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Pasión de Escolares. por Yuhka

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Notas del fanfic:

Lo hice rápido, quizás no está tan elaborado como debería, pero creo que las cosas cuando salen solas salen mejor que si la premeditas. 

AOI X REITA.

 

Notas del capitulo:

Espero que os guste, porque hacía tiempo que quería publicar algo de mi pareja favorita de "the GazettE". :)

Espero algún Review, para que mentir, sean malos o buenos o muy malos.

Me da igual. Quiero saber tdo lo que opinan ^^

 

 

He de añadir que es feliz, no tiene nada malo, y es bastante dulce. No apta para aquellas que busqueis un final malo, lo siento :(

Entré en la clase de forma despreocupada. Todos me conocían allí ¿Por qué no iba a estar tranquilo?.

- Señor Shiroyama - Su voz sonó como un estruendo horroroso en mis oidos, era la profesora estúpida de turno. - ¿Acaso no sabe que llega más de media hora tarde?. -

¡Ah! Quizás eso si que pudiera molestar a los demás, mi retraso continuo los martes a primera hora de la mañana. Las matematicas avanzadas no eran para mi.

- Perdone, perdí mi autobus. - Despreocupadamente dejé mis cosas encima de la mesa y me senté al lado de mi compañero, personaje que describiré después con más detalle. -

- Aprenda a levantarse un poco antes, y dejará de hacerlo, si no perderá su posibilidad de promocionar el curso, al igual que su autobus. -

¿Veis? ¿Acaso no es una vivora en celo?. Que asco me da esta profesora. Pero es mi castigo por cambiar de instituto tantas veces, la culpa la tiene mi padre y su trabajo. No yo.

- Acabarás ganandote la expulsión de sus clases de por vida... -

¿Me estaba dirigiendo la palabra?. Miré hacia él con cara de estúpido. Era la primera vez que eso ocurría. Como ya dije, mi compañero de mesa en matemáticas, biología, física y química e inglés es todo un caso. Tiene el pelo rubio, con el flequillo cubriendole un ojo. Parte de su pelo también es de color negro, y alguna vez trae una cresta. Tiene los ojos de color negro, pero usa lentillas azules, para mi gusto, le quedan bastante bien. Y además suele maquillarse bastante los ojos de color negro.

Se me olvidaba decir algo importante, utiliza una especie de pañuelo, para cubrirse la nariz, pero solo lo trae de vez en cuando. La zorra de la de matemáticas, que para más indole es nuestra tutora, se lo ha prohibido.

- Lo dudo bastante. - Respondí. - No creo que sea capaz de expulsarme sacando 10 en el resto de las asignaturas. -

Ví como su expresión cambiaba toscamente. Había puesto un mal guiño y no me había gustado un pelo. El tipejo se llamaba Akira, pero todo el mundo le llamaba Reita, por respeto o por costumbre, realmente no lo sé.

Miré descaradamente en sus apuntes, necesitaba parte de lo que había copiado para el examen que tendríamos no dentro de mucho, pero rapidamente reparé en que a él no le había hecho demasiada gracia.

- Puede que seamos compañeros de pupitre, pero si quieres los apuntes, ven a clase. No pretendas que te los dé yo. - Hizo una pausa y me miró directamente a los ojos. -

- Perdóna, perdona... - Dije chulesco aprovechando su pausa y le miré igual de directo a los ojos -

- Este es el motivo por el que no le hablabas Akira, recuerdalo... - Se decía a si mismo, pero en un tono aún audible para mi -

- ¿Qué pretendes decir?.. -

- Perdón, pienso en alto. -

- Eso me da bastante igual, ¿Cual es el motivo?. -

- No creo que te corresponda saber lo que pienso de ti o no, es mi manera de ver las cosas, no la tuya, dejame en paz. -

- Mira, te ahorraré el hecho de que me vuelvas a hablar. - Cogí los libros y los abrí con violencia y rabia - Realmente no hace falta que vuelvas a decir nada más. -

Noté como su mirada se clavaba en la pizarra y en lo que la profesora escribía y como un suave bufido salía de sus labios. Me sentí bastante culpable, la verdad. Vale, era mi culpa, pero me sentía más mal de lo que solía sentirme cuando sencillamente era yo mismo con el resto de gente que no me conoce.

