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Muerte súbita por Paz

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Notas del fanfic:

 

Hanamichi despierta en un lugar irreconocible para sus sentidos, lugar que le sobresalta sin comprender las razones de ese temor, sin embargo no está solo, alguien más esta allí y juntos hacen un inquietante descubrimiento.... están en un sitio donde nunca pensaron encontrarse y menos aún bajo esa circunstancia. (Resumen inicial)

Toda la tarde y madrugada de ayer intentando subir este fic, sin comprender porque no lo admitía el programa, sabía que era el resumen el que no entraba, pero no comprendía que se debía, una noche de sueño y creí saberlo. Era demasiado largo, así pues lo acorté y volveré a intentarlo.

No me es posible concentrarme en los fics que tengo pendientes, lo intento, pero no consigo continuarlos, os ruego que me tengáis paciencia. Aquí tenéis una nueva historia.

Notas del capitulo: La letra en cursiva se refiere a Sakuragi y a su acompañante, la negrita al mundo real.
 

Muerte súbita

 

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

By Paz

Capítulo Único

 

Se estremece. Al principio no comprende como es posible que ese frío penetre tan profundamente hasta sus huesos. Al momento acaba dándose cuenta que permanece acostado sobre una plancha metálica y que la falta de indumentaria hace que sienta como si su cuerpo estuviera paralizado contra esa gélida superficie. Se incorpora a medias, al mismo tiempo que su mirada perpleja intenta penetrar tras la lúgubre oscuridad para comprender donde se encuentra y más aún para saber como ha llegado a ese lugar oscuro y frío.

La oscuridad es completa, ni un minúsculo rayo de luz se percibe, lo que le da la certeza que no hay ninguna ventana o resquicio que pueda llevarle al exterior, fuera de allí.

Se inquieta al no saber como a llegado a ese inhóspito lugar, ni quienes han sido tan desalmados para encerrarle en ese lugar, sin ninguna ropa para cubrirse, despojándole de sus vestimentas y dejándole en ese gélido lugar.

Sus ojos se van acostumbrando a esa tétrica oscuridad y cree distinguir una hilera de bultos cubiertos por una tela blanca que destaca en ese oscuro lugar. Y ese zumbido que no cesa, como si estuviera en marcha un ventilador.

Fija la mirada en ellos intentando identificar de que se trata, se mueve hacia ellos, más de pronto, un escalofrío le recorre, es consciente que no es debido al frío, es algo más intenso, más profundo, como una advertencia a lo que podía encontrar, un  terror sutil le invade. Sus pies quedaron inmovilizados, negándose a dar un paso más, sus dientes castañean debido al terror que le recorre, al mismo tiempo que por su espalda se desliza una escalofriante sensación de frío.

Nunca había sido un cobarde, se había enfrentado con valor a cualquier situación, pero aquello le superaba.

Solo cuando su mente dio la orden de retroceder fue capaz de moverse.

Por primera vez en su vida tuvo miedo y se alejó todo lo más que pudo de aquellos bultos que le asustaban, no tardo en saber que la causa de su miedo tenía una razón más profunda, más intensa, entonces solo pudo reaccionar de una sola manera, inquietante y desconcertante: llorar con desconsuelo.

**********

Despertó debido al desgarrador llanto que sonaba en alguna parte próxima adonde él se encontraba. Se estremeció debido al frío que sentía, medio se incorporó y solo entonces se dio cuenta que sus pies no tocaban el piso, que su cuerpo se elevaba por encima del suyo propio que reposaba bajo un lienzo blanco, no necesitaba ser excesivamente listo para comprender donde se encontraba, en su mente aún quedaban retazos de sus últimos instantes de vida, pero por encima de todo eso, lo que más recordaba era el dolor que sintió al ver como él, el chico que amaba se moría en sus brazos, y la certidumbre que él mismo no tardaría en hacerlo acompañándole en ese doloroso trance, no por morir, sino por los años venideros que van a perder de vivir juntos, justo cuando habían comprendido que se amaban. Pensó que una vez más las circunstancias se mostraban injustas con ellos.

El llanto continuaba y le llevó a indagar de donde provenía.

Se elevó y miró. Aunque la oscuridad era completa, sus ojos como si estuvieran acostumbrados a esa penumbra vieron el origen de ese angustioso lamento. Estaba acurrucado en lo alto de la sala, próximo al techo y encogido sobre si mismo, como si estuviera en cuclillas, su frente reposaba sobre sus rodillas, cuyas piernas permanecían dobladas, los brazos rodeaban su cabeza, como buscando donde ocultarse.

Un sentimiento de gratitud hubo en su corazón hacia aquel que había dirigido sus destinos, de alguna manera les permitían seguir juntos, se acercó a él que no dejaba de sollozar y su mano se estiró hacia su cabellera rojiza, apenas si había alcanzado a tocarle, más al instante, la cabeza se alzó y unos ojos vidriosos por el llanto se fijo en él.

-Rukawa? -Preguntó con incredulidad- Eres tú?

-Si... -se le hizo extraño que no le llamara por su nombre.

-Dónde estamos? -inquirió pasando el dorso de su mano por delante de sus ojos, sin sentirse avergonzado porque él le hubiera visto en esas condiciones de debilidad.

-No lo sabes? -preguntó a su vez, un tanto sorprendido.

-No... -movió su cabeza al mismo tiempo negando.

Rukawa no tuvo tiempo en buscar una respuesta para su amado, como decirle que estaba muerto sin que ese llanto volviera a perturbar la aparenta tranquilidad que mostraba Hanamichi, su llanto había cesado apenas le vió.

Se escucha un chirrido, como si una puerta metálica fuera abierta, de hecho así fue, de pronto, una luz blanca, cegadora por su resplandor disipó a su alrededor las tinieblas permitiéndoles ver con exactitud donde se encontraban.

La habitación era aséptica, paredes cubiertas con azulejos blancos y brillantes, una enorme sala y que parecía vacía, excepto por su contenido, una de las paredes estaba cubierta por completo con un congelador de acero inoxidable que mostraba diversas puertecillas con su correspondiente etiqueta, delante, apenas había espacio para moverse entre ellas tres filas de camillas metálicas, todas ellas ocupadas, sin embargo no se podía ver los bultos que contenían, excepto dos de ellos, cuyos pies asomaban por debajo de la tela y que les permitió saber que había bajo aquellos paños.

Un escalofrió le recorrió al ver los dos hombres que con batas blancas entraron en la habitación.

 

-Hoy tenemos jornada intensiva -dijo el más joven de ellos- Ogata-san esta trabajando a un ritmo trepidante, ha diseccionado tres cuerpos en menos de una hora. A quién le toca esta vez? -preguntó de manera irrespetuosa hacia los cadáveres que inmóviles esperaban bajo las sábanas que les cubrían.

Su compañero consultó el block donde figuraba el nombre de los cadáveres que esa mañana iban a hacerles la autopsia.

-Sakuragi Hanamichi..., después Rukawa Kaede.

 

Estaban en la morgue, dentro de una habitación preparada para contener los cuerpos sin vida que allí iban a ser diseccionados tal como había mencionado ese hombre.

Hanamichi al oír su nombre dejo escapar un gemido de incredulidad, él no, no podía ser cierto, estaban equivocados, no podía haber muerto. No podían estar muertos se dijo a si mismo.

 

Un temblor sacudió los músculos de su mano. Como si una brisa helada le rozara. Nunca antes había sentido algo así, miró a su alrededor, como si buscara la causa que había provocado esa extraña impresión. Todo continuaba igual que una hora antes, cuando fueron a retirar otro cadáver. Todo estaba correcto, la sensación que había alguien más en aquella habitación, alguien vivo y no esos tristes cuerpos cuyo destino final, de algunos de ellos, era acabar en manos de estudiantes tan irrespetuosos como su compañero le acompañó por unos segundos.

Su compañero estaba levantando apenas un extremo de la sábana, aquella parte que cubría los pies de los cadáveres, mirando una a una las diversas etiquetas que identificaban los cuerpos.

-Es este... -comentó separando la camilla metálica de la larga hilera para transportarla hacia el exterior, chocando al mismo tiempo contra otra camilla y desbaratando la ordenada hilera.

-Se ve que era un tipo alto... -murmuró calmado el temblor de sus manos, al fijarse que los pies asomaban fuera de la tela que cubría el resto del cuerpo. Al tiempo que se apresuraba a restablecer el orden.

-Aha... ese otro también... -asintió señalando hacia su izquierda sin molestarse en volver el rostro.

