Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Cuando empezé a quererte? por yami224

[Reviews - 161]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

perdon, perdon y mil veces perdon por la tardansa, se que no tengo excusas pero es que la escuela no me dejaba en paz, afortunadamente ya termine así que ya voy  a estar de regreso por aqui.

Bueno aquí les dejo con el otro cap.

 

 

-Yugi por favor trata de tranquilizarte- ya estaba arto de que  desde que habían llegado no dejaba de hablar de Joey.

-Por Dios Yami, como quieres que esté tranquilo, no sé nada de mi amigo, quiero saber qué es lo que le paso- su  subconsciente le decía que su amigo se podía encontrar en problemas.

-Pero lo fue a ver un doctor- "bueno al fin no era nada grave, al menos lo del desmayo"

-Ya lo sé, pero aun así no puedo estar tranquilo, siento que está en problemas y que no puedo ayudarlo-

Yami solo veía como Yugi iba de un lado a otro del comedor y que no se quedaba quieto, quería ayudarlo pero por ese momento le era imposible ya que sabía que el menor tenía razón, bueno no sabía si realmente estaba en problemas, pero lo más lógico era que si y más no podía hacer nada, porque él había contribuido a que pasara eso.

Lo único que se  le ocurrió hacer fue levantarse de donde estaba he ir a abrazar a su amor, el menor correspondió al abrazo que le brindaban y se recargó en su pecho para así refugiarse y ver si podía encontrar un poco de tranquilidad.

-Tengo miedo Yami, no quiero que nada malo le pase a Joey.-

-No te preocupes, nada malo le va a pasar- "eso espero".

Ya con un poco de tranquilidad por las palabras de Yami decidió irse a dormir, así que ambos subieron las escaleras y cuando llegaron al cuarto del tricolor menor el ojicarmesí se separo un poco, ya que no estaba del todo seguro de quedarse con su pequeño ya que ambos tenían cuartos distintos.

-Yami, por favor quédate conmigo esta noche-

-Claro- simplemente no podía resistirse a esos hermosos ojos, así ambos entraron al cuarto

****************************************

-Ahhh, Seto noo- ya no lo resistió su plan se había ido a la basura, pero quien podía resistirse a alguien como él, tendría que utilizar todo su autocontrol para separarse del Ceo y alejarse lo más posible.

-Porque no, si bien que te gusta no es así- le dijo de una manera muy sensual cerca del oído del rubio para después lamerle el lóbulo.

-Noo, de...detente- tenía que parar antes de que continuara, ya que si pasaba al siguiente nivel ya no iba a poder controlarse y terminaría entregándose al ojiazul.

-Seguro?- sabía que el rubio trataba de controlarse a toda costa, pero no lo iba a dejar.

-Ahhh, sí, detente- trataba de separarlo pero por más que intentaba no conseguía nada.

El castaño hizo caso omiso a lo que le pedía el rubio, así que decidió seguir con su trabajo, empezó a bajar por esa piel blanca hasta llegar donde empezaba el pantalón, con un rápido movimiento logró deshacerse de aquella molesta prenda.

Después regresó a los labios del ojimiel  y los empezó a besar con gran pasión, pero sus manos no se quedaban atrás una de ellas fue directo al miembro del rubio y lo empezó a masajear por encima del bóxer.

-No-  fue la respuesta que dio Joey ante esa caricia, no podía seguir con eso, para empezar no sabía ni como había dejado que todo eso empezara.

FLASH BACK.

Estaba comiendo con toda la calma del mundo lo que le había llevado el castaño, ya que en lo que comía pensaba en la forma de escaparse de ahí, no es porque no deseara lo que iba a pasar, pero en esas circunstancias simplemente no  se iba a dejar.

Todo iba bien, sabía que el ojiazul estaba ansioso porque terminara y por ese simple hecho se tardaba más en cada bocado, aunque para él era un tanto difícil ya que eso estaba delicioso y lo que quería era acabárselo de inmediato, pero tenía que hacer tiempo para que saliera bien su plan.

