Lanmaor no podía dejar de sonreír luego de ver la belleza verdadera que había creado con sus propias manos. Calligari estaba más allá de sus expectativas.
Había trabajado como un poseso días y noches en cada detalle, conocía ese cuerpo palmo a palmo.
Tenía las manos con dedos finos y blancos, que parecían desear ser besadas galantemente.
Los hombros perfectamente torneados para las caricias que debían deslizarse hasta el pecho...
Mientras tomaba forma Lanmaor se aficionaba cada vez más a él, sobretodo por el motivo de su creaciòn... al completar a Calligari Lanmaor se constituía como un nuevo dios vivo, recuperando aquello que le arrebató la fortuna y la negrura de su estrella.
Oscuridad y sangre le impulsaban a la pasión de crear, ese huracán que lo arrancaba a hacer a Calligari cada vez más y más insuperable... el hombre más hermoso de la tierra.
Le colocó los cabellos negros que cortó de la tumba de su amante muerto.
Era el detalle que le aseguraría el paso siguiente para su propósito.
Ahora que reposaba sobre la mesa de creación parecía dormir naturalmente, rendido y con tranquilidad.
En las ventanas la lluvia menuda de principios de Agosto golpeaba antes de la tormenta.
Lanmaor iba y venía preocupado... sin el último paso todo aquello sería un completo fracaso... nada tendría sentido otra vez.. seria como si su amado fuese asesinado por segunda vez... resistir el dolor de esa perdida nuevamente lo llevaría a la muerte.
Tomó con la mano derecha su larga y labrada navaja.
"Si Calligari es solo una ilusión me suicidaré en este momento"
Lanmaor respiraba expectante.
Acarició la mejilla de su creación.
"No podemos perder tú y yo... tú tan bendito sobre tu pedestal angelical y yo que soy tan devoto de tu hermosura... yo que ya te amo antes de tu nacimiento..."
Estaba listo.
"Pongo mi vida en tus manos"
Recitó el joven artista las palabras heredadas de sus antepasados.
La sombra y la luz acariciaban su figura.
Luego avanzó hacia Calligari y apartando el cabello azabache de su rostro y tocando sus labios.
Continuó acercándose fascinado, era tan real, tan humano, bajo su piel no existía un corazón pero Lanmaor lo imaginaba latir mientras la distancia entre sus labios disminuía y su alientoe empañaba la fría porcelana de su piel.
Empezaba una historia imposible de terminar.
Con un beso donde entregaba su alma y su voluntad, condenándose a errar sobre la tierra para siempre.
Lanmaor cerró los ojos y se sintió arder por completo en la boca de Calligari.
Al separarse dio un suspiro largo, incontenible.
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Los ojos abismales de Calligari empezaron a tomar conciencia de lo que había en la habitación.
Su atención fue capturada por quien sin control desataba la sonrisa brillante sobre él.
¿Ese era dios?
Posiblemente... por sus cabellos marrones, por su elegancia discreta, por la franqueza de su amor... por que le miraba sólo a él...
- Soy Lanmaor...
Calligari desconocía lo que era la felicidad... pero cuando repitió su nombre se sintió muy reconfortado en medio de la confusión.
Él era esperanza, fantasía, mar, antesala al cielo.
Lanmaor entrelazó los dedos con su creación cuando Calligari quiso saber cómo se sentiría tocarlo.
- Eres suave...
La voz de Calligari era profunda y apenas audible... tenía la ensoñación del averno frío.
- Y tu respiración... es...
Instintivamente buscó a Lanmaor y unieron sus labios.
Calligari era como un humano cualquiera....
No... no era cualquiera era muy superior a cualquier otro...
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Lord Ashton se sentía completamente aburrido en el baile.
El vacío de sus horas muertas era insoportable... padecía del spleen de la época y necesitaba sacudir la bruma de su tristeza.
Cruzó un muchacho azabache por la galería interior que daba a los balcones.
"Impresionante aparición... noche sin estrellas... debe ser mío"
Lord Ashton ignoró a quienes le hacían una venia al pasar y raudamente siguió el misterioso rastro del joven furtivo.
"Provocador... quién te ha dado ese poder..."