Estiró la mano para enderezar la etiqueta y poder leer su contenido.

-Sakuragi Hanamichi, dieciséis años, causa de la muerte desconocida. -Llevado por un interés que no era normal se acercó al otro cuerpo y leyó en alto- Rukawa Kaede, dieciséis años, causa de la muerte desconocida. ¡¡Kamisama, eran apenas unos niños!!! -Se estremeció como si una corriente de aire frío pasara a su lado- Es raro, esos nombres me resultan conocidos, pero no consigo ubicarlos.

-Para mi son desconocidos... -y salieron de la habitación, arrastrando la camilla por cada extremo.

La oscuridad volvió a dominar el interior de la sala.

**********

 

-Estamos muertos? -gimió Hanamichi con un tono de incredulidad en su voz al oír mencionar su nombre.

-Si...

Solo entonces fue consciente de la levedad de su cuerpo. Sus pies no tocaban el piso, en realidad, estaba flotando en el aire con total naturalidad.

-Qué... que nos ha pasado? -inquirió perplejo volviendo a realizar una segunda pasada junto al chico que leía sus nombres. Se había fijado que sus etiquetas sobre las batas especificaban que eran estudiantes de medicina.

-No lo recuerdas? -preguntó a su vez.

-Vagamente..., no consigo ubicarme en... ese momento -su rostro tomó un cariz pensativo, finalmente sacudió la cabeza- Qué fue lo último que hice? -se preguntó en alto.

-Estábamos en casa de Akagi...

-Es nuestro capitán... -dijo jubiloso al recordar ese detalle.

-Era... -dijo Rukawa imperturbable.

-Bueno... si... era... -aceptó su rectificación- Era su cumpleaños...¡¡¡Lo recuerdo!!! -exclamó con jubilo, al instante su rostro se ensombreció- Pero... pero, cómo hemos muerto?

-Podemos salir y enterarnos...

-Salir?

-Esos tipos te llevaban para hacerte la autopsia, a través de ellos podemos enterarnos que sucedió.

Hanamichi se estremeció ante la idea de ver su cuerpo rajado con todos sus intestinos a la vista. Expuesto a la mirada de un... ¿cómo era que se llamaban? Se preguntó mentalmente.

-Forense...-le informó Rukawa.

-Eso... -respondió sin caer en la cuenta que no había formulado la pregunta en voz alta- Ve tú y luego me lo cuentas -no se cuestionó como iba a conseguirlo.

-Tienes miedo... -le provocó.

-No es cierto... -negó con excesiva rapidez.

-Entonces, vamos... -y antes que pudiera rebatirle, le agarró de la mano y tiró de él hacia la pared más próxima.

Hanamichi sintió como un hormigueo, una extraña sensación que no supo que la provocaba porque el contacto de sus manos apenas si se percibía, en cambio la emoción que sentía era muy intensa. No tuvo tiempo de explicarse a si mismo lo que experimentaba porque, al instante, se dio contra el muro, cerró los ojos esperando golpearse contra la pared, no fue así, su cuerpo etéreo lo atravesó como si él también formara parte de la misma materia sólida de la que estaba formada. Se le hizo raro ver, fue apenas unos segundos, la mitad del cuerpo de Rukawa dentro de la pared, dándole la sensación que estaba adherido al muro.

Nuevamente, el resplandor luminoso del pasillo le obligó a bajar los parpados unos minutos debido a la potente luz de los focos de luz del techo en el pasillo donde ambos habían desembocado.

Se dejo llevar por Rukawa, cuya cabeza se introducía a través de las diversas puertas atisbando lo que pasaba del otro lado. Solo en una de ellas se entretuvo más tiempo.

-Es ahí? -preguntó inquieto, la quietud de Rukawa era preocupante.

Rukawa se apartó de la puerta y asintió. Ya no se sentía tan seguro, después de ver el interior de esa habitación, ahora lamentaba haber provocado al pelirrojo, no deseaba sobresaltarle más de lo que ya estaba.

-Puedes quedarte aquí, esperando.... -murmuró- Te diré lo que se hable.

-¡Baka!... -su tono de voz sonó amistosa- ahora no me volveré atrás. Vamos, lo que vea ya no puede impresionarme. -dijo seguro de si mismo.

Con decisión traspasó la madera de la puerta, llevando casi a la rastra a Rukawa, tal como instantes antes había hecho con él, quien también trastabilló en el aire por el que ambos se desplazaban.

Hanamichi no estaba preparado para lo que vió, su cuerpo extendido sobre una mesa metálica, abierto en canal. El bisturí había cortado por encima de sus tetillas hasta unirse en una sola línea que bajaba hasta su pubis, dejando así su caja torácica abierta con sus órganos a la vista y el revoltijo de sus intestinos. Sus costillas estaban partidas dejando sus órganos internos a la expectante mirada del forense, quien con profesionalidad iba extrayéndolos a medida que iba examinándolos cuidadosamente y cortando un par de tajadas de cada uno de ellos y disponiéndolos el lugar adecuado después de echarles por encima un líquido para luego guardarlas en un refrigerador. Al mismo tiempo que hablando al micrófono explicando lo que estaba haciendo, observó que el mismo estaba situado por encima de su cuerpo así se enteró que esas muestras iban a ser analizadas para determinar que había causado su muerte, el resto de sus órganos iba depositándolos en el hueco correspondiente dentro de él, como si nunca antes hubieran sido extraídos.  

Así vió como sus pulmones eran separados de su cuerpo, dejando su corazón a la vista, también su hígado y estomago, fueron sacados, este último fue abierto dejando a la vista su contenido y enumerando todo lo que encontraba, se fijo como estudiaba con atención todo lo que iba hallando, como escarbaba entre aquellos restos semi digeridos como si pudiera encontrar allí algún tesoro. Su interés se intensifico aún más y su voz seguía escuchándose monocorde.

Oírle analizar su contenido e ir constatando cada cosa que encontraba el forense conseguía producirle un estado de desasosiego continuo, aún cuando muchos de aquellos términos no comprendía, y de pronto, una sola palabra le ocasionó una sacudida, al mirar a Rukawa le vió tan conmocionado como él.  Ambos se quedaron aturdidos durante unos segundos.

 

-Envenenamiento.

-Esta seguro? -preguntó un hombre que en todo momento se había mantenido aparte, esperando, con una muestra de respeto y dignidad hacia el cuerpo que allí se exponía.

-Puede acercarse a ver -se hizo a un lado mientras preparaba las muestras que iba a enviar al laboratorio de patología para un examen más exhaustivo- Toxicología nos dirá que veneno se ha utilizado, extraoficialmente me inclino por estricnina, - comentaba mientras cortaba y fijaba vísceras y órganos para su posterior estudio.

-Cuándo tendré el informe? -preguntó sin hacer intención de aproximarse.

-Aún me falta comparar los resultados con el otro cadáver. Pero no tengo dudas, será el mismo veneno. Mañana a primera hora tendrá mi informe preliminar de los dos. Dentro de cuatro semanas me devolverán los resultados del laboratorio.

-Gracias... -se dirigió hacia la puerta para salir de la sala. Se detuvo- Cree que pudo ser un suicidio conjunto?

-Yo solo puedo decir lo que sus vísceras me cuentan, eso tendrá que investigarlo usted. Es un toxico resistente a la putrefacción, pero no se puede precisar cuánto tiempo después de la muerte se encuentra en las vísceras.

Asintió saliendo de la sala.

El médico forense se ocupa de los casos de muerte repentina, súbita, violenta o traumática. Aquel caso era insólito en si mismo, dos jóvenes que aparecen en la casa de uno de ellos, muertos, sin signos aparentes de violencia. La investigación que estaba llevando a cabo, le había llevado hasta aquella sala de autopsias, ahora escuchando al patólogo comprendía que estaba ante un caso de muerte por envenenamiento, si el otro joven había muerto en iguales circunstancias y todo señalaba que así debía ser estaba ante un caso de asesinato premeditado, la mecánica de sus investigaciones tomaban un cariz inusitado. Tenía que entrevistarse con todos los conocidos, y enterarse como habían transcurrido sus últimas horas de vida.

Con esos pensamientos, salió del edificio de la morgue y se dirigió hacia el coche oficial que le esperaba, sentado en el capot esperaba su ayudante Sasaki-san, quien a pesar de llevar diez años viendo cadáveres, no se podía acostumbrar a entrar en la morgue.

-Qué hay?

-Por el momento tenemos un posible caso de asesinato entre las manos..., aún no se ha realizado la segunda autopsia, por lo que solo sabemos que uno de los jóvenes presenta rastros de estricnina en su estomago, tendré los informes del forense mañana.