Una vez que había terminado con todo empezó con el helado que acompañaba la comida, simplemente no podía ser más perfecto ya que era de vainilla y era el que más le gustaba, así que sin dudarlo un momento llevó la cuchara hasta el grandioso manjar y tomo un pedazo y se lo llevó a los labios, inconscientemente lo empezó a lamer y esto hizo que el castaño  se empezara a perder el poco autocontrol que le quedaba, porque simplemente esa escena que tenía enfrente era divina.

Ya estaba a punto de terminarse el último pedazo cuando la mano del  Ceo le quitó la cuchara y se la había llevado de una manera tan sensual a la boca que simplemente no podía dejar de verlo, después cuando terminó la dejó en la bandeja y esta la colocó en el suelo.

Él se encontraba perdido en esos hermosos zafiros que lo habían cautivado desde un principio, pero en cuanto se había dado cuenta de lo que estaba haciendo regresó a la realidad y sabía que no tenía que dejarse llevar, pero eso le fue simplemente imposible.

El ojiazul había empezado a caminar hacia él de una manera tan sensual que no dejaba de verlo, trató de alejarse lo más que pudo, pero lo único que había conseguido era llegar hasta una pared en la cual fue acorralado por el castaño.

-A dónde vas, tu amo todavía no te da permiso de que te vayas-  le dijo muy lamiéndole el lóbulo de la oreja lo cual provocó un escalofrío en el rubio el cual el castaño lo percibió muy bien.

-Yo no soy nada tuyo  para que me des permiso, yo puedo hacer lo que se me pegue la real gana, no necesito el permiso de nadie y menos el tuyo- por un momento se le había olvidado en la situación en la que se encontraba ya que simplemente el Ceo lo hacía enojar y él, Joseph Wheleer no se iba a dejar.

-En este momento no puedes reclamar cachorro- sabía que eso lo hacía enojar a un más y le encantaba eso, simplemente se le hacía muy divertido hacerlo enojar y no sabía el porqué, pero en ese momento no iba a pensar en ello.

-No me llames así gato engreído bueno par...- ya no pudo completar la frase ya que los labios del ojiazul lo habían callado.

Al principio trató de resistirse, de alejarse de él, pero simplemente eso era algo casi imposible y como la primera vez terminó cayendo en los encantos de aquel dragón de ojos azules.

El beso había empezado de una forma muy lenta, como queriendo saborear el uno del otro, pero conforme pasaba el tiempo el beso se volvía mas demandante, más apasionado, ambas lenguas peleaban por ver quien llevaba el control lo cual obviamente lo había ganado el Ceo.

El ojiazul empezó a acariciar el pecho del rubio para después empezar a desabrochar la camisa que llevaba y así tener mejor acceso a aquel delicioso cuerpo.

Ambos habían empezado a caminar en dirección a la cama, una vez que llegaron el castaño acostó al rubio como si se tratara de una muñeca de cristal, una vez que contempló a su  ángel se colocó sobre el ojimiel y de nuevo empezaron los besos, después de un tiempo el castaño empezó a descender y a recorrer aquel hermoso cuerpo que tenía debajo suyo,

Cuando llegó a los pezones del rubio empezó a lamer el primero y  con su mano estaba jugando con el segundo, una vez que estuvo ya duro prosiguió a hacer lo mismo con el segundo,

Ese era el momento adecuado, primero se divertiría un poco y después llevaría en marcha su plan, así que empezó a desabotonar la camisa del Ceo y cada pedazo de piel que iba quedando al descubierto la iba lamiendo.

-Veo que estas ansioso por jugar verdad-

-Ja, hasta crees, ansiosos, por ti, ni lo sueñes- no le iba a dar ese gusto al Ceo, primero muerto

-Veamos si es cierto lo que me dices- al decir esto empezó a lamer el cuello del rubio y a descender de nueva cuenta.

-Ahhh- ya no se podía contener, simplemente esas caricias eran deliciosas

-Ya vez tu cuerpo me lo pide- en eso llevó una mano hasta la entrepierna del rubio y la empezó a acariciar por encima del pantalón.

-Seto...Ahhh-no podía creer eso, simplemente era maravilloso lo que le estaba haciendo y no podía resistirse, al fin había caído en el juego del castaño

FIN DEL FLASH BACK

-Por qué no, mira como estas- le dijo señalándole su miembro el cual ya se encontraba despierto

-No te puedo dejar así- entonces empezó a bajar con sumo cuidado el bóxer hasta que se deshizo de él.

