubia bastante hermosa.

- Ah... es linda. ¿Quién es?

- Mika-chan. Solía ser la novia de Takato. ¿Por qué está con otro muchacho?

- Ah, ya veo... Lo lamento por Takato-san, pero parece que ella ya se repuso de su ausencia. ¿No?

Atsushi asintió, con una mezcla de resentimiento y pesar. Estaba claro que aquella jovencita desvergonzada no estaba a la altura de su Takato, pero dolía pensar en como se tomaría su esposo aquella noticia, seguramente nada bien.
* * *

Al llegar al umbral de su casa, Atsushi se despidió de su rubio compañero quien le deseo buena suerte en su matrimonio y con su problema. Caminó por el jardín delantero sin dejar de pensar en su encuentro con Mika. ¿Sería lo correcto contarle a Takato sobre eso? Quizás no, traerles más problemas justamente ahora, cuando solo quedaba tres días del plazo de consumación.

Entonces antes de entrar en casa pensó en si mismo y en Madoka. Su amor por ella se iba desvaneciendo, ya casi no tenía contacto con la chica, quien ahora parecía más interesada en ese club de lo que nunca estuvo en él.


- Tadaima.- Saludó al entrar a la casa. Las luces del pasillo estaban apagadas.

- Ok-okaeri.- Oyó una voz algo extraña provenir de la sala.

- ¿Takato?

El moreno dejó su bolso y zapatos en la entrada, ingresó a la sala que apenas iluminada mostraba a su esposo en un estado bastante deplorable.

Tenía en cabello húmedo, como si acabara de ducharse, y un ligero kimono azul lo vestía. Takato estaba con la cabeza y los brazos apoyados en la mesa, y dos botellas de sake le flanqueaban cada lado. Su vista obnubilada y mejillas rosadas completaban el cuadro.

¿Takato estaba ebrio?

- Hn... Atsushi que bien que ya estás aquí, ven y bebe conmigo.- Alzó un vaso de sake sobre su cabeza y como si brindara con un ser imaginario, hizo un movimiento extraño en el aire antes de beberse el contenido en su integridad.

- ¿Por qué estás bebiendo así?

Atsushi se acercó a él con lentitud, como si se tratara de una paloma tierna que volaría en cualquier segundo. Más de cerca, se percató de las lágrimas insipientes en los ojos color miel de su esposo.

- Porque estoy festejando....- Murmuró en un quejido.

- No te ves como si estuvieras festejando.

"Todo lo contrario" Pensó el morocho. Fue hasta la mesa y se sentó en frente. Mientras tarareaba una canción melancólica, Takato le acercó un vaso lleno de alcohol para que lo degustara.

- Anda, bebe conmigo. Acompáñame en esto, Atsushi...onegai.- La suplica acabo por convencerlo.

Atsushi bebió todo el contenido de un tirón. A decir verdad no solía tomar seguido, pero la situación lo ameritaba. Llevaba una semana de completo stress y quería dejar de pensar al menos por unos minutos.
El castaño sonrió de lado al verlo, complacido continuó sirviendo mientras limpiaba con el talón de su mano lágrimas incipientes en sus cuencas. Todo el aspecto era maltrecho....

Atsushi no quiso forzarlo a hablar de nada, pero tuvo una clara idea cuando hora después el muchacho a su lado empezó a balbucear cosas como: "Es una puta... nunca me quiso." Y cosas peores aún.

- Hn... Atsushi se nos acabo el sake.- Anunció el castaño, con el rostro ruborizado y la mirada perdida, mientras agitaba su vaso vacío.

- Hay más en la despensa. Déjame ir por él.

- ¡Yeahh! Atsushi-kun va a traer más sake. Te quiero mucho, Atsushiiii..- Exclamó y empezó a reír tontamente.

El moreno no tenía que estar completamente lúcido (de hecho no lo estaba) para darse cuenta de que su esposo se hallaba bastante ebrio. Pero su juicio estaba nublado y en parte una cálida sensación de repentina felicidad lo invadió. Atsushi sabia que era por el alcohol, pero de pronto todo le resultaba divertido... hasta las canciones que Takato entonaba sin saberse las letras, e inventaba una totalmente absurda donde llamaba "traidora", "zorra" o "puta" a una chica imaginaria que estaba seguro se trataba de Mika.
Se puso de pie con cuidado, pero tambaleo peligrosamente. Takato quiso socorrerlo pero se puso de pie tan deprisa que acabo en el piso besando el tatami. Entonces ambos se rieron, primero flojito pero después sonoramente y hasta acabar con el aire de sus pulmones.

- Jajajajaa... Takato, ahh jajaja. ¿Estás bien?

- Hnn... mmjaja, Atsushiiiii no tee riiiassssss.- Se quejó inflando los mofletes como si estuviera enfadado, aunque no podía evitar reír también.

- Venga, levántate del piso... vamos a buscar más sake. Yo también lo necesito.

- ¡Haaaaiiiii!- Exclamó desde el piso como si se tratara de un niño. No podía levantarse por si solo, el mayor tuvo que sostenerlo todo el camino hasta la despensa.