Sasaki-san asintió.

-Me ocuparé de conseguir los nombres de las personas que les conozcan, por de pronto -sacó una libreta negra y la hojeó- Sakuragi-san ha vivido desde que nació en ese apartamento, su padre falleció hacia tres años y su madre, uno. No tiene familia conocida. Estaba estudiando en la preparatoria Shohoku y formaba parte del equipo de baloncesto. Según sus vecinos era bastante agresivo, tenía un grupo de amigos y durante los últimos meses le veían aparecer a menudo lastimado, con golpes en el rostro, lo que les llevaba a clasificarle como un autentico matón. Solía practicar basquetball en una cancha próxima a su domicilio.

-Le han visto alguna vez pelear?

-Posiblemente no, ninguno de los vecinos me ha confirmado ese hecho.

-Qué se sabe de la otra víctima?

-Solo que se llamaba Rukawa Kaede, de unos dieciséis años. Hemos encontrado en el piso un segundo uniforme de Shohoku, así que he deducido que son compañeros y posiblemente también era basquetbolista.

Miró la hora.

-Pasemos por Shohoku, intentemos saber más acerca de ellos y sus amistades, en qué ambiente se movían y que hicieron durante sus últimas horas de vida.

-Hay una circunstancia que sus vecinos desconocían de él -comentó, al ver la mirada de Mori-san se apresuró a explicar lo que había deducido- Esos chicos estaban viviendo juntos bastante tiempo.

-Compartían apartamento sin conocimiento de sus vecinos? -preguntó un tanto sorprendido.

-No solo compartían apartamento, creo que eran algo más que amigos.

-Que te hace suponer eso?

-Hice un exhaustivo registro del piso, ropa de diferentes tallas, cepillos de dientes juntos, libros de estudio con los nombres de ambos, cosas así. El apartamento es pequeño y aunque hay dos aposentos, uno está lleno de cosas, muebles en desuso -aclaró- solo hay un dormitorio que al parecer compartían, pues solo hay un futón lo suficiente amplio para dos.

-Comprendo. Así que crees que eran amigos íntimos.

-Sí, eso creo.

-Veamos que dicen los que les conocen.

**********

 

Hanamichi se fijo en el hombre que hasta ese instante le había pasado desapercibido. Era mayor, entre los cuarenta o cincuenta años, vestía traje negro y tenía una expresión reconcentrada en su rostro que se extendía hasta su mirada dándole un aspecto intimidatorio.

-Suicidio? ¡Están locos! Porque íbamos a hacer tal cosa? -preguntó Hanamichi mirando a su compañero de desgracia.

-Nos encontraron juntos... en tu piso, en tu dormitorio... nuestro dormitorio -le aclaró para que no tuviera ninguna duda de su reciente relación, lo de ellos era más que amistad.

-¡Qué!! Qué hacías en mi dormitorio? -abrió mucho los ojos debido a la sorpresa.

-No lo recuerdas? -se mordió los labios para no llamarle do'aho. Qué más tenía que decirle para que comprendiera que se amaban, que llevaban viviendo juntos unos cuantos días.

-Qué tengo que recordar?

Rukawa titubeo unos minutos, ante la mirada impaciente de Hanamichi se decidió a hablar.

-Estabas con hablando con Miyagi y de pronto te mostraste agitado y asustadizo, como si algo te sobresaltara. Te apartaste de él como si le tuvieras miedo y fuiste hacia la salida. Akagi y los demás quedaron muy sorprendidos con tu actitud, pareció que te dabas cuenta y te justificaste diciendo que no te sentías bien, que seguramente algo que habías comido te había sentado mal. Vi preocupación en sus rostros y solo tu amiguita mostró una expresión de temor al escucharte, me ofrecí a llevarte a tu casa, estaban tan entretenidos que a ninguno le llamó la atención que fuera yo quien se ofreciera a acompañarte y que tú te apretaras contra mí.

Hanamichi abrió mucho los ojos al comprender.

-Tu y yo...

-Si. -Dejo escapar un suspiro de alivio- Tardamos diez minutos en llegar a casa, para entonces habías empeorado, tenías espasmos musculares muy dolorosos, intente darte masajes, al principio creí que te calmaban, pero cada cinco minutos volvían a repetirse. Cada minuto que transcurría te ponías peor, a los dolorosos espasmos le siguieron los incontrolables de cuello y espalda. Ardías de fiebre y pensé en llamar al servicio de urgencias, me sentía impotente para resolver solo esa situación, al principio pensé que se trataba de un ataque epiléptico, pero tú nunca me dijiste que lo fueras, ni siquiera estabas medicado y los síntomas quedaban fuera de mí entender. Me dirigí hacia el teléfono, pero entonces paso...

-Qué...? -preguntó impresionado por lo que estaba escuchando, no recordaba nada de lo que le contaba, su mirada aparecía tan angustiada que no dudo de la veracidad de sus palabras.

-Estaba asustado y reaccioné tarde... debí llevarte al hospital en lugar de ir a casa..., no lo hice así y cuando quise llamar por teléfono no pude y comprendí que estaba teniendo tus mismos síntomas. Ni siquiera conseguí hacer la llamada. Solo pude volver a tu lado, te abrace, estabas rígido en mis brazos, tus brazos y piernas no se movían y tus ojos me miraban asustados, tu respiración ni siquiera se escuchaba, me sentí impotente, no podía hacer nada por ti solo esperar que todo cesara por si mismo. Nunca pensé que la muerte era el final que nos esperaba, te costaba respirar y algunos minutos después... cerraste los ojos y te quedaste rígido. Te di un beso y me apreté contra ti, esperando que también llegara mi final y así fue.

Hanamichi se acercó a él, sus brazos le rodearon y aunque el contacto era diferente, no dejo de notar la cálida respuesta de Kaede que también le abrazó, apoyando su mejilla en su hombro.

-Gracias, Kaede...

-Por qué? No pude hacer nada por ti.

-Lo has hecho... estas aquí conmigo...

-No por mi propia voluntad.... Alguien nos envenenó.

-Le encontraremos... -afirmó con rotundidad.

-Cómo? Ni siquiera recuerdas lo que ha sucedido.

-Debe haber una razón para que así sea.

-Que te hace pensar que es así?

-La razón por la que seguimos aquí...

**********

 

Aquella mañana, a instante de entrar a su despacho vió  sobre la mesa los informes que esperaba, valiéndose de los análisis toxicológicos y patológicos que se habían llevado a cabo, los leyó con atención, ya tenían la certeza que la estricnina era la causa de la muerte de ambos jóvenes. Ahora solo tenía que descubrir quien les había dado la dosis mortal. 

Tras leer los informes, decidió que esa mañana irían a Shohoku para investigar sobre la personalidad de los jóvenes y conocer en que ambiente se movían las víctimas para saber en que mente se había fraguado la idea de matar al pelirrojo, pues era él quien presentaba mayor porcentaje de veneno en su estomago.

-Sasaki-san... Nos vamos -avisó.

-He solicitado un coche... -comentó mientras se dirigían hacia el ascensor que les llevaría al garaje.

Cuando se puso en marcha la cabina y comenzaron a bajar, pareció como si el ambiente allí dentro se enfriara.

-Es extraño... -murmuró Mori-san.

Sasaki-san cuadró sus hombros como si así pudiera librarse del frío que le invadió de pronto.

-Qué cosa?

-A veces, como ahora, el ambiente deja de ser cálido..., lo noto más en habitaciones pequeñas y cerradas.

 

-Percibe nuestra presencia...

-Si, pero no puede vernos -comentó Hanamichi, que desde que habían dejado el edificio de la morgue seguían los pasos de Mori-san.

-Crees que averiguará que pasó? -preguntó Kaede, no muy convencido de ir tras el policía.

-Para eso le pagan, no?

-No siempre consiguen resolver todos los casos.

-Para eso estamos nosotros aquí, le echaremos una mano, lo que él no vea seguro que nosotros sí -dijo con total confianza en si mismo.

 

-Dónde vamos primero? -preguntó ocupando el asiento del conductor.

-A la preparatoria Shohoku.

 

-Nosotros llegaremos antes que ellos -dijo Hanamichi, tomando de la mano a Kaede, no había acabado de decirlo cuando ya estaban a la entrada del edificio esperando que llegaran los investigadores.

Media hora después vieron el coche aparcaba junto a la entrada.

 

-Aquí es. -dijo fijándose en la placa que había junto a la verja que permitía el acceso al edificio principal.

