Otra hora más soportando los insufribles fantasmitas y me ahorco. Bueno, al menos ya he llegado a casa de Yuuko-san
...Dos horas después....
-Waaaaataaaa!!!- Oh, no...Yuuko-san está enfadada...
-Haiii...- Me acerco lentamente.
-¡¡Hombreee por fin me echas cuenta!! Llevo un rato llamándote, ¿¡¿Me quieres traer de una vez más sake?!?
-Haiii...-Vuelvo con dos botellas.
-Hoy para comer me apetece sushi!! ¡¡No no!! Sukiyaki!! ¡¡No!! Hoy quiero...
-Hoy voy a hacer norimaki sushi, ya empecé a hacerlo.-AAhhh!!! Norimaki sushiii!! Que riicooo-Yuuko-san pone cara feliz. Me levanto y me voy.
-¡eh! Watanukiiii ¡¿¡Quien te ha dicho que te vallaaaass!?!-Yuuko-san echaba humo.
-Si quieres el norimaki sushi déjame trabajar- No estaba para sus tonterías. Y con razón, me había llevado todo el instituto acosado por los espíritus. Estúpido Doumeki... ¿Por qué tenía que faltar hoy a clase? Y lo peor fue cuando, estando con Himawari-chan, un enorme bicho deforme apareció y tuve que salir corriendo, sin poder decirle nada. Y luego cuando iba por la calle empezó a llover, desde luego, hoy no es mi día.
20 minutos después...
-AaaAAAah!! Watanukiii!!! Está bueniiiisimoooo- Yuuko no paraba de comer, pero yo no tocaba mi plato.
-Venga Wata...no estés asiii... por cierto, para cenar tendrás que hacer comida para tres.
-Haii...- Suspiro.
-... ¿Es que no me vas a preguntar quien va a venir?- Pregunta Yuuko-san
-Está bien... ¿Quien va a venir?
-Si te lo digo tendrás que trabajar durante más tiempo muuhahahahahaaa!!- Maldita... cojo mi plato, que está como cuando lo cociné, pero frío, y me dirigí a la cocina.
-Tienes mala cara, ¿Qué te pasa Wata?
-Nada... déjalo...-Suspiro de nuevo.
-¿Ha pasado algo en el instituto verdad?
-Oye Yuuko... ¿No quieres más sake? he comprado del que te gusta- Digo para cambiar de tema.
-¡¡¡¡HAaiIi!!! Pero...respóndeme ¿no?
-Em... ¿sabes? te voy a preparar helado de champán ¿te parece? ¿O prefieres dashimakui tamago?
-Toooodooo!!!- No dijo nada más, pero, aún así, no me atreví a cantar victoria. Se lo llevé al patio, donde estaba sentada con Mokona bebiendo y charlando. Luego me voy limpiar. Maru y Moro vienen detrás mía.
-Maru, Moro, iros con vuestra dueña, no me molestéis- Gruño.
-Molestar, molestar –Corean mientras se van con Yuuko-san. Suspiro. Por fin un momento de relax, aunque fuera limpiando la cocina. Rememoré esa mañana mientras limpiaba los platos.
“… En el recreo, como con Himawari-chan, sentados a la sombra de un árbol.
-Oye... ¿Sabes por qué no ha venido hoy Doumeki?-Le pregunto, y justo después de soltar la frase me arrepiento.
-¿Doumeki-kun? No lo sé, estará malo- Se mete delicadamente un trocito de su bento en la boca. Himawari-chan era tan mona…- Le voy a visitar después de clases, ¿Me acompañas?- Sonríe, pero qué bonita que es. “Pues claro, contigo voy al fin del mundo” quise responder, pero no, tenía que ir a trabajar.
-No puedo, tengo que ir a trabajar en la tienda- Suspiro.
-Ah, que pena- Contesta. Unas chicas se acercan.
-Eh, Himawari-chan, ¿Te vienes?- Himawari sonríe y asiente.
-Adiós Watanuki, nos veremos en clase- Y se va.
Me quedo solo, sin ganas de comer bento. Claro, acostumbrado a que se lo coma el dobe de Doumeki
……Tres horas después…
Las clases han terminado y me dirijo a la tienda de Yuuko-san. Unas gotas me caen en la cara. Miro al cielo. Llueve. Me pongo la cartera a modo de paragüas y sigo caminando. Siento algo viscoso sobre mí. Oh, no, lo que me faltaba. Salgo corriendo. Al girar me resbalo y caigo en un charco. Me levanto, empapado y sucio, y sigo corriendo. El fantasma está sobre mí, lo sé, siento sus viscosos tentáculos en mis hombros y sobándome el pelo. Uno me coge por la cintura y le doy con la carpeta. Me suelta. Sigo corriendo. Está encima mía, cada vez pesa más…Toco el muro que protege la casa de Yuuko-san y se va. Suspiro. Entro, me quito los zapatos y escurro la ropa. Yuuko-san me espera con una toalla.
