Voy conduciendo el buggy por la interestatal... el mar se ve calmo, como la noche con sus estrellas y su leve brisa pero, mi corazón por el contrario se debate entre el amor y la amistad... ¿Que es lo que Ginji siente por mi? Le miro de reojo mientras conduzco y me es imposible llegar a una conclusión... me pesca observándolo y me sonríe. Y siento que mis rodillas tiemblan, sus ojos me llaman hipnóticos y un terrible deseo de besarlo me inunda; de estrecharlo entre mis brazos sin la excusa del festejo por el éxito de una misión... Me temo que no me quedara de otra mas que preguntarle... el problema es: ¿cuando, como, donde?... Si espero demasiado puedo perderlo; si me tardo mas de la cuenta y el me rechaza, será difícil volver a lo que somos hoy.
No que sea lo que deseo, pero seria mejor que nada, cualquier cosa es mejor que nada si él esta cerca mío
Pero siento que no puedo seguir así, con la incertidumbre, con la duda. Prefiero arriesgarme y perderlo todo que quedarme así y con la eterna pregunta a ser respondida, siempre con las ganas de saber; si podríamos haber sido algo mas, si podríamos haber sido mas felices de otra forma...
Seria feliz viendo esa sonrisa todos los días al despertar, viendo esos ojos, besando esos labios... estrechando ese cuerpo entre mis brazos.
***
Siento los ojos de Ban sobre mi persona, no puedo evitar sonreír, algo nervioso. Iba a acotar algo, una estupidez sobre el nuevo trabajo, cuando el auto suelta un sonido desgarrador como si estuviera muriéndose. Me quedo observando a Ban con esa pregunta en mis ojos y escucho que maldice por lo bajo.
El buggy nos ha dejado... A merced de la noche y el frío. En la carretera no se vislumbra ningún auto, ni nadie que pudiera darnos un aventón, suspiro y me recuesto en el asiento.
-Baaan chan... ¿Le has cargado combustible al coche?
-Claro que sí, bobo- hago una pausa para mirarlo exasperado-¡¿o que creías?!
Se produce un silencio incomodo, apenas interrumpido por los ruidos nocturnos. Desde hace algún tiempo que nos sucede, que me sucede esto... Antes, era algo muy sencillo estar con Ban en silencio, sin pronunciar palabra alguna, sin embargo últimamente no logro evitar sentirme incomodo, invadido, temeroso.
Pero... ¡Es Ban chan! Mi camarada, mi compañero de ruta, mi amigo... Solo eso.
Mi rostro se curva en una mueca mezcla de tristeza y desesperanza.
***
No puedo traspasar su coraza. Sé que algo le pasa, lo veo en sus ojos; todo su rostro es un libro abierto... ¿Pero por qué? ¿Es que acaso algo le preocupa? si es así... ¿cómo es posible que no me cuente nada? ¿Cómo puede ser que siendo yo su amigo, no comente nada en absoluto al respecto? ¿Será que acaso, no está en mi el ayudarlo?
-Gin- le llamo esperando que voltee para verle a los ojos... esas orbes marrones que me pierden...
-¿Eh?-No supe porque, pero el tono empleado por Ban logró estremecerme.
-¿Que te pasa amigo? estas disperso, mas de lo acostumbrado...- hice un breve silencio y me acomodé las gafas- Pareciera que algo te preocupa...
Pero en respuesta solo obtengo silencio, un silencio que hace eco... un silencio que duele...
Varados en la interestatal, la carretera mas aburrida y alejada para recorrer en esta época del año... y su silencio que me hiere como un puñal... me devano los sesos pesando que hacer; que decirle pero su atípica hermeticidad, destruye todo intento por acercarme... o al menos, así me siento yo... como si una barrera se hubiera instalado entre nosotros dos... ¿acaso será solo mi imaginación? me siento dolido, ojala pudiera hacer algo para aliviar sus penas, para también aligerar las mías... Duele amigo mío, duele bastante...
***
La pregunta que me hace Ban me lleva a reflexionar al respecto.
Me siento triste... Porque sé lo que implicaría expresarle a mi amigo lo que verdaderamente me pasa, me duele no poder ser sincero con él, pero más me duele no poder explicarme a mi mismo lo que siento.
A pesar de que siempre estuve rodeado de gente, de amigos, una parte de mi se sintió sola y abandonada... Hasta que lo conocí a Ban, desde entonces supe que nunca estaría solo.
Me aterra la idea de perderlo, no sé si tanto como la idea de no tenerlo... Sé que es egoísta de mi parte, pero no puedo evitarlo.
-Ban...--Pronuncio débilmente bajando mi vista al suelo-Te quiero.
Confieso inocente, sin buscar que esas palabras cobrasen un significado diferente más que el expresado. Porque en parte eso me pasaba, lo quería, tanto que me dolía.
Me sonrojé súbitamente, me sentí estúpido, me sentí... Marica.
Esas no son cosas de dos chicos, que dos amigos se dicen... Tomo aire por la nariz, nervioso hasta donde físicamente me era posible. Había querido decirle tantas cosas más, pero por temor a una mala reacción de su parte me callé.
***
Fue como si un balde de agua helada hubiese caído sobre mi cabeza... oír esas palabras saliendo de sus labios...
De inmediato mi corazón dio un brinco de alegría...
