Una sonrisa…solo eso basto para que su corazón comenzara a latir a mil por hora, estaba cerca de el, quería decir mil cosas pero de sus labios no salían ni una palabra, una mirada…para que sus mejillas se tornaran de un dulce y atrevido color rojo, un golpe…basto para que regresara a la realidad y una mirada retadora fue lo que encontró en Layla
-¿Qué pasa?-
-Estas prácticamente babeando por mi tío…- menciono en un tono molesto
-¡¿EH?!-
-Ja ja…déjalo Layla…no me molesta…-
-Eres un…-
-¿Qué?-
-Nada tío…-
Se encontraban en la habitación de aquel hombre, Layla miraba todo el lugar con molestia, antes había estado cubierto de sombra por las cortinas pero ahora los rayos del sol dejaban al descubierto una enorme cama bien arreglada con suaves sabanas oscuras, un librero en una esquina lleno de temas que parecían fascinantes y muy interesantes, un guardarropa enorme y una puerta de madera que seguramente era el baño.
Roy miraba a todos, pasaba la mirada por exactamente todos los jóvenes que estaban en aquella habitación, desde la mirada calmada de Yuri pero con un destello asombro en la misma de verlo, en los ojos y las expresiones nerviosas que hacia Alphonse, los destellos de rabia que había en los zafiros de su sobrina, y Ed que lo miraba con admiración, la pena, pero había algo mas…
-¿Y el es?-
-Soy….Alphonse Heydrich señor…vine a ayudar a su sobrina con algunas cosas que me pidió…-
-Te lo agradezco mucho…me presento soy Roy el tío de Layla…-
-Si ¿El señor Hamilton?- Roy comenzó a reír fascinando a mas de uno pero no a su sobrina
-Si…puedes tomarlo así…pero en realidad ese titulo le corresponde al padre de Layla…-
El silencio de nuevo inundo la habitación, nadie se atrevía a hablar, ante eso el joven Heydrich solo se despidió y salio de la habitación dándole una mirada a Layla, cosa que la chica nunca noto, al escuchar el cerrar de la puerta Yuri cerro los ojos, Ed aun seguía sin poder decir nada, así que Layla lo miro.
-Vaya…hasta que por fin te atreviste a salir de tu encierro tío…-
-Tu voz se escucha molesta… ¿Tienes algo?-
-¡¿Cómo te atreves?!-
-¡NO LE GRITES!-
Eso fue lo único que le faltaba, Layla miro con rabia a su tío que solo se mantenía sereno ante la situación, bajo la mirada con dolor y se encontró con aquellos ojos dorados de Edward, el chico se había levantado de golpe e interpuesto entre los dos.
-Edward…le gritaste a…-
-Le estaba gritando….no deja hablar-
-Ya comprendo…-
-¿Layla?-
-Déjalo Yuri…comprendo a Elric…pero tiene que escucharme… ¡Es mi tío! ¡Es el reflejo de ese coronel como Heydrich lo es el de tu hermano!-
-¡CÁLLATE!-
Una cachetada…
Lagrimas…
Una mejilla sonrojada…
Yuri miraba todo asustado…sorprendido, no había podido creer lo que había visto, Layla había levantado la mano hacia la persona que decía mas querer en su vida, los dos miraban el suelo, Edward tomando su mejilla recién golpeada y ella mirando su mano sin poder decir nada.
-Yuri…retírate…-
-Pero señor…-
-Retírate…-
-Como usted diga…Layla…Edward…no olviden lo que son…- fue lo único que dijo al salir Roy miro a los dos chicos
-Su amigo tiene razón… ¿Por qué pelear?... ¿Para que levantarle la mano a un amigo?-
-¡¿Tu que derecho tienes de hablar?! ¡No lo tienes! ¡No después de dos años sin salir de aquí!-
-Layla…escúchate….estas con rencor….con…rabia…-
-Claro que lo estoy…-
-¿Por qué?- solo pudo observar como los ojos de su sobrina iban directamente a la figura del joven Elric -¿Por qué Layla?-
Quería decir mil cosas, quería gritarle que en esos momentos lo odiaba, quería golpearlo tal y como había golpeado a Ed momentos atrás, tenia esos deseos, pero solo dio la vuelta y fue hacia la puerta, tomo la perilla y solo se giro hacia Edward que la miraba.
-Deseaba tanto…no conocer a ese coronel…y al final…termine viviendo bajo el mismo techo que el…-
-Layla…-
-Lo siento tanto Edward…-
Esas fueron las ultimas palabras que había escuchado, había salido tan rápido del lugar que no le había dado tiempo de decir algo mas al joven, su tío miraba todo, no tenia que decir nada, sonrió y tomo su lugar en un sillón que había en la habitación, Ed no dejaba de mirar la puerta.
