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Crimson Lake por Nanaka

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Los días pasaron demasiado deprisa. Aquel era el último día que visitarían el lago, al día siguiente partirían de regreso a su ciudad, dejando atrás toda aquella belleza natural. Por eso, habían deseado que ese día lo disfrutarían aún más que el primero.
Izumi y Reiji buceaban y hacían carreras, mientras que Kyoko acompañaba a Ran dentro del agua. El joven finalmente se había atrevido a bañarse, pero no sin alguien a su lado, a lo que la morena se ofreció gustosa. Aquel chico le caía muy bien. Además, se había dado cuenta de que estaba enamorado de su hermano, por eso sentía que debía hacer algo para intentar consolarle. Izumi también se había dado cuenta, pero hacía como si no supiera nada. El único que parecía no saberlo era el mismo Reiji, que aún seguía pensando que Ran estaba enamorado de Izumi.
Sólo el tiempo parecía querer fastidiarles su último día en Crimson Lake. Estaba nublado y parecía que se pondría a llover en cualquier momento.
Además, las aguas del lago ya no se veían tan trasparentes como antes, más bien estaban grises y agitadas.
Pero estaban de vacaciones y no iban a permitir que esos detalles se las estropearan. Por eso ignoraban el tiempo y las aguas y se limitaba a disfrutar.
Cuando hicieron el descanso para comer, el viento comenzó a soplar con más fuerza, por lo que se vieron obligados a refugiarse detrás de una roca que había no muy lejos de la orilla.
Como siempre, acabaron con toda la comida, y decidieron tumbarse a echarse una siesta. Izumi y Reiji se tumbaron juntos para no sentir tanto el frío, mientras que Kyoko se tumbó al lado del pelirrojo. …ste se abrazó a ella. Aquella mujer era la única que realmente parecía apreciarlo. No era amor, ni lo que él sentía hacia ella tampoco lo era, pero sentía que el dolor en su pecho se aliviaba un poco cuando ella lo abrazó y le murmuró palabras cálidas, consiguiendo hacerle dormir.
Durante un tiempo no se oyó nada, pero al rato, Ran se levantó despacio, evitando despertar a los demás y fue hacia el agua. Sin embargo, Kyoko notó cómo se iba, y discretamente lo siguió. No quería que se volviera a perder y estuviera horas sin aparecer.
Su sorpresa fue enorme cuando lo vio introducirse en el agua. Desde donde ella estaba pudo mirarle a la cara, y lo que vio la dejó algo preocupada. Sus ojos estaban como vacíos, sin apenas expresión. “No irá a...”... Asustada por la idea de que el joven pensara ahogarse, salió de donde estaba, pero con las prisas tropezó, despertando así a los otros dos. …stos se levantaron algo confundidos, pero Reiji corrió a ayudar a Kyoko.
Entonces, los tres pudieron ver cómo las aguas, que ya cubrían a Ran hasta la cintura, comenzaron a agitarse. Aparecieron ondas, que más tarde se convirtieron en auténticas olas. Ran seguía avanzando, y cuando dejó de dar pie, empezó a hacer fuerza con sus brazos para nadar hacia el centro del lago.
Los tres jóvenes, asustados, se tiraron al agua detrás de él. Aunque lo llamaban, Ran no les hacía caso. Seguía adentrándose más y más. Una ola de cerca de un metro y medio de altura le pasó por encima, hundiéndolo para espanto de los otros. Kyoko y Reiji aumentaron la velocidad de sus brazadas, dejando atrás a Izumi que no les podía seguir el ritmo. Se aliviaron un poco cuando el pelirrojo volvió a salir a la superficie, pero como si no hubiera ocurrido nada siguió nadando.
- ¡¡Raaaan!! ¡¿Qué narices estás haciendo?! ¡Vuelve ahora mismo!- le llamó Reiji. Sin embargo, lo único que obtuvo a cambio fue tragar agua.
Finalmente, Ran se detuvo. Mantuvo el equilibrio y se mantuvo inmóvil.
Izumi alcanzó a Reiji y a Kyoko, que se habían detenido algo asustados.
Como si de una película de terror se tratase, unas figuras semi-transparentes surgieron del fondo del lago.
La primera era la figura de un joven, más pequeño que ellos aparentemente. De facciones delicadas t rasgos femeninos. Una sonrisa enmarcaba su hermoso rostro. Se deslizó por el agua con suma facilidad hasta que llegó a la altura de Ran, donde comenzó a dar vueltas, acariciándole el rostro con su mano, que parecía estar formada de agua.
Aquel espectáculo produjo que los tres jóvenes que contemplaban desde un lado lo que sucedía perdieran el color de sus rostros y se pusieran tremendamente pálidos. Izumi se acercó a Reiji y se agarró fuertemente a él, mientras que el otro le correspondía el agarre, sin quitar ninguno de los dos la vista del pelirrojo y aquello que giraba a su lado.