-Pero bueno…cómo vienes así…- Me da la toalla y se va. Otra hora más soportando los insufribles fantasmitas y me ahorco. Bueno, al menos ya estaba en casa de Yuuko-san. Aunque eso significara trabajar…”
Penoso. Realmente penoso. Suspiro. Ya va siendo hora de que empiece a cocinar. Voy a hacer rosbif y algo de picar. Sacaré un buen sake, ya que parece que todos los amigos de Yuuko-san le dan al alcohol. Sacaré también champán para los paladares delicados, y de postre…
Hora y media después, llaman a la puerta…-¡Maru, Moro! ¡Abrid!- Ordena Yuuko-san. Termino de darle el último toque a los platos y los pongo en bandejas. Escucho las pisadas del desconocido en el tatami y luego como se cierra la puerta corredera tras de si. Yuuko-san habla con él, pero apenas escucho. Cojo las dos bandejas con los platos y las salsas y me dispongo a llevarlas a la mesa cuando Maru y Moro llegan corriendo.
-Yuuko-san no ha dicho que te ayudemos-…que te ayudemos- Dicen a coro. Maru coge una bandeja y Moro otra.
-Yuuko-san dice que vallas al trastero
-… que vallas al trastero- Maru y Moro se van corriendo y me quedo quieto junto a la encimera. No entiendo nada. Maru y Moro vuelven.
-Vamos, vamos- Corean. Me cogen de los brazos y me arrastran hasta el trastero. Justo cuando voy a revolverme, Yuuko-san me habla a través de Maru y Moro.
-Watanuki déjate de tonterías. Ve al fondo. Más, más… ahí. Ahora, quiero que abras el arcón de tu derecha y que cojas la ropa que más te guste. Ponte guapo Watanukiii- Eso último lo había dicho con un tono sospechoso, ¿Quién sería su amiga? ¿O amigo? ¿¿Por qué quería que se pusiera guapo? Bueno, esas preguntas se responderían después. Saqué un bello traje de chaqueta envuelto en un suave paño de seda. Lo estiré y me lo puse por encima. Me venía de lujo. Encontré una blusa perfecta a juego. Me empecé a desvestir cuando…
-Eh, Maru, Moro, ¿Os importaría largaros por favor?
-Largarnos, largarnos – Corean mientras se van. Más tranquilo, me visto. Me dirijo al salón. Abro la puerta corredera y…
-¿¡¿¡¿TÚ?!?!?-Hola- Dice con su voz de barítono. Maldita sea. ¡¿¡Qué hacía Doumeki aquí?!?
-¡Oh! Watanuki, que guapo estás- Dice Yuuko-san. Me pongo como un tomate y me siento silenciosamente. Empezamos a comer. Bueno, Yuuko-san y yo empezamos a comer. Doumeki empieza a engullir.
-Bueno Watanuki, ¿No vas a decirle nada a Doumeki?- Dice con un tono que no me gusta nada.
-Sí, ¿Qué haces aquí? ¿Comer de gorrilla? ¿No tienes suficiente con el bento gratis?- Gruño.
-Yuuko-san me ha invitado- Se limita a contestar mientras sigue comiendo.
-Ya...- Mascullo.
-Ains Wata, que soso eres- Dice Yuuko-san
-¿Para qué le invitas?
-Le he invitado por tí
-¿¡Por mí?!- Me atraganto. Doumeki me da una palmada en la espalda y un cachito de pescado sale volando de mi boca.
-¿Ves? siempre te salva...-Dice Yuuko-san como si hablara de una historia de amor.Oh no. Esta quería emparejarnos.
-¡¡¡No hacía falta idiota!!!-Digo. Doumeki se tapa los oídos.
-Eres muy ruidoso- Comenta.
-¡¡Quieres escucharmee!! ¡¡¡Para de comer por un momentooo!!!
-No
-¡¡¡Serás cabrón!!!¡Solo piensas en comer!-Se vuelve a tapar los oídos. Sigo gritándole pero no me escucha. Acabo pasando y me pongo a comer mientras mascullo en voz baja.
-Quiero más-Dice tendiéndome el plato.
-Grrr ¡Ni que fuera tu criado!
