Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Enfermito por AthenaExclamation67

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Una enorme disculpa para todos los que desearan leer el final, pero estoy muy ocupada ultimamente, y no tenia demasiado tiempo. Espero que disfruten tanto como yo al leerlo como yo escribiendolo.

ENFERMITO

By AthenaExclamation67

 

Capítulo I

 

Hacía ya varios días, cansancio, malestar, la tos no le dejaba dormir, si bien un resfriado era fastidioso, quizás Shun se estaba pasando. Se comportaba como un niño malcriado, lloriqueaba, se quejaba, sólo le faltaba patalear.

Ikki ya empezaba a estar muy cansado, si bien Shun estuvo con fiebre (ahora ya no), tenia tos (aún) y debía mediarse, ya se le estaba pasando la mano.

Los gritos de Ikki se oyeron por todos los lados…

-          SHUN! ¡Te estas pasando!

-          Que si tápame, la medicina, me traes un vasito de leche. ¡¡YA VALE!!

-          Ni-isan, ya no grites más, luego será peor y me dolerá más la cabeza.

-          Ikiiiiiiiiiiii, si, duerme conmigo, vaaaaaa…

Shun empezó a gimotear como los niños pequeños para conseguir ablandar a su hermano, se tapó todo entero dentro de su cama y siguió lloriqueando…

-          ¡Ikki, no me quieres! – le gritó - ¡Mal hermano! Snff,Snff.- Seguía.

Ese Ikki, como no se compadecía de su hermano, pobrecito, se debía sentir tan mal, enfermito, con su tos que le ocultaba su aterciopelada voz.

Se oyeron unos pasos a los que siguieron unas voces…

TOC, TOC…

Tres cabezas asomaron por el hueco de la puerta. Seiya, Shiryu y Hyoga fueron a interesarse por Shun, el cual permanecía bajo las mantas y se quedó quieto escuchando.

-          Ikki - hablo Shiryu.- Si quieres podemos ayudarte, no tienes porqué hacerlo todo tu solo.

-          Si pollo, en que podemos ayudar. Añadió Seiya.

Hyoga, escuchaba atento a ver en que podía ayudar, de reojo, observaba al cuerpecito que estaba bajo las mantas, ese que tanto le gustaba admirar, y por que no negarlo, ese cuerpecito que le gustaría devorar.

-          Si venga, tú descansa, nosotros cuidaremos al enfermito, y así podrás dormir que buena falta te hace – Sugirió Hyoga.

Él, estaba encantado de poder cuidar de Shun, quizás fuese un “poco” quejita, pero él le adoraba, en secreto, sip, pero se moría de ganas de cuidarle. Bajo las mantas el conejito dejó escapar una endiablada sonrisa que nadie pudo oír ni ver a lo cual prosiguió con su carita angelical habitual…

-          Snff,Snff. Tienen razón Ikki, ya he abusado mucho de ti.

Shun parecía tenerlo todo planeado, a caso era eso lo que buscaba, deshacerse de su hermano…

-          Ni-isan, ve a descansar, ellos cuidaran de mí - Dijo Shun y otra sonrisa salió de su rostro que nadie pudo apreciar.

Ikki empezaba a calmarse.

-          Vamos, vete, nosotros nos encargamos. Ya verás que mañana seguirá aquí de una pieza – dijeron divertidos Seiya y Shiryu.

Ikki tomo el camino de la puerta para irse a su cuarto cuando añadió…

-          De acuerdo chicos, lo dejo en vuestras manos, solo hay que darle las medicinas y ya ha cenado. El “enfermito” – dijo alzando la voz lo suficiente para que su hermano lo oyera – trataba ahora de sobornarme pero habéis llegado justo a tiempo. Que os sea leve chicos, buenas noches. Me voy a dormir.

Ni se había dado cuenta, el pobre Ikki estaba tan cansado que hasta era amable. El muchacho salía por la puerta mientras escuchaba a los tres muchachos planear como iba a ser la noche.

-          Bien chicos como lo haremos, solo hay que despertarle para darle las medicinas - dijo Shiryu.

-          Bueno como solo es eso, podemos echarlo a suertes, y al que le toque, se tiene que levantar a darle el médicamente - acotó Seiya.

De pronto Shun pego un salto en la cama destapándose por completo y dejando a los tres boquiabiertos.

-          Un momento - espetó. –Yo había convencido a mi hermano para que durmiera conmigo, ahora que! (Este Conejito)

Hyoga se estremeció, tenia que ganar él, así podrían pasar toda la noche juntos, cuidándolo claro, pero juntos.

-          Uffa Shun!! No te pases, que das muchas patadas, hablas y sueñas cosas raras ¡¡DAS GOLPES!! - Le dijo Seiya que alguna vez había dormido con él.

Los chicos no sabían como hacer, Seiya no quería dormir con Shun, puesto que sabia de que pie calzaba, pero no era justo para los otros dos, que culpa tenían ellos de que Shun se moviera más que un hormiguero cuando dormía…

-          Ya sé - exclamó Shun. – Escribir vuestros nombres en un papel y el nombre que salga, se queda aquí a dormir conmigo.

Los chicos se miraron entre ellos y asintieron, la idea no les pareció muy descabellada así que anotaron los nombres de cada uno en un papel y los dejaron dentro de una gorra que Shun tenía colgada de la cabecera de su cama. El muchachito, agitaba los papeles y se sonreía intrigado a ver el nombre del desdichado que saldría elegido.

-          Que no sea yo - Pensaba Seiya. – Menuda noche me espera - Lamentaba Shiryu. – Yo, yo por favor ¡YO! -  Quién más podía ser…

-          HYOGA!! - Exclamó Shun. – Te ha tocado.