-Con solo mirar la puerta no regresara… ¿Qué vas hacer Edward? ¿Iras tras Layla o te quedaras aquí?-
-Yo…-
-¿Qué es lo que piensas hacer?-
-No se…-
-¿No sabes?-
-No señor…-
-Toma asiento Edward…tengo que hablar contigo…-
Ed camino hacia aquel lugar que le ofrecía, con nerviosismo se sentó y lo miro, ¿Qué tenia que decir ante un reflejo? Ni el mismo sabia esa respuesta, ¿Lo conocía? No…no podía hacerlo, si, si se parecía al Coronel, pero al mismo tiempo era todo lo contrario, en ningún momento el escucharía de sus labios la palabra FullMetal, ¿Que decirle? Tampoco tenia respuesta a esa pregunta, lo miro de nuevo y vio en el una sonrisa…y se dio cuenta…ahí estaba de nuevo ese palpitar acelerado de su corazón.
-Entonces el si tenia razón…-
-¿Qué?-
-Tu padre…Hohenheim de la Luz…-
-Es verdad…usted hablo con el…-
-Mas de lo que te imaginas…el me dijo que yo podría causar una fuerte impresión en ti…al final dijo la verdad…-
-¿De que habla?-
-La primera ocasión que tu padre llego aquí fue por que un conocido mió le hablo de mi familia…al parecer mi nombre le fue conocido así que pidió hablar conmigo…-
-Esa fue la primera vez que visitamos esta casa…-
-No…para ti era la primera, pero para tu padre la segunda…- Ed lo miro con duda –Tu padre me comento de sobre la alquimia…aunque yo por mi lado ya sabia algo de ella…-
-¿Cómo saber de un arte que aquí no existe?-
-¿Cómo comprobar las historias de todos los libros que hablan sobre Nicholas Flamel? ¿Cómo puedo comprobar que lo que dicen las leyendas es verdad? Tu padre me ayudo mucho Edward más de lo que imaginas…a comprender muchas cosas y a dejar otras…-
-¿Dónde esta el?-
-No lo se…a esa pregunta le desconozco la respuesta-
Layla lloraba sobre las suaves sabanas de su cama, las tomaba con dolor y desesperación, ¿Por qué le podía doler el corazón de tal manera? ¿Por qué lloraba con rabia y desesperación? ¿Qué podía hacer una chica como ella ante tal dolor? Levanto su rostro y vio los tonos naranjas del atardecer, el fin del día se acercaba, pero no el fin de su dolor, se levanto tomando con delicadeza la fina tela que adornaba los doseles de su cama, pasaba sus finas manos por aquella tela tan suave, fue cuando con fuerza cerro sus manos y jalo de ella, tirando todo y cayendo al suelo con la tela a su alrededor.
Con lágrimas de llenas de rabia tomaba la tela y la jalaba, quería romperla en mil fragmentos, quería hacer trizas aquella tela que había elegido con ayuda de su tío hacia tiempo atrás.
-¡Te odio! ¡Te odio! ¡Te odio como no imaginas!- grito mientras tomaba la tela con mas fuerza y se levantaba mientras jalaba de las sedosas sabanas que cubrían su cama, mientras que tiraba todo lo que había en su tocador -¡Te odio tío!- grito mientras caía al suelo cubriendo su rostro con sus manos y trataba de calmar su llanto.
Los minutos eran lentos y eternos, la oscuridad llegaría en pocas horas a la habitación, ella aun seguía sin moverse del suelo, sus manos sostenían débilmente la fina tela que antes se encontraba en los doseles, sus ojos estaban rojos de tanto llorar y fue ahí cuando la puerta fue abierta con duda, una cabellera rubia entro, sus ojos verdes se sorprendieron al ver tal desastre en la habitación, todo tirado por el suelo.
-Por dios…Layla…- Yuri corrió hacia ella tomo sus manos sintiéndolas frías, se arrodillo frente ella y pudo ver aquellos ojos rojos de tanto llorar, con delicadeza tomo el rostro de la chica y la miro fijamente –Layla…Layla respóndeme-
-Yuri…es…mi tío….el coronel que…Edward…ama es mi tío…-
-¡No Layla! ¡No es tu tío!-
-Lo es…-
-¡No Layla! ¡Escúchame!-
-Es tarde…debes irte…-
-¡No me iré porque me preocupas!-
Edward miraba por la ventana como caía la oscuridad sobre la ciudad, tras de el estaba aquel reflejo, paso una mano por sus cabellos con desesperación, quería hacer algo pero no podía.