Entre las cortinas transparentes veía la silueta que detallaba los placeres que podían gozar juntos.
"Yo seré tu hombre"
Calligari volteo el rostro apenas un poco para que viese un asentimiento tímido de su parte.
Lord Ashton sin reflexionar traspasó las cortinas de tul para encontrar a quien así le arrastraba.
- Hermosa noche...
Calligari guió su mirada discreta hacia un lado demostrando tímida pureza.
El noble sintió que seducirlo era un hermoso juego de voluntades, tan delicado como él...
- Hermosa noche...
Dijo Calligari y su voz llenaba el aire mágico del silencio.
- Y a qué debo el honor de esta exquisita presencia en mis salones...
El muchacho giró por completo para mostrarse tal cual era.
- Sería demasiado vulgar decir que es el destino...
Su figura menuda y curvilínea se apoderaba de la luz de la luna.
Lord Ashton sólo deseaba escucharlo más y más... cada segundo se iba acercando a la desgracia.
Era tan intensa la fuerza de su atracción que su cuerpo pugnaba con su conciencia por forzar ahí mismo al bello desconocido.
Complacido, Calligari clavó sus ojos sobre él.
- He venido por usted...
Sus palabras dejaban una huella honda que no se podía borrar.
El alto caballero ya no luchó más con sus pensamientos y lo rodeó fuertemente con sus brazos estando por fin cerca de disfrutarle.
Aprisionado, el azabache ofreció sus labios.
Su amante olía sus cabellos, embebido en la dulzura del momento.
Se propuso hacerle gozar hasta el extremo.
Calligari le sujetó con esos brazos tan frágiles pero de un modo que Lord Ashton fue impedido de moverse.
Otra sonrisa muy diferente se dibujó en el rostro del muchacho.
De entre las sombras avanzó Lanmaor.
- Hermosa noche, Lord Ashton.
- Tú... Lanmaor Dubois... tú...
- El maldito titiritero... el heredero de la tradición negra... pero lo más importante de todo... el prometido de Louis... Intentó liberarse pero Calligari apretó aún más el cerco.
- Inútil humano... tanto os impresiona la belleza que sois capaces de morir por ella...
Los ojos asustados de Lord Ashton se tornaron suplicantes.
- ¿Recuerdas a Louis?... mi adorado prometido... quien te apeteció cuando su padre entró a tu servicio... a quien le tenías reservado un trato inhumano en tu brutalidad no correspondida... a quien secuestraste, ultrajaste y asesinaste...
- Lanmaor...
- Imagino aún cómo debió haber gritado... "Detente" "No"... seguramente eso te excitó mucho más... como a los que estaban contigo... aquellos que me odiaban a mí por poseer el secreto incorruptible de mi casta... dejaste que a través de su cuerpo me destrozaran a mí...
- Qué es esto...
- ¡NO TE HE DADO PERMISO PARA HABLAR!
Calligari internó sus dedos entre las ropas del noble y al encontrar su piel empezó a atravesarla con sus manos de porcelana.
- No me hagas perder la paciencia... atrévete a levantar la voz y Calligari te destruirá en un segundo... está ansioso... así como tú cuando lo viste estabas ansioso de él... el también está deseoso de ti... de probar tu carne y beber tus sangre...
- Golem...
- ¿Querías saber el secreto de mi familia?... la tradición por la que asesinaste a mi padre y llevaste a la desgracia a mi madre... por la que mis hermanos pagaron el amplio precio de la muerte... pues te la dire...
Los ojos de Calligari reflejaron el infierno.
- Soy un dios vivo...
La voz del muñeco se volvió más clara.
- ¿Me recuerdas William Ashton? ja... ja... jajajaja....
Esa carcajada cruel le heló la sangre.
- Louis...
- Yo si me acuerdo de ti... de tus garras sobre mí... - hundía más y más las manos haciendo gritar a Lord Ashton - ... tu pestilente presencia sobre la mía, torturándome, poseyéndome... asqueándome... yo si me acuerdo de ti...
- Oh... creo que Louis está molesto... es una lástima... incluso en algún momento pensé en dejarte vivir, pero me temo que no puedo decir que no a uno solo de sus deseos...
