Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi Amado Rival por oliver_espectro

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

La organización del torneo es bastante enredada. Por cada ronda, volveremos a tomar los papelillos que indican el orden de las peleas, una extraña forma de realizarlo, pero igualmente solo habrá un ganador. Y estoy dispuesto a poner todo mi empeño para que ese sea yo.

Sin embargo, estoy consciente de que no será una batalla sencilla, tengo mas que oportunidad, seguridad de ganar contra muchos, pero por ejemplo Isaac... él, el es mas poderoso o igual que yo. No sería fácil luchar contra él. Y Shun, él también parece tener todas las de un ganador, ha derrotado a Yamil sin titubear y sin la mayor dificultad. También es alguien que promete y con quien me costaría mucho luchar, no sé por qué, pero siento haberle tomado mas cariño que alguno de mis compañeros de entrenamiento...

 

En el primer día del torneo se llevaron a cabo las dos primeras luchas. Resultando en ambas ganadores los residentes de acá de la isla. La responsabilidad para el segundo día cae aún mas sobre nuestros hombros. Llegué incluso a pensar que nuestro maestro Cristal se mostraría talvez algo decepcionado esa noche, pero para mi sorpresa su sonrisa seguía siendo tan armoniosa y natural como siempre. Esto a la vez parecía indicarme que confiaba mucho más en sus siguientes discípulos en luchar, como lo éramos Isaac y yo. Mas quise alejar estos pensamientos de mi mente, no quería dejar de ser modesto, aunque cada vez esto fuese mas difícil. La seguridad y la fe en ti mismo era muchas veces las que marcaban la diferencia entre perder y ganar.

 

Mi batalla comenzaría en la mañana. Esa noche, al igual que la anterior me encontraba yo observando la fogata que habían vuelto a encender, pero esta vez no estaba Shun frente a mí, así que mi mirada no tuvo otra opción mas que embelesarse fija en la llama danzante. Observando figuras en su flama, o al menos buscando observarlas, tal cual a veces se ven en las nubes, en las estrellas, donde sea. Recordé a mi madre y el por qué estoy entrenando. ¿Cómo se encontraría?... ella se encontraba debajo de las aguas allá en Siberia y yo acá, tan lejos de ella, sintiendo un repentino aire de nostalgia.

 

Mejor pensar en otra cosa.

Seguí observando el vaivén de la flama viva gracias a la leña y el siguiente en quien pensé fue el chico de cabellos magenta que había maltratado a Shun, en Leda.

 

Mi maestro solía decir que solo las personas nobles y de buen corazón eran capaces de despertar al máximo su cosmoenergía, por eso los caballeros del zodiaco luchaban en pro de la justicia, la paz y el amor. Isaac era un chico que entrenaba por esto. Yo no, mi verdadero objetivo era llegar a las profundas y heladas aguas donde el cuerpo de mi madre debía reposar. A veces creía estar seguro de que sería él quien ganaría la armadura del cisne... pero en fin. Alguien como Leda por tanto no debía ser tan poderoso, se notaba en sus ojos el egoísmo y la vanidad. Luchaba por ambición.

 

Pero entonces dudé. Él luchaba por un “mal motivo”, mientras que Shun no luchaba por un “buen motivo”. Talvez ninguno de los dos estuviese en lo correcto, mas el chico de cabellos verdes parecía ya haberse dado cuenta de ello, aunque talvez lo hubiese cumplido solo porque me lo había prometido.

 

En ese momento oí el crujir de alguna rama siendo calcinada por las llamas.

 

¿Sería posible?.

¿Sería posible que mi palabra y mis ánimos valiesen tanto, como para animarlo a hacer algo que no quería?. En otras palabras... ¿lo habría hecho... por mi?

 

Sentí un estremecer que fue simultaneo ante este pensamiento, pero no fue algo desagradable, no, para nada, al contrario. Me sorprendí al sentirme de pronto intimidado, pero contento. Alguien había hecho algo tan solo porque yo se lo pedí y no cualquier cosa, sino algo que de verdad no le agradaba. Porque me consta que a ese chico no le agradaba pelear... es un espécimen bien extraño. Un lago en medio del desierto... una piedra muy difícil de encontrar.

 

Era un chico que inspiraba paz. Que inspiraba dulzura. Que me demostró que el silencio también tiene su significado y que si existen las personas de tan noble corazón. Un chico que en el campo de batalla no provocaría golpearlo, sino besarlo...