Cruzaron a pie el amplio patio cruzándose con jóvenes que llevaban el mismo camino.

Junto a un arbusto, se fijo en cuatro jóvenes con expresiones cariacontecidas, supuso que la noticia de la muerte de los jóvenes ya había llegado hasta allí. Miró alrededor y vió pequeños grupos de chicos y chicas que hablaban animadamente entre si, algunas palabras sueltas que llegaron hasta él, le hicieron saber que efectivamente ya se conocía la muerte de los dos estudiantes.

-Iré a hablar con el profesorado, tú encárgate de los jóvenes.

-De acuerdo.

Algunos instantes después Mori-san era recibido por el director del centro, que al saber el motivo de su presencia allí se excuso.

-No puedo decirle mucho de ellos, lamento su muerte, pero eran muy conflictivos -ante su muda pregunta aclaró- Peleaban a menudo entre si, además no participaban en las clases, Rukawa-san era un chico extraño, siempre se quedaba dormido durante las horas de clase y el otro, Sakuragi-san, era un pendenciero. Pertenecían al equipo de basquetball, tal vez su entrenador pueda decirle más de ellos.

-Quien es?

-El profesor Anzai se encuentra en su despacho, esta muy afectado desde que se entero, por algún motivo que desconozco apreciaba a los dos muchachos.

Minutos después Mori-san estaba delante de un hombrecillo que movía su humanidad con una agilidad impropia de su gordura, su rostro se adivinaba bonachón, aún cuando la tristeza empañaba su mirada, la expresión de su rostro le hizo saber que posiblemente era el único que realmente lamentaba la muerte de sus jugadores, el director había hecho una acertada afirmación.

-Eran dos muchachos excelentes, -expresó cuando le preguntó- y dos magníficos jugadores, con una exitosa trayectoria si vivieran. Rukawa-san introvertido, apenas si pronunciaba palabra, pero cuando jugaba se transformaba, el basquetball era todo para él. Por lo menos así fue hasta que conoció a Sakuragi-san, -una sonrisa triste estiró sus labios- podía decirse que eran como el agua y el aceite, no podían estar juntos sin que de las palabras pasaran a las manos. En cambio, Sakuragi-san era todo lo contrario, alegre, alborotador, bromista -mencionó de pasada las bromas que hacia a su costa-, pero poseía un tesón encomiable. Cuando paso a formar parte del equipo de basquetball, nunca antes había sostenido una pelota, se entregó con cuerpo y alma a alcanzar el mismo nivel que el resto de sus compañeros. Se autodenominaba un Tensai, vi en él una autentica promesa, su carisma, su personalidad aunaba al equipo. Su genialidad y la tenacidad de Rukawa...  -su voz se quebró unos segundos- ambos poseían la fuerza necesaria para llevar al equipo a la victoria. Lamentablemente... sus jóvenes vida se han perdido -su voz se apagó en un susurro.

Mori-san le agradeció los instantes que le había dedicado. Al salir no vió como el entrenador Anzai se llevaba la mano al rostro para ocultar unas rebeldes lágrimas que asomaron en sus ojos y rodaron por sus sonrosadas mejillas.

 

-Gordito!! -murmuró emocionado Hanamichi al ver la tristeza que le embargaba, dio una vuelta alrededor suyo como si así pudiera confortarlo- Kaede y yo estamos juntos y desde aquí velaremos para que todo salga como son tus deseos. Seremos campeones, verdad? -Miró a Kaede al decirlo- Además piensa que nunca más tendrás que preocuparte por nuestras broncas.

Kaede asintió, una sonrisa asomó en sus labios al oírle expresarse en esos términos.

 

El entrenador Anzai alzó la cabeza, sus ojos estaban libres de lágrimas, sentía en su corazón una tranquilidad que no había sentido desde el momento mismo que le informaron de la muerte de Rukawa y Sakuragi. Quedo tan impactado al conocer el desenlace final de sus dos jugadores que llegó a pensar que solo se trataba de un mal sueño, la presencia de Mori-san había desintegrado la burbuja en la que se había refugiado. Nunca más volvería a verles.

**********

Mori-san se reunió con su ayudante, en mitad del patio.

-Qué te han contado?

-Al parecer no gozaban de excesiva popularidad, Sakuragi arrastraba su fama de matón y no era apreciado por sus compañeros, las chicas te temían y los muchachos, excepto su gundam, no hablaban con él. Al parecer solo se trataba con los jóvenes integrantes del equipo de basquetball y con su gundam, del que era jefe indiscutible. Rukawa era un excelente jugador, tenía un club de fans que en todos los entrenamientos y partidos gritaban su nombre, al parecer, obtenían poco caso de su ídolo, que las ignoraba siempre, tal vez debido a su fama de antisocial. Uno y otro eran dos caracteres totalmente opuestos.

-Lo que no impidió que formaran una relación...

-Eso es lo más increíble... -Mori-san le miró para que le aclarara que significaban sus palabras- Todos coinciden en decir que siempre estaban peleándose y que pasaban más tiempo en la enfermería que en sus salones.

-Se conoce el motivo de sus peleas?

-No... solo que eran dos caracteres opuestos, al parecer tuvieron su primer encontronazo en una de las azoteas y desde entonces han sido rivales.

-Qué extraño!! Cómo es que acabaron juntos?

-Nunca lo sabremos...

-Tienes los nombres de los integrantes del equipo de basquetball?

 Sasaki-san consultó su libreta de tapas negras, ojeándola en  busca de esa información.

-El capitán se llama Akagi Takenori, el subcapitán Kogure Kiminobu, Mitsui Hisashi, fue declarado MVP durante la secundaria baja y Miyagi Ryota, junto a Rukawa y Sakuragi completaban el equipo titular, también tengo los nombres de los reservas

-Por el momento hablemos con el capitán, después continuaremos con los demás.

-Aquí o en la comisaría.

-Por el momento, aquí, intentaremos que parezca más informal. -detuvo a un muchacho que pasaba por su lado- Qué edificio es ese? -le preguntó.

-El gimnasio -le informó.

-Gracias.

El chico continuó su camino.

-Pide permiso al director para sacarle de su salón, y llévale al gimnasio, intentemos que se sienta cómodo.

Sasaki-san asintió conforme.

Algunos minutos después un gigante como de unos dos metros se presentó ante él.

Tras un formal saludo Mori-san comento el motivo de su presencia allí.

-Se ha enterado que han aparecido muertos dos integrantes de su equipo.

-Si..., no se habla de otra cosa. -Su voz fallo unos segundos- Puede decirme que les paso..., aquí ha habido muchos comentarios y ninguno es idéntico al otro.

-Estamos investigándolo..., puede hablarme de ellos?

-Es terrible!! La otra tarde estaban llenos de vida... y ahora...

-A qué tarde ser refiere?

-La del sábado... era mi cumpleaños e invite a todos... habíamos tenido toda la semana un duro entrenamiento y pensé que era un modo de distraerles.

-Ellos fueron?

-Si, como todos...

-También Rukawa? Tengo entendido que no era muy sociable.

-Estuvo como todos los demás.

-Puede hacerme una lista de todos los asistentes?

-Si.

-Estuvieron hasta el final?

-No, Sakuragi tuvo una descompostura y se marchó antes.

-Comprendo. Recuerda si Rukawa se marchó con él? -si su suposición era cierta y mantenían una relación intima, debió sentirse preocupado, lo normal era que se fueran juntos.

-Lo hizo, se ofreció a acompañarlo.

-Después de la fiesta, volvieron a verlos?

-No, el lunes no se presentaron al entrenamiento, me extraño que Rukawa no viniera y más cuando tampoco lo hicieron el martes y que ninguno de los dos diera aviso de su ausencia. Mande a Ryota a preguntarles que pasaba con ellos y regreso diciendo que no contestaban en ninguno de los apartamentos donde vivían.

-Que hizo entonces?

-No me pareció correcto ir a echar abajo sus puertas, aún así fui al apartamento de Rukawa, hable con el conserje y supe que llevaba un par de semanas sin aparecer por allí. Me extraño, pero no tenía modo de saber donde se alojaba, por lo tanto me dirigí en busca de Sakuragi, de camino me encontré con su amigo Mito y le pregunté si sabía de él, al recibir una contestación negativa quise saber si tenía forma de entrar en el apartamento, me dijo que poseía una llave para emergencias, consideré que aquella lo era y le pedí que me acompañara para saber que ocurría con Sakuragi.

-Entraron al piso? -sabía que no, pero aún así hizo la pregunta.

