El rubio metió la llave en la cerradura deseando y rezándole a todos y cada uno de los dioses conocidos que Sasuke no estuviera en el departamento.
Pero se equivocaba…
Sasuke estaba ahí, y con ganas tremendas de tener una noche alocada con su novio debido a la anterior fase de estrés que su “querido” hermano mayor había provocado.
Giro la perilla, haciendo que su corazón palpitara más rápido y que el azabache se diera cuenta que su tan ansiada odisea estaba a punto de comenzar.
La puerta se abrió lentamente, dejando ver al rubio que las luces estaban prendidas.
-”Kuso” Ehm, bueno, mi compañero si está en casa así que, bueno... Gomen dattebayo.
-¿Naruto baka? ¿Ya llegaste?
-No, teme. Sigo haya afuera.-logro escuchar el claro bufido de su novio, para que luego el mismo apareciera en la sala donde se encontraban Naruto y Gaara.- ¿Y este?-el tono despectivo hizo que Gaara chasqueara la lengua.
-Para tu información yo soy su…-seguidamente tomo a Naruto de la cadera, bajo la expectante mirada del azabache.-…prometido.
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Eran cerca de las nueve y media de la noche, un chico de cabello negro y largo se encontraba en su balcón, admirando la hermosa noche. En la mano tenía un vaso con Licor 43 en las rocas. Dejo la bebida en la mesa que estaba a su lado y en vez de esta tomo se celular.
-Mochi mochi. -respondio una voz ronca.
-Kisame.-dijo el otro con una sonrisa.
-¿I.. Itachi? ¿Eres tú?
-Claro, baka.
-¿No estabas en Nueva York? ¿Estas en la ciudad?
-Joder, que preguntón saliste. Si, Kisame, estoy en la ciudad. Quiero que me hagas un… favorcito.-su mirada se torno felina y sonrió de una forma ligeramente amenazante.
-Ese tono no me gusta. ¿no me digas que sigues con eso de Sasuke?
-Tú sabes bien por que lo hago.-menciono con un tono increíblemente frio mientras volvía a tomar el vaso.
-Pero tu padre está muerto, ya no tienes que….
-¡Calla! Tu sabes mejor que nadie las razones, tu sabes lo que añoro, Kisame, y sobre todo tu sabes que mi plan original no tenía nada que ver con mis padres, tu sabes lo que intente desde el principio.
-…-se oyó un suspiro.-Esta bien ¿Qué quieres?
-El nombre de la persona mas cercana a mi otouto.
Colgó el teléfono sin esperar respuesta, sonrió esta vez sin ninguna malicia y volteo a ver al estrellado cielo. Dio un sorbo a su vaso acabando completamente con el liquido color caramelo.
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-Jojojo, ¿¡que?!-Sasuke se acerco al pelirrojo y seguidamente volteo a ver a Naruto en busca de respuestas o una pancarta con algo así como “Caíste! Ahora voltea y saluda a la cámara escondida” pero eso nunca paso.-Naruto…
-Ehm, Sasuke. Lo que pasa es que….
-Como lo oíste. Soy su prometido.
-¿¡Que diablos pasa aquí?!
-Eh, etto… Sasuke cálmate dattebayo.-el rubio se soltó para ir a intentar alejar al azabache del ojos aguamarina, que no tenia ni las mas mínimas intenciones de moverse.
-¿¡Como quieres que me calme si de repente llegas con un tipo que dice ser tu prometido?!
-Ehm, mejor siéntate y te explico.-dicho y echo, el azabache mas enfurecido que un panal de abejas usado para jugar futball, se sentó en el sillón sin dejar de perder la vista en el pelirrojo, que también se sentó el un sillón, el mas alejado a Sasuke.
Naruto, al ver que ambos pedían con la mirada que se sentara junto a ellos, decidió tomar el sillón individual riendo nerviosamente.
-Bueno dattebayo, Uchiha Sasuke el es Sabaku no Gaara.
-Como si me importara quien es… Solo quiero saber que diablos se cree.
