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S.E.X. por Yageni

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Notas del capitulo: el fic lo subi hace mucho en saint seiya yaoi y como es muy largo tendre que subirlo por capitulos, pero esta terminado no se preocupen
-Tienes ¿tienes mucha prisa?- Shiryu fue el primero en hablar en medio del bullicio de la gente.
Hyoga negó con la cabeza mientras lo observaba con detalle; los ojos color del tiempo, ahora entre gris y azul, el pelo largo y oscuro, la camisa blanca dentro del pantalón de vestir negro y los mocasines del mismo color...entonces reacciono “¿Por qué Shiryu me pregunto eso?”
-Shiryu, ¿acaso hablas de ir a...?- pregunto sonriendo malicioso.
Shiryu se sintió algo abochornado, pero enseguida recupero su compostura.
-Si, hablo de ir a un hotel
-Yo sé de uno muy bueno-dijo Hyoga tomándolo de la mano y arrastrándolo fuera de la estación y luego por las calles de la ciudad.
-Es aquí- dijo mostrándole una puerta de madera común y corriente, excepto por el pequeño cartel debajo de la mirilla, en el que se leía la palabra Hotel.
-¿Aun quieres entrar?
-Si- le contesto mirándolo a los ojos.
Hyoga toco timbre; sonó la cerradura eléctrica y tras entrar subieron una escalera.
El lugar parecía confortable y mientras se acercaban al mostrador de madera Shiryu sentía que su rostro cambiaba de color.
-Buenos días, ¿puedo ayudarlos?- habló el recepcionista.
-Buenos días. Si queremos una habitación por un turno y dos cajas de preservativos.
Shiryu abrió sus lindos ojos como si fueran platos. “Dos cajas de preservativos, ¿¡Dos cajas de preservativos!? ¿¡Que pretende hacer este conmigo!?”
A todo esto Hyoga había recibido la llave y ambas cajitas y miraba a su amigo con extrañeza.
-¿Vamos?- le pregunto con cierta duda.
-Eeehh... si, si vamos.
Hyoga se puso en camino y Shiryu lo siguió a través del pasillo, mientras lo hacia, comenzó a mirarle el trasero...
“...redondo, firme por el ejercicio; hermoso...de seguro que bajo sus típicos boxers verdes tiene la franja de piel mas blanca de todo su cuerpo... una piel suave, con una leve y fina capa de vello...”
-Ya llegamos- dijo Hyoga sacándolo de sus pensamientos.
La puerta se abrió mostrando una cómoda habitación, con alfombra color crema amplias ventanas y una mullida cama de dos plazas. Hyoga entro bastante nervioso, más que nada por la persona que lo acompañaba en esta ocasión, pero pronto se dio cuenta de que su amigo estaba aun más inquieto.
-Voy al baño- dijo de pronto dejando a su amigo sentado en el borde de la cama.
Shiryu aprovecho para echarse boca arriba y tratar de calmarse, solo que el espejo en el techo
no parecía ayudarlo mucho...
“¿Este soy yo?” se pregunto mirando su reflejo “¿Soy yo solo que dejándome llevar por mi entrepierna? O, ¿o realmente quiero esto sin importar las consecuencias?... la verdad es que muero de ganas de hacerlo, pero no es solo eso; Hyoga me gusta mucho, no estoy seguro de cuanto, pero sí, él me gusta muchísimo... me pregunto si no estaré soñando...”
En eso su compañero salió del baño.
Con tranquilidad se descalzo, dejando sus zapatillas de lona roja sobre la alfombra. Mientras lo observaba, Shiryu se sentó lentamente en el borde de la cama, esta vez con las piernas abiertas, una vez que estuvo a su lado Hyoga se ubico entre estas y se inclino para besarlo. Cuando sus lenguas se volvieron a encontrar iniciaron otro incendio... Shiryu se puso de pie, rodeando a Hyoga por la cintura, mientras este ponía una de sus manos en su cuello y la otra en su espalda.