-No. Mito se negó, en cambio propuso llamar a la policía porque estaba preocupado por Sakuragi, su padre lo es por lo que le llamó siendo él quien entró, a poco salió y nos pidió que nos fuéramos. La expresión de su rostro y su tono de voz nos hizo saber que algo grave pasaba y que era mejor que no hiciéramos preguntas. Nunca pensé que pudiera estar muerto. Más tarde llamé al padre de Mito para saber en qué hospital estaba Sakuragi, fue entonces cuando me dijo que él y Rukawa aparecieron muertos, no podía creérmelo, pero nadie bromea con algo así.

-O sea que aún siendo su capitán ignoraba que Rukawa y Sakuragi vivían juntos -la mirada de asombro del muchacho le confirmó su aseveración.

-Estaban juntos... cuando...? Creí que solo estaba Sakuragi... -se interrumpió.

-Si.

-¡¡Kamisama!! -Exclamó sorprendido- Sakuragi y Rukawa..., supieron ocultarlo muy bien.

-Le pido que no comente esta información, de momento es confidencial, formando parte de la investigación.

Akagi asintió.

-Puede volver a su salón..., no olvide la lista -le recordó.

-Según la autopsia llevaban muertos más de cuarenta y ocho horas... -comentó cuando quedaron solos.

-O sea que la última vez que les vieron vivos fue durante esa celebración.

-Así es, porque la estricnina una vez consumida o inhalada comienza a presentar los primeros síntomas entre diez y treinta minutos.

-Por ese motivo tuvo que marcharse. Fue allí donde les envenenaron, pero quién lo hizo? Alguno de sus compañeros? Parece inverosímil..., no es que fueran muy admirados, pero tampoco que les odiaran hasta el punto de desear su muerte. -comentó Sasaki-san.

-Haremos el interrogatorio en la comisaría. -Iban a tener que investigar bien a fondo todos los movimientos de los asistentes a esa celebración para llevar a cabo una reconstrucción mental de la escena del crimen.  

 

-Akagi parece preocupado. Se le veía muy afectado. Crees que él puede saber algo? Tal vez fue él y lo disimula fingiendo preocupación. -Comentó Hanamichi mientras le veía dejar el gimnasio. Al no recibir contestación se volvió, viendo a Kaede delante del arco, contemplándolo con aire triste. Fue a su lado y le abrazó- Donde quiera que vayamos tendremos un equipo especial para nosotros solos, tal vez nos encontremos con los grandes de la NBA -sonrió al decirlo para animarle.

Kaede sonrió ante esa idea.

-Seria un sueño hecho realidad.

 

**********

Akagi reunió a todos los integrantes del equipo.

-Muchachos, el entrenador Anzai quiere hablaros... -al instante todos dejaron sus respectivas ocupaciones y se ubicaron delante del entrenador.

La expresión seria de su rostro les hizo saber a todos que iban a enterarse de lo ocurrido a sus compañeros.

-No es necesario decir lo que ya todos sabéis, el martes por la tarde, encontraron los cuerpos de Sakuragi y Rukawa muertos, la policía está investigando que sucedió, no se sabe si les mataron o murieron por su propia mano.

-¡¡Imposible, entrenador Anzai!! -Gritó Miyagi- ellos no harían tal cosa... a Sakuragi le vimos feliz... -su voz se quebró- estaba enamorado. -murmuró tan bajo que nadie le escuchó.

-Yo tampoco lo creo, solo os pido que no comentéis con nadie que es lo que os parece que ha sucedido. Ya hay demasiadas habladurías en torno a ellos.

-No lo haremos... -dijo todos a una.

-Estoy seguro que allí donde estén son felices -concluyo Anzai- Continuar entrenando... -se volvió dirigiéndose hacia la salida. Parecía arrastrar los pies al caminar. -como si un enorme peso cayera sobre sus hombros.

**********

El inspector investiga la muerte de Sakuragi Hanamichi y su compañero de equipo Rukawa Kaede. Esta dispuesto a encontrar al culpable por ese motivo va a interrogar a todos los que pasaron las últimas horas con ellos.

-Han llegado? -preguntó Mori-san levantando la mirada del documento que estaba leyendo cuando Sasaki-san dio un golpecito para llamar su atención.

-Están en la sala próxima a la de interrogatorios.

-De acuerdo..., llama al taquígrafo y que haga su trabajo aquí. Hagamos que se sientan cómodos.

-A quien traigo primero? -preguntó Sasaki-san.

-Empecemos con las señoritas. Miro la lista. Ayako-chan, la manager del equipo.

Ayako entró al despacho con toda tranquilidad, saludo y ocupó el asiento que le indicaban frente al escritorio del policía -echó una ojeada a la placa- Mori Akinari, inspector.

-Usted dirá... -le incitó a hablar al observar que se la quedaba mirando como si pretendiera intimidarla.

-Cuénteme lo que paso en la celebración que se llevó a cabo la tarde del sábado.

-No puedo contarle nada porque no estuve presente. A última hora me surgió un problema y no pude ir.

-Comprendo.

-Solo puedo decir que se siento culpable... Sakuragi no quería ir, lo que me extraño porque era un muchacho muy dado a no despreciar una invitación. Me costó convencerle y lo deje dispuesta a no dejarme vencer por la negativa de Rukawa. Me sorprendió que aceptara apenas se lo comenté, ni siquiera se hizo de rogar. Al instante, Sakuragi intervino y no siguió negándose a ir. Me pareció ver un intercambio de miradas entre ellos pero no estoy segura. Quedaron en ser puntuales, de Sakuragi no dudaba, pero de Rukawa si, porque solía ser bastante impuntual. Eso es todo lo que sé. Cuando no se presentaron al entrenamiento del lunes me comentaron que Sakuragi había sufrido un malestar y que Rukawa se ofreció a llevarlo a casa. Entonces recordé el cruce de miradas que me había parecido ver y supuse que ocultaban algo, pensé en sonsacárselo cuando les viera... ahora ya es tarde... -la valentía que había demostrado desde el principio pareció derrumbarse en ese instante.

-Gracias... por venir... puede irse -exclamó Mori-san, miró a su ayudante- Que venga Akagi Haruko.

Algunos minutos después llegaba Haruko, parecía tan serena como lo estaba la manager.

Tras el saludo le invitó a contar lo que sabía.

-No sabría decirle exactamente lo que hizo aquella noche, Hanamichi llegó a las nueve de la noche, lo sé porque fui yo quien le abrió la puerta y se disculpó por el retraso, instintivamente miré mi reloj pulsera. Estaba por entrar cuando a su espalda apareció Rukawa quien le empujo en el hombro para hacerle a un lado, Hana refunfuño, pero no se atrevió a más porque mi hermano estaba cerca y siempre le golpeaba cuando se excedía gritando. Ni siquiera se saludaron, no me extraño porque nunca hablaban entre sí como no fuera para discutir durante los entrenamientos. Se odiaban, sabe usted?

-Eso he oído. -Mori-san asintió sin aclarar lo que sabía- Como fue el comportamiento de Sakuragi y Rukawa durante el resto de la noche?.

-Rukawa permaneció durante todo el tiempo sentado en un rincón de la habitación, apenas si pronunció palabra durante todo el tiempo que estuvo presente. Excepto para entregarle un obsequio a mi hermano.

-Y Sakuragi?

-Él no necesitaba que le animaran, estuvo muy entretenido hablando con su amigo Miyagi, en un momento dado se les unió Kogure, el subcarpeta del equipo -aclaró por si lo ignoraba- también fue mi hermano y Mitsui, reían alto y charlaban. Aunque sinceramente, me pareció que actuaba como si se sintiera fuera de lugar, como si estuviera triste. No sé, a lo mejor me equivoco, pero eso pensé cuando le ví llegar. Las chicas que habían accedido a ir están conversando conmigo, ya sabe, cosas de chicas, propuse que pusiéramos música para bailar y durante un buen rato permanecimos solas, luego ellos se acercaron y se animaron a pedirnos bailar.

-En algún momento vió a Sakuragi beber?

-Todos estábamos bebiendo y comiendo, era una celebración. -abrió un tanto los ojos como sorprendida de esa innecesaria pregunta- bueno, todos no, Rukawa tenía un vaso de soda a su alcance, pero en ningún momento le vi beber. Ni siquiera quiso probar unos pastelillos que prepare para esa ocasión. Era un chico muy raro. Muy bueno jugando al basquetball, no puedo negarlo, pero como persona era un antisocial.

-Me refiero si vió algo que le llamara la atención? Alguno de sus amigos ofreciéndole de beber o comer, algo inusual?

