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Shounen to Ao por Alice_SuMiKo

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Notas del fanfic:

esto salió de la nada, supongo que ver el 'Beautiful genesis of revolution' me afectó.

Notas del capitulo:

Bueno.....

Si alguien se pasa por acá aprovecho de decir: juro que lamento estar tan desaparecida TTOTT!!!!; la vida no es rosada! y mal, pura mier**, así que lo lamento; lamento no estar leyendo los fic's que leía [aunque trato de hacerlo], lamento no leer los millones de fic's nuevos que se publican, lamento no publicar más cap's de mis otros fic's [aunque a nadie le importe]
y eso

Este fic salió de la nada, no es gracioso, no es lemonoso ni nada.

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Siempre ha sido así. Siempre ha tenido una personalidad misteriosa, voluble, inestable…me encanta. Me vuelve loco.

 

No tengo idea de cómo pasó, sólo sé que llegó un momento en el que ya no me concentraba en los ensayos, mi bajo y la perfección de las notas que en él ejecutaba no eran mi prioridad; tampoco el disfrutar del conjunto de sonidos que lográbamos entre todos, nuestra música. De un segundo a otro…(que no supe determinar) terminé enamorándome de él; de ello me percaté con el hecho de que sólo me dedicaba a mirar sus movimientos en el escenario, a deleitarme con sus interpretaciones, a quedar como un imbécil con el sonido de su voz, a no prestarle atención al contenido de sus palabras en una conversación cualquiera, a inspeccionar todas sus costumbres, a perderme en sus profundos ojos, fueran del color que fueran….etc, etc, etc.

No soy muy inteligente emocionalmente, así que me llevó un poco de tiempo darme cuenta de que me había enamorado del vocalista de mi banda….quizás no fue un poco…de hecho, fueron mis compañeros, no, mis amigos, los que me ayudaron a descubrirlo.

 

-Ryo-chan ¿¡por qué no lo ves!?- me preguntaba cada ciertos lapsus, cada vez con más exasperación.

-¿Ver qué….Ban-san?- respondía haciéndome el desentendido.

-¡Me harté!- decía jalando sus cabellos de manera infantil y alejándose. Eso ocurría casi siempre.

-Deberías hacerle caso- opinaba Yu-ki habitualmente luego de que Ban-san se iba con su ‘berrinche’- No eres el ser más discreto del mundo.-

-No sé de qué hablan.- respondía con una sonrisa de ‘porqué todo el mundo me dice esto. Basta’.

 

 

Así pasó un tiempo…hasta que Ban-san se hartó definitivamente….

 

 

Ese día estábamos ensayando, tocábamos ‘Shounen to Ao’. Sou cantaba con dedicación, sintiendo la canción en cada parte de su ser; su voz sonaba increíble, encantadora, dulce…perfecta. Él siempre daba todo de sí, ponía la misma pasión y entusiasmo en todas las canciones que tocábamos, podía sentir esa pasión con la que cantaba, su hermosa voz me traspasaba y embriagaba cargada de sentimientos, me hacía olvidar que también debía hacer lo mismo y no descuidarme para arruinar la canción con algún error. Tocar en esas condiciones suponía un esfuerzo más que gigante de mi parte, no podía evitar quedar totalmente embobado con la voz de Sou, de por sí eso ocurría sin la necesidad de que estuviera cantando tan encantadoramente.

Al comienzo del coro Sou se volteó, quedando justo frente a mí. No me inmuté, si iba a actuar o estaba tan inspirado y emocionado como su hermosa voz lo indicaba yo no iba a oponerme. Desde ese segundo no se apartó de mí, podría decir que me cantó única y exclusivamente a mí el resto del tema, dedicándomelo. Nada de fanservice ni actuaciones tontas u ociosas, como era costumbre. No. Sentí como cantaba para mí, y estuve a minutos de desplomarme: mi cuerpo se debilitaba, y paradójicamente, mi corazón se aceleraba como nunca lo había hecho en su vida, un escalofrío me recorrió por completo, y sentí ‘mariposas en el estómago’. Muchas sensaciones, pero no paré, seguí tocando mientras él me cantaba; coreaba con él, sintiéndome el ser más feliz del mundo.

