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Open up your eyes por windgates

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Notas del capitulo: Pues con algo de retraso, aquí esta el segundo capítulo. Espero que os guste, y muchas gracias por los reviews ^^

Sanzo se quedó obsolutamente perplejo, mirando la puerta que Goku había dejado abierta al salir corriendo. Su cerebro parecía no poder procesar toda aquella dolorosa información, o mejor dicho, no quería procesarla. Segundos después, despertó de aquel estado de shock y salío corriendo tan rápido como pudo detrás del mono. Debido a la gran longitud de los pasillos del templo, no tardó en divisarle y darle alcance. Lo sujetó por una muñeca y lo obligó a darse la vuelta.

-Sanzo, ¡Déjame!- Gritaba histérico Goku, tratando de zafarse sin éxito del férreo agarre del monje.

-Cuando me digas quien coño te ha hecho esto para poder ir a matarlo- Respondió Sanzo con dureza, y en ese momento miró directamente a Goku, quien vió una profunda ira en los violáceos ojos del monje, y supo que lo decía completamente en serio.

-Por favor... suéltame...-poco a poco, la fuerza de Goku se iba esfumando, hasta que acabó perdiendo el conocimiento.

Sanzo lo cogió antes de que cayera al suelo y lo cargó en sus brazos. "Supongo que ha sido demasiado para él..." pensó mientras lo llevaba a la habitación. Allí, examinó las heridas que presentaba el mono. Aparte de las producidas por una penetración sin preparación alguna, presentaba algunos moratones en los costados, así como una marca púrpura en el cuello, un chupetón, seguramente. Sanzo miraba a Goku con tristeza "¿Quien es el monstruo que te ha hecho esto...?" preguntó mientras le acariciaba la mejilla. "¿Por qué no quieres decirmelo?¿Acaso no confías en mí?" Se estaba angustiando cada vez más, no solo porque algún cabrón había violado a su querido mono, ya que ese hombre acababa de firmar una sentencia de muerte que Sanzo se encargaría de llevar a cabo, y no le serviría de nada esconderse en el lugar más lejano y oculto de la faz de la tierra: iba a encontrarlo y a matarlo. No, lo que de verdad angustiaba a Sanzo era el pensar que Goku no confiaba en él.

Saliendo de sus cavilaciones, se dedicó a limpiar y curar con sumo cuidado todas y cada una de las heridas de Goku. Una vez que terminó, lo recostó en la cama y lo cubrió con una manta. Se sentó a su lado, y al verlo dormir tan profundamente, Sanzo no pudo evitar comenzar a fijarse en su rostro, en su ojos cerrados, en sus mejillas, en sus labios... Aquellos labios parecían llamarlo, y siguiendo un impulso, comenzó a descender hasta ellos. Posó una de sus manos en la mejilla, acariciándola suavemente para después llevarla a sus labios, delineándolos con un dedo. Continuó bajando, notando sus propias mejillas sonrojadas. La distancia era ínfima, solo restaban unos escasos centímetros más...

De repente, Goku abrió los ojos de golpe, y Sanzó se apartó de él como si hubiera accionado un resorte, completamente azorado. Su corazón latía a toda velocidad, y amenazaba con salir de su pecho si se descuidaba. "¿¡Qué cojones me pasa!?" pensó, tratando de recobrar la compostura.

-Te has despertado- dijo bruscamente. Tenía la garganta tan áspera que hasta le raspaba al hablar. Intentó tragar saliva, pero tenía la boca completamente seca.

-Si...¿Qué ha pasado?- Goku se encontraba confuso, por un momento, le había parecido ver los ojos de Sanzo extrañamente cerca de los suyos.

-Cuando saliste huyendo del trastero, te alcancé y al medio minuto estabas desmayado- Dijo Sanzo, cerrando los ojos y poniendo una mueca de cansancio- Y bien...

¿Me contarás ahora lo que ha pasado? Y no me creo que te lo hayas hecho al caer del árbol del patio, no soy idiota y sé perfectamente que te han hecho, Goku. Lo que me interesa saber sobre todo es QUIEN te lo ha hecho.

Goku tenía la mirada perdida, sus ojos, normalmente brillantes y llenos de vida, estaban opacos y consumidos por la tristeza. Lentamente, se sentó en la cama, y se sorprendió al no sentir dolor alguno, solo una simple molestia.

-Ah si, te he curado las heridas- Dijo Sanzo, adelantándose a su pregunta.

-Gracias... siento causarte problemas, Sanzo-murmuró, sin apartar la mirada de la nada.

-Goku, ¿Por qué no quieres contármelo?- preguntó dolido Sanzo, y aunque con miedo, acabó por formular aquella pregunta que lo carcomía- ¿No confías en mí?