-No..., no necesitaban que se les ofreciera bebida o comida había cantidad suficiente para todos, les bastaba con ir a buscarla a ellos mismos. Tenían de todo al alcance de sus manos. -Respondió un tanto perpleja por la pregunta- No ví a nadie acercarse a él, pero si a Hanamichi llevarle una bandeja con pasteles a Miyagi.

 

-Está mintiendo, no fue así... -exclama al oír su declaración- Esa bandeja te la lleve a ti, por qué está mintiendo? -recordó ese detalle.

Hanamichi comienza a recordar

-Hanamichi se te ve muy acalorado, te traeré una limonada bien fresca -dijo Haruko cuando terminaron del bailar.

Se sentía muy sediento, por ese motivo bebió con avidez la refrescante bebida hasta dejar el vaso por debajo de la mitad.

-Esta deliciosa... -exclamó, aun cuando la había encontrado excesivamente azucarada.

-Me alegro que te guste... la preparé especial para ti porque se había acabado la que había.

-Te lo agradezco. -Exclamó- Eres una buena amiga.

Kaede apareció por su espalda y  le quitó el vaso de la mano.

-Tengo sed... -justificó así su acción y ante la mirada aturdida de Haruko  posando sus labios en el mismo lugar donde estuvieron los de Hanamichi.

-¡¡Noooo!! -Se adelantó con intención de quitárselo de la mano- Te traeré otro.

Kaede la ignoró y bebió tomó la bebida que quedaba en el vaso,

Fin del recuerdo de Hanamichi

-Fue ella -exclamó de improviso -Hanamichi- Ella nos enveneno. Por qué lo hizo? Era mi amiga, la única que he tenido. -Preguntó anonadado por la certidumbre de su acción- Qué le hicimos? Qué le hice?

-Por venganza... -comprendió entonces sus motivos- Se me declaró hace unos días. Cuando la rechace, le dije que estaba enamorado de otra persona y que nunca tendría ninguna oportunidad conmigo. Supongo que averiguó que eras tú y decidió quitarte de en medio, tal vez creyó que así podría conseguirme.¡¡Idiota!! -murmuró más para si mismo.

-¡¡Kamisama!!

 

En el transcurso de su declaración, Haruko había permanecido tranquila contando lo que sabía, omitiendo en su relato lo que podía incriminarla, nada había salido como ella deseaba, todo lo estropeó Rukawa al beber del vaso de Hanamichi, por supuesto que luego al verles marchar, pensó que como era tan poco lo que quedaba los efectos serían mínimos y con toda seguridad sobreviviría. Se equivoco.

-Es todo lo que recuerdo... -concluyó.

-Gracias..., es todo por hoy. Si recuerda algo más tendría la amabilidad de comunicárnoslo.

Haruko asintió.

-Puedo marcharme? -preguntó.

Mori-san le hizo un gesto a su ayudante para que la acompañara fuera del despacho. Observó que daba un traspié cuando se dirigía hacia la puerta, el gemido que salió de sus labios le llevó a levantarse e ir a su lado.

-Siéntese, por favor. -exclamó al ver la palidez de su rostro.

Sasaki-san se acercó a ella con un vasito de plástico con agua fresca que ella bebió con avidez sin dejar de mirar hacia su espalda, justo hacia la derecha.

El también miró disimuladamente, pero no vió nada, excepto el mueble archivador y el mapa de la prefectura de Kanagawa colgado en la pared.

-Disculpen... ya me siento mejor.

Se levantó  y salió del despacho con la mirada baja.

Algunos minutos después Mitsui Hisashi contaba lo que recordaba de esa noche y acabo diciendo.

-Se le veía muy feliz. Nos dijo que se siente feliz porque ha encontrado a una persona muy especial y que se amaban.  Kimi... disculpe Kogure le pregunta quién es esa persona, pero Sakuragi solo sonrió divertido y misteriosamente comentó que pronto lo sabríamos. Que solo faltaban dos semanas.

Kogure Kiminobu cuenta su versión de los hechos y sin saberlo confirma la declaración de Mitsui al concluir su declaración diciendo.

-En varias ocasiones, ví como Sakuragi miraba hacia donde estaba Rukawa, cuando Mitsui le preguntó a que se debía que se le veía tan contento y nos dijo que estaba enamorado, le pregunté quién era la afortunada,  en aquel instante contaba que había encontrado a una persona especial, en ningún momento dio a entender que se trataba de una chica, por eso comprendí que se trataba de Rukawa, además durante estas últimas semanas durante los entrenamientos estaban muy tranquilos. Cuando insistí en saber quién era sonrió divertido y aseguró que en dos semanas lo sabríamos todos. Pensé que entonces era el día de los enamorados y que ambos dejarían atrás los disimulos.

Miyagi Ryota recuerda apesadumbrado todo lo que hicieron o hablaron durante esa noche hasta el momento que se marchó de la fiesta al sufrir una indisposición.

-Estábamos charlando juntos y de pronto se puso nervioso y comenzó a temblar. Intente acercarme para preguntarle que le pasaba, se apartó de mí como si me tuviera miedo, comenzó a retroceder con mirada espantada. Tropezó un par de veces y fue entonces cuando llamó la atención de todos, que se nos quedaron mirando como preguntando qué pasaba. Pareció darse cuenta que estaba dando la nota y se disculpó, alegó algo así como que algo que había comido le sentó mal y dijo que iba a salir a tomar el aire, sin embargo, Rukawa intervino y dijo que le acompañaría a su casa. Me quede preocupado viéndoles salir, pensé que Sakuragi estaba realmente mal cuando no se había negado a dejarse acompañar por Rukawa. Hasta me pareció ver en la mirada de mi amigo que le estaba pidiendo ayuda. Debí equivocarme porque era bien sabido que siempre estaban a la gresca.

-Observó anteriormente a su marcha algo anormal? El comentó que creía que algo que había comido le sentó mal... -adujo Mori-san.

-No, no ví nada anormal, si considera que darle a alguien de beber lo es.

-Quien le ofreció bebida?

-Hanamichi y Haruko-chan estuvieron bailando un rato largo, bajo la mirada nada amistosa de Rukawa, cuando terminaron de bailar vi como Haruko le alcanzaba un vaso de limonada y Hanamichi daba un largo trago, pero no es de extrañar, ya que durante todo el tiempo estuvo haciendo el papel de anfitriona. Me pareció que Rukawa hacia ademan de levantarse.

-Qué ocurrió luego? -preguntó cuando se interrumpió.

-No lo sé, en ese instante Kogure me llamó y cuando volví a mirar Rukawa estaba en su asiento, solo que ahora sonreía, me extrañó porque nunca lo hace, Hanamichi conversaba con el capitán Akagi y su hermana se había reunido con sus amigas.

-Es todo lo que recuerda?

-Sí.

-Puede retirarse... volveríamos a llamarle si necesitamos que ratifique su declaración.

Miyagi asintió.

-Extraño grupo... los chicos son envenenado a la vista de todos y nadie se da cuenta de nada.

-Akagi Takenori es el último de los titulares, me da la impresión que estará tan poco enterado de lo que pasaba a su alrededor como los demás. Esperemos que los chicos de la reserva sepan algo que sea relevante.

-Le iré a buscar -dijo Sasaki-san.

-Solo pretendía distraerles, nunca pasó por mi imaginación que esa vez fuera la última vez en verles con vida. -Se lamentaba Akagi.

-Cuéntenos lo que pueda recordar, que hicieron en su casa durante la celebración, con quienes estuvieron hablando, quienes se acercaron a ellos, cosas que tal vez entonces le parecieron insignificantes y ahora cobran relevancia.

-Todo transcurrió con normalidad. Llegaron alrededor de las nueve, mi hermana les abrió la puerta, me dio la impresión que llegaban juntos y así se lo dije a mi hermana, pero ella lo negó, me aseguró que no era así y pensé que no tenía porque decirme una cosa por otra. Saque nuevas fuentes con comida y bebida, era bien sabido que Sakuragi comía en abundancia, supongo que al ser huérfano, no tenía quien le preparara la comida por ese motivo siempre estaba hambriento. Rukawa se sentó en un rincón y ahí permaneció todo el rato. Solo se levantó un momento para molestar a Sakuragi, afortunamente, no paso a mayores. Después de lo que usted me dijo he comprendido que la enemistad que les separaba había desaparecido.

-Sabe usted a que se debía esa enemistad.

