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Crimson Lake por Nanaka

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Así fue como comenzó la maldición del Crimson Lake. Desde entonces nadie se atreve a ir a bañarse a ese lago, y los pocos que lo hacen regresan contando historias terribles. Algunos dicen que han sido violados, otros que han sido agredidos y hasta hay algunas muchachas que dicen haber visto cuerpos en el agua... ¿puede ser eso real? Tal vez sólo se trate de ilusiones, nunca se sabe. Pero eso lo van a comprobar pronto los protagonistas de este relato.
***
- ¡Hey, Reiji-chan!- exclamó un joven de bellos ojos verdes haciéndole señas a otro muchacho moreno, que al oirle puso expresión de enfado.
- ¡No me llames así en público, ¿quieres?!- le gritó poniéndose un poco rojo.
- ¿Y en privado puedo?- preguntó el otro joven pegándose sensualmente a Reiji, a quien los colores le subieron aún más.
- ¡Aparta! Estamos en plena calle, ¿es que no tienes vergüenza?- lo empujó suavemente el moreno.
- No tengo de qué avergonzarme, Reiji.
- Si, ya... bueno...- intentaba parecer enfadado pero lo cierto es que con Izumi no podía enfadarse. Aunque se pasara casi todo el tiempo haciendo escenitas en plena calle... en el fondo era divertido ver como algunas personas se los quedaban mirando horrorizadas. Sí, eran homosexuales y además eran pareja... ¿y qué? Sinceramente... hacía ya tiempo que había decidido que lo que la gente pensara le resbalaba totalmente... aún así tenía que frenar un poco a Izumi o los acabaría arrestando la policía por exhibicionistas, jeje.
- Bueno, entonces en qué quedamos al final, ¿nos vamos de vacaciones al lago o no?- preguntó el rubio.
- Bueno, todos mis amigos me están diciendo que no vaya, que es muy peligroso... pero cuanto más me lo dicen más ganas tengo de ir jeje, así que por mi sí- le sonrió Reiji a su rubio.
- ¡Genial! Sólo tengo que hablarlo con mis padres y ya está, de todas maneras no vivo con ellos así que no creo que me pongan pegas.
- Sí, esa es una ventaja de vivir solos...
- De todas maneras iríamos nosotros solos, ¿verdad?
Estaban llegando al bloque de pisos donde vivía Reiji. Era un edificio situado cerca de uno de los pocos parques de la ciudad. Era grande y estaba muy limpio y ordenado. La familia de Reiji le había contratado a su hijo una señora que le iba a limpiar todos los días por la mañana mientras éste estaba fuera, en la universidad. Pero cuando él volvía a casa ya se había ido y le había dejado hasta la comida preparada. Era un cielo de mujer, era conocida de la familia y aunque ya tenía algo de edad, eso no quería decir que fuera menos eficiente en su trabajo.
- Pues claro que sí, vamos a pasar las vacaciones de verano los dos juntos... o al menos esa semana, ¿o acaso prefieres que nos acompañen?- fingió molestia el moreno.
Nada más entrar dentro, su compañero lo empujó contra la pared, besándolo apasionadamente.
- ¿Contesta... esto... a tu... pregunta?- consiguió decir.
- No sé... creo que... todavía no...- ambos se separaron para tomar aire y volvieron a besarse. Estaban apunto de intentar hacer algo más cuando...
Riiiing Riiiing
- ¡Maldita sea! ¿Quién podrá ser?- Reiji apartó a Izumi de golpe a un lado, mientras iba a abrir la puerta, maldiciendo en voz baja.
- ¡Hola, cariño!- una mujer joven entró en el piso sonriendo y abrazando al moreno.
- ¡Kyoko... que me... ahogas!- gimió el joven.
- Lo siento, me emocioné, ¡ah, hola Izumi! Hace un montón que no te veía, ¡cómo has crecido!- la chica fue también a abrazar al rubio.
- Yo también me alegro de verte, Kyoko. Hacía casi dos años que no nos veíamos.
- Sí, últimamente tengo a mi familia descuidada... pero es que venir desde América hasta aquí no es barato, lo siento- se disculpó.
- Me lo imagino, y bueno... ¿qué te trae por aquí hermana?- Reiji les dijo a los tres que pasaran y se pusieran cómodos mientras él fue a la cocina a prepararles algo.
- ¿Tiene que haber una razón especial? Sólo quería ver a mi hermanito querido y a su novio, ¿no es ese motivo suficiente para una hermana?- preguntó encogiéndose de hombros.
- No en tu caso, cielo- replicó el moreno.
- Vaya por Dios... a ti no hay quien te engañe ni siquiera un poquito- protestó Kyoko fingiendo molestia.
- ¡Jajajaja! Bueno... ¿entonces a qué has venido? ¿Tienes algún problema allá?- preguntó Izumi.
- No exactamente... bueno, la verdad es que estoy un poco harta del baboso de mi jefe... no me deja tranquila ni un segundo, ¡hasta ha intentado entrar a mi habitación! Es un pervertido... y encima es viejo y feo- la joven hizo una mueca que provocó la risa en los dos chicos.
- ¿Entonces qué haces aquí?
- Tengo vacaciones, cielo. Decidí venir para aquí huyendo... no vendré en mal momento... ¿verdad?
- Pues la verdad es que sí
- ¡Reiji! No le hagas caso... teníamos pensado ir los dos una semana al Crimson Lake pero no es muy frecuente verte así que supongo que podremos dejarlo para otra ocasión...
- ¡Ni hablar! Vaya, si lo sé no vengo, es que no quiero que dejéis de disfrutar de vuestro tiempo libre por mi culpa- les sonrió ella.
Ambos se quedaron mirando a Reiji, que en un principio se mantuvo firme, pero al final no pudo resistirse a las miraditas de carnero degollado que le lanzaban su hermana y su novio, así que accedió al fin:
- ¡Está bien! Kyoko puede venirse con nosotros al lago, ¿qué te parece la idea hermana?
- ¡Bieeeeen! Sólo os diré que por mi no os cortéis, vosotros a lo vuestro- ella les guiñó un ojo traviesamente, a lo que Reiji se puso como un tomate e Izumi se echó a reír.
- ¿Tienes dónde quedarte Kyoko?- preguntó el moreno.
- No, pensaba quedarme en un hotel...
- Te puedes quedar aquí si quieres- murmuró intentando aparentar frialdad.
- ¡Eres un cielo cariñooooo! Así me ahorro las pasta del hotel, ¡jajaja!- la joven se echó encima de su hermano. …ste intentaba quitársela de encima, lo que provocó risas en Izumi.
“Reiji intenta aparentar que no le importa nada ni nadie. Pero en el fondo es muy buena persona, y una de las personas a las que más quiere es a su hermana mayor, Kyoko. Lo entiendo muy bien, tal vez si fuera un hombre me enamoraría de ella. Es muy simpática y divertida, aunque tiene casi 26 años no los aparenta en absoluto... Creo que esa semana en el lago la vamos a pasar muy bien”
***
Claro... ¿quién iba a decirles a ellos que la semana que los esperaba no iba a ser tan divertida como esperaban?

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