¿Por qué no me amas?
¿Será porque mi cuerpo es frágil?
¿Será porque mi piel es fría y de porcelana?
¿Por qué no me amas?
¿Serán mis ojos, gélidos y estáticos?
¿Será porque no respiro?
¿Por qué no me amas?
¿Será porque no poseo corazón?
¿Será porque. . .?
Soy una muñeca. Una maldita muñeca.
Una muñeca postrada en una silla que se mece con el viento.
Una muñeca que no puede hacer más que ver al que ama rodear con sus brazos otros cuerpos.
Una muñeca que por las noches cae al suelo rodeada por un mar de silenciosas, invisibles lágrimas.
Una muñeca que desea, desesperadamente, poseer alma.
¿Por qué no me ves?
Estoy a tu lado, aún así no soy nada.
Solo. . . una simple muñeca.
Mis piernas caminan lentamente hacia ti, tratando de no hacer ruido.
Contorneo tu figura con mis dedos en el aire.
Te veo dormir y me acerco, cada vez más y más.
Suavemente acaricio tu rostro.
En estos momentos es cuando veo lo bueno de no ser un humano.
Un humano jamás podría mantenerse tan fiel como lo hago yo.
Un humano jamás podría amarte como yo.
Gackt
Un suspiro escapa de mis labios.
Mi rostro está a centímetros del tuyo, mis labios quieren clamarte sedientos.
Y los apoyo contra tus labios.
Un suave beso, como una leve brisa.
Un recuerdo que quedará constante en mi memoria.
Adiós, mi querido
Me alejé, mi cuerpo temblaba y aún así no iba a arrepentirme.
Y así, sin más, decidí arrancarme el corazón.
¡Ja, que idiota! Olvidé que yo no tengo corazón.
Entonces, ¿por qué puedo sentir?
Si soy tan solo una maldita muñeca.
Esto debe ser una broma.
Alguien debe estar riéndose de mí en estos momentos.
Pero ya no importa.
Mi visión haciéndose cada vez más borrosa.
Extiendo mi mano, pero nadie está ahí para sostenerme.
Thump
Caigo, un golpe en seco.
Solo pedazos de mí quedan esparcidos por el piso.
Un último pensamiento cruzando por mi mente mientras en cámara lenta mi cabeza golpea el suelo.
¿Me hubieras amado si hubiese sido un humano?
Gracias, gracias de todos modos, por permitirme amarte.
X
Aquella noche tuvo un extraño sueño.
Sus ojos parpadearon, una cálida sensación recibiéndolo.
Una sensación abrumadoramente perturbadora.
En su sueño, su muñeca lo besaba.
Dejó escapar una risa.
Su muñeca siempre parecía observarlo.
Pero lejos de darle miedo o incomodarlo, lo intrigaba.
Si tan solo la muñeca fuese humana.
Si tan solo. . .
De pronto su pecho se oprimió, algo daba vueltas en su mente.
Como un presagio, violentamente se levantó de su cama.
Y ciertamente, se dio con la escena más triste que sus ojos podrían presenciar.
Su muñeca tirada en el piso.
O los pedazos que quedaban de ella.
Sus piernas se movieron con lentitud.
Con temblorosas manos recogió los pedazos.
Su cuerpo temblaba, tanto, que sus piernas cedieron y sus rodillas golpearon el suelo.
¿Por qué Mana? ¿Por qué?
Susurró al silencio de su habitación.
Lágrimas cayendo de sus ojos.
Sujetó la mano de su, alguna vez, bella muñeca.
¿Por qué?
Gritó.
Su propio eco parecía burlarse de él.
Rió sintiendo la ironía.
Sangre resbalando de sus dedos.
Y una sola cosa cruzando por sus pensamientos.
Si tan solo. . .