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Mi único amor por zandaleesol

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Título: “Mi Único Amor”


Personajes: Harry Potter/Severus Snape


Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de propiedad de JK Rowling, sólo los tomo prestados para divertirme con ellos, no percibo ningún beneficio económico.


Advertencia: Este es un Universo Alterno, los personajes se escaparon del Potterverso y aceptaron ser protagonistas de esta historia en un mundo sin magia.

Adaptación de la novela de Barbara Cartland



Capítulo 5. Acercándonos


Era bastante tarde cuando finalmente Severus y Harry regresaron al hotel, había sido un día largo, pero también muy entretenido para Harry y era eso lo que más le importaba a Severus. Sin embargo, éste último no dejaba de reconocer que aún sentía una levísima incomodidad por aquel recuerdo de ese hombre tan atractivo dedicándole al chico aquella sonrisa; comprendía que era una tontería de su parte, era un sentimiento irrisorio e infantil, pero no podía evitarlo, presentía que las cosas no serían tan sencillas para él si cada vez que alguien, fuera hombre o mujer mirará a Harry de una forma especial. Naturalmente estaba conciente de que no tenía derecho a molestarse, mucho menos con Harry, pues el chico al parecer ni siquiera tenía conciencia de lo atractivo que era y de la admiración que despertaba en algunas personas.


Harry se encontraba muy alegre luego de haber asistido a ese club nocturno, la verdad era que cualquier sitio donde hubiese gente y un ambiente agradable a él le entusiasmaba; después de siete años en un régimen de estudiante interno, nada que fuera novedoso y diferente podía no gustarle.


Ya eran casi las tres de la mañana y a pesar de todo no tenía sueño aún, creía que eso se debía a la emoción que sentía al saber que en un par de horas se instalaría en aquel departamento, el primer hogar de su vida. Se encontraba tendido en la cama con un pijama corto, tenía ganas de ira a la habitación de Severus para conversar un poco, a pesar de saber que tenía todo el tiempo del mundo para hablar con él, igual deseaba buscarlo, estaba seguro que nunca se cansaría de sus conversaciones con Severus. Finalmente se decidió, iría a ver si aún estaba despierto, era poco probable, pero no perdía nada con cerciorarse. Salió del cuarto y fue directo a la puerta de Severus, golpeó suavemente, pensaba que había aprendido la lección con respecto a que era muy conveniente golpear una puerta antes de entrar a cualquier sitio, tras unos segundos muy breves la puerta se abrió, tal parecía que el hombre mayor tampoco tenía sueño, pues aún llevaba puesta la misma ropa que había vestido para ir al club.


—¿Qué sucede Harry… estás bien?

—Eh… sí… yo… no quisiera molestarte… es que… no tengo sueño aún… y…

—Ah… puedes entrar… tengo la televisión encendida.

—Sí, pues suena genial —dijo Harry y, entrando a la habitación se fue directo a la cama y se acomodó en ella.

—Busca algún programa que te guste.

—¿De verdad no tienes sueño? —preguntó Harry otra vez.

—Para nada… no te preocupes, la verdad es que trasnocho muy seguido, a veces cuando tengo mucho trabajo no duermo.

—Eso no está bien, no deberías trabajar tanto.


Severus miró al chico y sonrió.


—Bueno supongo que lo hacía porque no tenía nada mejor que hacer.

—No te preocupes que yo me encargo de cambiar eso —dijo Harry, respondiendo a la sonrisa de Severus.

—Ya lo estás haciendo Harry, realmente me gusta que estés aquí conmigo.

—Gracias Sev.

—Eh…eh… ¿qué fue lo que dije de agradecer? —atajó Severus.


Harry sonrió.


—Sí, ya lo sé… hmm… ¿te gusta el futbol? Pondré el canal deportivo —dijo Harry adueñándose del control.