El timbre que indicaba que la clase había finalizado se hizo presente en su explicación acerca de la teoría de conjuntos. La próxima hora sería dibujo, y en esa clase mi compañero Akira y yo nos separabamos.

La verdad es que me pasé la hora entera pesando en que quizás debería haber sido menos agresivo y un poco más suave. Pero yo no soy la típica persona que pide perdón, no porque no lo sienta, cuando en realidad si que lo hago, si no por miedo al rechazo de tales cosas. Digamos, que nunca soy yo mismo tal y como soy cuando estoy solo. Mi personalidad sufre grandes cambios cuando entro en contacto con la gente, pero eso no es algo que tenga que decir ahora, creo yo. Cuando llegó la siguiente clase me dí cuenta que teníamos Biología y que por lo tanto tendría que ver a Akira. Por primera vez eso me suponía un problema.

He de confesar que ese chico siempre ha causado algo diferente en mi. Vale, siendo claros, el chico me gusta físicamente, y por ello el hecho del misterio de no haber mantenido una sola palabra con él, me atraía aún más. Pero ahora eso se acabó, y nuestras palabras no fueron exactamente las más correctas.

Me senté y ví como llegaba. Automaticamente bajé mi mirada al pupitre y empecé a escribir y dibujar estupideces en la mesa. Se sentó, en silencio, sin una palabra. Sabía que su parte de la clase había tenido tecnología, y pretendía preguntarle, para romper un poco el hielo.

-¿Qué tal la clase de tecnología?. -

-¿Como sabes que tengo esa clase?. - Respondió seco, y también sorprendido. No tenía amigos en clase, nadie que pudiera decirme su horario, creo que me había ido un poco de la lengua. -

-Deducción, además, lo pone en el horario que nos dan... - Salí del paso como pude-

-Haha.. - Sentí que se reía, se reía de verdad. - Entonces no es deducción, es que lo has visto. -

Me miró, estaba sonriendo suavemente. Creo que ambos teníamos una personalidad bastante similar, bipolaridad o quizás, como en mi caso, un caparazón para protegerse de los demás. Sonreí, con fuerza y descubrí que eso le hizo sonreir aún más a él.

- Perdona lo de antes - Dije sin pensar, sin darme cuenta el perdón había salido sin más. - No pretendía ser tan grosero. -

- Olvidalo, creo que a primera hora de la mañana eres algo más agrio de lo normal - Bromeó. -

- ¿Qué tal si empezamos de cero? - Dije animado -

- Por mi está bien. -

- Esta bien, Yuu - Extendí mi mano y el también lo hizo -

- Akira. - Nos tomamos de la mano y la estrechamos animadamente. -

Reconozco que sus manos eran suaves, y su sonrisa la más bonita que había visto jamás.

- Pero puedes llamarme Reita. - Sonrió. -

- Siempre me ha causado curiosidad que te llamasen así... ¿Por qué razón?.-

- Es mi nickname. Un día me dijeron que el nombre de Akira era demasiado flojo para un "tipo duro" - Hizo el gesto con las manos de las comillas - Como yo, entonces me empezaron a buscar un nombre, hasta que dieron con "Reita". -

- Es bastante original, está bien, Reita. - Recalqué el nombre lo que hizo que soltara una pequeña carcajada. - Te llamaré así. -

-¿A ti te llaman de algún modo Yuu? - Mi nombre dicho de sus labios sonaba bastante bien. -

