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cuando llegaste tu... por together forever

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Una mañana cálida una chica de 16 años se despierta en su habitación oscura, las cortinas cerradas y todo en silencio, un silencio que a veces la atemorizaba.

Una mujer normal tranquila aunque muy misteriosa jamás nadie sabía lo que realmente pensaba o sentía, miku hinazaky así se llamaba. Ella era alta, delgada, tez blanca, un cabello largo tan largo que llegaba mas debajo de su bien formada cintura. Para muchos era muy hermosa y más de una declaración por parte de los dos sexos.

Se quedo mirando el techo con sus ojos azules prendidos, tan azules que se sentían alumbrar en la total oscuridad. Cubrió sus ojos con su mano derecha y los refregó lentamente, sabía que tenía que ir a estudiar, se paró de su cama perezosamente, sacudió su cabello largo con sus manos y se dirigió hacia el baño para darse una ducha rápida. Se cambio de ropa, su uniforme era una falta roja corta y una camisa blanca elegante y un saco rojo, zapatos negros y medias hasta más arriba de la rodilla para dar más presentación.

Cogió su maleta y salió de su habitación se dirigió hacia la puerta cuando se encuentra con su única familia, la única persona que la entiende "su padre"

- ¿cariño te vas? -Pregunto con una taza de té en sus manos-

- si papa ya me voy -dijo dirigiéndole una mirada helada a su padre- si no me voy ya creo que llegare tarde-

- adiós... -dijo al verla desaparecer tras la puerta-

Miku había perdido a su madre cuando era una niña en un accidente, su madre era lo más que quería pero el destino le jugó una mala pasada quitándole lo que más amaba

**flash back**

Una tarde fría, en un parque se encontraba miku con su madre sentada en un columpio, balanceándose suavemente

- ¿hija que quieres de cumpleaños? -Decía mirando a miku directamente a los ojos-

- ¿yo? -Le dijo a su madre mientras hacía pequeñas ondas con su falda blanca- mmm, quiero que estés siempre a mi lado

- cariño... - mientras pasaba la mano por la larga cabellera de miku- yo siempre estaré a tu lado y jamás te dejare sola...

- ¿nunca? -Preguntaba con los ojos llenos de lágrimas-

- nunca, nunca jamás te dejare sola

- ¿me lo prometes? - mirando a su madre con una infinidad de sentimientos unidos-

- te lo prometo

Miku sonrió y se paró de su columpio para abrazarla. Después de un rato se volvieron a sonreír y se la pasaron hablando el resto de la tarde de aquel cumpleaños

//unas semanas después//

Miku se encontraba en su habitación jugando con una muñeca que su madre la había regalado el día de su cumpleaños, 7 años era la edad que acaba de cumplir cuando de pronto entro su padre con lágrimas en los ojos con el teléfono en sus manos

- cariño... miku - mientras lagrimas salían de sus ojos- tu madre murió en un accidente

- ¿Qué?

**fin del flash back**

Desde ese día todo cambio para miku, sus sueños se ennegrecieron y su felicidad se borro hasta el punto de ser una mujer fría y misteriosa

Cuando llego al instituto, pasaba al lado de muchas personas pero ella no les dirigía la mirada, no le interesaba nada. Cuando entro a su respectivo salón, se dirigió hacia su puesto y saco un libro en el cual se introdujo desapareciendo del espacio en el que se encontraba.

A los diez minutos llego la profesora saludando como de costumbre

- buenos días estudiantes, hoy llego una nueva estudiante a nuestra institución -mientras la cogía de la mano- vamos cariñó saluda a tus nuevos compañeros

De pronto la chica empezó a hablar pero miku estaba tan adentrada en su libro que ni se dio cuenta que ella... hablaba.

A  las horas timbraron para entrar al descanso de 30 min. Miku no andaba con nadie, andaba sola igual ella no se afligía por eso, siempre iba a un jardín totalmente encerrado solo estaba rodeado de muchas flores grandes y rosas de muchos colores era hermoso el lugar. Solo miku lo conocía nadie más.

Miku estaba sentada comiendo tranquilamente, manteniendo aquel libro en sus manos, de pronto se oyen que las flores se sacuden bruscamente y un cuerpo delicado y delgado cae al suelo con fuerza

- auch -dijo al quedar de rodillas- creo que me raspe- dirigiendo la mirada hacia miku quien no dejaba de mirarla- hola...