Severus sonrió al pensar que Harry estando tan poco tiempo a su lado ya se adueñaba del control remoto, en todo caso no le molestaba en lo más mínimo, deseaba que Harry se adueñara de todo en su vida, inclusive de él mismo.


—Sí, me gusta.

—¿Cuál es tu equipo favorito?

—Manchester United… ¿y el tuyo?

—Liverpool.

—Sí, un buen equipo —dijo Severus sonriendo otra vez mientras se fijaba en como Harry pasaba los canales hasta encontrar el deportivo.

—¿No vas a acostarte? —preguntó Harry sin despegar sus ojos de la televisión.

—Sí claro —dijo Severus.


Le dio la espalda a Harry para buscar en un cajón algún pijama, la verdad era que él normalmente dormía desnudo en verano, pero no creía que ahora que estaba con Harry pudiera seguir haciéndolo, no le molestaba tener que renunciar a ese hábito, comprendía que ahora que compartiría su intimidad con alguien más, por un asunto de respeto debía poner atención a ciertos detalles, pero tampoco deseaba ser exageradamente recatado, no quería parecer ridículo a los ojos del muchacho comportándose como una damisela, era gay, pero seguía siendo un hombre; sin más se desabotonó la camisa y comenzó a quitársela mientras caminaba hacia el baño, creyó sentir la mirada de Harry clavándose en su espalda.


No era la primera vez que alguien se quitaba la camisa delante de él, en el internado sucedía a diario y le resultaba tan normal eso como bañarse todas las mañanas junto a sus compañeros y verlos pasearse desnudos y hacerlo él mismo sin ningún problema. Sin embargo, ahora que había visto a Severus quitarse la camisa le había llamado la atención, observar la espalda ancha del hombre, el abdomen musculoso y bien definido, por una asociación de ideas, aunque reconocía que era una muy extraña asociación, le vino a la mente la visión de Severus siendo aplastado por el cuerpo de ese pelirrojo al que él no había podido verle el rostro. Recordar aquella escena le perturbó tanto como si la estuviese viendo otra vez, de pronto lo asaltó el pensamiento de que en ese momento estaba sentado en esa misma cama donde Severus había hecho el amor, se censuró a sí mismo por estar pensando esas cosas, intentó concentrarse en el balón de futbol tras el cual corrían los jugadores en la televisión.


Severus había cerrado la puerta, ahora se miraba al espejo, el sentir esa mirada de Harry le había puesto inevitablemente nervioso, al quitarse la camisa delante del chico no había buscado deliberadamente llamar su atención, sino de mostrarse normal, no quería que su condición sexual abriera una brecha entre él y Harry. Se quitó el resto de la ropa y se puso el pijama corto que era adecuado a la temperatura de esa noche de verano y salió del baño otra vez. Observó a Harry acostado cómodamente en la cama, con la vista fija en la televisión, se acercó silencioso y se tendió en la cama con toda la naturalidad que le fue posible.


—¿Te molesta que aún esté aquí? —preguntó Harry sin mirarlo.

—No, en absoluto.

—¿Puedo dormir aquí contigo?

—¿En está cama? —preguntó Severus medio asombrado.


Harry sonrió, sin apartar su vista del televisor.


—Sí… aquí… aunque sí te incomoda…

—Bueno quizá sería más normal que la incomodidad la sintieras tú Harry.

—¿Incomodarme? ¿por qué? ¿debería… ahora que sé que eres gay?

—Bueno… supongo…

—Sev —dijo Harry volviendo el rostro para mirar al hombre directo a los ojos —, no soy de esos hetero sexuales que piensan que si están junto a un hombre gay corren peligro… o que ese hombre gay se va a enamorar inevitablemente de ellos porque son demasiado irresistibles.


Severus miró al chico sin poder ocultar su sorpresa, la madurez que demostraba Harry al decir eso él ni siquiera la había percibido en hombres más mayores.


—Gracias Harry… por esa confianza.

—Bien… y ahora que este punto está claro ¿puedo dormir aquí contigo?