- Lanmaor... por favor, te suplico...
El creador extendía sus brazos al cielo.
- Sufre... llora... ríndete... ten miedo... suplica... deléitame en tus momentos finales con tu dolor...alimenta mi venganza... y enfréntate a la mirada de esos ojos oscuros...
Los fuegos artificiales de la fiesta empezaron a elevarse tras ellos.
Todos los invitados estarían en el jardín contemplándolos.
Lord Ashton se dio cuenta de que nadie vendría en su ayuda.
- Siente y escucha aquella melodía... es la música de los que van a morir... ¿Puedes oírla William? ¿Estás listo para pagar por tus crímenes
A lo lejos se elevaba una triste canción.
El condenado pudo repetir algunas de las palabras que ya sonaban en sus oídos.
Lanmaor asentía confirmando su final.
- Adiós... esas notas cristalinas que ya se elevan en el aire... son sólo tuyas..., juré a Louis antes de que desfallezca en mis brazos que conseguiría su venganza... y he cumplido... dije que aplastaría a sus enemigos y los tendría suplicantes a sus pies... y que mi amor jamás se apagaría... esta es mi ofrenda... el corazón sangrante que ofrezco para que viva en la perpetua sombra a mi lado...
Calligari despedazaba el pecho de Lord Ashton mientras los fuegos artificiales volaban hasta el cielo tiñendo de colores la noche.
Hermosos crisantemos rojos lloraban desapareciendo como joyas en la eternidad.
Hasta el último segundo el antiguo asesino vio sobre él la mirada de la muerte.
Calligari devoró su corazón y bebió su sangre.
Lanmaor le cubrió con su capa y ambos huyeron por las calles vacías.
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"Louis"...
Calligari permanecía en silencio.
Lanmaor con su pañuelo limpiaba la sangre del borde de sus labios.
- Estás bien...
- Um...
Permanecía de pie ante el velador.
Era la primera vez que estaba en el cuarto de su amo.
Un pequeño retrato sobre él era todo lo que se pudo conservar de la caída de su casa.
- Él es...
- Louis...
La sorpresa se marcó en el rostro de Calligari.
- Y por qué...
- ... no te hice exactamente igual a él... por que tú no eres él... tienes algo lejano de su espíritu para poder existir... pero tú no eres Louis...
- Entonces...
- Eres Calligari... mi Calligari... sólo para mí... el fuego que se llevará las heridas de mis enemigos... es un amor grave y terrible el que nos envolverá a los dos... me odiarás y te odiaré por ser como somos... matarás y morirás por mí... y seré la sombra tas tus manos que se consuma de ira...
- Lanmaor...
El joven lo atrajo hacia sí para ser tocado y besado tal como lo deseaba.
El creador disfrutaba de poseer aquello que era el objetivo de su amor.
- He vendido mi alma al diablo para traerte al mundo... cuando muera seré llevado a un lugar de eterno sufrimiento... será el infierno no poder ver tu belleza cruel...
Calligari se aferraba a él sombríamente arrastrado por la gravedad de su amor... deseando que Lanmaor no tuviese la capacidad de morir.
- Cuando se acerque tu hora... antes de tu último adiós... destrúyeme... ¡Por favor destrúyeme amo! ¡destrúyeme!... llévame contigo siempre...
Eran tan desesperado sus gritos que el creador, conmovido lo cubrió de besos y caricias.
- Entonces moriremos juntos...
Descubrió ante él el cuerpo perfecto de su oscuro y apasionado muchacho.
- Susurraré en la oscuridad sólo para ti...
Calligari se entregó por completo a Lanmaor descubriendo la fuerza de un fuego que lo devoraba hasta hacerlo llorar de placer.
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El día era gris... la casa ardía con todos sus recuerdos, el atelier, los libros, el retrato de Louis.
Lanmaor, al lado de Calligari se persignó y le dio la espalda a su antiguo hogar.
- Vamos...
- ¿Buscaremos al siguiente asesino de Louis?
- Así es... sólo debemos seguir el rastro de muerte en el aire...
- Puedo olerlo desde aquí... me atrae... la esencia de su sangre...
Calligari miró al horizonte deseando que pronto se hiciese de noche.
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