Kyoko fue la primera en reaccionar y nadó hacia donde Ran estaba. El espíritu se detuvo y la miró con esos ojos vacíos y fríos que adornaban su rostro. Su sonrisa fue desapareciendo gradualmente, y su mirada se tornó dura. Con un movimiento de su mano logró que una ola rechazara a Kyoko y le impidiera avanzar. Entonces fue cuando apareció el otro espíritu. Surgió también de las aguas, pero éste no se acercó a Ran, sino que se interpuso entre el pelirrojo y ellos. Aquel era también hermoso, pero sus rasgos eran increíblemente extraños y atrayentes a la vez. Su mirada también estaba fría y vacía, y la dirigió hacia el pelirrojo.
Justo entonces, Ran pareció recuperar su consciencia, y de dio cuenta de dónde estaba. Miró hacia uno y otro espíritu, como tratando de asimilar la situación, ellos a su vez le devolvieron la mirada.
Kyoko recuperó por fin su voz y gritó:
- ¡¡¡¡RAAN!!!! ¡Sal de ahí, ven con nosotros! ¡Huye deprisa!
- ¡Ven Ran!- llamó también Izumi.
El pelirrojo los miró entonces, el terror y el miedo que tenía se podía distinguir claramente en su mirada.
Pero ocurrió algo que nadie se esperaba. El primer espíritu se inclinó y besó a Ran en los labios. El otro se acercó hacia la pareja y cuando se separaron, fue él quién se adueñó de los labios del muchacho.
Reiji observó eso totalmente confundido. ¿Qué estaba pasando?
Kyoko retrocedió hasta agarrarse a su hermano también, sentía miedo.
Cuando el espíritu liberó los labios de Ran, éste miró hacia ellos. Sin embargo, su mirada no era de miedo o terror, era una mirada feliz.
- ¿Ran...?- preguntó algo confundida la morena.
- ¿Qué haces? Ven aquí, ¡esos son los fantasmas de los que tanto temías, ¿qué haces ahí quieto?!- le gritó Izumi.
- Os equivocáis...- fue su respuesta.
Los tres muchachos se quedaron sin palabras ante eso.
- Nunca les temí. Siempre desee que aparecieran ante mí, yo sólo tenía miedo de este lago maldito. Tenía miedo de que nos volviera a separar.
- P-pero... ¿qué dices?
- ¿No ves que ellos son los culpables de la maldición del lago? ¡Seguro que fueron ellos los que violaron y asustaron a aquella gente!
- No, no fueron ellos. Ellos son las almas de aquellos dos chicos que desaparecieron en este lago en el verano del 93.
- Pues por eso... ¿No comenzó con ellos la maldición?- a estas alturas Izumi y Reiji no comprendían nada.
- No... ellos fueron víctimas de la maldición. Este lago está maldito.
- ¿Y entonces cual es la maldición de este lugar? Por lo que cuenta la gente se trata de un espíritu, ¿no?
- Así es... la maldición de este lago... la originé yo- el rostro del pelirrojo se transformó. Su tez cambió, y los rasgos se transformaron en los de una criatura muy parecida al antiguo Ran, sólo eran distintos los ojos, los de este ser era unos ojos desprovistos de vida y de sentimientos, salvo un profundo rencor y dolor que se podía notar desde fuera.
- Ran...- la morena murmuró su nombre débilmente. Aquel no podía ser el Ran que ellos conocían, esto tenía que ser una pesadilla.
- Basta de estupideces. Estos fueron mis víctimas... yo los traje hacia mí, ¡pero ellos quisieron! Se enamoraron de mí y yo de ellos, así que ahora estarán aquí para siempre, junto con mi esencia.- aquel Ran fijó su vista en Reiji.
- ¿Qué pasa?- preguntó Izumi algo preocupado, no le gustaba aquella mirada.
- Reiji... Sé que no me amas, pero creo que si formaras parte de mí eso cambiaría... Por favor, ven conmigo- murmuró extendiendo sus brazos hacia el otro, transformándose otra vez y volviendo a ser el Ran de la mirada triste y tierna.
- ¡Ni hablar! ¡Me da lo mismo que lo quieras, ¿sabes?! ¡No permitiré que te lleves Reiji!- esa era la primera vez que ellos veían a Izumi tan enfadado. Sus ojos revelaban furia y por primera vez, fue él quien atrajo a Reiji hacia sí, de forma posesiva.
- ¡Estúpido! ¡Aparta! Nadie te ha pedido tu opinión.
- ¡Basta! Ran, por favor, sé que te ha dolido que mi hermano no te corresponda, ¿pero no crees que esto ya es demasiado?
- Perdona Kyoko... Pero este es mi destino. Mi alma no se puede ir, pues mi destino es enamorarme y no ser correspondido. Sólo atrayendo gente hacia mi interior seré feliz.
- Lo siento Ran, pero no lo haré- habló por primera vez Reiji.
- ¿Por qué?
- Porque no te amo. Yo estoy enamorado de Izumi, es a él a quien más quiero, perdona.
- Está bien... ¡Pues entonces vendréis los tres conmigo!- gritó furioso, volviendo a ser el Ran de mirada muerta.
