Eran las dos y media de la madrugada. Justo había terminado el informe sobre los posibles movimientos de lo que quedaba del grupo de Hao. A pesar de que había avanzado en el poder de la radiestesia, no conseguía terminar de localizarles a todos, pero había oido algunos rumores sobre ellos.
Morphin ya empezaba a darme la lata con que debía ir a dormir, aunque tenía razón. En las ultimas noches había dormido mal…sería por los informes? ¿Por Hao?.....¿o por otro motivo? Cogí la foto que tenia sobre el escritorio, una foto de todos juntos en el torneo. Allí estaba el, en medio de todos, sonriendo como de costumbre, como si no pareciera darle importancia a los problemas….
-Yoh….- dije al contemplarla. Algo me sucedía al verle, era una sensación agradable, pero que al pensar en la distancia que nos separaba, me angustiaba. Había sido buena idea volver a Londres? Me dieron la oportunidad de ir con ellos, y la rechacé. Pero…ahora tenía un motivo para volver.
Si, la excusa de una simple visita era perfecta. Me fui a dormir, al día siguiente lo arreglaría todo para ir hacia allí. Al día siguiente me desperté con muchas ganas de viajar. Fui a la oficina de viajes, a reservar uno. El dinero no era problema, puesto que tenía bastante de la herencia y de los trabajos que había conseguido hacer. Morphin también estaba muy contenta de poder ir a verles, después de todo, ella también era su amiga.
Partimos al cabo de dos días, y tardamos lo suyo en llegar, puesto que estaba algo lejos….bueno, el tema distancias nunca se me dio bien. Al llegar me sentía muy nervioso: por fin iba a verle de nuevo, pero esta vez con otros ojos, con otros sentimientos. Me paré un instante: ¿El me los iba a corresponder? ¿Estaría de acuerdo con ellos? Ya llegados a este punto era algo que me preocupaba más bien poco. No sabía porque, pero la necesidad de tenerle era mas fuerte que mi usual amabilidad…pero bueno, no podía volver atrás, así que empecé a ir andando hasta la parada de taxis, donde cogí uno que me dejó enfrente la puerta de su casa.
Con muchos nervios, avancé a través del patio delantero, y piqué a la puerta. Para mi desesperación respondió Anna.
-Vaya, hola mmmm….cual era tu nombre?- preguntó con cara de extrañada
-Lyserg….Lyserg Dyetel…- respondí con cara de abatido. Sabía que lo hacía por chincharme, pero no podía hacer nada contra ella, pese a que era mi obstáculo en el camino a conseguir mi propósito.
-¡Ah si! Ahora me acuerdo de ti-dijo con desgana – has venido a ver a Yoh, verdad?-
-s…si- le respondi algo molesto- esta en casa?
-si, vamos pasa, no te quedes en la entrada- dijo con una medio sonrisa. Supongo que esa era su forma de ser….”amable”.
Me guió a través del pasillo hasta el salón. He de decir que su casa es bastante grande. Abrió la puerta del salón, y allí estaba el, sentado en el suelo, con los auriculares puestos, escuchando música, ajeno a todo lo que le rodeaba.
-Ha venido Lyse….- al ver que no le hacia ni caso, fue hacia el y le propinó un golpe en la cabeza.
-¡Ay! ¡¿ Por qué me pegas ahora, Anna?!
-Ha venido tu amigo Lyserg, a visitarte- respondió para luego sentarse de nuevo a mirar la televisión mientras se atraganta….se comía sus galletas…
-¡Vaya, hola Lyserg!- respondió con una de sus sonrisas. No pude evitar un leve sonrojo, que rápidamente escondí.
Al poco estábamos sentados en el pasillo que da al patio trasero. El como siempre mirando al cielo, con esa sonrisa de despreocupación tan característica en él. Estuvimos hablando un buen rato, sobre lo que yo estaba haciendo actualmente en Londres, y demás. Pero lo que yo quería era confesarle lo que sentía. Me tranquilicé lo que pude,y me dirigí a él:
-e…esto…Yoh…- le dije sonrojado.
-¿Si? Dime ^^- Dijo, mirándome
-Pues veras…yo…- En ese instante, un chico de pelo azul irrumpió en el patio trasero, gritando como un loco.
-¡Loro Loro!- dijo Yoh al verle.
-¡Es Horo Horo! ¡A ver si te lo aprendes! Contestó algo molesto
Horo Horo me saludó. Yo le saludé desganado, me había quitado una oportunidad. Aunque, bien pensado….quizás aquel lugar no era el mas idóneo con la bruja de Anna paseándose por la casa. Tenia que pillarle en otro lugar, mas apartado…. La noche era un buen momento, aunque debía escoger una que fuera propicia para ello. Pero antes debía librarme de aquel tipo peliazul, fuera como fuera.
La tarde pasó con más o menos tranquilidad. Yo no cesaba de mirar a Yoh, como reía de casi todo. Cada vez tenía mas ganas de tenerlo solo para mi, de estar con él sin que nadie se interpusiera. Llegó la hora de irse a dormir. Como Horo Horo también se quedó a dormir, y quería un cuarto para el solo, me quedé (para mi alegría) en el mismo cuarto que Yoh. No pasó mucho hasta que todos estuvieran dormidos, incluido él. Yo no podía dormirme, el corazón me latía a mil por hora. Me acerqué a el, a gatas, y miré si estaba dormido.
Estuve un buen rato comprobándolo. Vi que ni siquiera Morphin estaba conmigo. Se había quedado con el espíritu de Horo Horo. Mire a Yoh de nuevo, el cual dormía boqui arriba, despreocupado. Me acerqué lentamente a su cara, no se por qué hice algo asi. Poco a poco iba notando mas su respiración, hasta que no pude evitar un tímido roce de labios.
Me puse nerviosisimo, pero en lugar de separarme, lo continué. Me sentía muy bien, y me daba igual que el no lo sintiera. Mi mano, la cual estaba apoyada en su futón, paso a estar por encima de su pecho, semi destapado, el cual empecé a acariciar. Creo que fue justamente aquel instante, al verle con otros ojos, unos ojos carentes de inocencia, cuando empezó mi obsesión por quedarmelo solo para mí.
Continuará….