—Claro… no hay problema.

—Genial —dijo el chico, apartando las mantas para meterse bajo ellas.


Severus en completo silencio hizo lo mismo. Esa era la primera vez que compartiría la cama con alguien que no fuera un amante de turno. La primera vez que dormiría con alguien que le despertaba sensaciones relacionadas sobre todo con el corazón, aunque creía que las relacionadas con su sexualidad no tardarían en manifestarse.


—Ahora sí tengo sueño… buenas noches Sev —dijo Harry con voz que sonó relajada y alegre.

—Buenas noches Harry —dijo Severus mirando al chico con total ternura y se quedó observándolo hasta que el sueño finalmente también lo rindió.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Eran casi las diez de la mañana cuando Harry despertó se removió en la cama y notó que el lado donde se suponía que dormía Severus estaba vacío. Se sentó en la cama y pasó la mano por la sábana, aún estaba tibia, tal parecía que Severus se había levantado recién. Salió de la cama al instante, no quería retratarse, aunque no tenía muchas cosas deseaba reunirlas pronto para tener todo listo para cuando debieran dejar el hotel.


Cuando Severus salió del baño con una toalla atada a la cintura sintió alivio y tranquilidad al ver que Harry ya no estaba en la habitación, podría vestirse con libertad sin temer que Harry despertara de pronto y lo viera desnudo. Se dirigió al armario y sacó las prendas de ropa que vestiría esa mañana, sin más dejó caer la toalla atada a su cintura, era a lo que estaba acostumbrado, la mayoría de las veces se paseaba desnudo por el apartamento.


Harry luego de entrar a su habitación miró con cierta indecisión la ropa que la noche anterior había dejado sobre la cama. No sabía si tendría tiempo para enviarla al lavado o debería llevársela tal como estaba, le preguntaría a Severus, y lo haría de inmediato, salió del cuarto para preguntarle, al llegar a la puerta de Severus la abrió de golpe y vio al hombre que se había quedado con la mano suspendida en el aire, mientras se volvía a mirarlo, sólo recién se dio cuenta de que lo había echo otra vez, invadía sin aviso la privacidad de Severus, se sintió mal por eso, sin embargo parecía que al hombre mayor no le importó.


—¿Qué sucede Harry? ¿Necesitas algo? —preguntó Severus, mientras alcanzaba su ropa interior y se la ponía sin ninguna prisa.

—¡Lo siento! —se disculpó Harry, al tiempo que sus mejillas se ruborizaban.

—No hay problema, qué sucede.

—Quería preguntarte si… ¿crees que haya tiempo de llevar alguna ropa a la lavandería? Es que no quisiera guardarla sucia.

—Claro que hay tiempo —dijo Severus mientras comenzaba a enfundarse el pantalón —, puedes llamar a la recepción y pedir que vengan a buscarla… marca el 07, no se demoran en tenerla lista, mientras tanto nosotros iremos a desayunar.

—Genial… bien, gracias y… lo siento.

—No te preocupes, no pasa nada.


Cuando Harry cerró la puerta otra vez Severus arrojó la camisa en la cama, se tomó la cabeza con ambas manos.


—¡Mierda!... Harry… ¿Qué voy a hacer contigo? No me estás haciendo las cosas fáciles —dijo el hombre con gesto preocupado.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Sentados en una mesa en el Starbuck dos hombres jóvenes y atractivos habían compartido hasta el momento un silencioso desayuno.


—Debes intentar animarte un poco Sirius —dijo el hombre de ojos dorados, mientras le daba un sorbo a su café Express.


El hombre de cabello oscuro, levantó la vista desde la taza de café que había estado observando con aire ausente y posó su mirada profunda y apagada en su compañero sin decir nada, el otro continuó.


—Sé que es difícil para ti, pero ya es hora, a pasado mucho tiempo.

—No el suficiente Remus… no el suficiente como para olvidar.