De pronto Hyoga separa su cuerpo del de Shiryu y tomándolo de la mano lo llevo a baño.
-¿Qué quieres?
-¿Aparte de lo obvio?- pregunto Hyoga sonriendo- Quiero que te des una ducha conmigo- agrego luego mordiéndole el cuello, empezando a desabrocharle la camisa, besando cada tramo de piel que quedaba al descubierto.
-Quitadme la remera- pidió cuando la prenda de Shiryu cayo al suelo.
Shiryu obedeció, pero inmediatamente después comenzó a desabrochar los jeans de tiro bajo del ruso.
-¿Solo botones?
-¡Jajaja!- Hyoga no pudo evitar reírse ante la extrañeza de su amigo- Como se nota que nunca has tenido que vestirte de apuradas...
Shiryu enojado se agacho y tiro con fuerza de las piernas de los pantalones de su amigo haciéndole perder el equilibrio. Hyoga cayó arrodillado a su lado.
Se miraron de reojo.
-Discúlpame, te hice caer- dijo Shiryu confirmando con un vistazo que Hyoga seguía usando boxers verdes....
-No importa, yo te hice enojar -tomo su rostro entre sus manos- y lo ultimo que quiero es que pienses que eres otro más del montón- lo beso con ternura, recorriendo su boca con lentitud, como si quisiera grabar cada húmedo rincón en su memoria. Se levantaron despacio, sin romper el beso, como si fuera lo mas preciado del mundo...
Una ves de pie Hyoga comenzó a desabrochar el cinturón de Shiryu, sus lenguas seguían bailando, persiguiéndose. Luego siguió con el botón del pantalón... y por ultimo el cierre y la prenda fue a dar al suelo con las demás.
Shiryu vio de pronto como Hyoga se daba vuelta y abría la ducha. El vapor empezó a llenar el cuarto.
El muchacho rubio se acerco a él y volvieron a besarse, esta vez con más ardor, casi con desesperación. Hyoga mordió el labio inferior de Shiryu y este emitió un gemido ahogado.
-Te quejas de una manera deliciosa- el muchacho empezó a lamer su cuello y a bajar poco a poco, pasando por los hombros, por el pecho firme y trabajado, por los pezones, lamió los laterales de su abdomen, provocándole cosquillas...
“Hyoga por lo que mas quieras sigue bajando” rogó Shiryu en sus pensamientos y parece que su compañero lo oyó, pero no le hizo caso del todo... Hyoga comenzó a mordisquear muy levemente el miembro de su amigo por sobre la ropa interior, consiguiendo que se pusiera cada vez mas y mas duro. Sumamente excitado, no dejaba de suspirar y contener la respiración.
Hasta que su amigo le quitó los slips e introdujo el miembro en su boca arrancando de su boca un hondo quejido de placer...
-Dios... Hyoga...-el dragón susurraba delirando de placer. El siberiano sabia darle buen uso a sus labios y a su lengua... ni hablar de lo mucho que disfrutaba al tenerlo en su boca, haciéndolo gemir y jadear...
-Por- por favor detente- rogó el dragón sintiendo que de un momento a otro se venia.
Hyoga se detuvo y le sonrió lascivo desde el suelo, luego se puso de pie y alejándose un poco se quito los boxers, dejando al descubierto su miembro en plena erección... Juntos se metieron en la ducha, comenzaron a enjabonarse acariciándose de forma lenta y cadenciosa, sin dejar un rincón por recorrer, besándose y mordiéndose mientras el agua caía sobre sus trabajados cuerpos.
En un momento dado, Shyriu pudo sentir uno de los dedos de Hyoga jugueteando en su intimidad trasera...
“Se siente bien pero a la vez...” Shyriu iba a pedirle a su amigo que se alejara de allí, cuando de pronto este bajo nuevamente atrapando su miembro entre sus labios y Shyriu se abstuvo de hacer comentario alguno...
