Capítulo IV: Solo Quiero tu Felicidad
-Sasuke-kun ¿podemos hablar un segundo? -cuestionó una pelirosa que se había acercado a la pareja que bailaba felizmente. El azabache solo asintió y se alejó con desgano a un lugar donde pudiera platicar con Sakura.
-Y ¿Qué quieres decirme? -preguntó secamente el Uchiha.
-Bueno... Sasuke-kun yo... ya sé que tú y Naruto están juntos.
-¿Y?
-Solo que no puedo creer que hayas caído tan bajo.
-¿A qué te refieres? -preguntó algo confundido Sasuke dirigiendo la mirada hacia la chica ya que desde que empezó la conversación no la había visto directamente.
-A que no puedo creer que tú, Uchiha Sasuke, te hayas involucrado con un hombre, con Naruto, teniendo a tantas chicas a tus pies, teniéndome a mí que daría todo por ti... No sabes todas las estupideces que están diciendo los demás sobre ti... y Naruto. Hay algunos que... que no terminan de... creérselo... unos que lo aceptan... aunque... no sé porque..... y otros... que dicen que son unos malditos gays -decía Sakura mientras algunas lágrimas rodaban por sus mejillas.
-Sabes Sakura... a mí tiene sin cuidado lo que el resto piense de mí. A mi lo único que me importa es que yo amo a Naruto y él me ama a mí -dijo el azabache en su tono neutral de siempre, pero ocultando la rabia que le provocaban esas palabras. Si no la había golpeado era porque era una mujer.
-¡¡No Sasuke!! -decía la pelirosa llorando aun más fuerte -Tú estás equivocado. Eso que sientes no es amor. Dos hombres no se pueden amar. Eso es algo repugnante, enfermo... Eso es Sasuke, tú estas enfermo, pero si me das la oportunidad yo te puedo curar -dijo la chica acercándose peligrosamente a los labios del azabache, pero antes de que lo besara el Uchiha la empujó haciendo que cayera al suelo.
-¡¡Aléjate!! -en serio Sakura había logrado que Sasuke se enfadara -¡¡La homosexualidad no es una enfermedad y no necesito que nadie me cure!! ¡¡YO AMO A NARUTO!! ¡¡Métete eso en la cabeza!! ¡¡Y no te vuelvas a acercar a mí o a Naruto, maldita homofóbica!! -gritó el Uchiha dejando a la pelirosa tirada en el suelo llorando.
-P-pero... Sasuke-kun... ¡¡¡Solo yo te puedo hacer feliz!!! -exclamó desde el piso Sakura viendo como Sasuke se alejaba -Vas a ver Sasuke-kun que solo yo te puedo dar la felicidad que necesitas -pensaba la pelirosa parándose y secando esas saladas gotas que habían empapado su rostro.
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-Na-na-naruto -llamó Hinata que había reunido suficiente valor como para acercarse al rubio. Había esperado a que éste estuviera solo para hablar con él, aunque parecía que el azabache nunca se separaría del ojiazul en toda la noche.
-¡Ah Hinata! ¿Qué pasa? -cuestionó muy sorprendido de que la ojiblanca se le hubiera acercado.
-Yo...yo solo quería... solo quería decirte que... que me alegro mucho de que hayas encontrado a... ese alguien especial... En serio espero que seas muy feliz con Sasuke -dijo con dificultad la chica.
-Gracias Hinata-chan. Etto... te daría un beso pero no quiero que te desmayes dattebayo -dijo un poco en broma el rubio. Ante ese comentario las mejillas te Hinata se tiñeron de un fuerte carmesí. Naruto dio por terminada la plática y se dio la vuelta para irse a sentar. La de piel blanquecina agarró débilmente la manga del rubio impidiendo que se fuera.
