SOLO UN MAL RECUERDO
Iba casi corriendo. Los libros resbalando de sus manos. El largo cabello rubio impidiéndole la vista a momentos. Sacudió la cabeza. Unas calles más y llegaría a su destino. Respiró profundo y aceleró el paso.
El otro lo vio de reojo, no levantó la vista. Estaba a sólo unos metros, sus pasos se hicieron más lentos mientras acomodaba su corto cabello castaño detrás de su oído. Sonrío de lado.
Cuando el de cabello largo pasó a su lado, se atravesó en su camino, metió su mano por entre sus piernas, deteniéndolo solo un momento, antes de que el anonadado y asustado muchacho lo hiciera a un lado, la mirada asustada y enojada se la esperaba... el rodillazo que acabo en su propio miembro, no.
Miró los rubios cabellos alejarse, cruzando la calle, mientras él quedaba arrodillado en el suelo, presa del dolor.
Corrió a la otra acera antes de que el semáforo cambiara de nuevo. Su respiración agitada. Miró atrás, ya no estaba. Ni siquiera lo había visto detenidamente, su cuerpo había reaccionado rápidamente, sin pensar. Se sintió indignado, pero al tiempo satisfecho por su pequeña venganza.
Reacomodó los libros en sus brazos y siguió andando, ya casi llegaba y en verdad tenía prisa.
POR DEBAJO DE LA MESA
El chico sentado en la mesa del fondo está solo... estoy seguro que lo vi llegar con alguien, un castaño, según recuerdo. Su rostro se contrae a momentos, como si estuviera sufriendo. Debió pelear con su amigo. Aprieta el mantel de la mesa con fuerza y su boca se abre como si estuviera sollozando... estoy muy lejos, no escucho nada. Su cabeza niega, agitándose con ansiedad. Pobre chico, debe estar conteniéndose. Veré si puedo ayudar.
-Gusta café joven?
De inmediato tapa su rostro con las manos, negándose a verme, curvando la espalda para encogerse en sí mismo. Sonrío a medias, este chico es lindo en verdad. Su cabello largo, su piel tan blanca... Su pecho tiembla, al momento en que unos sollozos se hacen apenas audibles. Me siento algo impotente para ayudarlo.
-Necesita algo?
Sus ojos se posan en mí por entre sus manos, están vidriosos, su rostro sonrojado, su boca temblando. Mi propio cuerpo se deshace ante la visión...
-Agua!
Dice a media voz. En un grito ahogado, como si no pudiera respirar.
-De inmediato!
Di la vuelta, hacia la cocina, rápido, no vaya a ser que se ahogue en llanto. Regreso a la mesa... Ah, ahí esta el muchacho que le acompañaba al principio, abrazándolo mientras el otro esconde el rostro en su pecho. Ya se reconciliaron! Que rápido.
Llevo mucho trabajando aquí y nunca había visto algo tan interesante, sonriendo les llevo un poco de agua.
-----------------------
Shaka respiraba agitado. Apretándose los labios, en un intento por controlar su respiración
-Eres un idiota Aioria! Casi se da cuenta! No lo puedo creer!
Riendo, sólo le acarició la cabeza.
-Eh! De qué hablas! Fuiste tú el que aposto a que podías hacerlo sin que nadie se diera cuenta...
Levantó la cabeza para mirarlo, Aioria se lamió los labios.
Se miraron un momento, para luego pagar la cuenta y buscar otro comedor