Después de contemplar a semejante hermosura se acercó muy lentamente hacia toda su extensión y la empezó a lamer, primero en el glande para después ir descendiendo dando pequeños besos.

-Seto... ya no aguanto- simplemente estaba al borde de la locura, ya no podía contenerse, lo único era que disfrutaría ese momento, después se arrepentiría por eso.

El castaño al oír al rubio decidió introducir en su boca todo el miembro del rubio, después empezó a subir y  bajar en un hermoso vaivén enloquecedor para el ojimiel, a los pocos minutos Joey se descargó en la boca del Ceo.

Su respiración era agitada y sus mejillas estaban de un hermoso color carmín, el ojiazul que quedo embelesado ante tal vista, estaba tan perdido contemplándolo que no se dio cuenta cuando el rubio le empezó a desabrochar el pantalón junto con el bóxer.

El Ceo solo miraba las acciones del rubio ya que se había perdido por completo en ese rubio que ni reaccionar podía, solo sintió una oleada de placer cuando aquella hermosa boca empezó a recorrer deseosa su miembro, ese vaivén que le estaba haciendo el ojimiel simplemente era exquisito, solo que el ritmo que llevaba lo volvía loco así que colocó sus manos en la cabeza de Joey para que de esa forma aumentara la velocidad.

No tardó mucho tiempo cuando sintió que iba a terminar, pero el gran Seto Kaiba no iba a dar el lujo de eso, así que se separó del rubio y lo volvió a acostar, esta vez llevó tres dedos a la boca del ojimiel para que los lamiera y eso hizo, una vez que estuvieron listos  los llevó a la entrada del rubio e introdujo el primer  dedo en esta.

-Ahhh- fue la leve queja del rubio ya que esa iba a ser su primera vez y pues esa era algo nuevo para él, además que le había dolido, no mucho pero si era para considerarse.

El castaño se dio cuenta de esto así que empezó a besarlo de  una forma muy dulce para así tratar de disminuir el dolor, estaban tan metidos en ese beso que no sintió cuando los dos dedos faltantes entraron.

Cuando el Ceo consideró que ya estaba lo suficiente dilatado retiró los dedos a lo cual recibió una leve queja del ojimiel.

-Estás listo- no sabía porque, pero se preocupaba por no hacerle daño, así que mejor se aseguraba si el rubio estaba listo para lo que seguía.

-Sí no te... preocupes sigue- su respiración era entrecortada ya que estaba perdido en las nuevas sensaciones que estaba experimentando.

-Bien- así que empezó a llevar su miembro a la entrada del rubio y lo empezó a introducir con sumo cuidado tratando de no lastimarlo.

-Ahhh, Se...Seto- de nuevo la punzada del dolor habían regresado a él.

-Shhh, Joey, tranquilízate, todo va a estar bien- se estaba esperando para empezar ya que su entrada estaba muy estrecha y eso hacía que el dolor fuera más intenso, no quería hacerle daño así que iba a esperar para que se acostumbrara a la invasión.

El dolor poco a poco iba disminuyendo, cuando sintió que ya estaba listo empezó a mover sus caderas para que el Ceo empezara, el ojiazul no tardó ni un momento en cumplir con la petición del rubio y así comenzó el vaivén.

-Seto...Ahhh- simplemente era maravilloso, no podía pensar en otra cosa que no fuera su dragón de ojos azules.

-Jo..ey- 

Todo lo que se escuchaba en esa habitación eran los gemidos que provenían de los dos amantes.

-Ahhh, ya.... Ya no aguanto ... más Seto- ya estaba al borde, ya no aguantaba mas.

-Ahhh...aguanta un ... poco más-

Después de una envestidas más ambos llegaron al orgasmo, el Ceo se dejó caer sobre el rubio, una vez que sus respiraciones se normalizaron el ojiazul salió de Joey y se acostó a un lado.

Al poco tiempo Morfeo se apodero de ambos y el castaño acercó a su sol y lo abrazo esperando verlo al día siguiente, ver esa bella expresión y con ese pensamiento finalmente se durmió.

