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You are (not) gay por Sasakura

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Notas del fanfic:

PRIMER CAPITULOª

espero que les guste, comentarios y eso... ya saben, nunca estan de mas.

Notas del capitulo: Aquii estaª gente, espero que les guste, jejeje prometo actualizar rapido y... besosª
CAPITULO UNO



- Ya llegué.- Se anuncia al entrar por la puerta Julian, mi compañero de cuarto.

- Hn, hola. - Saludo sacando momentaneamente mi cabeza de entre los libros. Llevo toda la tarde estudiando para mi examen final de semiología médica.

Jules y yo somos compañeros de habitación desde hace tres años ya, aunque llevamos conociéndonos algunos años más.
Ambos viviamos en el mismo vecindario cuando niños, éramos buenos amigos entonces. Tiempo después mi padre fue transferido a otra ciudad y perdimos contacto, pero nos volvimos a encontrar en secundaria, cuando tras el divorcio mamá decidió volver a nuestra vieja casa y llevarme con ella.

Pese a todo pronóstico, Julian y yo volvimos a ser amigos. Por aquel entonces el era un dark retraído y a mi me iba más la onda de chico popular. Creo que con los años fuimos conviertiendo al otro a nuestros gustos. Ahora yo no podría vivir sin el rock y él dejó de usar todo el vestuario negro y volverse algo más sociable.
Lo que si, ambos compartimos nuestra simpatía por los libros, siempre fuimos unos nerds desde pequeños, nos graduamos con honores y logramos entrar a una de las mejores universidades. Ahora él estudia para ser abogado y yo pretendo ser médico algún día.

Por todo esto que les acabo de contar, pueden deducir fácilmente que el lazo que me une a Jules es bastante profundo. Sí, de hecho así es, mi amistad con él es muy valiosa y aunque tengo muchos amigos no dejo de considerar a Julian como un hermano. Siempre juntos, incluso viviendo en el mismo dormitorio, hasta me atrevería decir que en algún momento hasta podiamos conocer los pensamientos del otro sin hablar.


Pero (sí, siempre hay uno), últimamente ya no pasa así. Siempre discutimos en época de exámenes, el stress nos vuelve violentos o muy sensibles (estamos a la defensiva todo el tiempo), sin embargo él lleva varias semanas extrañamente silencioso. Sé que algo le preocupa, y no quiere decirmelo.


- ¿Aidan, te molesta si veo televisión? No estoy de ánimos para estudiar ahora.- Dice sin mucho ánimo.

Le doy el visto bueno y quedo mirando mientras se recuesta en su cama y enciende la tv. Hace zapping como siempre, y nunca termina viendo nada en concreto. Signo de que solamente la ha encendido para distraerse, pero no deja de pensar en otra cosa.

Sin darle más vuelta al asunto, regreso al grueso libro en mi regazo. Así es como suelo estudiar, sentado en la cama con todos los libros y apuntes regados a mi alrededor. Trato de concentrarme y estudiar a conciencia. El examen es dentro de pocos días, y ya de por si es complicado para cualquier estudiante, en mi caso la dificultad se multiplica a causa de una irracional antipatía que el profesor siente hacia mi. ¿Por qué? Una vez me dijo: "Webber Aidan, el rubito modelo de la clase. ¿Por qué no vas a buscar alguna pasarela y dejas venir a clase con los que en verdad quieren aprender?" Es tan injusto, que me juzguen por mi apariencia nada más.


Un par de horas más tarde aparto los libros y camino hacia la cama de Jules, preguntádome si se ha quedado dormido con la tv prendida.

- ¿Jules?- Lo llamo y automáticamente él se incorpora, con sus ojos negros abiertos como si se asombrara de verme.

- ¿Qué, me necesitas para practicar para tu examen?- Me pregunta repentinamente.

- Eh... pensaba que estabas dormido.- Le aclaro.- Y sí... jee, necesito una mano con esto. - Le muestro unas hojas con dibujos y anotaciones que he armado sobre la parte práctica de la materia.

Para quien no esté enterado, la semiologia es el estudio de los síntomas y signos que traen los pacientes enfermos. En fin... tiene mucha parte práctica de maniobras y desde que comenzó el semestre he tomado a Jules como conejillo de indias personal.

- Hn, estoy algo cansado Aidan. ¿No puede ser en otro momento?- Ahora que lo veo de cerca, si se ve algo somnoliento, con una actitud indiferente.

- Ohh vamos Jules, esta vez no tienes que hacer nada, te recuestas y yo haré el resto. - Le insisto, juntando mis palmas en una especie de plegaria.

- Está bien... pero tal ves deberías buscar a alguien más para esto.- Replica con un gesto gracioso de resignación, mientras se tiende sobre el colchón.

Sonrió victorioso, posicionándome a su derecha dispuesto a comenzar con la revisación.

- Tu cuerpo es bastante fácil de examinar, eres tan delgado.- Le confieso, por millonésima vez y él en respuesta lanza un bufido de disconformidad.