—Lo comprendo… sabes que es así.


Se hizo otro silencio y ambos hombres bebieron un sorbo de café.


—¿Qué más has averiguado de ese tal Snape? —preguntó Sirius, clavando ahora la mirada que había tenido puesta en los transeúntes que pasaban, en su compañero.

—Nada más de lo que te he dicho… lo que todo el mundo sabe, de su vida privada no hay mucho que decir, no es casado, no tiene hijos, ni padres, ni hermanos… pero tiene mucho dinero —dijo Remus.

—Tal vez no tenía a nadie, pero ahora tiene a Harry.

—Sí, así es, además hay otra cosa que acabo de saber mi secretaria.

—¿Qué? —preguntó Sirius medio a la defensiva.

—Bueno… ese hombre… Snape… creo que es homosexual… me ha dicho Hermione que ha sabido que ese hombre ha tenido muchas parejas y que su actual romance “no oficial” se llama Charly Weasley.

—¿Crees que pueda llegar a interesarse en Harry?

—Bueno es difícil saberlo —dijo Remus —, pero si se ha ocupado de Harry en estos años es muy probable que éste lo vea sólo como a un padre o algo así.

—No me parece que se haya ocupado tanto, el director del internado dijo que había sido llevado ahí a los once años y en todo ese tiempo jamás lo visitó nadie.

—Pues saber eso a mí me da tranquilidad —dijo Remus.

—¡Tranquilidad! —dijo Sirius con tono irónico — ¡Sigues siendo el mismo ingenuo de siempre!

—Sirius… suenas como un hombre resentido y celoso, no debes permitir que te gane la amargura.

—Tengo sobrados motivos para sentirme así no te parece, Harry debería estar conmigo, no con ese tal Snape.

—No olvides que fue amigo de Lily.

—¡Y yo de James!... yo tengo mil veces más derechos que él y sin embargo Harry ni siquiera sabe que existo.

—Y es lo mejor… al menos por ahora —dijo Remus, apartando la taza vacía.

—¿Qué más has averiguado sobre el asunto del dinero?

—La hermana de Lily jamás se enteró del asunto… no tenía idea de que tenía un sobrino millonario.

—Tal vez de haberlo sabido le hubiese tratado mucho mejor de lo que lo hizo —dijo Sirius.

—¿Quién sabe? Harry cumplirá mayoría de edad en tres semanas, a partir de entonces tendrá pleno derecho sobre la herencia.

—Y hasta ese momento debemos tener mucho cuidado, cualquier error puede echar todo a perder —dijo Sirius.

—No te preocupes por eso, estaremos cerca de él, atentos y preparados, en cuanto tenga plenos derechos sobre la herencia actuaremos, falta muy poco.

—Me preocupa que las cosas no salgan bien… ya pasé muchos años en prisión, no quisiera tener que regresar —dijo Sirius.

—Eso no sucederá, no lo permitiré… hemos planeado esto por más de un año, todo saldrá bien y tú finalmente podrás tener a Harry contigo.

—¿Y si ya es muy tarde?

—Nunca es tarde, y tú tienes más derecho que ese Snape, será como si volvieras a tener a James otra vez —alentó el hombre de ojos dorados.

—Tienes razón —dijo Sirius más alegre —, dijiste que era igual a él.

—Lo es, de verás que sí.

—Me gustaría tanto poder verlo de cerca.

—Bueno cuando sea el momento lo tendrás por fin, pero mientras tanto quizá podamos verlo desde lejos —dijo Remus sonriendo —, ya averigüé a donde se mudaron.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Pasaba el mediodía cuando finalmente Harry y Severus cruzaron el umbral del que sería su nuevo hogar, aunque faltaban muchas cosas con las que llenar el espacio, de hecho sólo tenían sus cosas personales, en el caso de Severus, que además de su ropa cargaba con la computadora, libros y otras cosas que se relacionaban con su trabajo. A pesar de que el lugar estaba vacío a Harry le parecía el paraíso y en su ojos brillaba el entusiasmo, entusiasmo que no entendía ni compartía Lucius que los había acompañado hasta ahí.