La posibilidad existía... sería pequeña, diminuta, microscópica... pero tenía que arriesgarme, tenía que saber, asegurarme de si acaso ese te quiero que me derritió, tenía el mismo significado que deseaba yo que tuviera... si tenia el mismo valor y peso en su boca que en la mía... esa boca que ahora veía susurrar esas palabras en cámara lenta, una y otra y otra ves, en una suerte de alucinación... taladrándome la mente, pidiéndome a gritos que le preguntara de una maldita ves aquello que deseaba saber desde hacía ya varios días...
Esta es la oportunidad que estaba buscando, pensé tragando saliva, juntando coraje para hablar
-Yo también te quiero Ginji- me incline hacia él traspasando su espacio personal, transgrediéndolo- Te quiero muchísimo, tanto que siento que me quema... ¿acaso tu... acaso tu me quieres de la misma forma? Gin-chan- y finalmente no pude evitarlo... estaba tan cerca... tan, pero tan cerca... que termine buscando su boca sin su permiso, probando sus labios... perdiéndome en ese contacto...
***
Luego de sus palabras, que terminan confundiéndome aun más, siento sus labios sobre los míos. Abro mis ojos tanto como físicamente me es posible. No sé como reaccionar, no sé si es esto lo que realmente quiero o espero de Ban. Me dejo hacer, sintiendo como poco a poco quiebra todas mis barreras, es su lengua la que irrumpe en mi... Y no me da asco, todo lo contrario.
Un calor me envuelve por completo, se apodera de mí, unas lágrimas amenazan con surgir... ¿Porque me siento así? ¿Que es esto que siento? Sin poder pensar con claridad, mi cuerpo reacciona solo, abrazando por el cuello a mi amigo. Mi corazón late furioso, mis músculos se tensan.
Nos separamos brevemente, cuando la necesidad de aire nos lleva a eso, pero volvemos a retomar tan íntimo contacto. Con cada beso, con cada caricia mis nervios disminuyen y es mi ansiedad la que gana terreno... Quiero, pero no me atrevo.
-Baaan...--Susurro entre inocente y sensual.
Me quedo sin decir nada porque el dueño de aquel nombre no me deja hablar, devorando mi boca, prohibiéndome expresarme y eso, hasta cierto punto... Me encanta.
***
En cada beso siento que me pierdo... que desaparezco, sintiéndolo solo a él y a nadie mas que a él... como si yo mismo saliese de la ecuación para simplemente desaparecer... para perder mis limites allí donde mi cuerpo entra en contacto con el suyo...
Pero, cuando me llama por mi nombre es cuando vuelvo parcialmente en mí... Me hago consciente otra ves de lo que sucede, aun cuando no es eso lo que quiero... siento que sumergiéndome en su boca pierdo el control, sus manos en mi cuello me descontrolan.... ese contacto, tan personal, tan diferente a lo que solemos ser...
Y a pesar de que correspondió prácticamente a cada gesto... no quiero herirlo, no deseo asustarlo, y mucho menos que malinterprete mis sentimientos por él... temo perderme otra ves en esos labios, no porque no me agrade la idea, sino porque no quiero hacer nada sin antes dejarle en claro lo que siento por él... mis sentimientos son los que me impulsaron a buscar el contacto con su cuerpo... y no al revés y eso es importante para mi, estoy casi seguro de que será importante para él también...
El beso se rompe, pero la cercanía no disminuye, apoyo mi frente contra la suya, cierro mis ojos un instante, para volverlos a abrir decidido
-Ginji- susurro acariciando sus cabellos, ahora un poco alborotados- Te quiero... como algo mas que un simple amigo, como mi compañero en la vida- vuelvo a cerrar mis ojos, y en un gesto un poco infantil, froto mi mejilla contra la suya- un compañero para toda la vida, amigo, amante como desees decirle... lo que sea mientras tu estés a mi lado, así como estamos ahora...y si tu no lo deseas, nada mas pasará entre nosotros...
***
Sonrío, tengo la intención de acotar algo al respecto, pero un molesto "bip" me interrumpe. Busco mi celular que está en el suelo del coche y recién entonces caigo en la cuenta.
-Todo fue un... ¿Sueño?.
Suspiro, agobiado como nunca antes me había sentido a pesar de haber tenido sueños similares en este ultimo tiempo. La luz de la luna que se cuela por la ventana me lleva a entrecerrar mis ojos, busco acomodarme en el asiento trasero del auto cuando siento un peso sobre mi y una cálida respiración en mi nuca.
Ban está a mi lado, mirándome entre expectante y divertido. Me quedo viéndolo como si se tratase de un espejismo o de alguna broma cruel de mi imaginación, pero no... Ahí está, físicamente, ocupando un lugar en mi lecho. Levanto la camisa blanca que me cubre y realizo una mueca de desconcierto al verme completamente desnudo, mi respiración se agita y solo se me ocurre una cosa.
-¡Baaan chaaaan! ¡¿Has utilizado el Jagan para llevarme a la cama?!-Una descarga eléctrica emana de mi cuerpo-¡Eres cruel Ban chan!.
***
No se porque se enoja tanto Ginji ¡¿acaso realmente me cree capaz de conformarme con un minuto?! Si apenas logré sacarle la ropa... No me dio tiempo para algo más.
Lo miro divertido y solo atino a reírme.
¿Que dices compañero? ¿Otro minuto más?
FIN
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