Miku se tensiono cuando aquella chica la saludo, la mujer estaba llena de polvo y algunas rosas se le habían enredado en su cabello castaño claro, largo hasta un poco más debajo de los hombros

- hola -dijo miku al devolverle aquel saludo- ¿te encuentras bien?

- si -dijo sonriéndole- perdón por molestar, es que me enrede con una rama y me caí

- no te preocupes pequeña - dijo miku al darle una mano para ayudarle a levantar- ¿Cómo te llamas?

- ¿eh?, me llamo mío amakura y... tu -dijo sacudiéndose las rodillas-

- me llamo miku hinazaky  -sin dejar de mirarla-

Mío era baja realmente no era tan alta pero era muy pero muy delgada y delicada, sus ojos eran castaños oscuros y su piel era morena una piel tan hermosa que parecía brillar y una figura esbelta aunque era muy delgada tenía una cintura muy bien contorneada, un cabello corto muy brillante y muy legible al viento, hacia ondas cada vez que el viento soplaba suavemente y una sonrisa muy cálida y confiable.

- y... de que aula vienes mío? -Preguntaba miku sin dejar de verla a los ojos-

- yo del aula del fondo realmente no sé el numero es que soy nueva y pues... no conozco mucho de este instituto -mientras miraba su rodilla derecha que estaba sangrando levemente por la brusca caída-

- déjame ver como esta tu herida -cogiendo delicadamente la rodilla de mío quien cerraba los ojos de dolor- no seas miedosa eso no es nada, vamos te llevare a enfermería -ayudando a mío a pararse del verde pasto-

Caminaron por un pasillo hasta la enfermería, cuando entraron miku le echo seguro a la puerta y sacaba de una cajita alcohol y curas

- bueno estira la rodilla para no untarte el uniforme - decía en un tono de voz calmado y dulce-

- si -estirando lentamente la rodilla ya que le dolía un poco al colocarla de esa forma- listo miku, que vas a hacer

Cuando de pronto sintió un ardor que pronto ceso y cuando volvió a mirar tenía una cura muy tierna muy bonita

- miku que bonita esa cura, ¿es tuya? -dijo sonriéndole-

- si es mía -mirándola fijo a los ojos por unos instantes- las tengo aquí desde hace mas de 10 años

- waww, tanto tiempo porque -dijo con curiosidad-

- estas me las dio mama cuanto tenía 6 años en eso me parecieron muy bonitas y decidí guardarlas aquí como mi mayor tesoro -dijo mirando las curitas de colores-

- pero... -dijo dudosa- pero si eran tu mayor tesoro por que las gastaste conmigo?

-  ¿eh? -Dedicándole una sonrisa a mío- porque creo que ya era hora de que fueran utilizadas ¿no crees? Además... las curas son para utilizarlas en alguien y tu pequeña las necesitabas

- ah sí... -bajando la mirada para luego subirla con una sonrisa en el rostro- gracias miku por todo

- no es nada -sonriéndole- vamos mío ya toca que volver a clases

Cuando iban por el corredor se dieron cuenta que ellas estudiaban en la misma aula, entonces miku lo entendió todo mío era la chica nueva que había llegado pero como estaba tan distraída no se dio cuenta

- que torpe -murmuro-

Mío se le había hecho al lado charlaban poco ya que miku no era de las que hablaban mucho, pronto serian las vacaciones de verano y no tendrían que volver a clases por un largo periodo.

Cuando timbraron para la salida, todos ya habían partido hacia sus casas menos miku que le gustaba quedarse el resto de la tarde en su jardín preferido, pero esta vez con mío quien no se quiso ir y dejar sola a miku

- mío? -Dijo mientras bajaba de sus manos el pequeño libro- ¿Por qué te quisiste quedar conmigo?