¡Es que es cierto! Si bien tiene mi misma edad y en altura somos prácticamente iguales, la madre naturaleza me ha dotado de un físico un poco más masculino que el de Julian. Espalda ancha, brazos firmes, el deporte hizo el resto. En cambio él es delgado y da esa impresión de chico frágil y vulnerable (aunque eso siempre le ayudó a conquistar chicas). Su piel es blanca y aquel cabello renegrido algo largo solo la acentúa más.

-¿Tengo que haces algo?

- Nop, solo avísame si te causa alguna molestia.- Indico mientras levanto su camiseta por encima de la altura de su pecho y bajo sus pantalones hasta la cadera, dejandome un buen panorama de su pálido abdomen.

Comienzo a palparlo, siguiendo las indicaciones del libro, y a modo de distracción (tal como dice la teoría) le pido que me cuente algo.

- No sé Aidan, no se me ocurre nada que decir.

- No seas idiota Jules, cualquier tontería basta. Últimamente casi no me cuentas nada....- Murmuro de último.

Veo de soslayo como él alza una ceja inquietado por mi comentario.

- ¿Qué dijiste?- Pregunta con voz extrañada.

- Eso... me da la impresión de que en estas semanas apenas si hablamos.

- Pero si nos vemos diario. ¿Te das cuenta de la tontería que me planteas?- Se ríe por primera vez en varios días. Pero no es verdadera, esa risa es tan falsa como las tetas nuevas de nuestra vecina del frente.

- Mierda Jules, si te ríes la maniobra no sale.- Espeto, algo molesto por su reacción.- Deja esa tonta risa falsa de una vez...

Julian deja de reirse y continúo palpando el abdomen, hasta llegar a su vientre plano. Apenas toco con el pulpejo de los dedos y de pronto se estremece, ocasionando que me aleje sorprendido.

- ¿Te causé cosquillas?

- Hn... Sí.- Murmura, apartando la mirada hacia un costado.

Sigo estudiando unos minutos más, con la impresión de que esta vez Jules se ha dormido, pues esta tan callado que asusta.

- Es verdad, hace días que estoy bastante antisocial...- Afirma Julian, yo asiento dándole la razón.

- Más que solo unos días.

- Ok, semanas. - Acepta, derrotado.

- Te conozco, sé que algo te inquieta pero no me dices nada...

Ya lo sé, ha sonado a berrinche o reclamo de novia celosa pero es lo que hay, y en un dos por tres mi amigo se incorpora en la cama donde queda sentado y mirandome fijamente con sus ojos negros.

- ¿Si te cuento esto me prometes que vas a aceptarlo sin hacer escándalos ni nada?- Suelta la pregunta tan bruscamente que pierdo el equilibrio y acabo de culo contra el piso del cuarto.

- Si... ¿Por qué tanto dramatismo? Siempre ha sido así.

- ¡Porque esta vez es algo más complicado, Aidan! Por eso.- Grita, masajeandose nerviosamente la sien.

- Bien, bien, Jules... ¿Qué te tiene tan preocupado para ponerte así?- Me acerco, tratando de calmarlo pero continua igual de inquieto.

- Amigo... creo que soy gay.


¿Qué?




¿Qué? ¿Jules homosexual?


¡¡¡¡¿QUEE?!!!!


Busco alguna señal de broma en su rostro, algo que delate que esta jugando. Pero solamente esta mirándome, con timidez y algo así como miedo. Presiona con fuerza sus rodillas y baja la mirada, ocultando sus ojos decepcionados por el flequillo oscuro.
¿Esa decepción es por mí? Creo que no he puesto la mejor de las caras.


- Aguarda, Jules... ¿Cómo que crees ser gay? ¿Vas en serio?

- ¡Sí! ¡Mierda Aidan, ojala fuera una mentira! Y podrías sacar esa cara de asco, ya suficientemente dificil es para mí aceptarlo.

- No, no, no, Jules yo jamás sentiría asco por ti, no soy ningún homofóbico. Pero... hombre me haz sorprendido. Uno cree que conoce a alguien por tantos años y de pronto pasa algo como esto. - Medito cruzándome de brazos.

Él asiente, concordando con lo dicho.

- ¿Pero estás seguro?- Insisto. No porque no quiera aceptarlo, es que resulta tan irreal que asusta.

- No, por eso te dije que "creo" serlo.- Murmura, apartándose distraídamente el pelo de la cara. - Aidan... ¿En verdad no te molesta?

- No, pero es porque no creo que seas gay.

- ¡Pero si te estoy diciendo que lo soy! ¡Soy gay, homo, maricón, rarito!- Empieza a gritar moviendose por todo el cuarto, tan indignado.

No obstante yo sigo cruzado de brazos en el piso, a mi no me convence.

- ¿No que "creías"? Ahora de pronto ya hasta marchas en el desfile del orgullo por todo el cuarto.

- Uff... Aidan, no lo estás haciendo nada fácil. Yo aquí intentando salir del closet y tú que no me crees.-

Bufando, entre resignado e incrédulo, mi amigo se sienta en el piso a un lado mío. También con los brazos cruzados.