Esa última pregunta hizo que Goku volviera en sí y que dirigiera sus grandes ojos dorados a Sanzo. Estos, comenzaron a llenarse de lágrimas otra vez, hasta que acabó por lanzarse a los brazos de Sanzo, temblando completamente.

-Sanzo, n-no puedo contártelo, n-no puedo- sollozó el mono- s-solo te traería problemas... m-me dijo que s-si le delataba, haría que te expulsaran del te-templo y que a mí me volverían a llevar donde me encontraste.-Levantó la cabeza, mirando a los desconcertados ojos de Sanzo- Yo no podría dejar de verte, fuiste la luz que eliminó la oscuridad tras quinientos años de espera...

Sanzo se encontraba de nuevo paralizado, pero a la vez la profunda ira empezaba a emerger. ¿Quién? ¿Quién había sido el malnacido que le había hecho esto? ¿Quién le había aterrorizado con semejantes amenazas?

Poco a poco, Goku se fué calmando, y cuando se dió cuenta de que estaba abrazado a Sanzo, trató de apartarse, sonrojado e incluso esperando un golpe del harisen. Pero Sanzo no le dejó apartarse, al contrario, le abrazó un poco más fuerte y le acarició el cabello.

-Todo eso que te ha dicho es mentira- susurró despacio en la oreja de Goku, mientras este sentía un escalofrío debido a la cercanía de los labios del monje- Yo nunca dejaría que te volvieran a encerrar en esa prisión, y en el caso que lo hicieran, volvería las veces que haga falta para volver a sacarte de allí. Y respecto a lo de que me echarían del templo... sinceramente, eso no me importaría. Empiezo a estar hasta los huevos de estos calvos agilipollados.

Goku esbozó una sonrisa, y cerró los ojos, reconfortado por el calor y la tranquilidad que Sanzo le transmitía. Hacía un rato, se sentía sucio y repugnante, e incluso ahora se seguía culpando de lo que había pasado. Pero en ese momento, todas sus penas parecían haberse esfumado.

-Goku...- lo llamó suavemente Sanzo- Dime quien te lo hizo....por favor

Se separó lentamente de Goku y lo miró a los ojos. El mono desvió la mirada incómodo, pero aún así dijo:

-Kanzen...-dijo en un susurro.

-Kanzen... bien, me temo que él y yo vamos a tener una pequeña charla...-dijo Sanzo, mientras cargaba su pistola y se levantaba, comenzando a caminar hacia la puerta.

Goku abrió los ojos y se incorporó de golpe, interponiéndose entre la entrada y Sanzo.

-¡N-no puedes matarlo!- dijo Goku, asustado ante la expresión asesina de Sanzo.

-Claro que puedo Goku, y de hecho, voy a hacerlo- dijo con dureza- pero, ¿Por qué coño le defiendes? ¿Acaso no eres consciente de lo que te ha hecho? ¿Te has vuelto imbécil?

-Fué culpa mía- susurró Goku.

¿¡Qué!?- Sanzo no daba crédito a sus oídos "¿Se ha dado un golpe en la cabeza?"-pensó

Finalmente, Goku explotó:

-¡¡¡Fué culpa mía!!!- Chilló Goku- ¡Yo le provoqué! ¡El me dijo que si no le hubiera provocado, nada de eso habría pasado! ¡Por eso no puedes matarlo!

Sanzo estaba perplejo, pero se dió cuenta de que Goku sufría un ataque de histeria, y trató de hacerle razonar.

-Goku, no te permito que digas eso. NO fué culpa tuya, NO le provocaste. El es un maldito enfermo, y pienso pegarle un tiro para que se le quiten las ganas de volver a tocarte.- dijo Sanzo, con voz tranquila y cerrando los ojos.

-¡¡No entiendes nada!! - volvió a chillar Goku, completamente fuera de sí- ¡Te echarán, y a mí me volverán a encerrar! ¡Y seguramente me lo merezca!

Fué cuestión de un segundo. Sanzo abofeteó a Goku, que se quedó estático, llevándose una mano a la mejilla agredida. Sanzo nunca le había dado una bofetada, nunca. Le había pegado multitud de capones y le había atizado con el harisen incontables veces, pero jamás lo había abofeteado. Permanecieron así unos instantes, hasta que Sanzo se acercó a Goku y lo abrazó nuevamente.

-Ya ha pasado todo- fué lo único que le dijo, pero bastó para que Goku rompiera a llorar desconsoladamente en los brazos de Sanzo. Comenzó a susurrarle, y por primera vez desde que lo conocía, depositó un suave beso en su cabello- No tienes que preocuparte, no te volverá a hacer daño... yo me encargaré de ello...

Notas finales: Hasta el próximo capítulo, espero subirlo lo antes posible.

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