 

Solo habían pasado unas horas cuando Joey abrió lentamente los ojos, todavía estaba  cansado y adolorido, pero al menos cumpliría que se iba a ir, no iba a esperar a que despertara el castaño, eso sí que no, al menos en eso no le daría el gusto.

Como pudo se liberó del agarre del Ceo y con sumo cuidado se levantó de la cama, empezó a buscar todas sus cosas y se empezó a vestir, no sin antes contemplar la majestuosa escena que tenía, simplemente se veía tan tranquilo que no podía creer que ese era el Iceberg del que todos hablaban.

Una vez que terminó de vestirse abrió con sumo cuidado la puerta, que para su suerte el ojiazul la había dejado abierta, empezó a bajar unas escaleras, sólo esperaba que no se perdiera en esa mansión ya que cuando lo llevaron a la habitación no supo cómo llegó.

Más tarde averiguaría que había pasado realmente, lo único que quería era salir de ahí, después de recorrer la mansión como tres veces llegó a la cocina la cual tenía una puerta la cual comunicaba con el jardín, al no tener otra opción decidió salir por ahí.

Lo único bueno es que esta no estaba cerrada con seguro lo cual le facilitó el escape, solo esperaba que el que estaba vigilando lo dejara salir, porque en la tarde que lo había intentado simplemente no pudo, pero esta vez probaría de nuevo su suerte.

Se aproximó con cautela y llegó a la entrada principal en la cual estaba el sujeto que momentos antes no lo había dejado salir.

-Este...- no se le ocurría que decir, así que dijo lo único que se le vino a la mente - vera... el señor Kaiba ya me dio "permiso"- por mas que no le gustara sabía que tenía que decir eso para sonar más convincente- de retirarme- sólo rogaba a los dioses porque le creyera

-A estas horas de la noche- simplemente eso le resultaba un tanto extraño ya que cuando llevaba "visitas" siempre se iban hasta el día siguiente o si no al menos llamaba un taxi para que fuera a recogerlas.

-Sí, es que me desmayé en la noche y solo me dejó hasta que me despertara y como creo que no le caí muy bien, pues me dejó a mi propia suerte-

-Ya veo- bueno al menos eso si le había creído ya que cuando se lo encontró en la tarde ambos solamente estaban peleando y conociendo a Kaiba era muy lógico que lo dejara entonces a su suerte.

-Entonces permítame un momento, llamaré a un taxi, no voy a dejar que se vaya sólo a estas horas de la noche- dicho eso dio media vuelta y se fue a la caseta de vigilancia y empezó a marcar un número, después de que colgó regresó con el rubio.

-En un  momento viene- después regresó a su puesto.

El rubio trataba de guardar calma esperando que el ojiazul no se despertara y no intentara detenerlo, al menos para su suerte el taxi no tardó en llegar, en cuanto lo vio fue directo hacia él y le indicó al chofer la dirección.

Dentro del taxi estaba pensando lo maravilloso que había sido  aquella noche, simplemente nunca la iba a olvidar, aunque por otra parte era mejor eso, olvidar y no acordarse de nada, ya que no esperaba ver al ojiazul, sabía que él solo lo había utilizado y después se olvidaría de él como si nada hubiera pasado.

El taxi llegó a su destino y después de pagar entró y subió a su habitación, primero se metió a bañar para así tratar de borrar todo rastro del castaño, aunque eso era algo imposible.

Una vez que terminó se fue a acostar, pero antes programó su reloj para al día siguiente ir a trabajar, después de eso se dispuso a dormir y tratar de olvidar al Ceo.

 

A la mañana el gran Seto Kaiba se iba despertando de un largo sueño, al abrir los ojos lo que quería ver era a su amado rubio, pero cuál fue su sorpresa al descubrir que el lugar que había ocupado momentos atrás estaba completamente vacío.

Lo primero que hizo fue levantarse y empezar a buscar algo perteneciente del rubio, pero por más que busco no encontró absolutamente nada, su lógica lo que le decía en ese momento era que mientras él dormía el rubio se había ido.