Uno de los enjabonados dedos de Hyoga se introdujo en él, provocándole una sensación que se le antojaba deliciosa
“Por Atenea no puede ser que se sienta tan bien” El dragón temblaba de placer, dejándose hacer placidamente. De pronto la boca de Hyoga se detuvo y este le hizo dar media vuelta. El caballero del cisne dejo que el agua enjuagara la zona para luego pasar su lengua por el cálido orificio.
Shyriu se sintió estremecer, un suave jadeo se escapo de sus labios cuando la tibia lengua lo penetro.
Hyoga se puso de pie, abrazándolo desde atrás, apretando su miembro contra sus nalgas.
-Quiero hundirme en ti...- paso su lengua por detrás de su oreja- ¿Me dejas?
Como respuesta un tímido asentimiento, Hyoga saco una de las cajas del bolsillo de su pantalón, que yacía en el piso cercano a la ducha, tomo un preservativo y se lo coloco demostrando su pericia en el asunto... luego fue el turno del gel lubricante, con el que unto generosamente la entrada de Shyriu, arrancándole varios suspiros de placer.
-Apóyate contra los azulejos –
“No sé por que le hago caso; quizás me gusta que me mande...” pensó divertido mientras obedecía a su pedido.
Sintió sus manos sobre su cintura y le sobrevino un temblor, un escalofrío.
-¿Tienes miedo?
-Si, un poco – admitió estando entre la espada y la pared.
-No te preocupes, cuando tu quieras me detendré
Shyriu se mordió los labios, mientras sentía la punta de su miembro haciendo presión en su trasero.
Fue extraño, pero entro de una sola vez, con apenas un leve empuje. El dragón emitió un pequeño quejido de dolor
“Dios Shyriu, que deliciosamente apretado eres” pensó Hyoga mientras gemía de placer al sentirse totalmente adentro.
Comenzó a moverse lentamente, entrando hasta tocar con sus testículos sus nalgas, saliendo casi hasta quedar afuera...Shyriu respiraba entrecortadamente, apoyando su cálido cuerpo contra los fríos azulejos, los pezones duros por el frío y la excitación, poco a poco sintió como el placer aumentaba y los movimientos de Hyoga se aceleraban, de pronto su amigo deslizo una de sus manos hasta su miembro y comenzó a masturbarlo.
-Más... más rápido- jadeo casi hablando consigo mismo.
Hyoga no se hizo rogar y pronto pudo sentir como el cuerpo de su amigo se estremecía de placer y su semen se volcaba sobre su mano, provocándole un intenso orgasmo a el también.
-Dios Santo Shyriu – Hyoga habló jadeando, con el pulso agitado- Si me muriera ahora no me importaría en lo mas mínimo...- y le mordió levemente el hombro.
-Ídem –le contesto girando su rostro para verlo y besarle levemente en la boca.
Hyoga se separo levemente de su cuerpo, solo para dejar que se diera la vuelta, y poder besarlo a sus anchas...
Cuando el beso se rompió, posó su mano derecha sobre su mejilla; y mientras el agua seguía cayendo sobre ellos acaricio sus facciones dibujándolas con la yema de sus dedos...
“Te quiero... anda cabrón díselo, no seas cobarde... Shyriu te quiero, te quiero, pero no puedo, las palabras no me salen...”
-¿Que sucede?- pregunto Shyriu al ver el gesto de duda en su amigo.
-No es nada, salgamos del agua- se quito el preservativo y tras cerrar la ducha tomo las toallas que colgaban a un costado de la misma.
-En guardia- dijo de pronto arrojándole una toalla a Shyriu y usando la suya como látigo.
-¡Hey eso dolió!- Shyriu le devolvió el toallazo riéndose.
