EL LADO OSCURO
Jarabe de Palo
Puede que hayas nacido
en la cara buena del mundo.
Yo nací en la cara mala
llevo la marca del lado oscuro.
Te miró ahí sentado enfrente mío y veo lo diferentes que somos. No sólo por la diferencia de edad que existe entre nosotros sino algo mucho más profundo. Tú has nacido en la cara buena del mundo, educado en la luz, siempre seguro de lo que quieres hacer y de tus prioridades, pero yo… yo llevo la marca del lado oscuro tatuada en mi piel. Mis padres me educaron para ser lo que soy, un ser oscuro, un mortífago. Tú enemigo.
Y no me sonrojo
si te digo que te quiero
y que me dejes o te deje
eso ya no me da miedo
Me miras y en tus ojos puedo ver el amor que me profesas, eres incapaz de ocultarlo, ¿Para qué? Al fin y al cabo hasta las estrellas dicen que en el amor está tu fuerza. Y sin embargo mis ojos no muestran ningún sentimiento, son oscuros, fríos. Igual de fríos que las mazmorras en las que he vivido durante casi toda mi vida. Porque en esa frialdad está mi supervivencia, para volver a casa cada día he de ocultar lo que siento, lo que pienso y lo que quiero. Porque si, a pesar de todo, he de reconocer que te quiero y no me sonrojo al decirlo. Puede que la edad, el pasado y otras mil cosas más no jueguen a nuestro favor, pero te quiero. Te sonrío y me sonríes de vuelta y me doy cuenta de que no me da miedo que me puedas dejar o que yo vaya a dejarte porque eso es imposible. Lo que sentimos es tan real y tan fuerte que nada, ni siquiera la muerte podría separarnos.
Habías sido
sin dudarlo la más bella
de entre todas las estrellas
que yo vi en el firmamento.
Vuelves a fijar la vista en tus deberes y ni aún así yo dejo de mirarte y sonreírte y me doy cuenta de que a pesar de que he tenido muchas, quizás demasiadas, relaciones en el transcurso de mi vida, tú eres el único al que miro sin que se de cuenta, con el que me gusta compartir mi tiempo libre y al que cuido más que a mi mismo. Porque si tuviera que compararte con algo utilizaría las estrellas hay muchas a cada cual más brillante, pero de entre todas las que hay en el firmamento tu eres sin duda alguna la mas bella que haya visto. Y no sólo por tú belleza exterior, que sin lugar a duda es mucha, sino por la interior. Porque tus ojos verdes brillan con la llama del amor cuando me miras, porque la madurez queda reflejada en cada uno de tus gestos y atenciones para con los demás, porque has sabido llevar sobre tus hombros el peso de la guerra en la que nos encontramos y sin embargo has sabido conservar esa pizca de picardía y de inocencia que dejas escapar en tus cálidas sonrisas. Si, tú eres, sin duda alguna, la estrella que guía mis pasos.
Cómo ganarse el cielo,
cuando uno ama
con toda el alma.
Y es que el cariño
que te tengo no se paga con dinero.
Ahora sé que tú tienes el cielo ganado. No porque seas una maravillosa persona con un corazón puro, sino porque amas. Con todo el corazón y toda el alma y porque aún sin querer me has enseñado a amar a mí también. Desinteresadamente, tal y como debe amarse. No como otras personas me habían enseñado a amar o como me habían amado. Todos me habían ofrecido su amor por el prestigio de que fuera un pocionista, por acercarse a Dumbledore o al círculo interno de Voldemort, por la herencia de la familia Snape o por ser un sangre pura pero nadie me había amado como lo haces tú, solamente por ser yo, con mis cosas buenas y mis cosas malas. Al igual que he aprendido a amarte yo. Y cuando Lucius vino a decirme que regresara con él, que tú no tenías nada que ofrecerme y él podía ponerme el mundo a los pies yo le rechacé sin dudar porque el cariño que te tengo no se paga ni con todos los galeones del mundo.
Cómo decirte
que sin ti muero.
Ahora sólo me queda un paso que dar entre nosotros y es decirte todo esto en voz alta porque a pesar de los meses que llevamos juntos aún no te he dicho que te amo. Que sin ti mi vida ya no tendría sentido. Sé que tú lo sabes, me lo has dicho muchas veces. Comprendes incluso mejor que yo mis reticencias, mis miedos, pero ahora que estos me han abandonado creo que es hora de decírtelo. Me levanto del sillón en el que se supone que estaba corrigiendo exámenes y me dirijo a la nueva reproductora de música mágica que te empeñaste en añadir a mis habitaciones y que yo te dejé añadir sin quejarme mucho. Cualquier cosa con tal de que pases más tiempo aquí. Cojo un disco de un cantante español que descubrí en uno de mis múltiples viajes por el mundo y lo pongo en la disquera. Empieza a sonar la música de la canción El lado oscuro de Jarabe de Palo y aunque sé que tú no entiendes la letra porque la canción está en castellano la música trasmite suficientes sensaciones.
Puede que hayas nacido
en la cara buena del mundo.
Yo nací en la cara mala
llevo la marca del lado oscuro.
Y no me sonrojo
si te digo que te quiero
y que me dejes o te deje
eso ya no me da miedo
Habías sido
sin dudarlo la más bella
de entre todas las estrellas
que yo vi en el firmamento
Cómo ganarse el cielo,
cuando uno ama
con toda el alma.
Y es que el cariño
que te tengo no se paga con dinero.
Cómo decirte
que sin ti muero.
Y no me sonrojo
si te digo que te quiero
y que me dejes o te deje
eso ya no me da miedo.
Habías sido
sin dudarlo la más bella
de entre todas las estrellas
que yo vi en el firmamento.
Levantas la cara sorprendido por la música pero cuando me acerco a ti y te tiendo la mano para que bailes conmigo la aceptas sin dudar. Seguimos el ritmo muy juntos, perdidos el uno en el otro y cuando la canción acaba me acerco a tú oído y susurro junto a él, dejando que mi aliento roce tu cuello, un te quiero. El primero que he dicho y el más sincero que podría nunca decir. Me miras con los ojos brillantes de la emoción y me besas dándome a entender solo con ese gesto lo mucho que también me amas. Te separas un momento de mi y vuelves a poner la canción después de acercas a mí y coges mi mano tirando de ella guiándome hacia mi recamara. En la que pasamos toda la noche demostrándonos con gestos, roces y miradas lo mucho que nos amamos.
Puede que hayas nacido
en la cara buena del mundo.
Yo nací en la cara mala
llevo la marca del lado oscuro.
Y no me sonrojo
si te digo que te quiero.