Caminó con Takato colgado de su hombro un buen trecho hasta que llegaron al su pasillo de siempre, la galería que daba al jardín.
Afuera todo estaba en penumbras, apenas se reflejaba la luna en el agua del estanque, pero no por eso se veía menor hermoso.

- ¡Kawaii! Miraa esssso, Atsushi... Es precioso. Tengo una idea, pero.. pero...- Comenzó a picarse los dedos tímidamente, y Atsushi rió flojito por el aspecto tan adorable de su compañero. Se veía tan tierno y bello, Takato era un chico bastante guapo.

- ¿Pero...?- Lo instó a seguir.

- Te lo diré en secreto... ven...- Con sus manos le pidió que se acercara y así lo hizo. Entonces Takato se colgó de su oído y murmuró un par de cosas extrañas e incoherentes al moreno. - ¿Y bien?

- Hn... Quieres jugar... ¿Quieres esconderte así te encuentro?

La sugerencia era por demás infantil, pero incluso él mismo estaba entusiasmado. Takato asintió sonrojándose aún más.

- Uno... dos... tres...- Se tapó la vista y empezó a contar.- ...cuatro... ¡Escóndete Takato!

Una exclamación jubilosa y el ruidoso sonido de las pisadas del castaño le indicaron que salio corriendo hasta el jardín. Llegó a contar hasta veinte, aunque su estado de ebriedad le hicieron perder la cuenta más de una vez, y por ende comenzar desde cero.

- Listo o no allá voy.- Se anunció y la risita escandalosa de Takato detrás de un arbusto le dio la clara pista de su posición.

Caminó errante hasta el jardín, entre risas propias y las de Takato, casi cayó al estanque por la falta de equilibrio, pero finalmente llegó hasta el arbusto que cubría el cuerpo de su esposo y se lanzó sin pensarlo, sin imaginar que en el segundo previo Takato huiría y él caería de lleno sobre el césped. Logró incorporarse y se echó a correr tras la figura risueña de Takato, quien con aquel kimono bello y brillante, parecía un colibrí jugando a lo ancho del jardín.

Finalmente Takato fue arrinconado en la galería, Atsushi lo atrapó en un abrazo que los hizo rodar por todo el pasillo y así se quedaron. Sin hablar, con la respiración agitada, el castaño se aferró al cuerpo de su esposo con mucha insistencia.

- Hace mucho que nadie me abraza...- Murmuró, en lo que pareció una reflexión personal.

- Y que lo digas...- Contestó Atsushi, acomodando sus brazos alrededor de la delgada cintura de su esposo.

Takato recostó su sien en el pecho de Atsushi, percibía una sensación agradable. Y al mirar hacia arriba, se topó con los ojos de su esposo, tan azules... resultaban cautivantes, estaba seguro de que habían enamorado a Madoka a primera vista. El rostro de su esposo era una pieza de arte también, los rasgos bien marcados, la piel algo bronceada y las expresiones siempre tan serias. Ahora toda su fisonomía estaba relajada y resultaba tan atractiva...

- Atsushi-kun eres tan guapo.- No pudo evitar estirar sus blancos dedos para acariciar el mentón y labios de su compañero.

- Takato-kun es hermoso también. Tan lleno de color y movimiento, pareces un colibrí...

Al oírse llamado "hermoso", un cosquilleo abdominal se expandió por todo su cuerpo, y se aferró aun más al cuello de Atsushi. Tocando su nariz con la barbilla de su esposo.

- Mika se ha alejado de mí, ahora tiene un novio nuevo y me dijo que jamás me amó. Fue simplemente una diversión, que... que fuera moderno, y lo suficientemente maduro como para olvidar el asunto. - Aquella confesión salió acompañada de un sollozo involuntario. Con razón su pequeño esposo estaba tan frustrado, las palabras crueles de esa muchachita sin corazón lo habían enfadado en demasía.

- Lo lamento en verdad Takato.

- Atsushi, últimamente haz estado distraído y pensativo, más de lo acostumbrado.- El castaño se alejó un poco para que pudieran verse mejor.- Es por el tema de la consumación. - No fue una pregunta, solo una afirmación.

- Hai. -Aceptó. No quería pensar en ese tema ahora mismo, con su estado la idea se volvía bastante atrayente y no quería cometer alguna estupidez.

- Yo tengo una idea Atsushi, ven, acompáñame. - Se pusieron de pie y Takato lo arrastró por toda la casa con una sonrisa de psicópata en el rostro.- ¡Yess! Vamos por más sake.

Una visita rápida a la despensa y con botella de sake en mano, Takato continuó corriendo por la enorme residencia.
Acabaron llegando a la habitación que ocupaba el castaño. Algo desordenada, pero aún así pintoresca. Los libros de textos y algunos mangas fueron quitados del futón por Takato, en tanto un confuso Atsushi miraba desde la puerta. Una vez librado el camino, el castaño se sentó sobre las mantas y sin soltar la botella le hizo una seña a Atsushi para que se acercara.

Estaba borracho, por eso mismo el moreno pensó que aquella sugestiva seña con la mano de Takato había sido producto de su imaginación. Pero ante su estática, Takato insistió.

