Rei estaba caminando aburridamente por las calles del atardecer, había acabado de salir del instituto y se había acabado de despedir de su mejor amiga.
No tardó en llegar a su casa, en esa casa vacía donde solo vivía ella. Sus padres murieron en un accidente de coche cuando ella solo tenía los 10 años recién cumplidos, pero en ese mismo día Akari llegó como una luz de esperanza, con esa bella sonrisa que le daba fuerzas a seguir adelante, con esos bellos ojos amables que hacían que se perdiera en ellos.
Como deseaba que ella volviera ese mismo día para poder volver a abrazarla y no dejarla ir nunca.
Dio un largo suspiro para acercarse a su escritorio y empezar a hacer las tareas que le habían enviado para el próximo día. En poco rato había acabado con todas las tareas, solo le faltaba una que era matemáticas, asignatura que odiaba ya que no se le daba bien.
Hincó los codos para intentar entender un problema, no lo entendió así que pasó a otro y así sucesivamente hasta que se cansó y se echó en su cama boca abajo. Al poco rato alzó la vista y volvió a su lugar para volver a intentarlo, pero no tardó en volver a la cama; y fue haciendo lo mismo toda la tarde hasta que la noche cayó, que se tumbó por última y definitiva vez.
Se giró para observar pensativa el techo blanco de su habitación. De repente sintió como algo presionaba su pecho, como algo se acercara, pero no hizo caso, pensó que era el dolor que sentía al no tener a Akari junto a ella.
Poco a poco fue cerrando los ojos para intentar dormirse, pero notó como la ventana de su habitación explotaba. Eso hizo que abriera los ojos sorprendida y que se sentara de golpe observando la escena asustada, para notar como un látigo verde la rodeaba y la sacaba al exterior.
Al sacarla pudo ver a una criatura, era grande de color verde y ojos rojos como la sangre, en vez de brazos tenía látigos, cual sostenía a la chica en el aire, ya que estaba volando. Sintió como la criatura la miraba fijamente a los ojos, para elevarla más al cielo y soltarla bruscamente para que chocara contra el techo de su casa.
La chica sintió como el techo se iba rompiendo lentamente por el contacto con ella y la fuerza de la criatura. Sintió como un hilo de sangre salía de su boca, pero miró duramente a la criatura para ir levantándose con dificultad.
La criatura en cuanto vio que volvía a levantarse descendió hacia ella para golpearla con su brazo, así hundiéndola más al techo. Hizo tanta presión que el techo se rompió y la chica se hundió junto con el tejado hasta llegar a su habitación de nuevo.
Sentía como su cuerpo dejaba de moverse por el gran golpe que había recibido y sentía como su vista empezaba a nublarse poco a poco. Intento mantenerse firme, pero solo vio como la criatura volvía hacia ella para atacarla otra vez.
Rei respiró hondo, como si eso fuera el fin, pero sus últimas fuerzas pudo ver como una gran luz amarilla paraba a la criatura y una hoja de una lanza lo perforaba en el pecho, así haciendo que desapareciera poco a poco.
La luz amarilla fue cayendo como una lluvia hermosa, caía delicadamente y cada vez que iba a rozar algo desaparecía. Lo que sorprendió a la chica fue la figura. La figura que la había salvado era una chica de un kimono rojo, llevaba el cabello ni corto ni largo de color azul y de hermosos ojos verdes.
Rei abrió los ojos sorprendida y no por la bella escena que había delante de ella, sino por esa chica, que se iba acercando a ella lentamente con una dulce sonrisa. Sintió como las lágrimas salían de sus ojos y la felicidad iba llenando su corazón.
-Akari… chan… -Susurró extendiendo su mano para poder alcanzarla.
Cuando su mano iba a caer, lo ojiverde la sujetó cariñosamente para dejar su arma de lado y con su mano libre la rodeaba alrededor de su espalda.
-Perdona por tardar… Enseguida te enviaré a la nave JET para que te curen –Dijo con una voz dulce.
-¡Akari-chan! –Exclamó feliz para abrazarla fuertemente.- No te vuelvas a ir por favor… -Dijo entre lágrimas.
Ese abrazo sorprendió a Akari, pero una cariñosa sonrisa apareció en sus labios para corresponder su abrazo.
-No volveré a desaparecer de tu lado –Dijo abrazándola protectoramente.
Continuará……………
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