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*Más fuerte que el odio* por Zoe Wayne

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Muchas gracias a Paula por corregir. 

Atención: Harry Potter (y todo su mundo) pertenece a J.K. Rowling, esta historia es para entretener, no se gana ningún dinero con ella.

Arthur Weasley x Lucius Malfoy

 

 

*Más fuerte que el odio*

 

 

Esa mañana hacia frío en Londres. El aire invernal soplaba con fuerza y se mezclaba con la niebla espesa de la ciudad.

Arthur cerró más su viejo abrigo para protegerse del clima. Pero aun así, sentía sus manos heladas y todo su cuerpo también. Esa prenda gastada y algo anticuada no podía darle el calor que necesitaba y el joven Weasley no podía hacer más que resignarse.

No tenia dinero para comprarse un abrigo mejor. Y por mucho que trabajara para el Ministerio, el dinero que ganaba era para poder mantener a su mujer y a sus hijos pequeños. Y en ese momento su economía estaba peor que nunca con la llegada de los gemelos Fred y George.

Y pese a todo, pese a sus dificultades, el recuerdo de sus pequeños le hizo sonreír. Eran tan hermosos e inocentes, tan pequeños en ese etapa de su reciente vida.

"Luego ya crecerán" Se dijo pensando en como habían cambiado sus hijos Bill, Charly y Percy... ya estaban hechos unos hombrecitos.

 

_ ¿Piensas obstaculizar más el paso, Weasley? _ Oyó una voz, conocida y desagradable que le hizo olvidar por completo lo que estaba pensando.

_ Malfoy..._ Exclamó al girarse y encontrarse con esos transparentes ojos azules.

 

_ Te apartarás_ Le hablo de nuevo Lucius sin retirar la mirada.

 

Arthur no se retiró del paso, todo lo contrario. Al encontrarse, justamente, delante de la entrada al Ministerio... No se había dado cuanta de que ya había llegado allí por culpa de su ensoñamiento mental, que últimamente le pasaba demasiado a menudo por sus preocupaciones económicas.

Entró por la puerta

Malfoy le atravesó con sus irises, probablemente para él, eso había sido como un insulto. Pero aun así, no dijo nada y entró detrás de él.

El silencio y la incomodidad del ambiente se volvieron tensos, y era tan intensos que podrían haberse cortado con un cuchillo.

Al joven Weasley no le gustaba Lucius Malfoy... y ese sentimiento parecía ser mutuo. Desde el primer día que se cruzaron sus miradas se odiaron.

Era así de simple.

Arthur no podía soportar esos aires de grandeza que tenía el joven aristócrata. Era más joven que él y ya ocupaba un cargo destacado en el Ministerio, probablemente conseguido gracias a su gran fortuna.

No era envidia lo que sentía, solamente que creía que no era justo. Aunque si que podría enviar su abrigo... en ese momento.

"¿Por qué unos tanto y otros tan poco?" Era lo único que podía pensar al ver a ese hombre a su lado. Los dos habían entrado en el ascensor para desplazarse a sus respectivas secciones.

Malfoy era alto, guapo y rico... No le habían pasado desapercibidas las miradas de todos las mujeres que trabajaban en el Misterio, todas y cada una de ellas se giraban cuando él pasaba por su lado.

Aunque no era de extrañar, con sus cabellos rubios y largos hasta la cintura y sus brillantes ojos azules... además que vestía con ropas caras y elegantes.

En comparación, Arthur, no era más que uno entre un millón "Del montón" No era feo, pero tampoco era guapo. Sus cabellos rojos, lagos y algo rizados que nunca podía peinar bien, no eran nada destacables y por eso se los recogía siempre en una cola de caballo y sus ropas estaban viejas y gastadas...

No había punto de comparación.

...

 

El ascensor bajaba más lento que nunca, o eso les parecía a ellos, y los dos hombres ya empezaban a estar nerviosos...

Entonces, se detuvo de golpe.

Y Arthur sólo pudo pensar "Al fin"... y cuando iba a salir, unos gritos entraron llenando todo el espacio de repente, alterando a sus ocupantes "¿Qué esta pasando?"

_¡Rápido!_ Escucharon gritar a alguien _¡Cerrad las puertas! ¡Que no escape! ¡¡¡Rápido, Rápido!!!

Estaban en la cuanta planta en "El Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas" Y por los ruidos de pies y corredizas de un lado a otro, probablemente una criatura mágica se les había escapado.

Afuera parecía haber un ejército en marcha por el follón que armaban.. Y el joven Weasley no sabía que hacer, Malfoy tampoco parecía muy decidido.

Entonces alguien entró en el ascensor _ ¡¿Qué hacen?!_ Les preguntó en un grito _ ¡No se queden ahí, Marchese!_ Les volvió a gritar apretando el último botón del ascensor.

Los dos magos se quedaron atónitos, como de piedra. Ese hombre estaba cubierto con una máscara protectora... y eso sólo quería decir, que la criatura debía ser peligrosa.

"Muy peligrosa"

Las puertas comenzaron a cerrarse y el hombre desapareció tan rápido como había venido. Y poco a poco los gritos iban desapareciendo... y cuando quedaban unos dos centímetros para cerrarse del todo. Algo brillante como una luciérnaga, entro iluminando todo el espacio como si fuera el mismísimo sol.

Comenzó a volar de un lado a otro, como una mosca histérica que busca la salida, desde el otro extremo de una ventana. Y en su vuelo iba soltando una especie de polvo dorado, era como una lluvia de polen que lo cubría todo.