-No es ningún secreto, todos sabemos que Sakuragi estaba enamorado de mi hermana, pero ella solo tenía ojos para Rukawa. Solo espero que Haruko nunca sepa la relación que tenían. No me gustaría verla sufrir.

Media hora después concluida la declaración de Akagi se tomaron un descanso antes de comenzar con los otros chicos. Por la tarde, tomaron declaración a los hermanos Satoru, Kakuta y Sasaoka, que ostentaban la camiseta con el número 9 y 13 y que estaban en segundo y primer año de preparatoria. Eran altos y no era de extrañar que se apuntaran para jugar basquetball. También estaba Yasuharu Yasuda, con el número 6 y del que supieron que Sakuragi tuvo con él una discusión referente al número de la camiseta, quedándose el pelirrojo con el número 10, estaba en segundo año de preparatoria y solo media 1,65m. Tetsishi Shiozaki ostentaba la camiseta número 8, estaba en segundo año y compartía salón con Satoru Kakuta, Kentarou Ishii y Toki Kuwata compartían el mismo salón, en primero. El primero llevaba la camiseta con el número 12m Kuwata en cambio el 15, como pudo comprobar cuando le conoció, era aún más bajo que el resto de sus compañeros, todos ellos al hablar mostraron hasta qué punto se sentía afectados por lo sucedido.

Escucharon con atención sus declaraciones.

Tras la consiguiente firma les dejaron marchar. Ellos mismos estaban cansados y dejaron para el día siguiente repasar cada declaración.

-Ya es muy tarde... mañana continuaremos con las chicas ajenas al equipo pero que estuvieron presentes en la fiesta -comentó Mori-san.

El taquígrafo se levantó y recogió sus cosas llevándoselas. Sasaki-san tomó su chaqueta y se despidió. Él permaneció un rato sentado repasando mentalmente lo que se había dicho en su presencia.

Una hora después salió del edificio.

 

-Nosotros también nos retiramos -dijo Hanamichi.

-Dónde quieres que vayamos?

-El gimnasio es un buen lugar.

-De acuerdo.

Segundos después allí estaban. En el mismo lugar donde se habían declarado su amor.

 

**********

-Aquí hay algo extraño, las declaraciones no son coincidentes..., -dice Mori-san a su acompañante algunos días después tras pasarse varias horas leyendo las cuartillas, aunque ese caso era prioritario, tenía otras ocupaciones tan importantes como ese caso y no podía dedicarse exclusivamente a él.

-Crees que mienten? -preguntó Sasaki-san.

-Tenemos que contrastar todas las declaraciones y buscar detenidamente lo que ellos creen haber visto y lo que realmente ha sucedido. Lo que me resulta extraño es porque todas las mañanas encuentro sobre la mesa la declaración de Akagi Haruko. Solo tú y yo entramos aquí, yo la dejo guardada y tú no la sacas, como explicas este fenómeno.

-A lo mejor tenemos un yurei presente... -comentó Sasaki-san que creía en ciertas pautas espirituales y la aparición de fantasmas era una de ellas.

-Que te hace pensar eso? -no había sorna en su interrogación, aunque dudaba que existieran.

-Por las circunstancias de su muerte. Cuando un yurei se presenta en el mundo de los vivos es porque su reikon no ha recibido el rito funerario adecuado, su muerte no ha sido natural, fueron asesinados, posiblemente quieren venganza. Normalmente aparecen durante la madrugada y el amanecer para asustar y atormentar a aquellos que les ofendieron en vida, nunca llegan a causar un daño físico, excepto si se trata de un onryo, este es un espíritu que permanece entre los vivos por venganza, aunque esta no siempre va dirigida al que la provoca y pueden morir inocentes.

-No creo que sea este el caso, pero gracias por la explicación, ha sido muy instructiva.

-Tal vez el yurei está intentando decirnos algo. -insistió Sasaki-san.

-Como qué?

-Quien le mato... -aventuró Sasaki-san.

-Ningún juez aceptaría tal declaración -comentó con una sonrisa.

-Para eso estamos nosotros... para encontrar las pruebas condenatorias.

-Contra quién?

-Volvamos a leer todas las declaraciones. -dijo Sasaki-san.

Mori-san le entregó la mitad de las carpetillas y ambos se enfrascaron en su lectura, de vez en cuando hacían algún comentario.

A media mañana Sasaki-san preguntó.

-Tienes ahí la declaración de Akagi, la de la chica.

-Por qué?

-He recordado el semidesvanecimiento que tuvo, recuerdas que miraba con temor hacia la pared?

-Tú también lo advertiste...

-Tal vez ella si puede ver al yurei...

-Por qué dices eso?

-Escucha esto... -levantó de la mesa una hoja y leyó en alto- "Vi como Haruko le alcanzaba un vaso de limonada y Hanamichi daba un largo trago"

-Interesante... -rebuscó entre sus carpetas, aún no había alcanzado a releer la declaración de la chica, si bien creía recordar que ella negó ese hecho. Es decir, no declaró que ella le hubiera dado de beber. Leyó rápidamente la declaración hasta llegar a su pregunta acerca de ese detalle. Aquí esta, en cambio ella dijo: "no necesitaban que se les ofreciera bebida o comida, había cantidad suficiente para todos, les bastaba con ir a buscarla ellos mismos. Tenían de todo al alcance de sus manos. No ví a nadie acercarse a él, pero si vi a Hanamichi llevarle una bandeja con pasteles a Miyagi".

-Si es coincidencia, porque Miyagi es quien afirmó haberle visto a ella dándole una limonada y no ha dicho nada referente a pasteles.

Mori-san revolvió entre los papeles de su mesa hasta encontrar el informe de la autopsia efectuada a Sakuragi-san.

-Según la autopsia en su estomago había rastros de diversos ingredientes, así como limonada y restos de estricnina.

-O sea que la acidez del limón le impidió percibir el amargor de la estricnina. 

-No me extrañaría nada que tuviera tanta azúcar para enmascarar el amargor extremo de la estricnina y como se trataba de limón natural aceptó su sabor sin entrar en sospechas. Ya conocemos como fue, ahora nos falta conocer los motivos que la llevaron a querer envenenar a Sakuragi-san.

-Sí, tengo aquí la declaración de Yuki-chan...-leyó- "estuvo muy animada todo el tiempo, solo cuando Sakuragi y Rukawa se marcharon comenzó a dar signos de nerviosidad. Le pregunté si era debido a la marcha de Rukawa y lo negó. Pero yo sabía que debía ser esa la razón, después de todo, ha estado enamorada de él desde la secundaría baja"

-Ese es un poderoso motivo -Sasaki-san sacudió la cabeza asintiendo- Quiso quitarse de en medio a su rival, olvidando la amistad que la unía a él. Pero, por qué envenenar también a Rukawa-san? Si estaba enamorada de él, es incomprensible...

-Un accidente... -a su memoria acudió un retazo de una declaración, comenzó a remover las distintas carpetillas que estaban sin leer, en una de ellas estaba la respuesta a esa pregunta. No recordaba bien, quien del equipo lo había mencionado. Repaso muy por encima todas las declaraciones, hasta encontrar lo que buscaba- Aquí esta. -Miró la etiqueta de la carpeta- Esta es la declaración de uno de los chicos de la reserva, Yasuharu Yasuda "Vi como Rukawa se le acercaba por detrás, se movía despacio, como un zorro, así es como le llama Sakuragi, en un primer momento creí que iba a golpearle, nunca se podía saber cómo iban a reaccionar esos dos, inesperadamente le quitó el vaso de la mano y bebió de él. La hermana del capitán hizo intención de impedirle beber, más él la ignoró y lo hizo. Me sorprendió que Sakuragi no se molestara con él y más aún al ver que la mano libre de Rukawa se apoyaba en su cintura. Al verlos juntos, comprendí".

-Bien, ya tenemos todo el puzzle completo.

-Iré al juez a pedirle una orden de detención. Nos seria de gran ayuda que confesara.

**********

Eran las cuatro de la tarde, cuando tres coches con el distintivo de la policía se detuvieron delante de la entrada de la preparatoria Shohoku.

-Ustedes dos, comprueben la identidad de todos los que salgan -advirtió Mori-san- Si la sospechosa escapa, os pongo a controlar el tráfico. Los demás vengan conmigo.

Seguido por Sasaki-san y cuatro policías, Mori-san dirigió sus pasos con seguridad hacia el gimnasio, sabía que Akagi Haruko como ayudante de la manager debía estar presente durante los entrenamientos.

Al abrir la puerta que comunicaba con la duela, su brusca aparición provocó un momentáneo silencio al interrumpir el entrenamiento.