- No, no tengo amigos, nadie puede llamarme excepto por mi nombre. -

- Pues yo te buscaré alguno. - Dijo intentando evitar el hecho de que no tubiese amigos, el lo sería apartir de ese momento. - Juzgando que la mayoría de las veces que viene a clase traes algo de color azul... ¿Qué tal Aoi?. -

- ¿Te has fijado en que siempre llevo algo azul?. - Dije sorprendido, era increible, el también se fijaba en mi. -

- Si.. - Se sonrojó un poco pero evitó que se notara demasiado - ¿Te gusta Aoi? -

- Sí, me encanta. -

- Está bien Aoi. -

- Está bien Reita. -

Nos reimos, estupidamente, hasta que la profesora de biología llamó nuestra atención, y entonces seguimos tan solo sonriendo timidamente y mirandonos de vez en cuando.

 

 

 

 

 

 

Two Years Later.

 

 

 

 

 

 

 

 

- ¡¡¡Reita!!! - Grité mirandole, ya que se había quedado atrás - ¡¡Vamos a perder el grupo, corre!! -

Reita estaba apoyado en una farola con dificultad, me dí la vuelta y heché a correr hacia donde estaba, no recordaba su pequeño problema de respiración. Le tomé de los brazos e intenté calmarle apoyandole contra mi.

- No pasa nada si nos perdemos, llamaré a la profesora. -

Asintió con la cabeza y se abrazó suavemente a mi, causandome un pequeño escalofrio, como siempre que lo hacía, que desgraciadamente no eran demasiadas las ocasiones.

Estabamos en Londres, era nuestro viaje de estudios de fin de preparatoria, y a pesar de ser mayores de edad, no podiamos hacer lo que nos placiese. Nos habiamos entretenido en la tienda oficial de los Sex Pistols, porque realmente yo quería haberle comprado algo a Reita por su cumpleaños y había encontrado el mejor momento. Pero cuando nos dimos cuenta el grupo se había marchado y estaba bastante más alante de nosotros. Tras correr durante casi media hora nos encontrabamos en este momento, agotados y aún lejos del grupo.

Cogí el telefono y llamé a la profesora. Que en el mismo momento que empecé a llamar respondió alarmada.

- ¡¡Señor Shiroyama!! Por dios ¿Donde se encuentran usted y el señor Suzuki?. - Sí, la asquerosa de matemáticas seguía cayendome de la misma manera que yo le caía a ella. -

- Perdone, nos retrasamos un poco. ¿Donde podemos encontrarnos?. -

- Vayan al hotel, si es que saben. - Dijo bastante molesta. -

- No sé preocupe, sabemos hablar inglés, tomaremos un taxi. -

- Sea como sea, esperen allí, porque recibirán un pequeño castigo por esto. -

Acto seguido, me colgó el telefono. Miré a Reita que ya se había soltado de mi y estaba bastante más recuperado, solo respiraba un poco agitado, nada más.

- ¿Y bien?. - Me preguntó. -

- Creo que vamos a pagar esto bastante caro. - Puso un gesto bastante horrible, pero aún así continué, pretendía animarle un poco, yo sabía que tendríamos que volver a Japón por haber hecho aquello, y también sabía cuantas ganas tenía Reita de estar en Londrés - Le he dicho que vamos a ir al hotel, que tomaríamos un taxi, así que, primero vamos a volver a la tienda, y después vamos al hotel. ¿Te parece bien?. -

- Sí, - Dijo sonriendo un poco. - Gracias, siempre acabo arrastrandote con mis caprichos. - Bajó suavemente la cabeza -

- No digas eso, - Le tomé por el mentón. Amaba que se comportase tan cariñoso, tan indefenso. - Vamos.. -

- Sí. -

Y tras mas o menos una hora llegamos a la tienda y le compré al fin mi regalo. Eran unas creepers bastante bonitas que ponían "Anarchy in the Uk" en la parte de alante, y las letras de "Sex Pistols" en los laterales de fuera. Además de ello le compré el Cd de "Never Mind The Bollocks" y el famoso candado que llevaba al cuello Sid Vicius. Todo aquello que decía que le gustaba acababa en mis manos, pero cuando se dio cuenta de que sería yo quien se lo compraría fue dejando cosas. Hasta que se quedó con esas tres.