-Pro-prometo no desmayarme... Naruto-kun -articuló en un tono apenas audible. El moreno sonrió por esas palabras y se inclinó para besar la delicada mejilla de Hinata. A ésta le pasó lo mismo que la otra vez. Su rostro se enrojeció completamente, su temperatura corporal subía sin control y sus sentidos se atrofiaron tensando su cuerpo, pero mantuvo su promesa y usando todo su autocontrol trató de calmarse. Naruto se alejó un poco de la cara de la peliazul y le propinó su típica sonrisa zorruna con sus ojos entrecerrados.
-Naruto nos vamos ahora -ordenó un azabache, algo enojado, que se había aproximado. Sin explicaciones agarró a Naruto y se lo llevó sin darle tiempo ni de despedirse de Hinata. Igual ella no habría podido responderle. Tal vez no se desmayó, pero su mente parecía estar flotando por el paraíso.
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-Sasu-koi ¿Por qué nos hemos ido tan pronto? -preguntó ya afuera de la discoteca el moreno.
-Por que ya no quería estar ahí.
-Entonces ahora podríamos ir a mi casa y jugar un rato -propuso el rubio con voz empalagosa. Al oír eso a Sasuke se le olvidó su enfado y las palabras de Sakura. Agarró a Naruto por al cintura pegando más sus cuerpos.
-¿Serás mi juguete esta noche, Naru-kun? -cuestionó sensualmente el azabache lamiendo la mejilla del moreno. El rubio sonrió y se echó a correr en dirección a su casa. Huyendo de su cazador. Sabiendo que Sasuke lo perseguiría hasta atraparlo. Y así fue el azabache lo siguió, no pararía hasta alcanzar a su presa y poder jugar "un poco" con ella. Los dos estaban tan enfrascados en su jueguito que no notaron que alguien los estaba siguiendo.
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-Te atrapé usuratonkachi -dijo el azabache lanzándose sobre el rubio justo en frente de la entrada de la casa.
-Claro que no'ttebayo. Yo me dejé atrapar, baka -dijo el ojiazul.
-Sí, claro -dijo en tono irónico Sasuke cargando al rubio dentro de la casa. Lo colocó encima de la cama posicionándose sobre él, metiendo sus manos bajo las prendas de Naruto, acariciando su terso abdomen.
-¡Aah! Es-espera Sasuke -decía el rubio entre jadeos tratando de parar al azabache sin éxito -Me voy a bañar -pronunció el kitsune deteniendo las gratas caricias del Uchiha. Se levantó de la cama y se dirigió al baño, que estaba adosado al cuarto, ignorando al enfadado Sasuke e ignorando su propia excitación solo para dejar picado al Uchiha.
-Ese dobe. Como se atreve a dejarme así -se decía Sasuke mientras se recostaba en la cama tratando de calmar su ya pronunciada erección. Cerró los ojos y comenzó a masturbarse teniendo en mente la imagen de ese rubio que le robaba el aliento. Pasado un rato llegó al orgasmo, pero no fue tan placentero como los que tenía cuando estaba con SU Naruto. Se sentía patético teniendo que calmar su excitación de esa manera. El ojiazul había sido muy cruel con él -Espero que salga rápido de la ducha. Le haré pagar por haberme dejado así -pensaba el azabache.
-Sasuke-kun -murmuró una voz en tono apenas perceptible.
-Esa voz...-pensó Sasuke abriendo los ojos al oír que alguien lo llamaba. No era la voz del rubio. Era más bien una voz afeminada, de una mujer, no, de una chica. De pronto la luz de la habitación se apagó haciendo que Sasuke se incorpore. Vio a todos lados y logró ver una silueta que se le hacía familiar -¿Sa-sakura? -preguntó algo desconcertado el azabache. La chica no pronunciaba palabra. Poco a poco los ojos de Sasuke se fueron acostumbrando a la oscuridad y pudo ver con más claridad. En efecto, era Sakura y además estaba sosteniendo algo en su mano derecha. Era..... una pistola. La pelirosa apuntaba directamente hacia Sasuke poniéndolo un poco nervioso -Sa-sakura ¿Qué piensas hacer con eso? -cuestionó el ojinegro tratando de ocultar su nerviosismo.