—Definitivamente esto es ridículo Severus… aquí no hay nada, deberán comer y dormir en el piso, debiste mudarte a mi casa —dijo Lucius, moviendo la cabeza en señal de desaprobación.

—¿Qué tiene de malo dormir en el piso? A mí se me hace divertido… ¿y a ti Sev? —dijo Harry mirando alegre el lugar.

—Sin duda que será una experiencia nueva —dijo Severus sonriendo.

—Sería estupendo tener una tienda —dijo Harry.

—¿Una tienda? ¿Y para qué? —preguntó Lucius extrañado.

—Pues para dormir dentro… como si estuviéramos en un campamento —dijo Harry.

—Ah entiendo… ¿Qué dices Sev? ¿Te gustaría dormir dentro de una tienda con Harry? —preguntó Lucius mirando medio burlón al hombre de ojos negros.

—¿Y por qué no? No tendría nada de malo creo yo —dijo Severus sin inquietarse.

—Claro, nada de malo, además no sería la primera vez, ya dormí en la cama de Sev anoche —dijo Harry como si nada, mientras dejaba una caja con libros en el piso.


Lucius al oírlo se volvió hacia Severus sin poder ocultar su sorpresa.


—Abriré las ventanas de arriba —dijo Harry y se precipitó escalera arriba.


Lucius le dio una rápida mirada y se volvió a Severus otra vez.


—Así que ya duerme en tu cama… y yo que te había dado un par de meses… eres un maestro, me inclinó ante tu talento —dijo Lucius, haciendo una marcada reverencia.

—No seas idiota, no es lo que tú pervertida mente piensa, estábamos viendo la televisión y… bueno luego no quiso marcharse —explicó Severus.

—Hmm… entiendo, ya me imagino lo triste que estabas tú por eso.

—Tan gracioso como siempre —dijo Severus con tono agrio.

—¡¡Lucius!! Ven a mirar desde aquí… te gustará esto tiene una vista espectacular que te hará cambiar de opinión —dijo Harry desde el segundo piso.


Lucius sonrió y se dirigió a la escalera, al pasar junto a Severus le palmeó la espalda.


—Espero que tengas la fuerza suficiente como para vivir con un chico tan lleno de energía —dijo el rubio por lo bajo.

—La tengo, no te preocupes.


Severus no dudaba de su energía ni de su paciencia; en realidad eran otras cosas las que temía, le preocupaba muchísimo el como manejar la cercanía de Harry, todavía se revolvía algo dentro de él al recordar que el chico lo había visto totalmente desnudo. Si Harry no le hubiese despertado algún tipo de sentimiento a él le daría lo mismo aquella intimidad, pero el asunto se complicaba precisamente porque no le era indiferente, la juventud e inexperiencia del muchacho le llenaban de ternura, pero también de otras sensaciones que no recordaba haber vivido antes. Temblores, revoloteos en el estómago, latidos acelerados, estremecimientos, sensaciones terribles, pero maravillosas al mismo tiempo.


Después de un rato Lucius bajó seguido por Harry desde el segundo piso.


—Sev… podremos acostarnos fuera y mirar las estrellas… dijo Lucius que lo hacían cuando estaban en el internado.

—Sí, es cierto, sin duda que fue hace mucho —dijo Severus.

—Estoy seguro que te gustará mirar las estrellas con Harry —dijo Lucius, guiñándole un ojo a Severus mientras éste le miraba de forma recriminatoria.

—Harry… quieres que vayamos ya comer algo —preguntó Severus.

—Si, genial ya tengo hambre —dijo el chico mientras se masajeaba el estómago.

—Aquí cerca hay un Starbucks y tienen buenas pizzas —dijo Severus, mirando a Lucius —, supongo que vendrás con nosotros.