Después de reirnos, de pasarnoslo genial en la tienda, ya que era bastante grande para lo que ambos esperabamos, salimos y tomamos un taxi que milagrosamente estaba enfrente de nosotros.

Nos llevó aproximadamente más de veinte minutos llegar al hotel, pero aún faltaban 30 minutos para que llegasen los profesores.

Subimos a la velocidad de la luz a nuestra habitación, que ambos compartiamos, sin nadie más. Dejamos las cosas en nuestra maleta, para que no supiese que habiamos estado haciendo. Y nos sentamos en la cama a esperar. No tardaron más de 5 minutos en llamar desagradablemente a la puerta. Abieron sin reparar en nada y se hizo presente la cara de pocos amigos que la profesora de Matematicas y el de Fisica y química traían hacia nosotros.

- ¿Os parece cívico lo que han hecho hoy señores Shiroyama y Suzuki?. -

- No.. - Contestamos a la vez bajando la cabeza - Nos perdimos, estabamos entretenidos mirando una cosa- Añadí. -

- ¿¡¡Era acaso esa cosa más importante que su seguridad!!?. - Bramaba ella -

- Sí, señorita, perdone la intrusión. - Añadió Reita, pero nada más que habló le apreté la pierna para que callara. -

- Verá, lo que sucedió fue que encontré la tienda de mi grupo favorito, y quería verla. Pensaba que tardaría menos tiempo en verla, y claro Reita se quedó porque yo se lo pedí, si van a castigarnos, por favor, no le incluyan a él - Mentí. -

- Pero.. - Intentó rechistar pero volví a peñizcarle, había hecho aquello porque realmente quería que el cumpliera su sueño de estar en londres durante toda una semana. -

- Me da absolutamente quien fuera el que dijera que se quedara y quien se quedase originalmente, ambos desovedecieron nuestras ordenes - Dijo el profesor - Así que ambos serán enviados de nuevo a sus casas. -

- ¡¡Pero profesor...!! - Intenté rechistar. -

- ¡¡No hay peros que valgan!! - Rechisto entonces la profesora. - Hagan sus maletas, mañana en la mañana serán enviados de nuevo a Japón. -

Cerró la puerta en un portazo bastante violento y sin contenerme más grite de la rabia contra la almoada para que no se oyese demasiado.

- ¿Por qué intentaste salvarme? - Dijo Reita sorprendido, tumbadose a mi lado, ya que yo estaba boca abajo tirado en la cama. -

- Porque se cuan importante es para ti estar aquí, y a mi sinceramente me da igual irme a casa o no sí tu puedes ver esto. -

- Gracias Aoi... - Sonrió un poco - Pero, tendremos que volver igual. Mejor será que hagamos nuestras maletas. -

Hicimos nuestras maletas, bajamos a cenar y la profesora nos informó que a la mañana siguiente ella misma nos llevaría hasta Heathrow (el aeropuerto más importante de Londres) para que nos fuesemos de nuevo a Japón. Subimos a nuestra habitación. Reita pretendia disimular su pena, pero aún así le conocía demasiado bien como para no saber lo que le ocurría. Aún así, esa noche dormimos, a las 6 de la mañana deberiamos estar en el aeropuerto, y la verdad que eran casi las doce de la noche.

Nos despertamos a las 5 y nos duchamos y tomamos nuestras cosas, ya tendriamos tiempo a desayunar en el aeropuerto. La profesora nos esperaba en la puerta del hotel y en el más intenso silencio llegamos al aeropuerto.

