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Sakurazukamori por KakaIru

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Notas del fanfic:

Mi primer fic de Tokyo Babylon/X!! Wiii!!! y de mi pareja favorita de la serie! *////*

Realmente no es la gran cosa, pero me vi con ganas de escribir de estos. No un gran aporte pero algo es algo n///n

Espero que disfruten la lectura! ^O^

Notas del capitulo:

Nda que decir, únicamente para el disfrute de aquell@s amantes de estos dos...

SeishiroxSubaru

Subaru y Seishiro eran como el día y la noche, completamente opuestos y en más de un sentido.

Seishiro era perverso, le gustaba jugar con sus víctimas o, al menos, le gustaba jugar con Subaru, con sus atormentados sentimientos, con la fragilidad de su corazón y su tierna desesperanza. Seishiro era como una luz oscura, fuerte y decidida, cínica e irrespetuosa, hacía su voluntad sin esperar reconocer los sentimientos de los demás.

"Yo soy el Sakurazukamori..."

Subaru, en cambio, era delicado como una doncella, hermoso como una flor, preocupado y solícito; de pequeño había aprendido a lidiar con los sentimientos de los demás, de grande había acabado con vidas que no quería exterminar, lloraba ante cada lápiday sobrevivía un día más dispuesto a conseguir su venganza, una venganza que no era tal y que lo consumía lentamente.

"Yo soy la presa del Sakurazukamori..."

Cuando Hokuto murió muchas cosas tuvieron lugar. Cuando la hermosa pequeña dio su vida bajo aquel árbol de cerezo nada volvió a ser como antes. La vida se tornó en un inacabable juego del 'gato y el ratón'. Después todo se volvió realidad y pena y Subaru tuvo que velar tras una venganza que su corazón despreciaba pero que su mente demandaba. Todo se tornó entonces tan extraño... Su relación, desde el comienzo, era un tanto bizarra, pero Seishiro sonreía de vez en cuando y hacía sonrojar a Subaru, por supuesto, antes de que el mismo Seishiro atravesara el corazón de Hokuto, la hermana gemela, la amada hermanita que había sonreído antes de morir y había lanzado la maldición.

"Las noches son constantes ahora..."

Las manos vuelven a llenarse de sangre y la fría sonrisa adorna las apuestas facciones. Un ojo ha perdido ya su función y ha adquirido una nueva. Ahora su apariencia es más escalofriante, aunque el Sakurazuka ya no puede ver a su hermoso Subaru con la misma luminosidad de antes, con los mismos colores y la misma brillante expresión. ¿O ha sido porque la vida ha acabado ya? Es difícil saber la diferencia ahora que la muerte está tan próxima, pero siempre se puede intentar adivinar...

"Las noches son vacías sin él..."

Desde las sombras es común escuchar su llanto, cuando la marca en su mano brilla desesperadamente y él desea perder el control, pero la luna llena se encarga de hacerle recordar el pecado y la venganza, entonces sus lágrimas se tornan rojas como la sangre y su corazón sufre ante las cruentas palabras. El corazón quiere reventar porque dos contradictorios sentimientos crecen dentro de él y es imposible sostenerlos ambos. Es imposible sobrevivir si se intenta matar a la persona más importante, pero se puede hacer el intento, ¿o no?

"Quisiera tocarlo de nuevo..."

Desde la oscuridad el Sakurazuka acecha a su siempre dispuesta víctima, saboreando con cruenta serenidad el agridulce sabor de las lágrimas que brotan por su causa. Hay veces, contadas y esporádicas ocasiones, en las que desea olvidarlo todo y lanzarse sobre él, besarle como tanto ha deseado y olvidar ese viejo asunto. Pero no puede y se lo repite a cada momento. No puede olvidar la venganza porque él es un asesino que se ha enamorado de su presa, y el destino se avecina y el tiempo no espera. Por eso hay que matarlo, por eso hay que asesinar a Subaru ahora que está inconsciente.

"Quisiera volver a sentirlo..."