-¿Aun estas preocupado?-
-Layla es mi amiga…no puedo creer como es que…usted siendo su tío no se preocupa por ella…-
-Mmmm…si estas en lo correcto es mi sobrina…pero aun así se que ella es muy terca y ahora no quiere verme…-
-¡¿Por qué dice eso?!-
-Porque como tu…a ella le sorprendió de que yo fuera el reflejo del que tanto hablabas…-
-¡La escuche! ¡Escuche como destrozo su habitación! ¡Como gritaba que lo odiaba!-
-Que siga así….-
Edward miro por un instante a Roy, su forma de sentarse…su mirada tan despreocupada en ocasiones…su forma de mover las manos…eran iguales, pero aquellas palabras no lo eran… ¡No era el Roy Mustang que el conocía! ¡Ni siquiera tenia el mismo apellido!
-¿Por qué dice eso de su sobrina?-
-¿Por qué la defiendes cuando antes hacías eso por mí? Pensaste que era igual al que conoces…somos muy diferentes Edward…tal vez podremos parecernos en el físico, algunas acciones…pero no en todo-
-Si en eso me di cuenta…el ayudaba a los suyos…-
-Layla no es nada mío…-
-¿Qué dice? ¡Es su sobrina!-
-No…no lo es…-
-Cla...Claro que lo es…Layla es su sobrina…-
-No trates de remediar lo que escuchas….no lo es…Layla no es mi sobrina-
-¿Qué?....-
Los dos giraron su cabeza hacia la puerta, Layla estaba en la misma junto con Yuri, Edward solo pudo ver como sus ojos aun se encontraban hinchados fue ahí donde comenzó a sentirse culpable, tenia la culpa de que ella estuviera así y ahora… ¿El seria el culpable de un nuevo dolor para su amiga?
-Vaya…ahí estas…entra….Yuri tu también…-
-Si señor…- fue lo único que respondió el chico mientras cerraba la puerta tras de si.
-¿Cómo esta eso de que yo no soy tu sobrina?-
-Como lo escuchas no lo eres…-
-¿Me adoptaste?-
-Algo así….- Roy se levanto de su sillón mientras que los tres jóvenes seguían sus movimientos con la mirada, el hombre tomo un libro negro de pasta gruesa y se lo dio a Edward –Lee las paginas marcadas…-
-¿Qué?-
-Léelo…-
-¡Eso no tiene que ver con que no sea tu sobrina!-
-Claro que si…ese libro te llevara con lo que queda de tu familia…-
-¿De que hablas?....-
Roy sonrió y tomo las manos de la chica mientras la hacia sentarse en su sillón, ella comenzaba a llorar de nueva cuenta, el sonrió con paz y ella solo agacho mas su mirada.
-Lo primero que quiero que entiendas es que siempre….siempre serás mi sobrina Layla…pero tu llegaste aquí con tus padres desde otro mundo…-
-¿Qué?-
-Los Hamilton originalmente nacieron en otro mundo-
-¿De que hablas?-
-El porque te gusta tanto el mundo de la Alquimia es el porque tus padres eran Alquimistas, no recuerdo muy bien como llegaron aquí pero no lograron regresar nunca mas…además te traían con ellos yo decidí ayudarles y les di todo lo que pude…-
-Mis…mis padres… ¿Eran alquimistas?-
-Si…-
-Layla no es de este mundo….es…de mi mundo…-
Esas fueron las ultimas palabras de ese día, Edward miraba el techo de su habitación aun sin poder quitarse aquella historia que Roy había contado a la chica, ¿Layla era de su mundo?....sonrió un poco ahora entendía el porque le era tan fascinante aquel tema, había entendido por fin de donde había sacado el talento para leer y comprender con facilidad.
-Si ella regresara….seria muy buena…- suspiro ante eso y se giro tratando de encontrar el sueño perdido, cuando cerro sus ojos escucho un pequeño golpe en la puerta –Adelante…- se giro y se encontró con Layla que le miraba -¿Qué paso?-
-¿Puedo dormir aquí?-
-¿Qué?-
-Por favor…me siento…sola…-
Ed se recorrió un poco y dejo que la chica se recostara a su lado abrazándolo, ninguno de los dos decía nada, no tenían nada que decirle el uno al otro, el chico en silencio miraba el rostro de su amiga que aun tenía algunos rastros de lágrimas.
-Duerme…será lo mejor…-
-Mañana salimos temprano…-
-Por eso mismo…duerme…- le callo Ed mientras el también cerraba sus ojos y trataba de encontrar aquel mundo donde si podía ser feliz en esos momentos, donde su hermano estaba a su lado y Roy también.
-Ed…perdóname….me dio miedo que mi tío se quedara contigo…te regresare a tu mundo….porque yo…te…-
Edward abrió los ojos sorprendido y miro a la chica que había hablado dormida, suspiro y se levanto de la cama mientras la cubría y dejaba que durmiera, tomo su cabeza y recargo su frente en el vitral de la ventana.
-¿Tu que Layla? Por favor que no sea lo que pienso…- la miro por el reflejo del vidrio y sonrió –Aun así…gracias por todo….gracias a ti podré volver a ver a Al…-