Desayunamos, y nos pusimos a la cola para facturar las maletas. Todo estaba trasncuerriendo en un silencio que estaba destrozandome por dentro, pero era imposible mantener una conversación entre Reita y yo con la vivora a nuestro lado. Cuando estabamos cerca de la facturación el telefono de la profesora empezó a sonar sacandonos de nuestras ensoñaciones. Se alejó un poco para contestar. De lejos se la veía bastante alarmada, y la verdad que la cosa no era para menos. Se acercó corriendo y bastante agitada.

- Tengo que irme, Aiko ha sufrido un ataque de ansiedad en su habitación, no sé que ha ocurrido... -

- Menudo viaje... - Susurré pero fue oido por ella igualmente -

- Sí, menudo viaje nos estais dando... - Rechinó con violencia - No me fío un pelo de vosotros, pero vuestros familiares están avisados de que regresais, por lo tanto tendreis que tomar el avión. - Dijo triunfante. -

- Sea como sea, vete, creo que parece importante - Dije . -

- Buen viaje. -

En cuestion de segundos desapareció de nuestra vista dejandonos solos y a dos personas de facturar nuestras maletas. Pensé, lo más rápido que pude, estaba dispuesto ha hacer la mayor locura por verle feliz, pero no sé si el estaría de acuerdo. Me acerqué a su oido.

- ¿Estarías dispuesto a hacer una locura?. - Pregunté suavemente -

- ¿A qué te refieres?. -

- No tomemos ese avión, quedemonos aquí. -

- ¿QUÉ? - Gritó haciendo que todos se dieran la vuelta - ¿Y nuestros padres? Ya están avisados, y además, la profesora se acabará enterando, yo... yo no quiero que me castiguen de por vida, no podemos hacer eso.

- ¿Acaso no quieres ver Londres? ¿Recuerdas que te apenaste porque a la vez que estabamos aquí, Sum 41 tocarían en el Wimbley arena? Ahora podrías ir al concierto, y además, si te preocupa el dinero, tengo la tarjeta de acceso a las cuentas de mi padre, tendremos dinero de sobra. -

- ¿¡¡Pero que hacemos con nuestros padres!!? - La idea le gustaba, pero... -

- No te preocupes, yo me encargaré de eso. - Hice una pausa porque eramos los siguientes en facturar y ya era nuestro turno. - ¿Harias esa locura? -

Me miró con duda, pero me tomó de la mano y se disculpó en un inglés improvisado de la chica que iba a facturarnos, me sacó de la cola y me sentó en un banco que había cerca.

- Debo estar loco por hacer esto... - Susurró un poco descolocado. -

- Te dije que verías esta ciudad, y vas a hacerlo . - Sonreí triunfante, siendo correspondido por el también. -

 

 

 

 

 

Ya estabamos instalados en un hotel de la zona de Camden, el barrio que más me gustaba de todo londres. Se parecía bastante a Harajuku y a Shinjuku, era bastante agradable pasear por allí. Reita estaba tumbando en la cama temblando aún por la emoción de cometer tal locura. Yo estaba algo nervioso, para que voy a mentir, pero para eso llamaba en ese momento a mis padres.

 

- Mama... - Dije suavamente. -

- Yuu, que has hecho por dios...- Dijo decepcionada -

- He hecho algo peor aún. -

- ¿Qué? - Dijo sorprendida -

- Sigo en Londres con Akira, y vamos a quedarnos hasta que veamos la ciudad entera. -

- ¿¡¡Qué!!? ¿Estas loco jovencito? -

- Si mama, lo estoy, y mucho. - Dije sonriendo, cosa cual notó. -

- No estoy bromeando señorito, esto va a costarte caro. -

- Todo eso me da igual mientras Akira pueda cumplir su sueño... -

Oí la suave risa de mi madre, que rápida era de camelar.

