Vanilla
Unos pasos se escuchaban caminando con cuidado por aquel piso de madera, que eran de nada más y nada menos que la mansión Uchiha.
Sonrío con nostalgia al recordar como llego a vivir ahí, cambiando su sonrisa por una traviesa, ya que al fin de cuentas a quien tenía como novio, si novio, aunque acepta que sus hormonas heteras no se van del todo y eso es claro cuando ve a alguna mujer guapa en el camino, recibiendo un golpe en la cabeza codazo de su chico, porque a quien tiene es a Uchiha Sasuke.
Volviendo a lo que estaba y olvidando aquellas situaciones, se miro al espejo con orgullo, detallando la ropa ajustada negra que traía, ciñendo su trasero y piernas los pantalones, una pequeña chaqueta abierta de torso y apretada en algunos lados. Mientras probaba su voz y la aclaraba.
-¡Vamos Uzumaki Naruto!
Se dio ánimos, tomando aire, volviendo a acercarse al living con cuidado, y sin dejar de observar a la persona que sabía se encontraba ahí, leyendo algún libro. Acerco su mano al interruptor y apago la luz, lo cual creo obviamente un reclamo y amenaza del moreno.
-¡Uzuratonkashi, se que eres tú!¡Prende la luz!
Fue lo último que dijo, hasta que empezó a escuchar una música de fondo, en tanto la luz volvía, pero con menos claridad.
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-¿Qué mier...?
Sus palabras quedaron al olvido al ver una silueta delante de él y encima de la mesita del living, donde agudizó su vista y ver lo que casi le da un infarto.
-Na..¿Naru-?
No eres más que un moralista...
Deslizando tus dedos sobre mí.
Soy un inocente terrorista;
Tus pensamientos se levantan como una revolución.
Unos dedos se posaron encima de sus labios, antes que siguiera hablando, sin despojar sus ojos del movimiento de caderas y la forma tan provocativa de agacharse del rubio, descubriendo los pantalones tan ajustados que marcaban sus muslos y entrepierna, donde aquel, sonriendo; cantaba sensual y le provocaba escalofríos, cuando aquellos dedos que lo callaban, empezaron a bajar y se deslizaban por su delgada camisa...
Un especialista une por romance,
Tú usaste tus largas uñas en mi.
Un egoísta quiere confirmar el amor,
Yo quiero luchar hasta estar dentro de ti.
Sasuke no sabía cuan de absorto estaba ante las palabras del rubio que le calentaban, para luego acercarse más y estar ahorcadas sobre él, donde tuvo que usar todo su autocontrol, al sentir como una mano, que no supo en que momento llego ahí, estrujaba su trasero sacándole un gemido sorpresivo. Aunque las cosas no quedaron así... Naruto en forma repentina se alejo de su espacio personal.
Te mantienes a distancia.
Ahh...
Antes de que pierda el control sobre mi.
Aún no se le hacía claro porque Naruto le otorgaba aquel baile y canción, pero en cuanto el ojiazul le dio la espalda, para bajar hacia el piso con gracia, recorriendo sus manos en el cuerpo.... Eso ya había quedado de lado, algo estaba despertando en él.
¿Puedo amarte?
La noche se estremece.
Esta bien así.
No soporto más y con un movimiento veloz, se puso encima de él, recreando lo que hacia las manos tostadas, sacando una sonrisa al de abajo, que lo dejaba hacer, sin dejar de cantar y rozar su entrepierna con el moreno.
Más, más profundo.
Esos labios casi exasperantes...
A los que me he acostumbrado, se derrite juntos.
Soy... tu... Vainilla.
Naruto dejo hacerse por las manos nívea de Sasuke, rozando sus labios sin tocarlos, sacándole un gruñido de molestia, que aumento al momento de desaparecer en una nube de humo bajo el otro, que a regaña dientes se levanto y busco, escuchando la canción cerca...
Dios...
Repitió la misma palabra de la canción y se fue en busca del zorro seductor.
"...Estás muy afectado",
Eres frío como plástico.
Tus miradas son calientes como una ecologista;
Tus ardientes besos son irritantes.