—¿No molestaré? Quizá prefieran la intimidad —dijo Lucius sin dejar de sonreír.

—No digas tonterías, Harry y yo tenemos ya toda la intimidad que necesitamos, no nos hace falta más.

—Eso nunca se sabe —dijo Lucius —, no creo que sea bueno que estén siempre rodeados de extraños.

—No eres extraño… aunque a veces prefería no haberte conocido —dijo Severus moviendo la cabeza en señal de impaciencia.


Lucius sonrió medio de lado y miró a Harry que también sonreía.


—No le creas Harry, en el fondo está loco por mí… aunque no quiera reconocerlo, aunque creo que ahora serás mi rival por el amor de este hombre —dijo Lucius en tono de broma.

—¡¡Lucius!! Ya basta… que pensará Harry.


Lucius se encogió de hombros y rió de buena gana.


—Sólo voy a pensar una cosa Sev… que eres un hombre muy afortunado por tener un amigo como Lucius —dijo Harry alegre.

—Vamos a comer sí, que yo también tengo hambre —dijo Severus.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Salieron del apartamento y caminaron con toda tranquilidad por la calle, Harry miraba maravillado el lugar, tenían frente a ellos un hermoso parque, el sector no podía ser mejor, estaba seguro que hasta Lucius terminaría aceptando que había sido una gran elección la de quedarse en ese apartamento. Animados como iban naturalmente no se percataron de que desde la acera de enfrente eran observados por dos hombres en un automóvil de color gris, que los siguieron con la mirada hasta que les vieron doblar la esquina.


—Ahora recuerdo a ese Snape, iba a todas partes con Lily cuando ella y James aún no se casaban —dijo Sirius.

—¿Y crees que él te recuerde? —preguntó Remus.

—No lo creo, aunque podría ser… después de todo yo era amigo de James y fui el padrino de su boda.

—Han pasado mucho años, es posible que no se acuerde, además cuando ellos murieron ese hombre no estaba en el país y como Harry fue entregado a su tía, supongo que se olvidó del asunto.

—Yo diría que no era tan buen amigo después de todo, parece que ni siquiera se preocupó de saber que había pasado con el asesinato de su amiga.

—¿Crees que le haya dicho a Harry que sus padres fueron asesinados?

—Tal vez, en todo caso si lo hizo eso nos complicará las cosas —dijo Sirius.

—No veo porque.

—Remus… que tal si se lo ha dicho y el muchacho quiere investigar el asunto, no tardará en dar con mi nombre.

—¿Y qué más podemos hacer? Nada Sirius, sólo podemos esperar… sólo faltan tres semanas para el cumpleaños de Harry, estoy seguro que a partir de ese momento es cuando más atentos debemos estar —dijo el hombre de ojos dorados.

—A veces creo que sólo perdemos el tiempo, todo este asunto de la herencia…

—No empieces otra vez con lo mismo, trabajé e invertí tiempo y dinero para poder sacarte de la cárcel, no lo hice por nada Sirius, quiero recibir mi recompensa.

—Lo das todo por sentado Remus, algo podría salir mal y…

—Te he pedido que confíes en mí, sé lo que hago, no dejaré que se quede con la herencia del chico, eso sería demasiado, no podemos permitirlo.

—Es cierto, todo lo que hizo fue por el dinero, y no es justo —dijo Sirius.

—Por eso te digo que no podemos rendirnos.


Los dos hombres guardaron silencio por un rato, cada uno absorto en su pensamientos.


—¿Quién sería el otro hombre que estaba con ellos? —preguntó el hombre de ojos dorados recordando al rubio elegante y atractivo que estaba con Harry y Severus.

—Ya me había parecido extraño que no te hubiese fijado en él.

—No soy ciego Sirius.

—No, no lo eres, sobretodo cuando vez a un tipo atractivo que además tiene aspecto de tener muchos miles en el banco.


Remus sonrió.