- porque... no te quiero dejar sola miku -dijo muy segura de sus palabras- además eres muy linda conmigo

Cuando miku oyó eso no pudo evitar tomar un leve color carmesí sus mejillas, que cubrió con el  libro

- ¿a si? Te parece, gracias mío -sin mirarla a los ojos-

- ¿miku? -Pregunto sacando una pequeña libreta de colores de su maleta roja oscura-

- ¿sí? Que pasa mío -dijo curiosa-

- me dirías cuando cumples años, es que quiero tenerlo aquí ya que seguro va a hacer un día muy especial para ti y para mi

- ¿para ti? Porque -dijo subiendo la mirada-

- porque estoy muy feliz de que seas mi amiga y quiero que el día de tu cumpleaños sea el mejor y la pase muy bien a tu lado

- si claro que va a hacer el mejor mío, si... si tú estás conmigo -dijo mirándola a los ojos-

- ¿de verdad? ¡Qué bueno estoy muy feliz miku!! -Abrazándola fuertemente acomodando su cabeza en el suave pecho de miku-

Miku se sonrojo a aquel contacto tan obvio, bajo la mirada y se incorporo en aquel abrazo tan profundo y delicado, cuando se separaron mío tomo la postura cogiendo la libreta y el lápiz

- listo, cuando cumples yo lo escribo- dijo decidida-

- cumplo el 20 de septiembre mío -dijo calmadamente-

- valla vas a cumplir muy pronto... ¡qué bien! Te tendré el regalo y va hacer el mejor de todos -dijo muy entusiasmada-

- claro... -dijo mirándola tiernamente-

De pronto de la nada llego un cachorrito muy sucio tenia polvo por todos lados pero tenía collar

- mira miku un perrito  -dijo alzándolo- ¡qué lindo!!

- sí, pero parece que tiene dueño. Mira tiene un collar -dijo tocándole el collar al perrito que al parecer era caro-

- sí, pero, ¡miku!! Qué te parece si lo bañamos y luego vamos y buscamos su dueño...

- claro, porque no -parándose del pasto del jardín- vamos ya porque se nos va a hacer de noche

- aja -dijo sonriéndole a miku-  vamos

Caminaron y entraron al instituto y bañaron al perrito rápidamente ya que pronto se anochecería y era muy peligroso andar solas de noche. Estaban caminados pasando por unos conjuntos muy bonitos pero a la vez muy antiguos

- ¿mío? -Dijo deteniendo el paso-

- ¿sí?

- yo... me siento muy bien contigo, además... nunca había charlado tanto en mi vida -dijo mientras bajaba la mirada hasta el suelo-

- yo tampoco, normalmente no hablo mucho pero me siento muy feliz contigo -dijo dedicándole una sonrisa cálida a miku-

Cuando voltearon a mirar el perrito se estaba revolviendo en el barro en ese momento las dos gritaron al tiempo -¡noo!!

- ohh, mira como quedaste -dijo mio intentándole quitar el barro- ¿miku? Quieres un regalo

- ¿eh? Regalo... -dijo confundida-

- sí, mira - y se paró de frente a miku mostrándole un prendedor de cabello muy bonito de color rosado -te lo regalo miku y esto es para que me recuerdes siempre, además... -mientras le recogía el cabello con el prendedor- mi padre siempre me dijo que una mujer hermosa no tiene la necesidad de cubrirse el rostro...

- ¿de verdad?

-¿eh?

-¿de verdad te parezco hermosa?

- más que eso miku eres la chica que cualquier hombre desearía... -dijo dedicándole una sonrisa-

-¿hombre? -Dijo algo decepcionada- y... porque no una mu... -de pronto es interrumpida por una anciana-

En ese momento mio volteo a ver y al parecer era la dueña de aquel cachorro, miku se quedo mirando a mio... ella era hermosa pero no entendía aun porque cuando la vio caer de aquel arbusto sintió como si la luz del sol la tocara y la hiciera feliz de alguna manera

- está bien si no lo entiendo ahora ¿verdad? -murmuro-

La anciana se agacho agradeciendo amablemente por haber encontrado su pequeño cachorro

- gracias pequeñas gracias ¡gracias!

- no señora, al placer es nuestro verdad miku -dijo mio, dirigiéndole una mirada tierna a miku-

- si... -dijo miku al quedar atrapada ante esa dulce sonrisa-

Después de un rato se quedaron un rato hablando y luego se despidieron ya que era algo tarde y quizás se haría peligrosa la salida

- adiós miku, nos vemos mañana -gritaba mientras se despedía enérgicamente de miku-

- adiós, mio... -dijo en un pequeño susurro al verla desaparecer en un carro-

Continuara...

Notas finales: dejen comentarios aquellas y aquellos que les gusta el yuri byeeeee besos a todas y a (todos)

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