- Sabía que te gustaba, pero no sabía que hasta tal punto. -

- Pues ya lo sabes mama. - Hice una pausa mirando hacia Akira que estaba suavemente sonriendo y escuchando mi parte de la conversación - Por favor, avisa a los padres de Akira, podrías decirles quizás que nos levantaron el castigo y que ahora realmente estamos aquí pero con el resto del viaje. -

- ¿Y si después la profesora habla con ellos?. -

- Está bien, pues diles la verdad, pero diles que ha sido idea mía, y vuestra, tomad algo de culpa, decidle incluso que vendreis a vernos para saber que estamos bien, lo que sea porque no le regañen. -

- Está bien. Por favor, portaos como es debido, ten cuidado y no te olvides de que no puedes gastarte todo el dinero. -

- Está bien mama, gracias, te quiero.

Colgué el telefono y me tumbe en la cama donde él estaba tumbado, cayendo y haciendola botar un poco.

- Solucionado Akira, ya está. - Giré la cabeza y ví que estaba observandome. -

- Gracias, creo que no sé como podría agradecerte todo lo que haces por mi, y más lo que has hecho ayer y hoy porque pudiese quedarme aquí. -

- No te vayas de mi lado, así podrás agradecermelo. - Dije bastante serio, transmitiendole parte de lo que sentía en una sola mirada -

- Jamás. -

Noté como sus brazos rodeaban mi cintura y como apoyaba su cabeza en mi pecho. Solo había una cama, grande y de matrimonio, que sería la que tendriamos que compartir durante nuestra estancia en londres. La habitación estaba bastante alta, lo cual nos daba unas vistas geniales a la ciudad. El baño estaba en perfectas condiciones. La verdad que la habitación era bastante lujosa comparada con la que nos habían asignado en el viaje.

Cerré los ojos y dejé que el momento no se perdiese, realmente aquellas estupideces me hacían enamorarme mucho más de lo que ya estaba de él.

Miró el reloj, eran las 7 de la tarde en londres, todo había pasado tan rápido en el día que no nos habiamos dado cuenta uqe nos habiamos saltado todas las comidas.

-¿Qué tal si bajamos a cenar?. -

- Por mi está bien. - Dije apenado de romper el momento. - Pero te importaría esperar a que me duchase, siento que estoy algo incomodo. -

- No para nada, es más tenía pensado hacerlo yo también. -

- Hazlo tu primero si prefieres. - Dije un poco sonrojado, increiblemente la idea que me habia recorrido de su cuerpo desnudo me había cautivado y por ello me había hecho sonrojarme -

- Podemos hacerlo al mismo tiempo si quieres. -

Mis ojos se fijaron en el suelo disimulando quitarme los zapatos, pero realmente estaban casi saliendose de sus orbitas. No, no podía estar pidiendome aquello, tenía que medir mis palabras. Iba a decirle que sí, claramente, no podía tardar demasiado y además no podía sonar demasiado emocionado, todo a la vez era demasiado complicado así que opté por lo más facil.

- Vale. - Y sonreí de manera amplia. -

Al fijarme directamente en el ví que también estaba sonrojado. Mis ojos veían lo que mi mente me pedía ver, no podía ser cierto.

Entramos a la vez en el baño y ambos comenzamos a quitarnos la ropa. Mis pulsaciones superaban las 200 por minuto al sentir que cada vez tenia menos ropa, tanto yo como él. Tomé una toalla y la colgué al lado de la bañera para cuando ya la necesitase. En ese momento ambos estabamos en boxers, sin nada más. Y dar el paso nos iba a costar demasiado a los dos.

- ¿Quieres ducha o baño? - Pregunté inocentemente, miró al reloj y calculó. -

- Siempre habrá bares abiertos donde podamos cenar así que... Baño. -

Sonreí y tomé varias de las sales de baño que había en el armario del lujosito baño. Las heché y dejé que hicieran algo de espuma. La bañera estaba llena de agua bastante caliente, y además era bastante grande como para que cupiesemos los dos. Era perfecta, ya que por muy grande que fuese, nos mantendría en contacto de todos modos.