—Ese hombre llamaría mi atención aunque fuese un pobre miserable.

—Ni lo pienses Remus… hay cosas más importantes de las que ocuparse.

—No he dicho nada… sólo dije que era atractivo, además el mirar a nadie le hace daño… tú miras mucho a mi secretaria.

—¿¡Hermione!? Eso no es cierto… es sólo una muchachita y yo…

—Y está loca por ti… o me vas a decir que no te has dado cuenta de eso.

—No estoy para romances… además que va conseguir con un ex presidiario.

—Si dices eso es porque también te atrae, no lo niegues.

—Sí me gusta, pero no es suficiente.

—Ya es un avance.

—Bueno si todo lo que nos proponemos resulta, tal vez intente algo más con ella.

—Todo saldrá bien ya lo verás… pronto las cosas para nosotros irán mucho mejor.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Por la tarde luego de despedirse de Lucius a la salida del Starbucks, Harry y Severus caminaron tranquilamente para regresar al apartamento, al doblar la esquina el chico observó que había un camión frente al puerta, unos hombres con uniforme color azul entraban a la casa muebles. El chico miró confundido a Severus que sonrió. Al llegar frente a la puerta vio que metían dentro una cama muy amplia.


—Buenos días señor Snape —saludó el muchacho que estaba a cargo.

—Hola Joe ¿Cómo está tu madre? —preguntó Severus al muchacho que parecía ser sólo unos años mayor que Harry.

—Mucho mejor, la operación fue un éxito.

—Me alegro por eso… Joe te presento a Harry…

—Mucho gusto.

—Hola —dijo Harry sonriéndole al muchacho.

—La señorita Jones me envió.

—Sí lo sé… dale las gracias de mi parte, cumplió su palabra de traerme muebles si rentaba la casa —dijo Severus.


Harry miró a Severus sorprendido.


—¡Entonces ya sabías que no dormiríamos en el piso! —exclamó Harry.

—Sí ya lo sabía, la verdad quería ver como reaccionarías tú al ver el apartamento.

—Mi idea de la tienda era buena —dijo Harry sonriendo.

—Estoy de acuerdo, tal vez compremos una y podamos instalarla de todas formas.


Harry sonrió feliz y abrazó a Severus por darle aquella sorpresa.


—Realmente eres genial, soy muy afortunado de que estés conmigo.


Desde la esquina de la calle a una distancia considerable eran observados por dos hombres desde un automóvil.


—Así que ese es el mocoso —dijo un hombre de aspecto descuidado.

—Sí, es él… es imposible equivocarse… es igual a James —dijo el otro hombre.

—Se me revuelve el estómago cada vez que dices ese nombre… lo haces con una devoción que me enferma… no puedo creer que después de tantos años aún sientas lo mismo.

—Eso no te importa… lo que yo sienta es mi problema, tú estás en esto sólo por dinero.

—Claro… por qué más iba a estar… no soy tan patético como tú.


El hombre de ojos oscuros no hizo caso del comentario de su compañero, y clavó sus ojos pequeños en dirección de donde aún el chico y el hombre mayor estaban observando como los hombres de la mudanza seguían en su tarea.


Hasta el momento había tenido muy claro sus planes, pero ahora después de ver al muchacho una punzada le oprimía el corazón, era tan igual al padre, por lo menos desde lejos lo era, observó con atención cada movimiento del chico, no había duda de que era hijo de James, los mismos gestos, la misma forma de moverse, inclusive estuvo seguro de que si lo observaba de cerca la risa sería igual. Quizá ese parecido era una señal, una segunda oportunidad para él, no renunciaría al dinero que era lo que le importaba y por lo que había hecho sus planes, quizá sólo variara la forma en que lo obtendría, podía dar un golpe maestro y obtenerlo todo, el muchacho y el dinero, sólo era cuestión de paciencia, en tres semanas el chico sería mayor, entonces él actuaría.  

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