-Que es lo que pasa? -Akagi les salió al paso.

-Venimos a detener al asesino de sus compañeros o más bien asesina -dijo Mori-san, avanzando unos pasos y dejando atrás al gigante- Akagi, Haruko. -Se detuvo delante de ella- Queda detenida por los asesinatos de Sakuragi Hanamichi y Rukawa Kaede, puede permanecer en silencio, cualquier cosa que diga será considerada en su contra.

Un silencio mortal imperó en el gimnasio, las palabras cayeron sobre todos como una losa, más aún sobre la joven, que aturdida les miraba como si no pudiera creerlo.

Se dejo esposar con las manos delante, un privilegio por su condición de mujer. Escoltada por dos policías que la agarraron por los brazos y la sacaron del gimnasio, sin que su hermano pudiera hacer nada por impedirlo.

*************

Y llegó el último día del juicio con la exposición del caso, el fiscal tomó la palabra.

-La estricnina puede ser inhalada o ingerida, no es un veneno propiamente dicho, ya que su uso es como pesticida, sin embargo, en dosis altas, entre 15 y 30 mg, es letal para una persona porque provoca una muerte espantosa, quien ha sido envenenado sufre fuertes espasmos en sus músculos, se produce una gran estimulación en su sistema nervioso central, agitación y problemas para respirar, orina oscura y convulsiones, llegando incluso a tener fallos respiratorios y muerte cerebral. La estricnina origina una hipercontracción muscular, al inmovilizar el músculo del diafragma del individuo envenenado muriendo por asfixia. Puedo afirmar sin equivocarme que ambos jóvenes tuvieron una muerte horrenda, cuyas manifestaciones clínicas aparecen de 10 a 30 minutos después de ser ingerido. Esto no fue ápice para que la acusada, fríamente, inducida por los celos, planeara envenenar al joven Sakuragi-san y llevar a cabo su plan sin que su mano temblara cuando le dio la bebida envenenada, su inestimable amigo Hanamichi, no dudo en beber lo que ella le ofrecía, hubo un tiempo que creyó estar enamorado de ella, la consideraba su amiga, ignorando que ella cuando supo la relación que mantenía con el chico que ella decía amar, había planeado acabar con él. Sakuragi-san comenzó a manifestar los síntomas de envenenamiento estando presente la acusada, durante el transcurso de la celebración, pudo evitar su muerte aconsejando la asistencia médica, sin embargo, no lo hizo, permitió que los dos jóvenes se marcharan, aún sabiendo que Rukawa-san, el chico que ella decía amar también había bebido de la fatal bebida. No podemos decir que actuó cegada por los celos, que fue un ataque transitorio de locura como nos ha querido hacer ver su abogado, la acusada ha actuado, con premeditación y alevosía, tuvo la oportunidad y la aprovechó cuando su hermano invitó a su cumpleaños a sus compañeros de equipo. No se dejen engañar... -miró hacia el jurado y luego al publico- por su expresión compungida, por el temor que hay en su mirada, ni por su juventud, porque dos jóvenes vidas, dos adolescentes han muerto por su mano. La autopsia clínica que se llevó a cabo con los órganos y vísceras de los fallecidos, demostraron sin lugar a dudas a dos jóvenes sanos, sin ninguna alteración morfológica de sus órganos y tejidos, dos jóvenes deportistas que hubieran alcanzado una larga vida llena de satisfacciones personales, ella con su actitud, les ha privado de todo, por eso señores, pido que sea declarada culpable y que sea recluida en una prisión de alta seguridad para que pueda meditar durante una larga temporada sobre las consecuencias que ha provocado con su acción.

El abogado se retiró a su mesa al concluir su alegato final. Ahora había llegado el momento que el jurado deliberara.

 

-Nos puede ver -comentó Hanamichi que permanecía sentado en el aire, con expresión meditabunda, delante del estrado del juez. Comentario que había repetido durante todo el tiempo que habían coincidido con ella.

En el transcurso de todo el juicio los dos habían seguido atentamente todas las alegaciones de los dos abogados.

-Así parece... -se sentía furioso contra esa niñata que había creído que podía conseguir algo de él y que no titubeo en darle a Hanamichi a tomar un potente veneno para acabar con su vida. Lo que se decidiera en esa sala era poco comparado con lo que él pudiera hacerle.

Hanamichi apartó la mirada del rostro aterrado de Haruko volviéndose hacia Kaede, aunque no lo parecía, sabía como se sentía. Se desperezó en el aire, estirándose como si esa posición acalambrara sus músculos, dio una voltereta en el aire, como si hubiera perdido el equilibrio y con una sonrisa se enderezó.

- Todas las pruebas están en su contra..., lo que hizo es abominable. -Dejo de jugar- Nunca hubiera creído que ella fuera capaz de algo así. Nos quitó la vida, es cierto, pero nos ha dado toda la eternidad para nosotros, piensa en ello y olvida lo que nos hizo.

-La disculpas...? -preguntó con incredulidad.

-Puedo mostrarme generoso con ella, nosotros estamos juntos, ella ha perdido lo único que deseaba, tú. Además estamos en otro plano astral, nos pondríamos a su misma altura si nos proponemos martirizarla con nuestra presencia, ahora les toca a ellos darle su merecido..., no te quepa duda, tendrá su castigo, pero lo que más le dolerá no será verse privada de libertad, sino saber que tú y yo estamos juntos.

 

Haruko miraba aterrada la escena que se desarrollaba ante sus ojos, las dos figuras, fácilmente identificables. El espectro de Hanamichi que abrazaba al de Kaede y sus labios, si es que los tenían estaban unidos en un beso que nada tenía de casto. Al principio, eran como una mancha dos resplandores luminosos, como vapores condensados en el que se distinguían dos cuerpos fácilmente reconocibles. No eran imágenes difusas, se distinguían perfectamente, manos y caras, cuerpos bien definidos, piernas y pies todo en tamaño natural. Eran los espectros de Sakuragi y Kaede, los dos estaban situados a la derecha del juez, justo enfrente de ella. Sentado Sakuragi en el aire, con las piernas cruzados en la típica posición de loto, en cambio Rukawa, estaba de pie, si podía definirse así su posición, en todo momento, sus manos aparecían posadas sobre los hombros de Sakuragi, cuya mano se alzaba para rozar la suya en un gesto cariñoso, sus piernas y pies asomaban por debajo de Hanamichi. Como si sintiera la crispación de sus manos cada vez que se hablaba de ellos y Hanamichi intentara tranquilizarle. Sus rostros poseían vida y una luminosidad que permitía reconocer sus rasgos físicos.

Ni siquiera fue consciente que regresaba el jurado y que se leía el resultado de su deliberación.

Fue declarada culpable y el juez dicto allí mismo sentencia.

Cuando dos mujeres policías la trasladaban fuera de la sala, se volvió y ante la sorpresa de muchos murmuró unas palabras que todos tomaron como una nueva forma de manifestar una locura que atenuara sus años en prisión, porque parecía hablarle a alguien que estaba próxima a ella.

-Tú has ganado.

 

Hanamichi al escucharla, se limitó a inclinarse ante ella con una sonrisa, dándole la razón.

 

Haruko los vió por ultima vez. Abrazados y sonrientes. Juntos. Un sollozo se crispó en su garganta, enseguida la sacaron de la sala.

 

Un punto resplandeciente de luz apareció inesperadamente y las puertas del Nirvana se abrieron para ellos, sin un titubeo se dirigieron hacia la luz sabiendo que había cumplido con el cometido que se esperaba de ellos, que su paso por el mundo de los vivos había concluido y con esa certeza, tomados de la mano traspasaron el umbral y apenas lo hicieron la luz los envolvió como un manto acogedor.

Fin

15 de junio de 2008

Paz

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Notas finales:  

Glosario

Reikon: Alma.

Yūrei: Fantasma japonés.

Onryo: Espíritu que permanece en este mundo por venganza.

 

Nota autora: todos los síntomas del envenenamiento por estricnina están documentados. Ocurre así. La autopsia no está muy bien relatada, si bien ese es el procedimiento habitual. La secuencia de dibujos que conseguí con los diversos pasos no era muy explicativa y tuve que basarme en el sentido común, y también en algunas otras webs. Disculpen la licencia que me he tomado para escribir acerca del sistema judicial de Japón, desconozco todo lo referente a él, como rigen sus leyes y si existen juicios con jurados, por tanto lo he basado en el sistema americano. Posteriormente a este aviso buscando información me enteré que  el sistema legal de Japón está inspirado en la legislación civil europea.


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