CAPÍTULO I
Konoha era una aldea muy próspera y tranquila, donde los matrimonios estaban permitidos desde los 15 años. Por eso al llegar a esa edad, muchos jóvenes comenzaban a cortejar a alguna chica o chico que consideraran candidato/a a esposo/a. En dicha aldea la familia más influyente era la Uzumaki, y la jefa de la familia, la abuela Tsunade (una cebolla se estrella contra la cabeza del narrador), cofcof, quise decir, la joven y hermosa señora Tsunade, era una de las personas más temidas del lugar. Decían que si la molestabas, con sólo tronar los dedos era seguro que recibirías la paliza de tu vida.
Pero vayamos a un lago un poco alejado de la civilización, donde dos jóvenes estaban recostados en el pasto, uno encima del otro. En aquél momento compartían un fogoso beso mientras las manos del que estaba arriba recorrían el cuerpo de su acompañante, y éste a su vez lo sujetaba del cuello para tener mayor contacto.
-Mmhh... Sasuke, para -dijo con los labios rojos un precioso chico rubio de ojos azules-. Alguien podría vernos y tendríamos graves problemas.
-Hn, está bien -contestó un joven de unos 17 años, piel blanca, ojos negros y cabello azabache con peinado de cacatúa (disculpen, no pude evitar decirlo)
Se contemplaron en silencio un largo rato, Sasuke aún encima del rubio. Le quitó unos mechones de la cara, a lo cual el otro sonrió con las mejillas de un leve tono carmín.
-Naruto, sabes que he estado enamorado de ti prácticamente desde que usabas pañal, así que mañana, como por fin vas a cumplir 15 años, iré a pedirle a Tsunade-sama que deje casarme contigo.
-¿De verdad? -lo abrazó- ¡Sasuke, te amo! -se volvieron a besar apasionadamente- Quiero ser tuyo para siempre.
-Como debe de ser, dobe -sonrió de medio lado-. Aunque ya pasó algo de tiempo desde la primera vez que te hice mío -descendió su mano por el muslo del ojiazul
-Pervertido.
-Sólo contigo. Pero si en tu casa se enteran de que ya le quité la virginidad a su pequeño zorrito, seguramente toda tu familia me intentará matar.
Un rato después, en una de las casas más grandes y bellas de Konoha, Naruto se escabullía sigilosamente.
-Ya era hora de que llegaras.
Había sido interceptado por un joven pelirrojo de 16 años, ojos verdes y el kanji "amor" tatuado en su frente.
-¿Sabes lo difícil que es encubrirte ante la abuela?
-Ahh, Gaa-chan -suspiró aliviado al ver a su primo y luego sonrió-. Lo siento mucho, pero cuando estoy con Sasuke se me va el tiempo -se le colgó del brazo-. ¿Y adivina qué? Sasu me dijo que mañana le pedirá mi mano a la abuela.
-Oh, pues felicidades. Espero que no te quedes viudo antes de tiempo.
-Qué malo eres.
-Niños, ¿qué hacen?
Había hecho acto de aparición un rubio de ojos castaños, muy guapo, de alrededor de 20 años.
-¡Hola, Ginji nii-san! -saludó su hermanito- ¿Vienes de la escuela?
-Sí, hoy les apliqué examen a los niños y por eso me tardé.
Una mujer rubia muy voluptuosa llegó con el trío.
-Gaara y Naruto, ¿no iban a ayudar hoy a Neji en la tienda?
-Ups, lo había olvidado -jaló del brazo al pelirrojo-. Vamos, Gaa-chan, o Neji-nii se enojará.
-Con permiso, Tsunade Baa-sama.
-Cuídense, niños. Y no se acerquen a extraños.
Así ambos se fueron.
-¡¡Waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!! -un grito inundó la casa
-¡¿Qué rayos fue eso?!
-Seguramente Dei-chan.
-Buuuuuuaaaaaaa, no tengo inspiración. Y se supone que pronto debo presentar mi escultura a Sasori-sensei.
El tercer hermano era rubio, de cabello largo amarrado en una coleta, sus ojos eran azules un poco más claros que los de Naruto, y tenía alrededor de 18 años.
-Buuaaa -se abrazó a Gin-, consuélame, nii-chan.
-¡Deidara! ¡Te he dicho que no armes tanto alboroto en la casa!
-¡¿Qué?! ¡Pero si tú eres la que está gritando, Baa-sama!
-¡¡Ya cállense los dos!!
Habían sido interrumpidos por un guapísimo rubio de ojos dorados, de aproximadamente 22 años, y con una cara de malhumorado.
-¿Por qué rayos tienen que gritar tanto cuando estoy trabajando?
-Perdona, Yuki aniki -lo miró con ojitos llorosos-, pero no fue sólo mi culpa -miró furtivamente a su abuela
-Deberías descansar un poco, nii-san -intervino Ginji-. Prepararé algo de comer, ¿sí?