-Yo no me creo nada, idiota. El es mi prometido.
-Naruto.-dijeron ambos. -Explícale a este bastardo.-volvieron a repetir al unisonó, comenzando una batalla campal.
-Ehm, Sasuke. Gaara está en lo correcto.-el pelirrojo sonrió triunfante mientras que Sasuke seguía esperando el famoso cartel.-Yo, antes del accidente, era su prometido.
Así, con los ojos abiertos y la boca en una sonrisa descomunal, comenzó a reír al mero estilo psicópata.
-Me… estas… diciendo que…-decía entre carcajadas, que pararon bruscamente, para darle un tono de incredulidad a sus palabras.- ¿el es tu prometido?
-H… hai.
Sasuke se levanto y fue a la cocina para servirse un trago de vodka y luego tomárselo entero.
-Naruto, será mejor que me vaya.-menciono el pelirrojo acercándose a el ojiazul y acariciando sus mejillas.-Supongo que dormirás aquí y mañana vengo por ti y tus cosas a primera hora.
Sasuke, quien alcanzo a escuchar lo anterior, repitió la acción.
-Etto… Gaara, creo que esto es muy repentino, déjame asimilarlo y… mañana te hablo dattebayo.
El mayor acaricio lentamente las mejillas del Namikaze. Para posteriormente darle un casto beso en los labios.
-Ja ne, peque. -asi el Sabaku salió del apartamento y Sasuke de la cocina.
Su mirada era seria y con cierto deje de desilusión, su voz fría descoloco al menor.
-¿Peque? Hnm.- y así, sin mas, entro a su habitación cerrándola con un sonoro portazo que hizo que Naruto abriera los ojos y reaccionara de todo lo que había pasado. A paso lento se adentro a la recamara que usaba antes de que formalizara su relación.
Ahí todo estaba igual, las paredes seguían pintadas de un blanco-gris y todo estaba como lo había dejado. Tomo las cobijas y las aparto, dejando al descubierto la sabana. Ahí se dio cuenta de que su pijama seguía en el cuarto contrario, estuvo tentado a tocar la puerta para pedir simplemente su prenda, pero se arrepintió.
Se quito la ropa hasta quedar en boxers y seguidamente se metió a la cama. Casi al instante oyó un ruido prominente de la otra habitación; seguramente Sasuke en uno de sus ataques de furia.
¿Por qué’ttebayo? ¿Por qué cuando ya todo iba bien?
Una lagrima solitaria se asomo de su azulino ojo, seguido de muchas mas.
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Estaba sentado en la cama, con las piernas dobladas en su pecho y su cabeza en el hueco que se formaba entre estas. Escucho claramente como el rubio caminaba afuera, por un momento un brillito de esperanza cruzo su corazón, pero este se acabo al instante que escucho la puerta de a lado ser abierta.
Espero a que el Uzumaki viniera por su pijama, cosa que tampoco paso. Su celular sonó. Sin importarle mucho quien era contesto.
-Mochi.
-Soy Gaara. Te atreves a tocarle un solo pelo y te juro, Uchiha, te juro que te mato.
Aventó el celular el cual se estrello contra la pared para después comenzar a sollozar.
Esos sollozos y lagrimas que salían de vez en cuando, serian su única compañía nocturna.
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Su celular negro sonó y con algo de pereza se levanto a contestarlo, accidentalmente lo había dejado en el balcón. Oprimió el botón de altavoz mientras se sentaba en una sillita que había por ahí.
-¿Si?-respondió con voz somnolienta.
-Mas te vale tener papel y pluma.
-¿Kisame?-entendiendo el mensaje fue por la primera libreta que encontró y un lápiz.-Dime.
-Comparte departamento con un chico llamado Uzumaki Naruto, tiene 24, creo que son pareja, pero lo conoció por que…
Sus puños se apretaron hasta que sus nudillos se volvieran blancos y luego colgó en teléfono sin importarle lo demás.
