¿A dónde nos lleva la vida?
Noto sus labios sobre los míos, a modo de respuesta a mí pregunta, y no puedo ni responderle, simplemente, todo se borra a mi alrededor, todo pierde su consistencia de realidad y se difumina como si se tratase de un cuadro pintado con tinta en el cual se ha derramado agua, desdibujándolo todo…
Pero despierto de mi ensueño cuando notó que nuestros labios pierden el contacto y que Mello ya no está, la puerta todavía se balancea…se ha ido…
Me quedo estático durante unos segundos…
¿Qué ha sido esto?
¿Qué diantre ha pasado?
La verdad, no lo sé, pero no es momento de pensarlo siquiera, hay algo que debo hacer, debo ir a buscarlo…Sé que dejar marchar a Mello significa no verlo en mucho tiempo y no soportaría eso.
Subo a mi moto y sin más preámbulos pongo el motor en marcha, abalanzándome sobre la carretera, furiosamente.
Contemplo el cielo, esta encapotado, como presagiando tormenta, el viento de en mi cara…Siento la bendita adrenalina y libertad de la velocidad.
No me preocupo por el coche de policía que me sigue por mi temeridad conduciendo, hoy no tengo tiempo de pararme, he de encontrar a Mello…Lo tengo que ver…
Sus labios sabían a dulce…a chocolate…Ah…que delicia…
Sé que parezco un depravado pensando esto, pero…¿Qué le puedo hacer? Realmente, yo…
Sé a dónde debo ir, instintivamente, a esa estación en la cual lo fui a buscar aquella vez…se que irá hasta allí, está lejos.
Se irá lejos como siempre, pero esta vez, yo estaré allí para detenerlo, ya sé todo lo mismo, si es esto un juego de los suyos lo sabré atener, comos siempre, cumplo todos sus caprichos.
Llego sin aliento, corrompido por la velocidad y mi cuenta quilómetros echo papilla, y como una aparición lo veo caminar, aproximándose a donde yo estoy.
-¿Qué soy?-lo oigo decirse para sí mismo.
Sonrío, se que debo decir, lo que clama mi corazón.
-La persona a la que amo.
Abre los ojos de par en par, la tableta de chocolate que sostiene entre sus manos cae al suelo y se parte en mil pedazos, realmente, lo he sorprendido con mi presencia.
Seguro que ahora debe de estar preguntándose como lo he logrado encontrar.
Lo miro de arriba abajo, regalándome la vista con su figura.
Nuestros ojos se encuentran, y yo me pierdo en los suyos…dos retazos de cielo sin fin…
No espero más, lo necesito, necesito besarlo y hundirme en su boca, lo beso, lo beso apasionadamente y lo retengo entre mis brazos con todo mí ser, con toda mi alma.
Le ofrezco mi lengua y toda mi boca, para juegue con ella si gusta de ello, ya no hay vuelta atrás, y entonces caigo que esta escena en la cual somos protagonistas me suena de alguna película de amor barata.
Si, aquí en una estación enorme, en el centro de ella, aunque estemos rodeados por una multitud apabullante la realidad se extingue dejando a esta como simples sombras inconcisas.
Noto como el se amarra con fuerza a mí…correspondiendo el beso…Ah…Mihael…
Una vez nos separamos, lo miro nuevamente a los ojos, embelesado por su expresión y al mismo tiempo un tanto avergonzado, puedo notar un fuerte rubor subir a mis mejillas. Esto solo lo logras tú, Mello.
-¿Cómo has llegado hasta aquí Mail?-Me pregunta curioso.
-En moto.-le respondo simplemente, no hay más que decir.
-¿Y cuántas multas te han puesto? –me pregunta con esa sonrisa tan hipnotizante que conjura sobre sus labios a veces, dios mío, como me logra turbar con ella.
-No me han conseguido pillar, aún. Ya sabes…que iría al infierno por ti.-bajó la cabeza de nuevo esa sonrisa fugaz a podido con mi integridad.
-Mail…no quiero que pienses que…-empieza él, súbitamente serio.
-Ya sé que esto es un juego Mello, solo eso, no te preocupes por mí, sabré aguantar lo que me hagas, soy así.-le digo intentando parecer despreocupado.¿Qué le puedo decir? Esto me duele, pero sé que es así.
Lo miro intentando aguantarme las ganas de sollozar, me duele la garganta…Pero extrañamente el sonríe nuevamente, y eso me deja pasmado.
.
-No es un juego Mail…esto ha ido demasiado lejos, demasiado.-le oigo decir… Parpadeo sorprendido.¿Qué acaba de decir…no puede ser que…? Y antes de que logre plantear siquiera una hipótesis para responder a esta pregunta el me abraza…¡Me abraza! Dios mío…Y me besa…noto sus labios sobre los míos, y me besa y me vuelve a besar…Creo que esto es un sueño…Dios mío como besa…Me está devorando los labios…
No aguanto más. Yo también ansío sus labios…y no se imagina que los ansío desde hace mucho más tiempo que él, lo puedo jurar. Se que nos estamos besando muy salvajemente y estamos violentando a más de un curioso pero creo que ninguno de los dos se quiere separar y a mí, si a Mello le da igual joder a la gente a mí también.
Pierdo la percepción del tiempo, el momento se hace eterno, ya no sé ni lo que llevamos así, enroscándonos el uno en el otro con desesperación. Me falta el aire…y he de separarme de él, pero no quiero…me da lo mismo morir ahogado si es en sus labios.
Finalmente, y tras equix minutos devorándonos mutuamente, le propongo salir a fuera.
Subimos en la moto.
Me agarra por la cintura…Noto un escalofrío…
Llueve.
Pero es como si el frío del exterior, no nos alcanzase. Mientras voy por la carretera siento como se apoya en mi espalda, sonrío como un estúpido enamorado…
Al fin llegamos al apartamento.
Al bajarme de la moto me pongo delante suyo, intento parecer seguro de mí mismo mi mano se dirige a su rostro y repaso el contorno de si cara con mis manos, le acaricio la mejilla preso de su encanto. Llueve…sigue lloviendo a cántaros…
Sus ojos se tallan en la cortina de lluvia que nos une y separa al mismo tiempo.
La lluvia no me afecta, aunque llueva a lo bestia, está diluviando.
Sus ojos de lluvia me miran, me observan me siento como cobijado de la lluvia y las inclemencias del tiempo cuando lo miro.
Cuando entramos dentro de casa le paso una toalla, está empapado, eso no es bueno, se puede resfriar.
Lo repaso con la mirada…respiro dificultosamente, mi alma arde y nubla mi razón. Me aproximo, no mediamos palabra alguna…estamos medio húmedos por la lluvia, y al mismo tiempo empapados de sentimientos.
No sé ni lo que hago… mis manos se mueven solas…lo empiezo a desvestir…lentamente…al bajarle la camisa le beso el hombro, el me besa la frente, paso mi lengua por su pecho, y el, en respuesta aspira el aroma de mis húmedos cabellos por la lluvia.
¿A dónde nos lleva la vida?
Una pregunta que resuena en mi mente…
Me lleva hasta ti…para siempre…Mihael…
Rainy eyes.