-Hn, bien.
Por la noche, Sasuke se encontraba en su casa preparándose psicológicamente para al día siguiente enfrentarse con su futura abuela.
-¡Sasu-chan! -su hermano mayo, un joven apuesto de largos cabellos negros igual que sus ojos, unas ojeras sensuales, con alrededor de 19 años, llegó a su lado-. Vi que preparaste tu ropa más elegante y formal, ¿dónde la piensas usar?
-Mañana voy a pedir a Naruto en matrimonio.
-¡Kyyyaaa! ¿Ya tiene 15 años? Qué rápido pasa el tiempo. Todavía recuerdo cuando era un niñito muy lindo y tierno al que no dejabas que nadie se le acercara.
-Sí, bueno -se sonrojó-... Oye, aniki, ehm... ¿crees... que podrías acompañarme a hablar con Tsunade-sama?
-Ja, ni loco -retrocedió asustado-. No deseo morir tan joven.
-<<Maldito hermano mayor>> -pensó Sasu enojado
Finalmente llegó el día que Sasuke llevaba esperando durante casi 14 años. Se había vestido muy elegante, muchas y muchos lo veían embobados, lástima que ya iba en camino a la casa del futuro dueño de sus quincenas. Allí fue recibido por Tsunade, quien lo guió al salón, todo siendo espiado por los demás jóvenes.
-¿Y yo qué rayos hago aquí? -decía Yuki tras la puerta
-No te enojes, aniki -le dijo Dei-. Esto será interesante.
-Yo debería volver al negocio, pero me obligaron a quedarme -el que habló era Neji, el otro primo de los chicos, de largo cabello castaño y ojos blancos, con unos 18 años.
-Shh, escuchen -dijo Naru-, ya están hablando.
-¿Y a qué debo la visita del más joven de los Uchiha?
-Ahh... verá -estaba nervioso-. Es que yo, quisiera pedir la mano del más bello de sus nietos.
-Comprendo -la mujer sonrió. Sabía que la familia del chico era excelente, lo cual lo convertía a él en un excelente partido-. ¡Yuki, ven!
Todos los jóvenes se desconcertaron, pero de mala gana el mayor entró.
-¿Qué?
-Aquí el joven Uchiha que ha venido a pedir tu mano. Sasuke, debo decir que tienes un buen gusto, jajajajjaa.
-Yo no me pienso casar con ese mocoso.
El azabache tenía un tic en el ojo.
-Pero Yuki, él es un excelente candidato. Te daría buenos hijos.
-¡¡Disculpen!! -gritó, pero se tranquilizó al ver que obtuvo la atención de los otros dos- Hay un pequeño inconveniente, Tsunade-sama... YO con quien me quiero casar es con NARUTO.
-..................................
-¡Felicidades, Naru-chan! -Dei lo abrazaba
-Snif, snif, mi ototo -Neji le pasó un pañuelo a su primo-. Gracias.
-Creo que la abuela está diciendo algo -informó Gaara
-¿Estás bromeando?
-Claro que no. Llevo casi toda mi vida amando a ese chico.
-Mira, no negaré que eres un buen candidato, pero Naru es el más pequeño de mis nietos. Yuki, aunque es el mayor, ni siquiera tiene novia o novio. Que te quede claro, Sasuke: todos mis nietos se casarán por orden de mayor a menor. Si en verdad quieres a Naruto, tendrás que esperar hasta que todos los demás se casen.
-¡¿Qué?!
-Yo no pienso casarme -comentó Yuki
-¿Lo ve? Él es el mayor y no quiere, ¿entonces cómo me pide que espere?
Siguieron discutiendo otro rato, pero fue imposible para Sasuke convencer a la mujer. Derrotado, salió de la sala encontrándose con el resto de la familia.
-Dobe, necesito hablar contigo.
Salieron al jardín, se sentaron en una banca.
-Oí todo lo que te dijo mi abuela -contó triste-. Yo la quiero mucho, se ha ocupado de nosotros ella sola, por eso no puedo desobedecerla.
-Lo entiendo. Escúchame bien -lo sujetó de las manos-, haremos caso a lo que ella te ha dicho, pero como no pienso quedarme toda la vida hasta que tus hermanos y primos consigan a alguien, pienso encontrarles esposo o esposa a todos.
-¿En serio? -preguntó sorprendido
-Por supuesto, y empezaré con el amargado de tu aniki -sonrió de medio lado-. Ya verás, Naru, buscaré hasta por debajo de las piedras, todo con tal de tenerte conmigo, kukuku.
¿Podrá Sasuke convertirse en casamentero para tener a su rubiecito?, ¿o Yuki se enterará y lo matará en el intento? Todo esto y más en el siguiente capítulo.