 

-         ...!!!

Me sorprendí.

¿Qué estaba pensando?.

 

Simplemente era muy de noche y las horas debían estarme afectando, boté el líquido que contenía el vaso del que estaba bebiendo y me acosté a dormir, mañana tenía que poner en alto el honor de los siberianos...

 

<<One minute you're on top
Next you're not watch you drop
Making your heart stop
Just before you hit the floor>>

 

La batalla se llevaría a cabo en un zona repleta de palmeras, atravesadas por todos lados. La verdad no me agradaba ese sitio, prefería un lugar de suelo rocoso y mas violento que uno así, yo no estaba acostumbrado a luchar con vegetales atravesados ni nada por lo parecido pero de igual forma no me dejaría ganar.

 

A una distancia prudencial observaba a mi contrincante y este me observaba a mí. Tenía unos grandes y expresivos ojos azules, del mismo color que sus cabellos no tan largos, su nombre era Spika. Tenía una cadena en cada brazo y tampoco me quitaba la mirada de encima, sabiendo perfectamente que estudiar al enemigo es una táctica muy importante. Algo me decía que este combate no sería fácil, mas yo no suelo titubear ni mucho menos, mostrar mi nerviosismo.

 

Esta vez fue el maestro Cristal quien dio el discurso casi protocolar donde nos exigió un saludo y respeto por el contrincante. Recordándonos como siempre que era un torneo amistoso y por tanto las batallas no debían pasar mas allá de desmayar a nuestro oponente.

 

No todos tenían cuidado de esto.

 

-         ¡Adelante!... – fue la palabra que dio inicio a la batalla y me sacó del embelesamiento en el que había caído, sin prestar atención a las palabras de Cristal.

 

-         ¡Ataca Cadena!. – Gritó el muchacho lanzándola con su mano derecha hacia mí. La cual fue relativamente fácil esquivar con tan solo hacerme a un lado. Era una cadena bastante larga, por tanto mas pesada y mas lenta y por ello debía ser hasta más difícil de controlar.

 

<<One minute you're on top>>

 

Para mi sorpresa el mucho se sonrió.

-         Que tonto eres... –

 

<< Next you're not watch you drop>>

 

No entendí el por qué de su comentario hasta que sentí como la cadena me golpeaba por la espalda y me hacía golpear con una palmera frente a mí.

Me pareció imposible, ¿acaso esa cadena se había detenido y había dado vuelta en medio del camino?.

 

Cuando me separé de la palmera adolorido por el golpe pude darme cuenta de que en efecto, esa cadena no parecía normal. Parecía moverse con ligereza y como si tuviese vida propia, esto era imposible.

 

-         Pensé que no podrían utilizar las cadenas de Andrómeda hasta que alguno ganase la armadura. – Le comenté con claro resentimiento, me molestaba tanta desventaja.

-         Estas no son las cadenas de Andrómeda. – Comentó el muchacho como si lo que le hubiese dicho hubiese sido un chiste. – Estas son unas cadenas comunes y corrientes, solo que recuerda que nuestro entrenamiento se basa en su manejo. No debe sorprenderte lo que podemos hacer con ellas.

 

Entonces no era la cadena de Andrómeda. Eso explicaba porque igualmente ninguno de los maestros expectantes había hecho comentario alguno, el muchacho estaba actuando bajo las reglas, me acaricié el rostro tratando de hacer pasar el dolor y observé algunos instantes a mi enemigo, ahora claro en por donde tenía que empezar: quitarle esas cadenas.

El silencio pareció poner aún mas nervioso a aquel muchacho, quien parecía verme solo por devolverme la mirada. Mientras yo pensaba en cual sería el mejor modo de vencerle.

Tardó mucho en darse cuenta de que lo estaba estudiando, pero lo hizo, y enseguida se dispuso a atacar sabiendo que esto lo exponía.

 

-         ¡A él Cadena!... –

 

<<One minute you're on top>>

 

Volvió a lanzarme la que estaba enrollada en su brazo derecho. Y nuevamente me hice a un lado. Al dar media vuelta me percaté de que en efecto la cadena se devolvía hasta donde yo estaba, tuve que volver a esquivarla y ésta comenzó a jugar conmigo en un baile muy difícil de llevar.