Los gritos crecieron desde el otro extremo llenos de horror "¡¡¡Sáquenla de ahí!!!" Pareció entender, Weasley, entre todas esas voces, cerrando los ojos para protegerse de esa luz.

El ascensor empezó a bajar y los gritos se iban perdiendo según esta descendía, después sólo un estruendo ensordecedor, como una explosión invadió el lugar.

Y Arthur perdió el conocimiento.

...

Cuando despertó el cuerpo le dolía como si hubiera recibido un fuerte impacto. Y así fue, el ascensor se había estrellado en el último piso.

Y él y Malfoy se habían quedado dentro.

Miró a todos lados desorientado, aún en las paredes del ascensor se podía distinguir el color dorado de ese extraño y luminoso ser. En el extremo derecho de este había un agujero enorme.

"Loco" Pensó Weasley sintiendo una fuerte presión en el cerebro, hasta eso le dolía. El idiota de Malfoy había utilizado su varita.

"¡Malfoy!" Recordó y al mirar al suelo lo vio ahí inconsciente, con su varita muy cerca de él...

 

_ ¡Malfoy!_ Le llamó acercándose a su persona. Podía "Caerle mal" como se suele decir, pero no por eso dejaría a la suerte el estado de un compañero. Al comprobar que este no respondía, se acercó más y lo zarandeó un poco _ ¡Malfoy!_ Lo volvió a llamar.

Sus miradas impactaron, al despertar este.

Y Arthur se sintió extraño, como si algo en su cuerpo se hubiera activado... un calor lo envolvió como una brisa que calentaba todas las partículas de su ser.

Rápidamente, muy rápidamente.

Los ojos de Lucius lo observaron descolocados, como si por una fracción de segundo no supiera donde estaba y lo que estaba sucediendo.

Después...

Después sucedió lo más extraño del mundo. Arthur no sabía cual de los dos había empezado primero, cual de ellos había besado al otro.

Pero sus labios parecían tener vida propia. Y no paraban de morderse y apretarse con ansias devastadoras. Sus cuerpos ardían presas de un deseo incontenible, inconsumible. Era... era como si sus células fueran un volcán en plena erupción y necesitaran tocarse y besarse para así calmar la lava que parecía recorrer cada una de sus venas.

Y con sus caricias y los roces de sus cuerpos, mojados por el sudor y el deseo, parecía calmar y petrificar esa lava ardiente y feroz.

Las ropas fueron retiradas con estirones salvajes, sin separar sus bocas. Malfoy parecía otra persona ante los ojos de Weasley... con sus irises trastornados y entregados al auténtico apetito y su piel blanca temblando por el anhelo de la carne.

Se revolcaron por el suelo como bestias indómitas, sin importarles que sus cuerpos quedaran dañados por los miles de desperdicios que el suelo tenía. Se besaban, se arañaban la piel, se mordían ansiosos por sentir más.

"Más" Era lo que parecían gritar sus almas, que estas eran calladas por los acelerados bombeos de sus corazones.

Tan fieros como sus manos que marcaban a su amante hasta enrojecer su piel...

Y cuando Arthur entró en Lucius , este se arqueó debajo de él, con energía… con dolor. Pero su placer era mayor... "Mucho mayor" Porque en su rostro no mostró molestia alguna, sus labios se retorcieron por culpa del éxtasis y sus caderas reclamaron más atención.

Weasley tenia la impresión de montar a un caballo enloquecido, parecía moverse cada vez más rápido, con más velocidad según el iba entrando en su interior.

Profundizando, clavándose en él.

Con más ímpetu, con más crueldad... Perdía el mundo de vista por segundos. En ese instante, en ese momento sólo existían ellos dos. "Ellos" y la pasión que controlaba sus cuerpos.

Sólo eso quería... solo eso necesitaba.

_ ¡Lucius! _ Decía fuera de sí _ ¡Lucius!_ Repetía entrando más y más _ ¡¡¡LUCIUS!!! _ Gritó al llegar al placer del orgasmo.

Y cuando cayó encima de este, extasiado por el frenesí, supo que él también había llegado.

 

"Nunca"

 

Nunca en su vida habían tenido un sexo más maravilloso que ese...

 

Y nunca más lo tendrían.

 

Porque años después, cuando sus miradas se cruzaban presas del odio, podían ver en el interior de estas el recuerdo de ese día.

Y aunque en la profundidad de sus corazones, sabían y ardían en deseos de revivir esa experiencia "El orgullo era mayor"

Ninguno se rebajaría a dar el primer paso, ninguno diría la primera palabra...

Y entonces ese anhelo, esa necesidad se volvía rabia, ira... amargura.

 

_¿Por qué odias tanto a Lucius Malfoy?_ Le dijo Molly una tarde que había vuelto a tocar su piel, en una pelea en una librería.

Todavía podía sentir su calor... en el puño que le había rozado.

 

-Porque... -se intentó explicar, pero su respuesta se convirtió en silencio. El recuerdo de los besos de Lucius, era como un fantasma que sellaba sus labios.

 

 

Fin

 

¡Hola a todos!

 

Pues aquí esta mi respuesta al reto doble que hicimos Andy24 y yo ^^ Su historia es "Love Today" Leerla también XD

¡Muchas gracias por leer!

Y por favor Comentarios...

Si tienen alguna duda me pueden enviar un E-mail.

 

Zoe Wayne


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