Tu cara torcida es...
Ah...
Por favor, deja que me quede.
Seguía escuchando la música, que sentía que lo envolvía, tentándolo y recordándole con pesar que si no se hubiera dejado llevar más rápido, tendría al rubio gimiendo encima suyo.
Sin tomar en cuenta, la tentadora canción, que le describía en esos momentos. Sus oídos solo escuchaban hasta sentir a su presa más cercana, descubriendo que llegaba a su habitación.
¿Puedo amarte?
La noche se estremece.
Dio unos pasos para entrar, y sintió un empuje por detrás junto a la puerta cerrarse. Se equilibro y quedo parado junto a la cama y volvió su vista hacia atrás, buscando al causante de su excitación, encontrando dos ojos azules envueltos en deseo, para luego encontrarse recostado en la cama, con un rubio que saltaba y disimulaba una penetración al subir y bajar.
Está bien así. Más, más rápido.
Tus golpeados labios...
Me hieren más mientras hablas.
Tu y yo somos "amor ardiente".
El moreno en un movimiento rápido despoja de la chaqueta al rubio y empieza a lamer cada centímetro del pecho descubierto y mordiendo botones de carne a su paso, mientras sus manos viajan por donde se puede...
Ahh...
¿Cuántas mañanas más tenermos...
Ahh...
...antes de que acabe esta noche?
Ahh...
El rubio, apenas su voz se entendía lo que cantaba, sacando gemidos que volvían loco al moreno, pero se recompuso y volvió a su objetivo, recostándose sobre Sasuke, que miraba como Naruto lo despojaba de su ropa con movimientos sensuales y juguetones, pasando su lengua en lugares erógenos...
Estoy durmiendo rodeado de flores blancas...
Ahh...
...que se dispersan en el cielo.
Sigamos...
Pronuncio Naruto con deseo, mientras se quitaba sus pantalones y quedaban ambos desnudos frente al otro.
¿Puedo amarte?
La noche se estremece.
Esta bien así, "he visto tu trasero".
La vergüenza casi me consume en llamas;
Me estoy enamorando de ti.
El público ve rodillas llorando.
Quiero necesitar, ¡no traicionar!
¿Puedo amarte?
La noche se estremece.
Está bien así... hazlo más. Eres...
Chocar tus...
Caderas contra las mías
Es una rutina.
Eres... mi... Guardián (Vainilla).
Con pesar, empezó a abrirlos ojos que se dificultaban por la luz que se filtraba por su ventana y dejaba a claridad la excitante noche que había tenido, encontrando su cuerpo en sabanas envueltas y ropa esparcida en la pieza, como para que decir del olor a sexo que se apreciaba en el ambiente, donde lo único que no le cuadraba era donde estaba Naruto, ya que a su lado no se encontraba.
-¿Naruto, donde estas?
Masculló, levantándose de la cama y caminando como podía en busca del rubio, hasta que lo encontró.
Ese aroma tan característico, como no saber donde se encontraba, si cualquiera que lo conociera sabría en que lugar podía estar.
Su vena palpitando apareció en su frente y su entrecejo se frunció, al ver como el Uzumaki sorbía con gusto, si se podía decir, desayuno.
-¡Dobe!-Llamo la atención del rubio, que al momento giro su rostro, observándolo con una sonrisa zorruna, sin dejar de engullir su preciado ramen. -¿¡Qué hemos hablado sobre el ramen en casa!?
Si, Sasuke había puesto como regla para vivir con él, comer ramen una vez por semana, pero el era humano ¡¡No podía y Sasuke sabía que era un adorador de ramen!!
Dejo el tazón vació en la mesa y lo encaro, mirándose frente a frente, donde Sasuke se percato que el rubio iba solo con una de sus camisas anchas.
El rubio sonrió prepotente y se acerco, hasta quedar su boca en su oído.
Soy tu Vainilla.
Naruto siguió de largo dejando a un Sasuke que caía en cuenta, de tanto bailecito y canto.
Pero como dicen, del odio al amor, un paso.
Owari