Por un momento se había perdido por completo en esos hermosos ojos azules, pero al ver al Ceo que se empezaba a acercar a él de una forma muy sensual, inmediatamente sus mejillas se tornaron de un tono carmesí y su corazón se empezó a acelerar, pensó que estaba soñando.
"Jajaja, solo vi a ese ricachón engreído una sola vez y ya estoy teniendo sueños con él, si que soy patético" pero sus pensamientos fueron interrumpidos cuando un repentino dolor de cabeza lo sacó de sus pensamientos, entonces se dio cuenta de que todo era real.
Al instante se alarmó, inconscientemente empezó a observar el lugar en donde se encontraba y se dio cuenta que estaba en una lujosa habitación, el piso tenía una elegante alfombra de un color azul marino, las paredes estaban pintadas de un tono más claro lo cual resalaba la elegancia del lugar, en el techo había una enorme lámpara al centro la cual era de oro con cristales cayendo alrededor de esta, en una esquina había un enorme librero y en el otro extremo de la habitación se encontraba un fino escritorio de caoba en el cual había muchos documentos, una laptop y en la esquina de este había un retrato, en el cual pudo observar que era Kaiba con su hermano Mokuba.
Al ver esto abrió sus ojos al máximo al saber que se encontraba en la habitación del Ceo, un escalofrío recorrió todo su cuerpo, sabía cuáles eran las intenciones del castaño, claro que quería ese encuentro pero otra parte de su ser le decía que no cometiera locuras ya que el Ceo solo estaba jugando con él, o no?
Lo único que sabía en ese momento era que tenía que irse de ese lugar cuanto antes, entonces como pudo se levantó de la cama, pero cuando lo hizo un ligero mareo lo detuvo.
-Regresa a dónde estabas- eso fue más una orden que una petición, al parecer los efectos del líquido todavía no pasaba por completo, así que decidió espera r un poco más.
-Tú no me ordenas nada Kaiba, yo hago lo que se me de la regalada gana- bueno, al menos el ojiazul había sido un poco amable pero porque, acaso planeaba algo.
-No vas a poder salir de aquí, ya que el "doctor" ordeno que no te fueras-
-Qué!?!?- no había entendido lo que había querido decir, cual doctor.
-Te desmayaste y tus amiguitos te trajeron y vino un doctor y recomendó que tenías que quedarte- lo dijo con su mismo tono frío.
-Entonces eso fue lo que paso- al menos ya sabía lo que había pasado y porque estaba ahí, aunque no sabía porque se había desmayado, pero ya después lo averiguaría.
-Ahora regresa a la cama- claro que eso le convenía a él también.
Lo dudó un momento pero al final accedió a lo que le había dicho el Ceo, pero solo hasta que se sintiera mejor y después se marcharía.
Se quedó quieto por unos momentos pensando porque al rubio se había mareado, si la fórmula solo iba a ser por unos momentos, pero después recordó que no le había dicho a Yami que cantidad tenía que poner, lo que supuso que había puesto aproximadamente la mitad, sino es que más, por eso el efecto todavía no pasaba.
Resignado a que tenía que esperar un poco más decidió ir a darse un baño, así que entró al baño, estuvo dentro durante un tiempo considerado estuvo dentro, para después ir al vestidor que estaba al lado del baño.
Joey estaba muy metido en sus pensamientos cuando escuchó que la puerta que dirigía al baño se abrió, al girar su vista al lugar se quedó casi sin habla, parado en el marco de la puerta se encontraba Kaiba, con un pantalón negro, una camisa del mismo color pero solo que esta no estaba abrochada de los últimos tres botones permitiendo así ver el bien formado pecho del ojiazul, además su cabello estaba todavía húmedo y unas cuantas gotas resbalaban por su rostro y por su pecho, una imagen endemoniadamente sensual.
Sabía que había logrado su objetivo ya que sinceramente no quería violar a Joey, sino que iba a seducirlo para así lograr su plan, lo que no sabía es que el rubio no se iba a dejar tan fácilmente.
Joey sabía que si permanecía más tiempo en ese lugar se iba a dejar llevar e iba acabar accediendo a lo que el Ceo quería, con todo el control que pudo obtener se incorporó de donde estaba y con paso lento se dirigió hacia la puerta bajo la atenta mirada del castaño.
Llegó a la perilla de esta y la empezó a girar, pero se dio cuenta de que esta estaba cerrada con llave, esto alarmó más al ojimiel, no tenía escapatoria, entonces empezó a forcejear con la puerta para ver si esta se abría por arte de magia, pero obviamente no pasó.
