Arráncame la vida con el último beso de amor
Arráncala, toma mi corazón
Arráncame la vida y si acaso te hiere el dolor
A de ser de no verme porque al fin tus ojos me los llevo yo
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Seth estaba tirado en su cama, ricamente adornada. Las joyas que portaba, maravillas de los herreros mas afamados de la tierra conocida lo hacían ver hermoso. Sus ojos azules, elegantemente delineados, se veían tristes. Y con razón.
Miró nuevamente sus manos, ahora limpias, otrora rojas con la sangre de un plebeyo. Un plebeyo que había llegado a conocer, íntimamente.
Era un simple esclavo, que había sido elegido por los dioses (o mas bien, el había intercedido por los seres superiores) Jonouchi era bello. Dioses era la criatura mas bella que el hubiese visto alguna vez. Cerró los ojos y una lagrima escapo de sus ojos.
Flashback
-El esclavo esta listo mi señor.- un sacerdote de baja categoría le había traído al hombre que el había designado como el nuevo regalo para Sobek, dios de los cocodrilos.
Seth no pudo evitar maravillarse con ese cuerpo, dorado por el sol del desierto, y la musculatura marcada por los arduos trabajos en el templo.
La mirada altiva del muchacho y su postura desafiante. Era toda una bestia indomable para el sacerdote, que estaba acostumbrado a que todos le rindieran honores.
Lo invito a pasar, luego de despedir a sus guardias, a su habitación con la excusa de instruirlo, para su misión en el otro mundo.
-no tengo nada que perder, sacerdote. Mi hermana es dama de compañía de un ricachón del lugar. Me da lo mismo que me mates.
Seth quedo helado. Nadie le había hablado de matarlo (aun)
-no soy tonto- volvió a mirarlo. Obviamente había leído la incredulidad en los ojos del supremo sacerdote- se que eres encargado de saciar al dios Sobek, y yo no soy estúpido, por el solo hecho de haber nacido en la pobreza.
El sacerdote lo miro.
- No morirás aun, primero debes completar rituales de purificación. Debes instruirte en las artes oscuras, básicas, que te permitan hablar con el dios y aplacar su ira.
Fin Flashback
Habían sido meses hermosos, Seth se había empeñado en convencer a los sacerdotes mayores que el chico aun no había acabado su entrenamiento, aunque todo era una vil mentira.
Se había enamorado de esos ojos miel, de la soltura con la cual aceptaba su destino. El era toda la alegría que jamás había sentido, en ese cuarto lleno de lujos al que había sido confinado cuando fue elegido por el faraón como su sacerdote a los 10 años.
Se sentó en su cama, de frente a un espejo. Vio su propio rostro, manchado con lágrimas negras, toco sus labios distraídamente.
El debía ser casto y puro por su dios, pero aquella noche no había cumplido
Flashback
-mañana es el día- Seth miro al esclavo. Su cuerpo ya no era dorado, al menos no en la totalidad. LE habían marcado con tatuajes rituales.
El rubio de ojos miel sonrió.
- Solo te pido un favor… esta noche, cumple m ultimo deseo, sacerdote- y sin hablar mas se arrojo a sus brazos sin obtener oposición. Seth lo deseaba con locura.
Se besaron con hambre y deseo.se arrancaron las ropas con salvaje desesperación de quien sabe no tiene un mañana por delante.
Seth tomo al esclavo y susurraba palabras sucias narrándole que pensaba hacer con cada milímetro de su piel, y el joven gemía de placer.
.Joey…. me llamo Joey- susurro, lo que dejo estupefacto al sacerdote. Lo beso con cariño y susurro cada ves que lo penetraba su dulce nombre.
Aquellas caricias torpes los colmaron de placer, hasta el amanecer, se amaron.
Al toque de las campanas se separaron, y Seth vistió con reverencia a su amante, con caricias lo adorno de oro jade.
Luego el se vistió con las mas finas sedas, las mas ricas joyas y un tocado alto, que indicaba su estatus.
Antes de salir el esclavo lo miro a los ojos y lo besó.
-¿sabes que vas a morir a mis manos?- pregunto Seth
- Si pero a ti te dolerá mas, pues me llevo el brillo de alegría de tu vida.
Caminaron por el amplio pasillo, escoltados por los sacerdotes.
Allí al final del fatídico templo, estaba el Faraón Atem, mirando, ajeno a los sentimientos de su sacerdote, el sacrificio.
Joey se dejo amarrar con cadenas de plata. Y no cerro los ojos cuando luego de las plegarias, Seth le clavo una daga en el vientre, causándole espasmos de dolor.
El acido de su estomago, se volcaba en sus entrañas provocándole una muerte dolorosa que Seth estaba obligado a presenciar mientras rezaba por su alma. Y vio esos ojos dulces y miel que lo miraban con la devoción y el cariño de siempre, demostrándole que jamás lo odiaría por ello.
Y se vio pidiéndoles a los dioses más que paz para aquella alma mensajera. Le pedía directamente que lo hicieran feliz, que le dejaran reencontrarse algún día con el. Las lagrimas caían de sus ojos, sin importarle el murmullo de desaprobación de los sacerdotes, pues el estaba arruinando aquel ritual. Sentía que su alma se desgarraba al mismo compas del cuerpo del esclavo que gema de un dolor superior a cualquier otro.
Hasta que todo acabo, en un ultimo suspiro.
Luego de 2 horas de agonía, el esclavo murió, y su alma descansaría con los dioses.
Fin flashback
Seth miro la misma daga con la que había matado a Joey. Desconocía el amor. Mas aun, no podía dudar que lo mejor que le había pasado en su visa era ese esclavo. Las lágrimas volvieron a salir sin control. Y grito de dolor. Un dolor mayor que el que había sentido el muchacho al ser sacrificado.
Desgarrado, tomo la daga y la clavo en su cuello, dejándose morir entre las mismas sabanas que aquella noche habían presenciado su entrega y amor mutuos.
Y allí comprendió, que Joey se había llevado no solo el brillo de alegría de su vida, se había llevado su alma con el.