No lo podía creer, nunca pensó que fuera a pasar eso, no tenía lógica alguna para él, pero en eso empezó a recordar que el ojimiel desde un principio no quería nada con él, y que al final había convencido a Yami de que participara en un plan para conseguirlo, y sí lo había hecho.

Entonces sabía que el rubio estaba molesto con él, y por eso se había ido, bueno entonces si esa había sido la decisión de él pues estaba bien, al fin y al cabo, porque lo quería si solamente había sido por pura diversión, no quería nada serio con Joey, o sí, no, simplemente eso era imposible.

Para despejarse un poco entró a la ducha para así de esa forma relajarse un poco para después ir a trabajar y continuar con su vida y olvidarse de aquel rubio.

Mientras iba de  camino a Kaiba Corp. Su mente no dejaba de pensar en Joey, de ahí fue cuando se acordó de la segunda propuesta que le había dicho a Yami, de despedirlo de su trabajo y que después fuera con él.

Pero en qué diablos estaba pensando, eso era una locura, para que lo quería cerca, ya su objetivo estaba cumplido, solo lo quería para una noche y ya lo había logrado, entonces porque quería llevar a cabo también el segundo plan, lo único era que ya se estaba volviendo loco, si eso debía de ser.

****************************************

-Yami, la tierra llamando a Yami, despierta que se te va a hacer tarde- simplemente desvelarse no era el fuerte del tricolor mayor ya que después por nada del mundo se podía despertar.

-cinco minutos más, tengo sueño- ese había sido el reclamo ya que estar casi toda la noche sin dormir por estar pensando cómo se libraría del problema si se llegaba a enterar Yugi, no lo había dejado dormir, ya que sabía que Yugi quería mucho a Joey y no quería que él se enojara por participar en ese plan.

-Nada que cinco minutos Yami, tienes que ir a trabajar- entonces para que se despertara recorrió las cortinas para que la luz del día entrara y además le empezó a quitar las cobijas y la almohada.

-Que malo eres Yug- ya no le quedó de otra más que levantarse no sin antes darle un apasionado beso al menor.

-Déjate de eso Yami, que así nunca vas a llegar- no es que no le gustara pero todavía no se sentía listo para lo que Yami quería, eso le daba un poco de tristeza, pero sabía que el mayor lo entendía

-Está bien, ya me voy a cambiar- dicho esto salió del cuarto del oji-amatista y se fue a su cuarto para darse un baño y después irse a trabajar.

Una vez que terminó bajó al comedor donde Yugi lo esperaba con un delicioso desayuno el  cual no se pudo resistir.

-Yami- le habló el pequeño muy tímidamente ya que no sabía si se enojaría si le preguntaba por Joey

-Dime- dejó lo que estaba haciendo para ponerle toda la atención a su luz.

-Joey crees que este bien-

-Para que ya no te preocupes, si quieres lo vamos a ver a su trabajo cuando termine con el mío- al fin el rubio siempre se quedaba más de la cuenta en su trabajo

-Sí-

-Muy bien, entonces me voy para venir por ti para ir a ver a Joey-

-ok, adiós Yami, Suerte- después de eso él emprendió rumbo a su trabajo.

****************************************

El reloj despertador no dejaba de sonar, así que después de aventarle lo que encontró a la mano fue cuando dejó de emitir ese molesto ruido, en ese momento lo único que quería era descansar, aunque sabía que no podía, así que con toda la flojera del mundo se levantó y fue a prepararse el desayuno, una vez que terminó se dirigió a su trabajo.

Joey trabajaba en un Restaurante como contador, un puesto importante, porque no decirlo, se había esforzado mucho por alcanzar ese puesto y era bien pagado, al menos no sufría mucho por ese detalle, lo único es que tenía que llegar temprano y esa vez lo había logrado ya que faltaban 5 minutos para la hora de entrada.

Una vez que entró dejó sus cosas y se iba a poner a trabajar cuando vio que llegaba su jefe.

-Joseph, tenemos que hablar-

 

 

CONTINUARA....

Notas finales:

Muchas gracias por leer, eso me hace muy pero muy feliz, y muchas gracias a tod@s por sus reviews, aunque no los responda quiero decirles que siepre los leo y eso me da muchos ánimos.

Bueno hasta el próximo capítulo y no olviden sus reviews.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).