Todo estaba listo, ahora llegaba el momento de.. ¿Quien se metía primero?.

- Y bien, metete tu primero, si quieres.. - Dijo Akira mientras se reía triunfante -

- No, tu primero, eso requeriria que yo me desvistiese del todo primero, y no quiero.- Soné infantil, pero fue aposta, sabía que le gustaba muchísimo que yo me comportase así -

- Está bien, iré yo primero. -

Se quitó los boxers, y como era de esperar mi mirada acabó donde no debía. No soy tan obsceno como para describir lo que pensé, pero si me sonrojé bastante. Me la había colado, me la había colado doblada. Reita sabía de sobra que era más dificil entrar el segudno que el primero, y se las había ingeniado para hacerme estar en ese puesto.

- Eres un manipulador.. - Dije mirandole mal en broma. -

- Sí, y me gusta... - Empezó a chaporrear en el agua haciendo gesto de niño pequeño y haciendome reir. -

Me quité los boxers, pero miré a otro lado, y me meti en la bañera. Sabía que su mirada había hecho lo mismo que la mía, sus mejillas enrojecidas me lo decían, pero realmente...¿Yo le gustaba?.

Fuera como fuere, estaba en el mejor momento para averiguarlo, y por supuesto que no iba a dejar escapar aquella oportunidad.

- Pues más me va a gustar a mi vengarme...- Me acerqué con cara de insinuación sexual y tocandole los costados suavemente.-

Pude ver que sus mejillas se habían puesto mucho más rojas que antes, y que sus labios se movían con violencia intentando articular algo que no salía del todo. Pero entonces empecé a hacerle cosquillas haciendole reir y moverse de una manera violenta. Ambos nos reiamos mientras empezabamos a hacernos cosquillas el uno al otro, pero llegó un momento en el que nuestros cuerpos se adherieron el uno al otro, encajandome como una pieza de puzzle con su correspondiente. Sentí cada rincón de su piel contra mi al igual que él sintió la mia contra él. Nuestras sonrisas se murieron en nuestros labios, y nuestra distancia parecía haberse hecho mucho más corta. Apenas dos centimetros separaban nuestros labios. Entonces la distancia desapareció. Sus labios se juntaron con los mios a la vez que sus brazos rodeaban mi cintura y me acercaban más a él haciendome pasar las piernas a los dos lados de su cuerpo. Coloqué las manos a los dos lados de sus mejillas y profundicé el beso. Realmente todo estaba ocurriendo, era mágico, imposible.

Me abracé a su cuello y empecé a notar como suaves gemidos salían de su boca. Nos estabamos rozando en nuestra parte más sensible, y al parecía no desgradarle, y la verdad a mi tampoco.

Seguimos así durante un rato, hasta que la presión empezó a inundarnos, debiamos continuar, nuestro cuerpo nos los pedía, pero no era el lugar indicado para hacerlo.

- Salgamos de aquí. - Dijo, leyendome los pensamientos -

- Sí, será lo mejor.. - Dije, siguiendole.-

Me ayudó a salir de la bañera y tomó una toalla con la que nos cubrió a los dos. Siguió besandome mientras con sus manos secaba minimamente nuestros cuerpos con algo de torpeza. Soltó la toalla y la tiró al suelo. Me tomó de las manos mientras seguíamos besandonos y nos fuimos directos a la cama...

 

 

Sentí que el momento iba a llegar. Notaba como su cuerpo empezaba a flaquear mientras seguía saliendo y entrando en mi haciendo llegar al máximo climax. Solté el ultimo y más grande de los gemidos al unisono con él y terminó, tumbandose a la vez en mi cuerpo.