Los espíritus a su lado comenzaron a agitar las aguas. Kyoko tiró de su hermano y de Izumi, debían alejarse de allí cuanto antes.
Reiji agarró a Izumi y lo ayudó a nadar, mientras Ran los contemplaba alejarse desde el centro del lago. Pronto, las olas fueron demasiado grandes, y una de ellas consiguió hundir a Kyoko hasta el fondo.
- ¡Kyokoo!- gritó Reiji asustado, pero Izumi tiró de él para evitar que se detuviera. Sabía que con esa acción probablemente estaba condenando a Kyoko a la muerte pero... si no salían pronto ninguno iba a sobrevivir.
- ¡No os escaparéis!- hizo un gesto al espíritu del chico joven y éste comenzó a girar, bailando una danza infernal que consiguió crear un Infierno en las aguas de aquel hermoso lago. El agua empezó a girar, creándose un remolino que arrastraba a Reiji y a Izumi y no les permitía salir.
- ¡Reiji!- Izumi se estaba cansando y no podía mantener el ritmo. Poco a poco iba notando que el agua lo arrastraba y que no podría luchar por más tiempo.
- ¡Izumi!- el moreno intentó desesperado tirar de él, pero se le escapó de las manos y se hundió en el agua, dirigiéndose a una muerte segura.
- ¡¡¡Bastaaaaaa!!! ¡Maldito seas! ¡Detente! ¡me quedaré contigo pero déjales salir a ellos!- gritó mientras las lágrimas caían por su rostro, confundiéndose con el agua del lago.
- ¿Lo juras?
- ¡Si!- accedió al fin. Entonces el agua se detuvo, y pudo sentir como algo lo atraía hasta las profundidades del agua.
El viento dejó de soplar con tanta fuerza, las nubes se despejaron y el agua se calmó. Dos cuerpos mojados y aparentemente sin sentido reposaban en la orilla del lago. El joven rubio abrió lentamente los ojos, encontrándose a salvo y fuera del agua. “¿Habrá sido Reiji?”, pensó, mirando a su alrededor en busca de su novio. Pero sólo encontró a Kyoko, a la que ayudó a despertarse y a incorporarse.
- ¿Dónde están Ran y Reiji?- preguntó la mujer al recordar lo que había sucedido.
- No lo sé.
Miraron hacia el agua y la vieron tranquila. Era como si nada de lo que les pasó hace un rato hubiera ocurrido. Pero había sucedido, de eso no había duda.
- ¿Crees que Reiji...?- comenzó Kyoko.
- ¡Ni te atrevas a sugerirlo!- chilló Izumi, apretando los puños y bajando la vista, intentando detener las lágrimas que luchaban por salir.
Cuando el sol se puso y la noche cubrió el lago, todavía estaban ellos allí, esperando a Reiji.
Cuando finalmente tuvieron que volver a la pensión pensando que quizás estaría allí, la mujer les aseguró que no. Y lo más extraño fue cuando le preguntaron por Ran:
- ¿Y Ran? ¿A él le ha visto?- preguntó Izumi angustiado, pero pensando que tal vez Ran les explicara qué había sido de Reiji.
- ¿Ran? ¿Y ese quién es?- preguntó la mujer mirándolos extrañada.
- Su hijo
- Yo no tengo hijos, aquí sólo vivo yo, mi hijo murió ahogado en Crimson Lake hace mas de 7 años- contestó la señora, apartando la vista.
Aquello les dejó sin palabras. Entonces, lo que pasó en el lago ocurrió realmente, y todo lo que dijo Ran... o aquel espíritu, era verdad.
Cuando la mujer abandonó la habitación, Izumi se dejó caer llorando como un bebé, mientras que Kyoko lo abrazaba con fuerza, sin poder evitar que las lágrimas también corrieran por sus mejillas.
Aquellas vacaciones que empezaron con tres jóvenes queriendo divertirse y pasárselo bien, terminaron con una muerte y dos corazones destrozados, los corazones de dos personas cuyas vidas no volverán a ser iguales.

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Por eso, no siempre hay que pensar que esas historias son rumores que la gente extiende. Muchas veces está basado en algo que realmente pasó. Como en el caso de Crimson Lake.
Verano del 93... Ya sabemos cuales fueron las causas de la desaparición de aquellos jóvenes. Pasaron a formar parte de la esencia de alguien que, en vida, no logró encontrar a la persona que estaba destinada a ser para él.
Verano del 98... Dos hermanos y la pareja de uno de ellos... Otro caso de desaparición. Pero esta vez, el espíritu tuvo que destruir dos corazones para salirse con la suya. ¿Será feliz ahora? Cada cual es libre de pensar lo que quiera, pero alguien que existe a base de arrebatarles la felicidad a los demás... ¿Puede ser realmente feliz?
En fin, esto os lo narro para que veáis que algo tan normal y corriente como las historias de sitios encantados, no siempre son tonterías.
A partir de ahora... ten cuidado con meterte en líos, Y ten en cuenta que, a los muertos y a las historias que hablan de ellos... hay que respetarlos.

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