-…omoeru kara…- puso su mano en mi mejilla y la acarició con cautela. En ese momento sólo atiné a cerrar mis ojos y a dejarme llevar por la calidez de su mano, suave y tersa. Cuando abrí mis ojos sólo pude perderme en lo suyos (que en ese momento eran negros y profundos).

La canción terminó. No sé cómo o cuándo, pero Sou tenía su mano sobre la mía. No alcancé a asociarlo todo… pero en ese segundo se demostró que Ban-san realmente estaba harto

-¿¡Hasta cuándo piensan estar con este tipo de juegos, tortolitos!? ¡Esto me desespera! O se dicen un ‘te amo’ ahora ya, o afrontan las consecuencias!!- dijo…en realidad gritó, al tiempo que tocaba platillo y redobles para acentuar sus palabras. Gracias a eso recordé que estábamos con toda la banda, que era un ensayo, que yo era Ryosuke, bajista de Lolita23q, que vivía en Japón, y etc. Realmente me fui de este mundo por un momento, todo por culpa de Sou; aunque al parecer a él le había ocurrido algo parecido. Soltó mi mano y desvió la mirada, yendo a colocar su micrófono en el pedestal. Noté que su rostro tenía vestigios de rubor, me enterneció de sobre manera. Mirar los rostros de Yu-ki, Ryuto y Ban-san me hizo asumir de golpe la situación en a que estaba.

Prácticamente había sido algo como un “declárense ya”, pero….eso quería decir que era recíproco……Aún así Sou no hacía nada por confirmarlo, mantenía una mirada seria que concordaba con su actitud mientras ignoraba olímpicamente todas las miradas que tenía sobre sí.

Muy por el contrario yo ya estaba hecho un manojo de nervios por la autoritaria mirada que Ban-san tenía sobre mí, sin mencionar lo molesto de las miraditas cómplices que se daban Ryuto y Yu-ki, al parecer, ambos divertidísimos con la situación.

 

-¡Ryo-chan!- me llamó golpeando bombo y caja ¿¡Qué quería que hiciera!? Me miró reprobatoriamente- ¡Basta! Ryu-chan, Yu-ki-kun- dijo mientras se alejaba de su batería, Ryuto y Yu-ki lo siguieron, se dirigían hacia la salida del estudio.

 

-El ensayo aún no acaba- se escuchó la suave voz de Sou desde el fondo, un tanto gélida. Ban-san sólo lo miró con impaciencia, como queriendo decirle “¡de aquí no sales hasta que ‘resuelvan’ todo!”, luego salió.

Muy preciso.

Sou se dirigió hacia la puerta dispuesto a irse, con una actitud indiferente, muy propia de él; sin embargo la puerta no se abría, pero según vi no era por causa de algún seguro. Suspiró frustrado y fue hasta el fondo de la sala, se sentó en el suelo y contempló un punto muerto. Fui hasta la puerta…al parecer no serviría de nada tratar de abrirla…así que…

-¿Cuánto más van a quedarse ahí?- pregunté, temiendo escuchar una respuesta…

-Lo que sea necesario- se escuchó la voz de Ryuto.

-Ban-san se hartó de esto, y dice que no saldrán de ahí hasta que se juren amor eterno.- decía Yu-ki riéndose. Ya me las pagaría.

No sabía cómo enfrentar aquello, todo era demasiado rápido y repentino. Quizás no era el mejor momento, pero ya no había opción. Me acerqué a Sou y me puse en cuclillas frente a él, obstaculizando su panorama. Levantó la vista me miró a los ojos. ¡De verdad que es adorable! Tenía esa expresión de ‘pocos amigos’, pero aún así pude percibir que estaba nervioso, avergonzado y molesto. A pesar de ello mantenía su actitud de ‘chico rudo’….me encanta.

No dije nada, sólo me quedé contemplándolo con una sonrisa tonta.

-¿Qué?- preguntó hastiado. No respondí, no sabía qué decir….digo…era más que obvio, de hecho, al parecer todos sabían que sentía más que sólo aprecio por Sou, y sólo comencé a darme cuenta de ello hasta ese segundo…

De la nada Sou puso su diestra sobre mi frente de manera delicada y tierna .No entendí… cuando de pronto ejerció una pequeña fuerza que hizo que cayera de espaldas, ¡ese era su maléfico plan! Empezó a reír ¡qué malévola mente ocultan esos ojitos!