El Ceo estaba viendo desde donde estaba como Joey trataba de abrir la puerta, le pareció una imagen muy graciosa, así que decidió empezar con su plan, se acercó con paso lento pero decidido y rodeo al rubio por la cintura.
-No la vas a poder abrir- le susurró sensualmente al oído a lo cual el ojicarmesí se tenso por lo cerca que tenía a Seto.
-Déjame ir- volteó a enfrentarse con el castaño, pero no calculó bien su movimiento lo cual provocó que sus labios rosaran a lo cual es Ceo aprovecho para tomar a Joey de nuevo por la cintura y darle un beso a lo cual el rubio puso resistencia y colocó sus manos en el pecho del castaño para poder separarse de él, pero no pudo ya que Kaiba tenía más fuerza que él.
-No vas a ir a ningún lado... cachorro- "porque le había llamado cachorro, definitivamente ya se estaba volviendo loco"
-Suéltame Kaiba- seguía forcejeando con el ojiazul pero lo único que consiguió fue que el Ceo lo acercara más contra sí.
Ya no sabía qué hacer estaba atrapado, la única forma de salir de ahí era la primera salir por la ventana, la cual era una opción poco lógica ya que la habitación se encontraba en un segundo piso y la caída iba a ser fea y la segunda opción era por la puerta solamente que esta estaba cerrada y el ojiazul era el único que la podía abrir.
-"Un momento, el ojiazul era el único que tenía la llave, solamente que siga con su juego y que abra y luego me voy" - esos eran los pensamientos del rubio.
Entonces siguiendo su plan decidió pasar sus brazos por la cintura del ojiazul y dejarse llevar por el abrazo que le estaba brindando.
Kaiba se sorprendió por la reacción del rubio, primero lo rechazaba y ahora lo estaba abrazando, simplemente no lo entendía pero no esperaría a que el rubio se arrepintiera así que empezó a acariciar la espalda de Joey.
Después empezó a lamer el cuello del rubio el cual se tensó por la acción del ojiazul, sabía que si lo dejaba continuar no iba a ver forma para detenerlo y eso era algo que no quería.
-Seto detente- dijo en un susurro a lo cual el Ceo se detuvo, no porque quisiera, pero no lo quería violar a fin de cuentas.
-Que sucede- le dijo con su habitual tono frío
-Este... yo- no sabía que decir ya que no quería hacer enfadar al ojiazul, pero tampoco quería que le hiciera algo, tenía que librarse de él, pero la pregunta era como- este yo quisiera- tenía que inventarse algo coherente para que el ojiazul lo dejar ir o que se al menos abriera la puerta para que se pudiera ir.
-Que quieres- ya se había molestado ya que entre más pronto poseyera al rubio mejor
Estaba a punto de decir algo hasta que un sonido proveniente del estomago de Joey hizo reaccionar al ojiazul, su cachorro tenía hambre.
-Sí tenías hambre solo tenías que decirme- no quería hacerlo sin que el rubio tuviera fuerzas o en su defecto hambre y que no se pudiera concentrar.
Ya no tuvo que decir nada ya que el Ceo se separó de él y abrió la puerta para seguramente dirigirse a la cocina o algo parecido, antes de que saliera rumbo a la cocina le lanzó una bella sonrisa que hizo que a Joey se le enchinara la piel, que guapo se veía así, pero tenía que alejar cualquier pensamiento sobre eso.
Seto salió de la recamara y dejo la puerta sin seguro ya que sabía que a lo mejor el rubio trataría de escapar, así que se detuvo a unos cuantos pasos de la habitación para esperar si el rubio salía de esta, pero al pasar el tiempo se dio cuenta de que no se iba a ir, así que más tranquilo decidió dirigirse a la cocina para llevarle algo de comer.
Dentro de la habitación estaba un rubio pensando en la forma de escapara, sabía que en ese momento podía irse, pero sabía que el ojiazul esperaría eso, así que no sería tan obvio, tenía que encontrar una forma, hasta que le cruzó una gran idea por la mente, que tal si disfrutaba un rato del momento sin llegar muy lejos y después se iba dejando al Ceo en espera de más, eso le enseñaría al ojiazul que con Joey Wheleer no se jugaba, y que mejor forma de demostrárselo que eso, sólo esperaba que pudiera controlarse.
Estaba pensando la mejor forma de lograr eso cuando vio a un par de zafiros entrar por la habitación, para su suerte este no cerró la puerta con seguro, eso le daría una gran ventaja, por el momento primero comería y después empezaría con aquel "juego", así que empezó a comer siendo visto muy detenidamente por el castaño el cual esperaba ansioso que terminara para continuar con su plan.
Continuara....