Fujouri
Lo observaba todos los días de entrenamiento, le encantaba verlo entrenar, en realidad le encantaba observarlo en cualquier actividad que el hiciera.
Por que, que pasaría si le confesaba su amor y este lo rechazaba y perdía la amistad que tenían, pero y si le correspondía…
Estaba tan enamorado de esa persona, desde hacia ya un tiempo que estaba enamorado de el, pero no se atrevía a decírselo, ahora por fin, estaba decidido a tomar el riesgo.
- Camus… - Hablo mientras poco a poco se acercaba a donde se encontraba- ¿Podemos hablar un momento?
- Ahora? – Pregunto a Milo – Estamos entrenando, no podría ser mas tarde?
- Camus por favor, tiene que ser ahora
No claves en mí tu mirada atónita…
¿Vamos a conversar a un lugar algo más tranquilo?
- Esta bien –
¿De que querrá hablarme? Últimamente se comporta extraño… ¿Qué estará pasándole? Se pregunto Camus para si mismo, quizás esta seria la mejor oportunidad para averiguarlo.
Al encontrarse entrenando se encontraban en lo mas bajo del Santuario, pero ahora comenzaban a caminar a través de los templos para poder llegar al de Escorpio…
Entraron sigilosamente, Camus detrás de Milo, el cual se dirigió directamente a la habitación, ese era el lugar adecuado para hablar de su amor…
Al entrar Camus se sentó sobre la cama y milo por su parte, se paro frente a Camus que lo observaba ansioso.
- ¿Y bien?
No es como que ande haciendo nada por aquí…
No encuentro las palabras adecuadas debido a lo incómodo me siento.
- Pues veras… yo quería decirte… - Estaba nervioso, no podía hablar bien, según el ya había controlado eso, según el ya se creí capaz de hablarle a Camus sobre lo que sentía pero encontrarse en ese lugar a solas con Camus, en su habitación no ayudaban demasiado, de hecho todo lo contrario
No tengo tiempo para excusas.
Sino, incluso perderé mi ruta de escape.
- Te escucho, Milo – Dijo Camus para tratar de darle mas confianza a Milo, a el tampoco le gustaba estar así con su compañero pero lo disimulaba muy bien.
- Pues yo… yo me preguntaba si tu… tu alguna vez has estado enamorado?-
- ¿Qué?... – Cuestiono confundido, para hacer esa pregunta se comportaba así?
- Si… bueno…
- Si, si he estado enamorado- Interrumpió a Milo, en realidad no sabia muy bien a que venia esa pregunta pero si su amigo le pregunto fue por algo, alguna razón debería de tener.
- ¿De verdad? – Esta vez pregunto… celoso, estaba enamorado, SU Camus estaba enamorado, si no era de el, entonces mataría a la persona que tuviera el amor de Camus
- Si, pero ¿Era eso lo que me querías decir? –
Dime todo, de la A a la Z,
Cuéntamelo todo desde el principio…
¿Qué más quieres?
- No, pero… ¿Quién esa persona, Camus?
- ¿Para que quieres saber?
- Yo… yo solo quiero saber… - No podía completar su frase, aunque tratara de sonar casual haciéndole esas preguntas a Camus, no podía hacerlo la voz lo traicionaba cruelmente en esos momentos
- No tiene caso seguir aquí, si es para esto por lo que me llamaste entonces me voy – Dispuesto a irse, se levanto de la cama de Milo y trato de salir de aquel incomodo lugar pero una mano de su compañero lo sostuvo del brazo y lo detuvo
- E-espera, no te vayas… - Suspiro hondo, ahora si venia el momento de decir la verdad – No era para eso para lo que te llame, yo… -
En ese momento las palabras sobraban, serian sus acciones las que contarían en ese momento.
Si Camus lo rechazaba era un riesgo que tomaría en ese momento…
Lo miro a los ojos solo por un breve momento y lentamente se fue acercando al rostro de Camus, el cual se encontraba atónito.
Sin titubear mas, termino con aquel espacio que había entre sus labios y lo beso dulcemente…
Camus por su parte no podía responder a ese beso al principio, pero después de un breve momento
Mi impaciencia es una desventaja…
Cuando estamos así me siento inseguro…
Quisiera que me lo permitieras… ¿Qué más da si es un poco absurdo?
Poco a poco Camus fue respondiendo a aquel beso, comenzó a mover suavemente sus labios y a pasar nerviosamente sus brazos alrededor del cuello de Milo el cual al sentir la aprobación de Camus lo tomo por la cintura para acercarlo mas a el y así poder profundizar mas aquel beso…
Se separaron un momento y se miraron a los ojos, ambos un poco sonrojados por lo sucedido.
- Camus, yo… yo te amo, pero tu…- Trato de decirle “Tu amas a alguien mas” pero los labios de Camus lo interrumpieron en un beso fugaz
- Al que amo es a ti – Sonrió y dijo casi en susurro
Se acerco y se dejo abrazar por Milo, las palabras en esos momentos sobraban.
El resto del día la pasaron en aquel lugar, sus amigos al notar lo que sucedía optaron por no interrumpirlos…
Se acostaron sobre la cama, Milo abrazando a Camus y a la vez pasando sus dedos por el hermoso cabello de su “amigo”.