-Con que Naruto Uzumaki ¿ehh? Ese niñato no sabe lo que le espera. -volvió a su habitación
Formulando un detallado plan, por que a Itachi Uchiha, genio de los Uchiha, se le debía de tener miedo.
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Se levanto perezosamente, le dolía la cabeza y era bastante comprensible, desde hacia años que no lloraba. Los recuerdos le llegaron de golpe y su semblante indiferente volvió a su nívea cara.
Ya estaba vestido, unos vaqueros y una polo negra, cuando salió de la habitación. Caminaba hacia la cocina cuando noto la puerta de la habitación continua a la suya, decidió asomarse un poco.
Ahí estaba Naruto, acostado en la cama individual, con los ojos rojos e hinchados por el llanto y la boca ligeramente abierta. Abrazaba a la almohada tal y como solía abrazarlo siempre en las noches. La escena hizo que el corazón de Sasuke sintiera un grave golpe a donde mas le dolía.
Suspiro y siguió su camino hacia la cocina, pero antes vio un par de cajas que había dejado ahí la semana pasada, las tomo para a continuación llevarlas a su cuarto.
Estaba por servirse su tasa de café cuando lo vio, ahí, en boxers, titilando de frio, con la boquita abierta y los ojos ligeramente humedecidos.
-Sasuke…-susurro tenuemente.
-Hnm.-le dirigió una mirada indiferente.
-No, no, onegai, no me mires así.-las lagrimas volvían a caer de sus ojos. -Odiame pero no me mires así.
-A ti no te importa.-otra vez le miro con esos ojos felinos. Y continuo su camino hacia su habitación, de no haber sido apresado por unos delgados pero musculosos brazos, oculto la mirada bajo su flequillo.
-Onegai.
-Ya quite todas tus cosas de mi habitación.-dijo mientras señalaba un par de cajas llenas de cosas que se encontraban en la sala, el menos abrió mas los ojos y de estos dejaron de salir lagrimas. También oculto la mirada.-Ya te puedes ir.
-Así que me corres dattebayo. Me corres sin siquiera saber que va a pasar con Gaara.-levanto la mirada.
-No. Te corro por que así lo decía el contrato que firme. Si recuerdas te vas.
-Sasuke, no…
-Vete, Uzumaki.
El rubio sintió un dolor aprisionarte en el pecho, pero nada igualado a lo que sentía Sasuke en ese momento.
-Si eso es lo que quieres dattebayo… mandare a alguien por todo esto.-con la cabeza gacha el rubio entro a su cuarto, Sasuke ni siquiera le veía, pero estaba atento a sus movimientos.
El sonido del tintinear de las llaves hizo que la curiosidad le ganara, para encontrarse con las susodichas llaves frente a el.
-Toma.-el mayor estiro la mano y el ojiazul dejo caer las llaves.
Vestido con unos pants negros y una polera blanca, salió del departamento para luego hablar a un taxi.
Sasuke le veía desde la ventana.
3 dias después.
Normalmente y en su vida anterior su departamento siempre se encontraba en un perfecto y pulcro estado, tal como se encontraba ahora. ¿Quién diría que extrañaba ese desorden constante en el que su pequeña criaturita rubia siempre mantenía la casa?
Con los bóxers tirados en la sala y vasos llenos o vacios esparcidos por toda la casa, la cocina echa un desastre y mejor ni hablar de su cuarto.
Pero ahora, todo estaba en un completo y desesperante orden…
Si, lo extrañaba y desgraciadamente mas de lo que hubiera imaginado…
Y ahí estaba Sasuke, tirado en el piso, con una botella casi vacía de whisky en la mano y otra totalmente vacía en el suelo. Sin mencionar las varias colillas de cigarro que se esparcían a su alrededor. Se sentía tan inútil, tan miserable…
Pero sobre todo: tan solo.
El ligero sonido de la puerta siendo tocada llego a sus oídos. Como si le importara.
El golpeteo continuo hasta hacerse simplemente un zumbido de sus oídos.
