Es como cruzar la neblina.
No entiendo la velocidad de tus reacciones, y en contadas ocasiones desee matarte y acallar finalmente todas tus risas y gestos.
Pero me doy cuenta que es imposible destruir esa parte de ti.
Tu piel es suave, y tu sonrisa no tiene fin.
¿Sabes que es lo que pienso??
Si, se que lo sabes, lo lees en mi cara sin emociones, tu y solo tu, eres el único que puede.
Podrías destruirme si se te da la gana, pero no lo haces, te quedas a mi lado y en silencio, te recuestas sobre mi hombro, hablas bajo sobre tu vida y tus aventuras, yo solo escucho, incapaz de silenciar siquiera un grado el sonido de tu voz.
Me hipnotizas.
Soy una persona solitaria, lo se desde que nací, solo recuerdo haber mirado el techo de mi habitación por años, hasta que a alguien se le ocurrió que sería bueno como shinobi, y eso hice.
Por un momento me sentí vivo, ahí podía matar sin remordimiento y todos me necesitaban, todos alababan mi esfuerzo y me consideraban una herramienta de alta potencia, silenciosa y que podían vender a un alto precio.
Era fácil. Y me “gustaba”, me hacia olvidar…
que estaba solo.
Cuando te conocí, algo cambió: por primera vez tuve miedo.
Aún ahora me ahoga; el silencio y la oscuridad.
La sensación de vació me aflige, cuando antes me tranquilizaba.
Tal vez me he acostumbrado a la luz que desprendes.
Te necesito, me domesticaste y no me di cuenta hasta que era demasiado tarde y todo lo que me importaba eras tu.
Tu, que eres endeble y frágil como un conejo, que no te defiendes y nunca dejas de sonreír, me domesticaste a mi, ¡¡a mi!! Al lobo…
Sigo preguntándome como paso, llegaste a mi vida y te plantaste con fuerza, te aferraste a cada parte de mi alma y escribiste tu nombre en cada rincón, luego me llenaste de cariño, de besos y te entregaste para que me volviera un obseso.
Me volviste adicto a tu cuerpo y a tu más pequeño gesto.
Me hiciste temer.
*…y desear proteger*
Rock Lee…suave y vació de odio. ¿Cómo puedes quererme? ¿Cómo lograste tanto?
Y en alguna parte del relato, pese a lo que aun me parecen de extrañas tus risas, hay sonidos que me agradan.
Me agrada la forma en que te quitas la ropa, y el sonido del spandex rozando cada poro, lamiendo todo centímetro.
Añoro el mirar, tu rostro sonrojado, como muerdes tus labios para aguantar un poco el dolor de mi a veces imprudencia. La vista nublada y el raspar de tu aliento, todo se mezcla.
Entonces dejo de pensar, olvido que sucede después, mi propio placer me enceguece, y lo que le sigue es confuso, siempre cortado como si hubiera pedazos perdidos de memoria.
Pero aun siento tu piel, y calor de tu pecho cuando caes sobre mi, rendido y agotado de igual manera.
Te retengo con fuerza, porque recuerdo que esto es un instante, que la vida es un parpadeo.
Y continúo la labor que me propuse.
Acaricio tu espalda, tus hombros, beso tu cuello y me inundo con el olor de tu cabello, siempre tan negro y espeso. Quiero grabarte para siempre, ahogarme en ti y en tu esencia; hueles a vida, hueles a paz, a inocencia y conciencia, a trabajo, a honra y a sueños que deseas convertir en realidad.
Eres tan diferente a mi, yo huelo a sangre, a muerte y a lágrimas, a odio, a rencor y a suicidio. Soy una escoria vengativa… pero, aun así, haces lo mismo, acaricias, tocas y exploras, respiras de mi cuello y besas mi tatuaje.
Me dices que es algo muy profundo y a la vez hermoso. Exclamas que te gustaría tener uno igual.
Mi Lee…no sabes, no lo sientes, pero yo lo veo, yo lo escribí en tu piel, lo tienes en cada parte que he besado, lo llevas tatuado con sangre en el corazón.
Te protejo, el kanji no es solo una palabra, es un conjuro. Te salvaré de mi mismo, y de la bestia que tengo en mi interior.
Pero no, no es Shukaku.
Lo que hay dentro es aun más cruel e insensible, y mata todo lo que este cerca.
Me asegurare que estés siempre bien, que vivas, que lo hagas por mi.
Nunca te separarás de mi lado…
Esa es mi promesa, ámame Lee, hazme sentir vivo, quédate conmigo y hagamos el amor como si no hubiera un mañana. Entrégate siempre con el mismo aroma, y nunca me dejes…
Jamás te alejes. Porque entonces desgarraré tus alas, tus esperanzas y tus sueños, haré todo con tal de que tengas que caer nuevamente junto a mí, y entonces te tomaré en mis brazos.
Necesitarás de mis alas para poder volar…