Salieron del baño persiguiéndose divertidos para dejarse caer a medio secar sobre la amplia cama
Salieron del baño persiguiéndose divertidos para dejarse caer a medio secar sobre la amplia cama
-Ven déjame secarte – pidió Shiryu sentándose sobre la cama, Hyoga se acerco a él para luego sentarse dándole la espalda.
Primero le seco el pelo, dejándoselo alborotado y desordenado, froto sus hombros y su amplia espalda, se arrimo un poco; podía sentir el calor que emanaba de su cuerpo, olía delicioso, se acerco un poco mas, sus pieles se tocaron haciendo se les pusiera la piel de gallina...
Con la toalla aun entre las manos Shyriu siguió secando el cuerpo de su amigo.
Froto sus pectorales, su abdomen y sus laterales, con movimientos suaves, circulares... Bajo lentamente hasta su entrepierna y comenzó a secar su vello cúbico; mientras lo hacia empezó a sentir como su miembro despertaba. Deslizo entonces la toalla por unas de las piernas de Hyoga, y sin pensarlo mucho con su otra mano comenzó a acariciar su cuerpo. Tocándolo por momentos apenas con las yemas de sus dedos y por otros con la totalidad de su mano, provocándole escalofríos y cosquillas.
Hyoga echo su cabeza hacia atrás, apoyándola sobre el hombro derecho de Shyriu, y este se volvió hacia él, para respirar sobre su cuello para morderlo y ocasionalmente deslizar su lengua muy suavemente...
Repentinamente, puso su mano desnuda sobre el miembro a medio despertar de su compañero y comenzó a masturbarlo muy lentamente, mientras sentía otra vez que su pene estaba totalmente duro y erecto... Volvió a besar y lamer su cuello, intercalando leves mordidas. Shyriu se levanto de su lugar y se colocó frente a Hyoga, para darle un leve empujón y tirarlo a la cama...
Al juzgar por su sonrisa a Hyoga todo aquello le agradaba mucho, y cuando el dragón trepo por su cuerpo para seguir trabajando sobre su linda anatomía no pudo evitar morderse los labios. Sus bocas se encontraron en un beso hambriento en el que Hyoga mordió con cuidado el labio inferior de Shyriu, para luego dejarlo ir de mala gana. La boca del dragón recorrió con pericia el pecho del muchacho rubio, arrancándole algunos gemidos y jadeos, como si de un extraño instrumento se tratara...
Finalmente llego con su lengua hasta su entrepierna, echo un vistazo en un momento de duda... “No se si hacerlo o no... no quiero lastimarlo ni nada parecido... ¿que haré?” se preguntó mientras retrasaba el asunto lamiendo el interior de los muslos de Hyoga
“Al diablo yo lo intento y que sea lo que sea”
Y al instante se ubico entre las piernas de su compañero para empezar a lamer su miembro en todo su largo, descendiendo y paseando su lengua por sus testículos, y finalmente, cuando tomo un poco mas de coraje, lo introdujo por completo en su boca arrancando un gemido de placer de los labios de Hyoga...
Por supuesto que Shyriu no tenía la maestría de su compañero, pero para el rubio el saber que esa boca era suya era mas que suficiente...
Y aunque el placer le hacía cerrar los ojos se apoyó sobre sus codos para poder ver mejor aquella deliciosa escena.
“Cielos Shyriu me pones por las nubes” pensó mientras veía como su miembro entraba y salía de la boca de su amigo. De pronto la lengua de Shyriu comenzó a circundar su miembro y unos minutos después, y sin dejar de hacer el movimiento anterior empezó a deslizar el pene de Hyoga fuera y dentro de su boca. El cuerpo de Hyoga se tensó en un estremecimiento de placer.
-¡Dios Shyriu! –Gimió casi retorciéndose de gozo- ¡Ya- ya basta!- jadeo sumamente excitado. Cuando Shyriu se retiro se acerco hasta su compañero para robarle un beso.
