Ahí estaba yo, sentada en el sofá, con el televisor encendido, pero lo único que miraba era la maldita puerta que no mostraba señas de abrirse nunca; hacia casi 3 horas que estaba sentada esperando que ella llegara.
La mayoría de las personas que conocen a mi familia, dirían que mi hermana mayor y yo nos odiamos, es más, yo creo que ella me odia, pero conmigo no sucede lo mismo: la verdad es que, cada vez que la veo, siento que el piso bajo mis pies desaparece y el único sonido de la tierra es mi corazón que parece querer salirse de mi pecho.
Cada vez que entra a mi cuarto, con su sonrisa pervertida, solo para molestarme o quitarme algo sin mi permiso, quisiera poder echarle cerrojo a la puerta para que nunca saliera de mi habitación…para que fuese nada mas mía; pero eso no será nunca, ella es mi hermana, sangre de mi sangre y carne de mi carne, la cual seguramente esta ahorita dándose besos con ese maldito infeliz al que llama novio…ese bastardo que la ha hecho sufrir, ella no llora, por que se hace la dura, pero se que cada vez que pelean ella se muere por dentro.
Siempre ha sido así, hecha la dura, las miles de veces que ha tenido encontronazos, llega siempre sonriendo con su típica frase “no es nada!”, sube a su cuarto y empieza a tocar su guitarra, con aquella música fuerte pero a la vez nostálgica, la cual yo escucho a través de las paredes de mi cuarto.
Cuando salimos en familia, ella siempre se ve distante, incluso al compartir el auto, normalmente mis padres y mis abuelos van en uno, y nosotras dos en el de ella…ella sube el volumen de la música, y ni siquiera se voltea a mirarme en todo el viaje.
Los cumpleaños son los únicos momentos donde al menos noto cierto cariño de su parte, me despierta muy temprano y me prepara el desayuno, y no me avergüenza cuando mis amigos vienen a visitarme, simplemente se va por ahí con los de su banda.
Me costo mucho tiempo darme cuenta de mis sentimientos, al principio pensaba que era odio hacia ella, luego pensé que era una gran admiración…pero después que entre en la adolescencia…comenzó lo peor: cada noche tenía sueños demasiado explícitos con mi hermana. Su cuerpo encima de mi, su hermoso cabello castaño corto apenas cubriéndole el rostro, su típica sonrisa pervertida y aquella frase que siempre he querido oír de su boca: “te amo” ; luego comenzaba a besarme el cuello y delicadamente recorría mi cintura con sus manos, con sus dedos largos y sutiles por tocar guitarra tantos años…me hacían suspirar entre sueños para luego amanecer empapada en sudor.
Abrí los ojos rápidamente al escuchar el sonido de la puerta abriéndose, justamente cuando yo estaba…no muy presentable: con una mano dentro de mi ropa interior, otra acariciando mi pecho y completamente sonrojada. Ella me mira, sonríe pícaramente y se saca de la boca el cigarrillo…maldita sea la suerte de ese cigarrillo.
-ocupada?...-me dice con tono obviamente sarcástico, pero yo noto en sus movimientos, que esta sumamente ebria…seguramente andaba con esas malas juntas, que ella llama amigos…o tal vez peleo de nuevo con su novio.
-y-yo…solo estaba…-intento disimularlo un poco pero ella suelta una carcajada.
-pasando la adolescencia?...-sigue riendo- aunque sea la próxima vez intenta hacerlo en tu cuarto y con cerrojo…de haber sido papa o mama ya te habría desheredado…-ella camina algo torpemente hacia la cocina, donde comienza a buscar una aspirina.
Me levanto y me meto en la ducha, quiero mojarme con agua fría, quiero quitarme la imagen de su cuerpo desnudo (el cual he visto muy pocas veces, por que ella no le gusta desnudarse); al salir, me puse una bata y vi que mi hermana estaba en el pasillo, recostada a la pared y mirando el techo…mas pensativa y nostálgica que nunca.
Sin hablarle me metí a mi habitación, y me acosté boca arriba en mi cama, sin vestirme ni quitarme la bata, solo cerrando los ojos y pensando…imaginándome como seria…tener su cuerpo desnudo sobre mí.
Sentí en eso, que alguien me miraba, y me voltee en la cama para ver quien era. Allí estaba ella, parada de brazos cruzados recargada en el marco de mi puerta, con su cigarrillo en la boca.
-la niña ya termino su “labor”?-me pregunto entre risas picaras.
-cállate…le diré a mama y a papa que viniste borracha…de seguramente vienes de algún cabaret…-ya su actitud me tenia cansada, así que le espete sin ningún respeto palabras de odio.
-y tienes pruebas?...que tal si yo les digo lo que tu haces en tu tiempo libre?...-voltee mi cara hacia en techo y cerré mis ojos, suspirando resignada.
-ellos me creen mas a mi que a ti…niña “rebelde”…-fue entonces cuando paso lo que nunca antes había visto, su sonrisa pervertida se borro de su cara y cambio a ser un rostro de rabia contenida.
-por que eres una lame-botas…
-y?...ya puedes retirarte de mi cuarto…-en eso sentí un peso sobre mi vientre, ella se había lanzado sobre mi sujetándome las manos cruzadas sobre mi pecho, halándolas en una dolorosa llave.
-como dijiste?
-SUELTAME! ME LASTIMAS! LARGO!
-pídeme perdón!...-yo pataleaba, pero a la vez, quería que se quedara así para siempre…sobre mi…claro esta, sin estarme haciendo llaves dolorosas.
-NO QUIERO!
-PIDEME DISCULPAS!...-lo dijo casi en un gruñido animal.
-VALE! DISCULPAME!...-entonces me soltó, y sonriendo, recostó su cara sobre mi pecho, y bajo sus manos hasta el nudo de mi bata.
-ves, no es difícil hacerme caso…
-h-hermana! Que haces?!
-yo?...terminando lo que tu comenzaste…-aun con su mirada pervertida, se acerco hasta mi rostro, y beso mis labios como solo una hermana podría hacerlo: suavemente pero con su picardía habitual.
Sus manos por fin desataron el nudo de mi bata y había comenzado a recorrer mi cuerpo sutilmente, mis senos, mis caderas…yo me derretía bajo su calor….sentía que podía morirme en ese instante y seria feliz.
Su ropa quedo tirada en el suelo, mientras la luna alumbraba desde el cielo traspasando mi ventana…sudor, sus dedos, su lengua…las sabanas arrugadas y las almohadas olvidadas en el suelo, testigos silenciosos de un mortal pecado, como unas muñecas de porcelana que ven un asesinato a sangre fría.
*DING DONG**
Desperté con el maldito sonido del timbre, abriendo bruscamente los ojos y sintiendo mi rostro húmedo de la baba, me había quedado dormida en el sillón, mientras esperaba a mi hermana….todo había sido un sueño…entonces vi que ella entraba por la puerta, con su guitarra al hombro, y al verme me sonrió.
-vaya que duermes profundo!...llevo un buen rato tocando el timbre, no podía abrir la puerta!.
-…apenas estas llegando?...-mire el reloj, eran las 2:45 am.
-no, llegue hace media hora…pero como ya dije…estabas profunda…dime, con quien soñabas?...-sonrió pícaramente, obviamente, ella sabia…seguramente, me había visto besar al aire…o mejor dicho…a mi amante en sueños.
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