- ¿Y cómo haz descubierto algo así?

- No lo sé, creo que me gustan los hombres.... un día empecé a pensarlo y la idea se instaló en mi cabeza, y aquí estoy.

- ¿Qué día? Fue después de la fiesta de Jessica Meyer, ese día que no ligaste nada. ¿A que si?

- ¿Cómo sabes?- Me pregunta, entre incrédulo y sosprendido.

- Desde ese día es que estás raro... Te quedaste toda la noche sin hacerle caso a nadie y después volviste a los dormitorios con Tobias Bryams.

Recuerdo aquel día, fue una fiesta posterior a examen, yo acabé metido con una compañera que estaba tan ebria esa noche como yo. Después de eso salimos un par de veces pero no funcionó. Y mientras yo estaba apasionado en un rincón Jules se marchó con uno de sus compañeros de clase, ese chico algo extraño llamado Tobias. Se corren toda clase de rumores acerca de él, a pesar de que es bastante guapo no sale con ninguna chica y por ahí dicen que prefiere a los chicos... Carajo, me ha caído la ficha. (A veces para ser tan inteligente soy bastante estúpido).


- ¡Aguarda! Fue Tobias... ¿Él te puso esa idea rara de ser gay?

Un ligero sonrojado aparece en las mejillas pálidas de Julian y no hace falta que siga una palabra para darme cuenta de que es un sí.

- Él me preguntó que si era gay, y cuando se lo negué no pudo creermelo. Se rió bastante, yo me enojé y decidí volverme a los dormitorios. Ya qué.... nadie me prestaba atención y tú estabas muy cariñoso con esa compañera de laboratorio tuya. - Escuchaba muy atento la narración de Jules, sobre todo noté el reproche en la última frase.- Pero Tobias me siguió y se disculpó. Insistió tanto que al final yo olvidé el comentario y continuamos charlando en la habitación. No sé como, pero al final él acabo besándome.

- ¿Y ahí te hiciste gay?- Pregunté, shockeado con la noticia de aquel beso fortuito.

- ¡No! - Me regañó, con un golpe en la cabeza.- Lo saqué a patadas de aquí.

- Auhh, me duele... - Me quejé, sobándome la frente que seguro quedó marcada.- ¿Y eso fue todo? Desde ahí te quedaste pensando en el asunto gay... ¿Y ya?

- ¡Por supuesto que no! Continuaba enfadado con Tobias, pero esa semana él me acosó insistiendo en la idea de que yo era gay pero aún no lo había descubierto. Y ahí, recién, empecé a pensar en la posibilidad... es decir... Aidan, ¿cuándo fue la última vez que me viste con una chica?

- Hn... Ehh... ¿Qué hay de Diana? Estabas obsesionado, si cuando te acostaste con ella hasta lloraste de la emoción y cuando terminaron casi armas un nuevo diluvio universal. Ahora que lo pienso...- me froto la barbilla pensativamente.- Eso de lloriquear si es algo gay.


- Y una mierda, Aidan tu lloras siempre que pierde tu equipo de hockey favorito.- Me saca en cara.

- Es verdad, pero el llanto deportivo es cosa bastante masculina.- Reflexiono pero él parece tomárselo como una especie de broma, cuando hablo muy en serio (ok, tal ves no tanto).

- No existe tal cosa de "llanto deportivo". Ya Aidan, tómate en serio esto que estoy diciendo. Soy gay, al menos eso creo... Lo que me importa saber es si vas a seguir siendo mi amigo a pesar de esto.

- Yah, no me importa si de pronto eres gay o marciano, mientras no dejes de ser Julian yo creo que vamos a estar bien.- Le aseguro palmeando su hombro, como gesto de buena fé.- Pero...- agrego con una sonrisa divertida.- Yo no creo que seas gay, sinceramente.

- ¿Por qué no?- Pregunta él, con aire ofendido.

- Es puro presentimiento, no sé. - Me encojo de hombros.- No te pueden gustar las chicas toda la vida y de pronto ya no hacerlo. Recuerdo perfectamente como nos masturbabamos viendo esas porno en tu casa cuando tu mamá estaba trabajando. ¿Quizás seas bi?

Mi planteo razonablemente cierto pareció dejarlo con la duda, porque se cruzó de brazos y quedó con rostro pensante como si buscara exactamente qué decir a continuación para defender su nueva condición sexual.

- No sé, ha de ser por la edad, con las hormonas al límite supongo que cualquier tipo de sexo me ponía en tono. Ahora ya no creo sea así. - Me suelta así de repente, y una idea loca viene a mi cabeza. Es ridícula y poco ortodoxa, pero que diablos, tal ves resuelva este lío.

- ¿Qué tal si ponemos a prueba eso que dices? Tengo una porno en dvd que me pasó un compañero, te reto a qué la veas sin empalmarte un poquito.

Jules me mira tal como lo haría a un extraterrestre bailando zamba o a un fenómeno de circo, como si me hubiera salido de pronto otra cabeza. Les dije que la idea era poco ortodoxa, pero estoy seguro de que a esta apuesta la gano yo.

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