- ¡Ven, Atsushi! - Lo llamó y éste le hizo caso, con pasos dubitativos acabó acercándose al borde del futón y arrodillándose en frente de su esposo. - Así está mejor.- Y sonrió.

Lo siguiente fue bastante rápido como para darle tiempo a pensarlo. Takato dio un profundo trago a la botella, y tras dejarla a un lado se colgó a su cuello y lo besó.
Palpó sus labios con los de Atsushi, con mucha presión a causa de los nervios, pero cuando se vio correspondido con un abrazo que lo atrajo más al cuerpo de su compañero, suavizó el contacto y se dejó llevar.

- Hnn... Aguarda, Takato-kun.- Lentamente Atsushi lo tomó por los hombros y rompió el contacto. Takato se separó con los ojos cerrados y el rostro enrojecido, se veía bastante tierno.

-Atsushi-kun... yo te dije que tenía la solución.- Recordó, sorprendiendo al moreno. - Quiero que no te preocupes más, ahora vamos a consumar y nunca más habremos de preocuparnos por algo. Atsushi continuará estudiando y no habrá esa tensión horrible entre nosotros.

El castaño se abrazó a su cuerpo, escondiéndose entre su pecho y Atsushi no pudo evitar envolverlo en sus brazos.

-Pe-pero, ¿por qué ahora? Aun nos quedan tres días.

- Porque ahora se siente bien.-Confesó, con una sonrisita discreta.- ¿No sientes que es correcto?- Le murmuró al oído, ocasionando un extraño temblor en su columna, una sensación excitante.

"Sí" Quiso contestarle, pero en cambio besó aquellos labios tan atrayentes. Los besó hasta cansarse, y lo recostó sobre el futón, abriéndose paso entre los pliegues del kimono. Descubrió su pecho, tan blanco y apetecible. Podía sentir el cuerpo de Takato moverse bajo el suyo, haciendo presión en sus vientres y más abajo.

El castaño abrió muy grande los ojos cuando sintió el placer de restregarse contra su esposo, tenía la piel tan sensible por el alcohol, todo se sentía de maravilla. Así que comenzó a moverse insinuantemente bajo el cuerpo de Atsushi, abriendo su boca, largando gemidos y respirando entrecortadamente.

Atsushi se regocijó de gusto con la imagen de Takato tendido con todo su pecho y brazos desnudos, los ojos miel entrecerrados, las mejillas coloreadas y la boca abierta, haciendo toda esa clase de soniditos eróticos. Se quitó la camiseta y el pantalón ante la mirada atenta de su compañero, y una vez se encontró totalmente a piel descubierta, comenzó a besar el cuello de su pequeño en forma descendente, por el cuello y el esternón.

- Hnn..ah ah ah... Atsushi, eres hermoso también, me gustas mucho.- Confesó mientras colando su mano por entre su ropa empezó a masajear su miembro semi erecto.

Atsushi sonrió encantadoramente y apartando la mano de su amante, reemplazó aquella por su boca, lamiendo y tragando de lleno el miembro de Takato, quien gritó extasiado al sentir la cavidad caliente y húmeda rodear su intimidad.

- Ahhh.. ahh.. Atsushii..- Estiró una de sus manos para acariciar el cabello de su esposo. - Uhmm...ahhh... aléjate, me estoy por venir...aahhh.

Separó su boca antes de que su amante estallara, y lo besó hambrientamente, colándose en su boca y jugueteando con su lengua. Mientras que con sus manos tocaba sus muslos y le separaba las piernas, para posesionarse en medio de ellas.

Abruptamente el contacto se cortó y Atsushi lo levantó para sentarlo sobre sus muslos. Entre los dos quitaron el resto del kimono, quedando en iguales condiciones. Takato sintió la dureza de Atsushi moverse en su trasero, y supo que seria él quien tuviera que estar en la posición más dolorosa. Pero no le importó, entonces aquello sonaba tan atractivo que hasta se encontró ansioso de recibirlo, de ser uno con su esposo.

Fue él mismo quien se separó se piernas, y cuando Atsushi empezó a introducirle sus dedos para acostumbrarlo a la sensación, sus palpitaciones aumentaron y se abrazó más fuerte al cuello de su compañero, gimiendo bajito a su oído, ocasionalmente besando su cuello o buscando sus labios. Estaba mareado, totalmente abandonado a la sensación de aquel miembro que por primera vez se adentraba en él.

- Hnn... Atsushi, ya no puedes entrar más...

Pero Atsushi estaba tan excitado que decidió que aunque tardara toda la vida, iría lento y entraría completamente en ese hermoso muchacho. De un solo tirón entró y ambos jadearon sonoramente por la intensa sensación.

- Ahora... hhnn aaah, ahh, Takato muévete.

El menor asintió y empezó a ascender y descender, con la ayuda de Atsushi, y sus manos aferradas en la cadera del castaño.

La fricción se hizo exquisita, tan abrumadora y embriagante que Takato se sintió obnubilado, hipnotizado por el único sonido que salía de la boca de su amante, que no paraba de gemir y llamarlo por su nombre.

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