-Su criado no, pero eres el mío, anda sírvele más Watanuki-Dice Yuuko-san. Le dirijo una mirada asesina y luego le quito el plato de las manos a Doumeki y me dirijo hacia la puerta cuando, sin querer, piso una botella de sake vacía que estaba en el suelo. Y, como siempre, justo cuando me iba a pegar un ostión del quince, Doumeki me sujeta.
-Suelta-Gruño mientras me levanto y me voy a la cocina. Lleno el plato lentamente y, con un suspiro, me vuelvo a dirigir al salón. Yuuko-san está hablando con Doumeki.
-Te lo digo yo, que sé de esto- Dice- Watanuki, en el bote- Me paro en seco y me pongo a escuchar tras la puerta. Doumeki comenta algo, demasiado bajo como para que le escuche. Yuuko-san se ríe.-¡¡Watanukiii!! ¡¡Trae sakee!!- Doy un bote y grito un "hai" no muy alto para que piense que estoy en la cocina. Siguen hablando, pero esta vez del instituto. Me dirijo a la cocina y cojo dos botellas más de sake y voy para allá.
-Bieeenn Watanukiii- Dice Yuuko-san- He estado hablando con Doumeki...- Me pongo lívido. ¿Qué iba a decirme ahora?- Me ha dicho que hoy no ha ido al instituto...-Suspiro. Así que sólo era eso...uff menos mal- ¿Era por eso por lo que estabas tan triste este mediodía? ¿Por no haber podido ver a tu Doumeki-kun?-Dice cachondeándose de mí.
-¡¡¡JAMAS!!!- Grito- Fue por un estúpido fantasmita y porque llovió- Me apresuro a explicar.
-Ya, ya- Dice Yuuko-san con poco convencimiento, por no decir ninguno. Le doy su plato a Doumeki y el sake a Yuuko-san y me pongo a mirar hacia el cielo que se ve por las puertas abiertas del patio. Es una hermosa noche estrellada, y la luna parecía una hoz redondeada. Brillante...
-Estaba muy rico-Dice Doumeki, sacándome de mi ensoñación. Sin saber porqué, me sonrojo, y eso me exaspera. ¿Porqué el maldito de Doumeki le provocaba eso?
-Bueno Watanuki, recoje esto y trae pastas y sake y...
-He preparado helado de champán y pastelitos- Contesto.
-Perfectooo!!!- Dice Yuuko-san.
-Vale-Dice Doumeki. Me levanto y empiezo a recojer la mesa. Doumeki se levanta y empieza a ayudarme.
-No hace falta- Digo.
-Lo hago por gusto- Contesta. No discuto más. No sé porqué, pero me agrada que me ayude. Dejamos las bandejas con los platos sucios en la cocina y empiezo a sacar los helados, los pastelitos y sake. Cuando voy a salir, Doumeki me retiene por el hombro.
-¿Qué...?
-Que sepas que lo haré por que quiero no por lo que diga Yuuko-san- Dice. Me quedo quieto, esperando que pasara algo. Coje la otra bandeja y se dirije al jardín. Sacudo la cabeza y le sigo, ¿Qué le pasa a Doumeki?
-Bien bien-Dice Yuuko-san al vernos llegar-Habéis tardado- Dice con tono jocoso. Me mira, y al ver que estoy normal, ni sonrojado ni nada, pone una mueca de desilusión
-Jooo...pero qué malos sois...anda que no hacerlo ni por darme el gusto...
-¿De qué hablas Yuuko-san?-Pregunto, un poco mosqueado por lo mucho que ablaban y de lo poco que me enteraba.
-Ains, Watanuki...nuuunca cambiarás... ¿De verdad no te has dado cuenta?-Empezó a darme miedo?- Bah, no importa, ¡Este helado está de muerte!-Dice relamiendo la cuchara. Me siento junto a Yuuko y Doumeki a mi lado. Me pongo un poco nervioso y me remuevo en mi sitio, pero acabo acomodándome y comiendo helado.
Repetimos 5 o 6 veces.
Estaba mareado, pero me sentía bien, y quería más.
-Aaaaa!! Doumeki...dame mi heladooo- Digo mientras le intento quitar el helado que me acaba de quitar de la mano, pero no llego y acabo calléndome encima suya-aii...que mareado estoy...-Doumeki sonríe.
-Deberías dormir, has tomado demasiado alcohol.
-Pero si no he bebido...-Gimo.
-Pero el helado era de champán, y no le has quitado el alcohol.
-Bah- Murmuro. Tenía mucho sueño. Demasiado. Se me cierran los ojos y caigo en redondo en un sueño profundo.