-¡Eres muy ingenuo, Ryosuke-kun!- decía entre risas escandalosas. Me encantan sus cambios anímicos…Sou es una persona impredecible. Me pregunté si él también sabía que lo amaba…

Se levantó, y comenzó a patearme suave con su pie izquierdo, yo seguía tendido en el suelo.

-Levántate….¡levántate!- me decía juguetón, con una gran sonrisa mientras seguía moviendo mi cuerpo con su pie.

-¡Detente!-dije mientras tomaba su pie, inmovilizándolo. Dio saltitos con su pie libre para no perder el equilibrio, al tiempo que reía.

-Está bien, ¡pero suéltame!- clamó divertido. Lo solté y me puse de pie. Él se dirigió hacia la ventana, que mostraba el centro de la ciudad, con una sonrisa; el estar en un cuarto piso daba un panorama precioso y lúgubre. Sou se recostó sobre el vidrio contemplando la ciudad, su rostro cambiaba de una expresión alegre a una más melancólica, que cada vez se sumía más en sí.

-¿Qué ocurre?- pregunté un poco preocupado.

-Nosotros…nos conocemos hace mucho tiempo…¿verdad?- preguntó sin apartar la mirada del paisaje. Asentí- Sin embargo…-continuó- tú no podrías decir que me conoces- ¿qué? ¿de qué hablaba ahora?

-¿A qué viene esto?- pregunté serio, acercándome un poco más.

-Nadie me conoce…nadie se tomaría la molestia de intentar conocerme siquiera…-

-Sou…-

-Tampoco puedo decir que te conozco- dijo volteando su rostro para encararme-… a pesar de que eres mi mejor amigo, y a pesar de que yo sí he tratado de conocerte por completo- su rostro tenía una expresión de nostalgia, tristeza y anhelo; no supe como interpretarlo.

-Te equivocas.-respondí- Tal vez no puedo decirte que te conozco a la perfección, pero si puedo decir que me he esmerado en llegar a ello. Tú me importas mucho- …creo que eso último lo dije sin pensar…

-Siempre he pensado…que las personas terminan enamorándose cuando ya se conocen por completo, es decir, cuando descubren que absolutamente todas las características de la persona escogida son de su agrado. Sin embargo…¿cómo puedes enamorarte de alguien que no conoces a ciencia cierta?- preguntó aún con su vista fija en mí, sus lindos ojitos comenzaban a brillar…las lágrimas se acumulaban en ellos. ¡No! No quería verlo llorar!

-No sé si …tendrá que ser necesariamente así…nunca terminas de conocer a una persona…- respondí no estando muy seguro de lo que quería decir- si te enamoraste fue porque tu corazón escogió, no tu mente- dije algo inseguro, la verdad no sabía de qué estaba hablando…hablaba sin pensar.

Sou se volvió, siguió contemplando la ciudad. Hice lo mismo, pero en realidad no prestaba atención a lo que había frente a mis ojos…Sou era una persona…’interesante’; muy impredecible, muy voluble. Su manera tan peculiar de ser era una de las cosas que más llamaban mi atención. Podía estar totalmente feliz en un segundo, y al siguiente soltar lágrimas amargas a causa de la mierda que es el mundo. Muy impredecible.

Demasiado.

Justo cuando pensaba en ello sentí que sus brazos rodeaban mi cuello con fuerza y que sus labios se apegaban a los míos con esmero y ahínco. Claro, en ese momento no alcancé a asociar nada como correspondía, así que me limité a ‘intentar’ corresponder el gesto, pero no, fue imposible, fue demasiado repentino. Cuando logré reaccionar como es debido él separó su rostro y me miró con ojos suplicantes. Me fijé que habían lagrimitas que amenazaban con salir de sus ojos, así que las limpié antes de que cumplieran ese objetivo; de paso acaricié su gentil y suave rostro, tratando de reconfortarlo, se veía demasiado vulnerable. Iba a decir algo…pero, de súbito (otra vez), besó mis labios con desesperación. Esta vez supe corresponder mejor, e incluso llegué a tomar el control de aquella muestra de cariño. En un comienzo era un beso brusco, demandante por parte de ambos, donde, al parecer, liberábamos tanto sentimiento reprimido; introduje mi lengua totalmente en la boca de Sou y él hizo lo mismo (de hecho, él comenzó!), ambas se acariciaban en un juego perverso que ninguno quería ganar; sus labios se movían con avidez sobre los míos, lo que provocaba estragos inimaginables en mí, nunca había sentido tantas cosas con un beso.