 

Pero después de todo ésta era mi oportunidad. Me hice a un lado tantas veces como hizo falta, la cadena llegó a rasguñar mis ropas pero lo importante era llegar a mi objetivo. Comencé a moverme rodeando y dando vueltas entre las palmeras, la muy desgraciada me perseguía veloz incluso cuando saltaba...

 

-         ¡Bien, parece que puedes con una de las cadenas!. ¡Pero no podrás con la dos!. ¡YA!... – su otro brazo tomó impulso y lanzó la cadena enrollada en su brazo izquierdo.

 

<< Next you're not watch you drop>>

 

Ahora la cosa se volvía mas complicada. Mientras veía a una cadena que me atacaba por delante debía escuchar a la otra rasgando el viento que venía hacia mí por atrás. Seguí moviéndome y tratando de tenerlas a ambas en un punto donde pudiese ver a las dos, pero me era imposible, mientras una atacaba la otra se escondía y regresaba por donde yo no la viese. Parecían estar vivas por si solas y moverse con suma facilidad. El chico debía de tener habilidades en telekinesia o algo parecido.

 

Llegué a pensar en tomar las cadenas pero él pareció leer mi pensamiento.

-         Ni se te ocurra agarrar la cadena, podrías recibir un voltaje no intencional que podría causarte mas que un desmayo. –

Esto era inaudito. Eran dos cadenas asesinas.

Mas no me valí de ellas, me sujeté por los delgados troncos de las palmeras dando vueltas enteras aprovechando la lentitud con las que las cadenas curveaban. El chico pareció exasperarse, las cadenas se movían mas rápido, pero jamás mas que yo.

 

<<Making your heart stop>>

 

Cuando el pareció darse cuenta de qué era lo que yo había buscando hacer, ya era demasiado tarde...

 

<<Just before you hit the floor>>

 

Me detuve de pie frente a él en un momento y la mas larga de sus cadenas llegó justo hasta unos centímetros antes de tocar mi sien. Estaba enrollada entre las palmeras, tensa al igual que su compañera.

 

Debió haber sido una difícil decisión para el chico soltar la única arma que al parecer sabía manejar, porque se tardó demasiado en tomar la decisión de soltarlas. Tanto, que no tuvo oportunidad alguna de escapar.

 

<< You think you've won
And then it's all gone>>

 

-         ¡Polvo de Diamantes!... –

Apenas y llegó a soltarse sin tiempo si quiera de colocar los brazos en defensa. Fue arrastrado por la ventisca helada que lo impulsó metros mas allá, haciéndolo chocar con palmeras y finalmente caer al suelo arenoso. Un coco que cayó de una palmera sobre su cabeza, fue quien le dio el Knock Out definitivo.

 

-         ¡Hyoga ha sido el ganador!. – Avisó mi maestro con tono de imparcialidad, para luego regalarme una sonrisa no tan imparcial.

 

Me contenté de que se sintiese orgulloso.

 

Mis compañeros de entrenamiento comenzaron a hacer bulla contentos de que al fin habíamos ganado una lucha. Me contagiaron la alegría en sus caras. El primero en llegar a felicitarme había sido Isaac, estrechándome la mano y regalándome uno de esos abrazos fraternales que siempre me daba.

 

-         ¡Lo has hecho muy bien Hyoga!. – Me comentaba mientras yo sonreía.

 

Mi maestro se limitó a darme dos palmaditas en la espalda y asentir con la cabeza. Él sabía que yo podía ganar ésta y muchas batallas mas. Incluso Yamil me felicitó por no subestimar a mi oponente.

 

Mi corazón estaba excitado contento, mas no entendía muy bien por qué, podría deberse al espíritu de competencia pero precisamente las competencias y los combates eran algo rutinario en mi vida, yo estaba expectante, esperaba algo, quería ver algo, o... alguien.

Y ahí me di cuenta de que así como yo había estado el día en que el chico de cabellos verdes había triunfado, me hubiese gustado que él estuviese aquí...

 

Pero no estaba, había un gentío haciendo bulla a mi alrededor y yo no pude encontrarlo.

 

-         ¡Hyoga!. – Escuché un grito a lo lejos y mi corazón se emocionó aún más cuando le observe desde lejos con un dedo pulgar en alto y su puño cerrado. – Bien hecho. – Pude leer en sus labios mientras me sonreía y me guiñaba un ojo.

 

 

Nunca se me va a olvidar ese gesto, tan hermoso...

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).