-Hazme un favor- pidió cuando sus labios se separaron.
-¿?
-Trae la caja de profilácticos que quedo en el baño
-Shyriu, francamente no tenía esta imagen de ti- le dijo riéndose mientras iba a buscar lo susodicho.
Como única respuesta Shyriu le dio un pequeño golpe en la nalga izquierda haciéndolo brincar.
Cuando volvió lo encontró sentado en el borde de la cama, acariciándose.
-¿Dime qué harás conmigo?- preguntó algo ansioso acariciándole el cabello.
-Nada que no te guste- le contestó sonriendo de manera casi malvada; poniéndose de pie y alzándolo en brazos, para dejarlo caer sobre la cama.
Tomo la caja de preservativos que había traído Hyoga y tras colocarse uno abrió el otro sobre de gel lubricante, al mismo tiempo que observaba la impaciente espera de su compañero con deleite.
Se inclino sobre el chico de Liberia para besarlo intensamente mientras su dedo recién lubricado se dirigía hacia la cálida entrada, entrando con gran facilidad.
Un gemido escapo de los labios de Hyoga mientras Shyriu se sentía tan excitado que la protección que usaba le hacía daño. Aun así decidió tomarse su tiempo. Le hizo girar boca abajo y comenzó a mordisquear sus hombros, beso su espalda, intercalando lamidas, provocándole placenteros escalofríos, mientras su miembro jugaba en su entrada, indeciso acerca de si debía entrar o no, presionando un poco para luego retirarse y dibujar círculos alrededor del rosado orificio, haciendo que Hyoga se volviera loco de placer.
Hasta que de pronto puso ambas manos sobre la cintura de su compañero y de un solo movimiento se introdujo en su interior arrancándole un grito de dolor y placer, obligándolo a aferrarse a las sabanas. Pronto comenzaron a moverse muy lentamente, hasta que lograron acompasarse jadeando y gruñendo de placer. Bajo el cuerpo de su amigo Hyoga se retorcía de gozo respirando entrecortadamente, empujando sus nalgas contra su pelvis, buscando más y más.
Shyriu no podía creer lo placentero que era todo aquello y la manera en que su compañero se movía lo excitaba intensamente sintiendo que de un momento a otro se vendría.
La boca de Shyriu estaba junto al oído derecho de Hyoga y mientras lo escuchaba gemir este creyó que enloquecería. Pero lo que realmente colmo el vaso de su excitación fue el cambio de posición de su compañero, cuyo miembro toco el punto justo, y solo necesito entrar y salir una o dos veces mas, para provocarle un intenso orgasmo. Hyoga se vino sobre las sabanas gritando de placer, arqueando su espalda.
En ese momento se percato de que Shyriu había alcanzado el clímax con él, pero aun se movía provocando en ambos una mezcla de placer y dolor por la respectiva sensibilidad de sus partes. Finalmente se retiro para echarse a su lado, y se quedo mirándolo a los ojos con infinita ternura.
-Shyriu- Hyoga dijo su nombre al verlo cerrar los ojos.
-¿Qué pasa?- pregunto abriendo un solo párpado de los dos que acababa de cerrar.
-Te quiero.
-Yo también te quiero- le contesto sonriendo.
Hyoga sintió que el corazón se le salía del pecho.
-Pero, pero yo no te quiero, como pueden querernos nuestro amigos- hizo un inquietante pausa- yo, yo siento algo mas que un amor fraternal por ti o simple deseo...
“Te quiero no alcanza para decirte lo que siento, yo te amo, te amo Shyriu, pero me dolería mas encontrar en tu silencio el eco de mis palabras que un simple rechazo” Pensó mientras veía el indeciso rostro de su amigo.
-Dame tiempo.
Hyoga se sobresalto.
-¿?
-Dame tiempo- repitió el dragón ante la incredulidad de su amigo- y quizás pueda darle una respuesta positiva a tu declaración.

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