Claramente oyo una voz de tono amenazante al otro lado del departamento y un par de minutos después… como forzaban su entrada.
Segundos después unos pasos se acercaron a el hasta el punto de prender la luz.
Y ahí estaba el… la ultima persona que quería ver.
Gaara.
-¿¡Que diablos le hiciste a Naruto?!-dijo mientras tomaba al del cuello de la camisa.-¡Responde idiota!
-Yo no le hice nada a mi Narutin, el esta bien.-le costaba mantenerse despierto y enfocar la vista.
-En primera, idiota. No es TU Naruto y en segunda… ¡el no esta bien!
-No, ¿no esta bien?
-No… el otro día venia por su collar, que aparentemente se le había olvidado y cuando regreso el no era el mismo.
-Pero si mi Narutin no ha venido desde que… se… fue.-las ultimas palabras se le atoraban en la garganta, el otro apretó los puños al oír la forma posesiva de llamar a su prometido.
-¿No ha venido, dices?
-Noup.
-Hnm. Y por cierto, no es que me importes… pero te vez terrible. Ahora entiendo por que Naruto te dejo.-dijo mas para el que para si mismo.-Pero si encuentro, Uchiha, que le haces algo… no te va a ir bien. Te lo aseguro.
El pelirrojo se acomodo el saco y salió del apartamento sin mas que decir.
Dos semanas y media después…
Un rubio salía de su casa, contando el dinero por quinceava vez, necesitaba exactamente 3928 yenes para comprarse un collar idéntico al que dejo en casa de su… de Sasuke.
Sabia que no podía ir a casa de Sasuke, ni verlo y mucho menor hablar con el.
¿Razón?
Muy simple…
[*+ Flash Back +*]
Ya casi llegaba al departamento que solía compartir con Sasuke, sabia perfectamente que seguramente se derrumbaría ante las orbes del moreno, ante simplemente ver sus labios moverse y sobre todo por que conociendo al chico no le iba a dirigir una sola palabra.
Estaba bien, si asi quería jugar, Sasuke seguramente ganaría este set, pero no el partido
Saludo al portero y enseguida se subió al elevador, un hombre alto y pelinegro se subió tras el.
Iba a picar el numero 10 cuando la mano del otro hombre le detuvo.
-Lo siento, pero ese es el piso de Uchiha.
-Necesito ir por una cosa dattebayo.-dijo algo nervioso notando que el agarre se hacia mas y mas fuerte cada vez y como picaba el piso 15.
-No me importa. Yo soy su… guardaespaldas. Dice que por ningún motivo quiere volver a ver a un niñito llamado Uzumaki Naruto, que según por la descripción que me dieron eres tu. El dice que lamento haber perdido tanto tiempo de su vida con un farsante mentiroso como tu.
A Naruto se le hizo un nudo en la garganta y pareciera como si alguien le estuviera presionando el estomago y el corazón. Tapo sus orbes con el flequillo.
-Yo…
-Si, si. Tu no sabias. Pero entiende algo, Uzumaki. Voy a vigilar las 24 horas a Sasuke. Si te le acercas… oh, seria una lastima que le pasara algo a Nagato, o tal vez a Kushina.
-No, no metas a mi familia en esto. -seguía en la misma posición.-Prometo…-las puertas del elevador se abrieron.-…Nunca mas ver a Sasuke.
El rubio salió del elevador mientras el extraño hombre simplemente desaparecía tras las puertas con una victoriosa sonrisa.
Decidió mejor bajar por las escaleras.
Su teléfono sonó.
-Kisame…
-Itachi… ¿Lo encontraste?
-Si, y fue mas fácil de lo que pensé…
[*+ Fin FB+*]
Suspiro y termino de contar el dinero, para luego subirse en su auto y dirigirse a la famosa tienda.
A pesar de que ayer se había quedado con cara de “¿Que?” cuando intentaron explicárselo, no fue tan difícil dar con el lugar.
Entro siendo anunciado por una campanita en la puerta.
Y ahí… estaba Sasuke.