Luego las cosas se fueron calmando, nuestros labios ahora mostraban movimientos perezosos y erráticos. Sou lanzaba débiles suspiritos y jadeos en el acto; acaricié sus costados con cautela, atrayéndolo más hacia mí; él pasó sus manos por mis hombros, aferrándose a ellos.

No tengo idea de cuanto tiempo estuvimos así, pero no queríamos separarnos…al menos yo no quería. Una vez se nos acabó el aire nos separamos por unos segundos para así volver a unirnos en la embriagadora calidez que nuestros labios se brindaban.

Un beso tras otro. Una y otra y otra y otra y otra vez…

Cuando terminamos con la secuencia nuestras miradas se encontraron. Sé que lo miraba un tanto inseguro, esto querría decir muchas cosas. Sin embargo Sou me miraba…su mirada reflejaba determinación, triunfo…y….lascivia…? No…no lo sé, sólo sabía que estaba feliz. Pero entonces…..¿él también me amaba? ¿Tanto como yo creía amarlo a él?

-Te amo- me dijo, confirmando mis pensamientos. Una alegría y felicidad de proporciones indescriptibles me recorrió por completo, tanto así que, casi sin pensarlo, alcé el ligero cuerpo de Sou por la cintura, y di muchas vueltas mientras él se abrazaba a mi cuello y yo me acurrucaba en el suyo. Cuando me detuve recaí en una de las paredes de la sala, aún con Sou en vilo. Sus pies tocaron el suelo y nos volvimos a besar de manera ansiosa, está vez nos dejamos llevar totalmente. Yo sólo sabía que debía demostrarle cuanto lo amaba, mi cuerpo hablaba por si solo.

Sou paseó sus manos por mi torso sin recato alguno (debo admitir que me sorprendió, aunque muy gratamente) mientras me apegaba más y más a la pared, dejando caer de lleno su cuerpo sobre el mío. Por mi parte mantenía una mano fija y firmemente sobre su cintura mientras la otra bajaba por sus caderas (nunca me cansaría del cuerpo), al mismo tiempo me dedicaba a regalarle besos y mordiscos a su apetecible cuello. Sou respondía intensificando sus caricias y jadeando quedamente. Una que otra vez le escuché lanzar gemidos llenos de placer y súplica, me incitaban a seguir, a no dejar de darle lo que quería, a mimarlo por siempre.

En algún momento también creo haber expresado ‘mi sentir’ de la misma forma, era inevitable, nunca pensé que Sou fuera tan bueno en ‘este ámbito’ de su vida, y sólo entonces me di cuenta de que quería estar en esta situación, quería sentir como Sou tomaba todo de mí, y como yo tomaba todo de él. Entrega mutua: sólo hasta ese momento lo descifré por completo, reafirmando lo mucho que lo amaba.

Me di cuenta de cómo Sou aumentaba el ritmo de sus acciones al compás de sus gemidos, que cada vez eran más volubles. Una sensación inimaginable, perfecta! (como él). No lo dejaría ir, sería mío.

Por desgracia mis planes se vieron frustrados…

-¡Ban-san! ¡Ban-san! ¡Creo que ya se juraron amor eterno!- se oía gritar a Ryuto.

-¿¡Podemos entrar ya!? ¡mi guitarra está ahí!- Maldito Yu-ki

-¡La mía también!-

Al momento de escuchar las ‘adorables’ voces de nuestros compañeros nos separamos, quedamos frente a frente y entrelazamos nuestras manos.

-Yo también te amo- susurré contra sus labios, aún con la respiración un tanto irregular. Sentí como se sonreía. Nos besamos otra vez, de manera más calma y profunda: en cualquier momento entraría el resto.

-¡¡¡Mi guitarra!!!-

-¡¡¡Y la mía!!!-

Ryuto y Yu-ki entraron corriendo como animales en busca de sus instrumentos. ¡¡Ni siquiera estábamos cerca de ellos!!

-Como la hubiese visto manchada, ¡te mato!- me reclamaba Ryuto acariciando su guitarra por todos lados, aliviado al parecer.