Las noches son frías cuando cierra los ojos sobre la suave almohada y piensa en él. Su asesino, esta noche, no ha ido a buscarle como de costumbre, y él no ha podido observar la sardónica sonrisa que logra sacarlo de sus casillas. Su interior no ha vibrado cuando su grave voz pronuncia su nombre en ese sensual susurro que pone alerta sus sentidos. Tan sólo su voz es dominante, le hace flaquear, lo distrae, llena su cabeza de falsas memorias y extrañas imágenes. Sólo con escuchar su nombre siendo pronunciado de ese modo, él desea dar todo de sí, entregarse completamente, pero no puede. No puede rendirse porque el futuro se plantea tan cerca ya, con las profecías a punto de hacerse realidad, y el tiempo no perdona ni ofrece descanso, así que es mejor cerrar los ojos y encontrarse con él en sus sueños. Tal vez cuando duerma la realidad no sea tan dolorosa.

"Te necesito junto a mí. Te necesito más que nunca..."

De forma sigilosa entra a la oscura habitación. Sus ojos se pierden en la figura que descansa sin cuidado sobre el mullido colchón, las atrayentes formas de su cuerpo se perfilan a través de la blanca sábana y la taimada respiración le da la clave, la perfecta pauta, porque Subaru duerme y él puede acercarse a él sin temor de ser visto.

Camina de forma casi imperceptible hasta llegar al cuerpo de su adorada presa, de su amada presa, de su hermoso muchacho. Está tan bello esta noche, su apuesto Subaru-kun, con el brillante pelo negro revuelto sobre las sábanas, y la pálida piel reluciendo bajo la luna. Está tan bello que tiene que resistir las ganas de tomarlo en ese instante. ¿Por qué es tan difícil amar? ¿Por qué el destino tiene que ser ta retorcido a veces? Sus dedos tiemblan cuando intenta rozar las hebras de pelo negro pero se detiene a medio camino, su respiración se agita ante el deseo, ante la poca lógica de sus emociones.

Le quiere tanto... le desea tanto... le anhela tanto... y se preocupa tanto...

Se muerde los labios y luego sonríe. Es tan irónica la realidad que provoca el llanto, pero no llora porque el traje es caro y teme mancharlo, por supuesto, y porque él es un asesino. Los asesinos nunca lloran. Pero las pupilas de su Subaru lucen tan acuosas siempre, como si llorara eternamente, pero esto no aliviana su belleza, al contrario, la incrementan, porque es una belleza triste, de esas que a él tanto le gustan.

Con una sarcástica mueca en los labios acerca su rostro al de Subaru. Aún inconsciente tiene un poder casi magnético y una presencia casi enloquecedora. El olor de Subaru inunda sus sentidos... mmm... delicioso.

Suave, entrecortadamente, susurra en su oído:

-Eres mi presa...

Y se dispone a irse. Sólo el leve ondear de las cortinas evidencia su corta estadía. La habitación queda sola, silenciosa, y los ojos de Subaru se abren lentamente, con aquellos vestigios de lágrimas que parecen nunca abandonarle.

-Lo sé...

Responde calladamente, y se promete que la próxima, la próxima vez abrirá los ojos y le pedirá que se quede. La próxima vez le dirá lo que siente o lo matará.

"El destino es tan irónico a veces..."


Graciosamente, la próxima vez que se encontraron, Seishiro estaba muriendo y Subaru tenía su mano clavada en su pecho. Ambos jóvenes habían perdido uno de sus ojos y ambos trataban de mentirse respecto a sus sentimientos, respecto a sus acciones. Pero esta vez era el final. Subaru lo supo al contemplar aquella cálida sonrisa, al sentir la suave mano acariciando su mejilla, al escuchar aquellas palabras...

-Subaru-kun, yo...

Y sus ojos se habían abierto como platos y las lágrimas habían brotado por fin. Cuando Seishiro dio su último respiro, Subaru se prometió que nunca más volvería a llorar. No lloraría porque ahora tenía una nueva responsabilidad y porque, a fin de cuentas, los Sakurazukamoris nunca lloran, ¿o sí?


Fin.

Notas finales:

Eso es todo! ^O^

Espero que les haya gustado! n_n


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