-Sabes Sasuke-kun... estuve pensando en lo que me dijiste, en lo que yo te dije y... llegué a una conclusión -dijo la chica ignorando la pregunta del Uchiha -Sasuke-kun... se supone que cuando tú amas sinceramente a una persona quieres que sea feliz, aunque esté a lado de una persona que no seas tú, ¿verdad?
-Sí -respondió seguro el azabache sabiendo a qué se refería la pelirosa pues eso era lo que él sentía con Naruto, pero no sabía a qué venía esa pregunta por parte de la chica.
-Por eso tomé esta decisión. Yo solo quiero que tú seas feliz Sasuke-kun, pero soy demasiado egoísta como para verte a lado de otra persona que no sea yo.
-¿Vas a matar a Naru~?
-Si no hago esto tú no podrás ser feliz -le interrumpió la de mirada verde -Y yo no quiero verte triste nunca y menos si es culpa mía. Te dije que solo yo te podría hacerte feliz -decía la de cabellos rosados a la vez que dirigía el arma a la parte lateral de su cabeza. Justo en ese momento Naruto salió del baño quedando inmóvil al ver a su amiga en esa situación y lastimosamente su cuerpo no respondía y no pudo reaccionar a tiempo -Yo hago esto por tú felicidad........ y la de Naruto -tras estas palabras Sakura tiró del gatillo y su cuerpo cayó irremediablemente al suelo.
-¡¡¡Sakura-chan!!! -gritó el rubio corriendo hacia el cuerpo inerte de la chica. Abrazó fuertemente a Sakura esperando que todo ello fuera solo una pesadilla. Las lágrimas manaban de aquellos hermosos orbes azules. Lágrimas que Naruto no sentía la necesidad de reprimir y que a su vez humedecían también a la dueña de aquellas preciosas esmeraldas que ahora ya no emitían aquel hermoso brillo -¡¡¿¿Por qué hiciste esto Sakura??!! ¡¿Por qué?! -Sasuke se acercó al moreno para tratar de consolarlo. Lo abrazó intentando disminuir, aunque fuera un poco, el sufrimiento de ese ser que tanto amaba. No le gustaba para nada el ver esos bellos ojitos cerúleos llenos de lágrimas. Aunque al azabache no le afectara mucho la muerte de la pelirosa sabía que el ojiazul la apreciaba mucho como amiga. Naruto no entendía la razón de todo eso y de sus orbes seguían brotando caprichosas gotitas que reflejaban el dolor que sentía el rubio en ese momento. La luna se colaba por la ventana, iluminando esa triste imagen, siendo testigo de toda la tristeza que inundaba aquel habitáculo.
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Todos los presentes con indumentaria negra, miradas afligidas, llantos, pues todos eran o amigos o familiares que se habían encariñado bastante con esa linda joven de expresión dulce y cabello rosa. Claro que unos sufrían más que otros, pero a todos les afectaba aunque sea un poco. Paulatinamente se fueron retirando uno a uno dejando frente a la lápida alguna que otra flor. Lo que más había eran flores de cerezo lo cual era algo lógico teniendo en cuenta el nombre de Sakura. Aquel rubio y su novio eran los últimos en el lugar. Sasuke abrazando al moreno por la cintura acompañándolo en ese momento de dolor.
-Sasuke, ¿Por qué lo hizo? -cuestionó el ojiazul con su mirada un poco apagada.
-Ella lo hizo por mí... y por ti. Dijo que quería que fuera feliz a tu lado. Creo que supuso que si no era ella, serías tú quien terminaría muerto -contestó el azabache.
-Así que ella lo hizo... por tu felicidad...
-Sí
-Ella te amaba tanto Sasuke-kun... que llegó a dar su vida por ti... por tu felicidad.
-Y por la tuya también, mi ángel. Ella dijo que era demasiado egoísta como para verme a tu lado, pero fue todo lo contrario. Se comportó de una manera muy noble.
-Siempre te lo agradeceremos Sakura-chan -dijeron al unísono el moreno y el azabache agradeciéndole eternamente a su amiga que dio la vida...
POR SU FELICIDAD.
OWARI