El rubio palideció, no lo podía creer. Que buen golpe de suerte pensó para si mismo.

-          Ahá! - Gritó Seiya. – Nos faltó poco! - Le dijo riendo a Shiryu.

Shun agarró un zapato y se lo lanzo al burro atizándole un golpe en la cabeza.

-          A ver burro! Voy a llamar a mi hermano y te va a freír para almorzar!

Hyoga y Shiryu se reían sin parar, solo faltaba que Shun se levantara y empezara a perseguir a Seiya por toda la habitación y el espectáculo hubiera sido completo, esos dos se querían con locura pero siempre estaban peleando, que chiquillos. En el fondo se notaba que son los más pequeños con sus disputas absurdas y las trifulcas sin sentido. Hyoga detuvo el circo de reclamos…

-          Bueno chicos, esta bien, si me tocó me quedo yo. Venga marcharos que ya es tarde y van demasiadas alteraciones para Shun por hoy, no nos olvidemos que esta enfermo.

En realidad, lo que quería el buenito del pato era quedarse a solas con él, con Shunny, pobrecito, parecía tan desvalido. Los dos jóvenes se fueron y ambos quedaron a solas.

-          Bueno Shun, dime, que necesitas, estoy a tú disposición.

Los ojos de Shun parecían tener un brillo especial (enfermito, nahhh!).

-          Bien Hyoga, no quiero abusar. Sólo tráeme algo para tomarme la medicina y listo. No necesito nada más.

-          Okis Shun, si te parece, iré a buscarte un vaso de leche y me pondré el pijama para pasar aquí la noche, no me tardo. Está bien?

-          Por mi perfecto! - Exclamó Shun. (Pa mi que este se traía algo entre manos).

El rubio salio del cuarto de Shun y pasó por el suyo, se cambió de ropa y se puso un pijama cómodo que le quedaba perfecto y fue hasta la cocina a por la bebida del conejito, después volvió con el enfermito.

-          Ya estoy de vuelta. Aquí tienes la leche, tomate la medicina que no quiero que empeores.

-          De acuerdo, que si no mi hermano…

Un escalofrió recorrió en cuerpo del patito al pensar que clase de atrocidades le podría llegar a hacer Ikki, si su hermano llegaba a ponerse peor por su culpa, lo asaba seguro, lo ensartaba en un palo y lo cocía en una hoguera y lo hacia “pato asado”. Una gota fría de sudor surco su frente.

-          Bueno Shun – Dijo arropando al conejito - Es hora de dormir, voy a apagar la luz. Yo dormiré en el sofá y tú ahí tranquilito en tú cama. (Este Hyoga tan lindo cuando quiere. Lindo! Seeee… A saber lo que se le pasa por la cabeza.)

El ruso apagó la luz como había avisado y todo quedó a oscuras. El pobre no sabía ni como ponerse en el sofá, no dejaba de moverse, giraba y giraba. Se tapaba con la manta, resoplaba de la angustia, estaba por caerse cuando justo a tiempo, intervino Shun…

-          Hyoga – dijo - Quieres, puedes dormir aquí, en la cama conmigo. Es enorme y no vamos ni a tocarnos.

El chico no creía lo que estaba escuchando. – Dios, ha dicho lo que oí – Pensó - Poder sentir su cuerpo cerca, el calor que desprende, su respiración, Mmmmm. No,No! Pervertido, depravado. Pobrecito, él enfermito y yo pensando en esas cosas. ¡UN DEGENERADO ES LO QUE SOY!

-          HYOGA!! HEY!! - Shun llevaba rato llamándole pero este no le oía. – Tierra llamando al Pato. TOC,TOC - Le dio unos golpecitos en la sesera.

-          Ah! Que, que dices Shun?

-          Pero que no has oído nada de lo que he dicho – Shun reía por dentro - DIJE, que duermas aquí conmigo, que la cama es muy grande, y que yo no muerdo (¿seguro?).

El conejito esperaba ansioso la respuesta, se lo estaba pasando en grande poniendo a Hyoga en esa situación, la contestación no se hizo esperar, y como iba a ser el otro tenía más ganas que él.

-          Esta bien Shun – dijo tratando de disimular lo nervioso que empezaba a encontrarse - Dormiré en la cama si a ti no te importa.

-          Pse! Que me va a importar – le dijo - Duermo con Ikki muchas veces y alguna vez también he dormido con Seiya, me da miedo las noches de tormenta, no te preocupes, estoy acostumbrado.

Hyoga se metió en la cama, su corazón latía con mucha fuerza, trataba de controlarlo, en aquella silenciosa noche solo parecía escucharse eso, su corazón, latiendo con fuerza por Shun. Al menos eso creía.

El rubio miraba a Shun, sus preciosos ojos esmeralda brillaban mientras este no dejaba de charlar. Ahora entendía lo que Seiya había querido decir, no paraba de hablar y de moverse. En uno de esos giros repentinos, el conejito rozo “sin querer” los pies de Hyoga.

-          Bbrrr!! Joder Hyoga! Tienes los pies helados.

Shun, se echo a reír, estiro sus bracitos y empezó ha hacerle cosquillas a Hyoga.

-          Shun! – Exclamó - Ya párale, no me hagas más cosquillas.

Hyoga estaba poniéndose muy nervioso, Shun no paraba y eso lo estaba excitando, con el roce de esas manitas algo más abajo estaba despertándose, si no se detenía y por error llegaban a destaparse…, pero no podía dejar de pensar en esas calidas manos que mas que cosquillas parecía que le dieran caricias. Aquello le gustaba demasiado, cuando…


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).