Le abracé por la cintura y le coloqué a mi lado. Me apoyé en su pecho y le besé varias veces allí. Mientras con mi lengua lamía parte de la zona. Sentí como se reía suavamente mientras me acariciaba suavemente el pelo.

- Te quiero Yuu... -

Mi corazón comenzó a latir más rápido. Era cierto, mi sueño se estaba cumpliendo a la vez que el suyo.

- Yo también te quiero Akira... -

 

 

 

 

Ten Years Later.

 

 

La puerta de casa se abrió lentamente.

- Ya estoy en casa... - Gritó retirandose sus zapatos y dejando su maletín en el suelo. -

Está vez no haría como los días anteriores, me quedaría sentado en el sofá viendo todos aquellos recuerdos pasar por mi mente a la vez que las fotos que tenía en las manos se empapaban de lágrimas.

-¿Cariño? - Dijo intranquilo entrando en el salón... - ¿Estas llorando? - Se alarmó. -

Se acercó y me abrazó suavemente sentandose a mi lado. Entonces vió que las manos que yo tenía en las manos eran todas las fotos que nos habiamos sacado en nuestro viaje de preparatoria, en nuestra boda, en la luna de miel etc.

- ¿Por qué lloras? - Dijo sonriendome y besandome suavemente en la mejilla -

- Porque soy el hombre más feliz del mundo... - Le dije aún dejando caer un par de lágrimas por mi cara. - A veces me gusta recordar todas las cosas que hemos vivido juntos. -

- ¿Te imaginas que no se me te hubiese ocurrado preguntarme que tal mis clases? - Dijo sonriendo. Algo se estremeció en mi interior, el también recordaba cada una de las cosas que habíamos pasado juntos, incluso aquel detalle tan crucial en nuestra relación. -

- No quiero pensarlo... - Dije riendo. -

- Vamos pequeño, que tu marido tiene hambre, y ha tenido un día duro en el trabajo. - Dijo gansamente, poniendo una sonrisa triunfal y poniendo los pies sobra la mesa del salón. -

- Serás ganso.. - Susurré fingiendo un enfado. -

 

Me dirigí a la cocina y comencé a preparar la cena suavemente.

¿Me creerian si os dijese que nunca regresamos a Japón?.

Después de lo que ocurrió en Londrés confesamos que nuestra educación sería mejor allí, que dejariamos pasar ese año y después comenzariamos de nuevo el ultimo curso. Es cierto que tubimos que repetir, que nuestros padres pusieron el grito en el cielo, y que incluso nos lo prohibieron, pero nada de eso nos importó. Comenzamos a trabajar para pagarnos el alquiler de una casa. Y cuando empezamos a estudiar pedimos la beca correspondiente que nos cubría los demás gastos.

Reita estudió la carrera de periodismo, y ahora es uno de los mejores periodistas que he conocido, y no lo digo porque sea mi marido, en lo absoluto, si no porque realmente es tan buen escritor que sería capaz de contar la noticia más disparatada e inventada que acabaría creando un escandolo público. Yo, por mi parte, estudié historia de la música, y pretendí hacerme profesor, pero me di cuenta que no era exactamente lo que mejor se me daba, debido pricipalmente, a mi falta de paciencia.

Además, me gusta salir de vez en cuando con los compañeros de facultad a pasanoslo bien por las tardes. Y además puedo ocuparme mejor de la casa y de Akira, que también me necesita.

Creo que nunca más volví a decirle Reita, solo cuando estoy enfadado, y siempre se asusta, porque piensa que ha perdido importancia para mi y entonces la discusión se termina.

Cada día que pasa, siento que soy más feliz.

 

 

 

 

 

~ Fin ~

Notas finales:

Espero de verdad que os haya gustado.

 

¿Se merece un review?

Por cierto, he de añadir, que la personalidad de ninguno de los dos me pertenece (por desgracia, para que decir, me encantaría que fueran así... ) y me he basado en dos profesores que conozco para la personalidad de los profesores.


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