- Camus… - Dijo rompiendo aquel silencio y en voz baja – Me alegra tanto saber que sientes lo mismo que yo
Continuo con aquellas caricias, pero el necesitaba mas que eso, poco a poco trato de pasar una de sus manos por debajo de la playera tocando por fin aquel cuerpo que había deseado desde hacia un tiempo
- Mi-Milo que haces? – Inquirió nervioso, aquellas caricias eran algo que el también deseaba pero… - Milo, espera
Por que le doliera se separo de su “amante” y se sentó en una orilla de la cama…
- Camus, pe-perdón yo no…- Se disculpo de inmediato al ver la reacción del otro
- No tienes que disculparte… no fue tu culpa… no es que no quiera que me toques es solo que…
No pongas esa cara tan fría ni bosteces…
¿Quieres que apaguemos las luces ahora mismo y charlemos?
- ¿Que sucede, Camus? – Pregunto preocupado
- Es solo que tengo miedo… Nunca he hecho nada de esto con nadie, no se que podría pasar, es mas no se como…
- Esta bien Camus, te entiendo – Dijo para tranquilizarlo y se coloco detrás de el para poder abrazarlo, demostrarle que eso no le importaba en ese momento
- L-Lo siento Milo
- Esta bien, no importa… Lo haremos cuando te encuentres listo para eso, ahora vamos a dormir quieres?
Le importaba, claro que si, pero no quería que Camus se diera cuanta de ello o que llegara a pensar que solo quería poseer su cuerpo, no soportaría que Camus lo odiara.
Se quitaron aquellas ropas de entrenamiento que aun tenían y se quedaron solamente en ropa interior, nerviosos por el como se encontraban, se metieron bajo las cobijas y se volvieron a abrazar…
Camus se libero de los fuertes brazos de Milo, no sabia lo que podría pasar si seguían de esa manera
No es como que tenga ganas de hacer nada….
Busco sentimientos con algo de inquietud.
Me retribuyes haciendo como si fueras a abrazarme…
Te daré la espalda para poder huir.
Trata de comprender lo que Camus sentía, el miedo que le producía descubrir sensaciones nuevas y diferentes.
Pero el estaba muy conciente de que amaba y deseaba a Camus mas que a nada en el mundo y no sabia cuanto tiempo mas iba a resistir aquella situación.
Por lo menos se sentía satisfecho, había hablado con Camus literalmente, lo había besado, estaba durmiendo a su lado, por eso día había sido suficiente.
Al otro día por la mañana, como siempre, tenían entrenamiento, siendo Santos de Oro de Athena tenían que estar en forma.
Camus y Milo se despertaron al sentir los rayos del Sol sobre sus ojos.
- Milo despierta – Dijo Camus, que aun parecía estar un poco dormido – Milo? – Volvió a preguntar al ver que no respondía, ¿Cuándo Milo duerme se conmocionaba?, se pregunto a si mismo – Milo – Volvió a preguntar esta vez moviéndolo un poco para que así pudiera reaccionar
Después de aquello Milo se movió un poco, con eso bastaba para saber que aun seguía vivo.
Trato de levantarse de aquella cama cuando sintió sobre sus caderas unas manos que lo detenían.
- ¿A dónde vas Camus? – Pregunto Milo con sus manos sobre las caderas de Camus pero aun con los ojos cerrados
- Me asustaste… me voy a bañar – Respondió lo mas indiferente que pudo
Lo jalo con fuerza hacia donde el se encontraba y logro así, poder tumbar a Camus a la cama nuevamente y de inmediato se apodero de sus labios, en un beso salvaje lleno de deseo.
De repente te robo un beso
¡Perdóname, por esta vez!
Como siempre, ¿no está bien que sea así de absurdo?
- ¿Q-Que haces? – Pregunto asustado, ese beso no había sido como los anteriores, además la sensación que sintió en ese momento fue… no podía explicarlo con palabras, solo deseaba que Milo lo tomara en ese momento, que le demostrara mas sensaciones como las que sentía al momento de ese beso
- Te daba el beso de los buenos días – Le dijo con una sonrisa y después de eso trato de ponerse de pie.
¿Se iba a atrever a dejarlo así, con el deseo invadiendo su cuerpo?
- Milo – Volvió a hablar, esta vez con toda seguridad y valor
Al escuchar a su amado hablarle se dio la vuelta lo cual aprovecho el francés para atraerlo bruscamente a el dándole un beso casi igual de salvaje que hacia solo unos momentos le había proporcionado su amante.
- Ya me prendiste – Hablo cerca sus labios sensualmente – Ahora termina con lo que empezaste
- Pe-Pero creí que tu no querías – Respondió con un hilo de voz
- Te parece ahora que no quiero?
No hubo mas palabras después de eso, Camus volvió a acercar a Milo para besarlo y demostrarle así que deseaba ser suyo.
Milo lo tomo por la cintura para poder juntar así sus casi desnudos cuerpos, sus erecciones se rozaban por sobre la ropa interior que aun llevaban…
Hacemos esto y lo otro, nos amamos y nos enamoramos
- Te amo tanto Camus
- Y yo a ti
FIN