-Tu preciosa guitarra está sana y salva- dije rodando los ojos con un sarcasmo evidente. Sou se separó de mí y fue a sentarse al sillón del fondo, cogió su sombrero (que estaba ahí mismo) y se lo puso, lo que cubrió parcialmente su rostro.

-¡No te hagas el santo! También va para ti- le reclamó Yu-ki, más concentrado en su guitarra que en sus palabras. Sou lo ignoró y se cruzó de brazos. Iba a ir hasta donde se encontraba él, hasta que…

-¡¡¡¡Ryo-chan!!!!!- Ban-san cayó de la nada sobre mí y me asfixió en un abrazo…poderoso.- ¡¡Por fin!! ¿Dónde está Sou-kun?- preguntó emocionado mirando en todas direcciones. Era por eso que Sou intentaba pasar desapercibido…¡qué listo es!- ¡¡¡Sou-kun!!!- dijo quitándoseme de encima y yendo a tirársele encima a Sou. Lo ignoraba mientras que Ban-san decía cosas como ‘¡Por fin están juntos!’ o ‘Llevas esprando esto hace mucho tiempo ¿a qué si?’. Sou se veía totalmente adorable con esa expresión de fastidio infinito, que era adornada por un ligero rubor ¡Qué lindo!

-¿Cierto, Ryo-chan?- me preguntó de pronto

-¿Eh?- respondí descolocado. La verdad es que me quedé como un imbécil mirando a Sou, no tenía idea de qué estaba hablando Ban-san.

-Qué si vienes a celebrar con nosotros- me repitió Yu-ki.

-¿Celebrar qué?- volví a preguntar.

-Qué Romeo- dijo Ryuto señalando a Sou- y Julieta- dijo señalándome a mí- por fin pueden amarse para toda la eternidad- terminó diciendo con sorna y una sonrisa burlona, regalándole una mirada cómplice a Yu-ki.

Miré a Sou, su rostro no se veía, sólo alcanzaba a ver una parte de sus labios (estaban medio fruncidos, ¡se veía muy lindo!); por su parte Ban-san tomaba una de las manitas de Sou y jugaba con ella de manera infantil.

-¡Di que sí! ¡Si tú no vas…él tampoco lo hará!- me dijo haciendo un puchero y moviendo con más énfasis la mano de Sou.

-Bueno….si Sou va…por supuesto- dije sonriendo. La idea de que ‘ya éramos pareja’ no me desagradaba en lo más mínimo.

Aún así no sería hasta el día siguiente que se lo pediría formalmente.

Esa noche fue graciosa, llegamos a un bar, bebimos un poco, y después terminamos en casa de Yu-ki. Ésa fue la primera noche en la que Sou y yo dormimos juntos (por las noches…ya lo que casi menos hacemos es dormir). Como dije, al día siguiente formalizamos nuestra relación. Fue hermoso: me limito a decir que yo terminé entregándole una rosa a Sou y él terminó cantándome una canción que había escrito esa misma mañana.

 

Y desde entonces soy el hombre más feliz del mundo, cada día es perfecto y grato gracias a que Sou existe en mi vida; lo amo como nunca llegué a amar a alguien. Sólo él tiene ese ‘no sé qué’ que me vuelve loco.

 

Quiero levantarme…pero no puedo. Sou me tiene prisionero entre sus brazos; puedo sentir el calor y la suavidad de su piel contra la mía. Al parecer aún duerme. No quiere dejarme ir…en fin. Supongo que entre levantarme y quedarme un poco más con él…me quedo con la segunda opción.

 

-Ryo…-susurra medio adormilado-…no te vas a mover de aquí…hasta que yo lo diga…- termina y me aprisiona más aún, haciendo que quedásemos más apegados el uno contra el otro.

 

-Estoy a tus órdenes- dije en su cuello, abrazándome luego a él. Lo sentí sonreír. Besé su cuello con cariño y me acurruqué un poco más. Nunca me separaría de él: su personalidad voluble, inestable, impredecible…me vuelve loco. Lo amo, y al parecer, siempre lo amaré.

Notas finales:

Eso

u.u!!!!
CUALQUIER CRITICA, DIGANME!
>.claro, si es que hay alguien que lee ^^()

muchas gracias a l@s que llegaron hasta acá

bye bye ^^ !


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