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Rozen Kreuz por Sacred Angel

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Capitulo I.- Una misteriosa mansión



Allen y compañía tenían esta vez como misión investigar la vieja y abandonada mansión Rozen Kreuz, situada en la ciudad rusa Moscú.

Según la información que Bookman les había dado, días antes en Moscú habían ocurrido una serie de sucesos extraños y desastrosos que habían dejado a la ciudad en cenizas y escombros, a parte de que habían acabado con la mayoría de sus ciudadanos.

Por lo visto era mucho el miedo y peligro que envolvía a la ciudad que para mala suerte de Kanda (DF: XD!!) tuvo que hacer el trabajo nuevamente en compañía de Allen.

Habiendo llegado a la ciudad, el comandante de la policía les dio la ubicación y las llaves, al igual que uno de sus oficiales los acompañó hasta la gran mansión.

Durante el recorrido el oficial les comentó casi lo mismo que Bookman había dicho acerca de las extrañas desapariciones que ocurrían a media noche a los alrededores de la ciudad, también de las investigaciones realizadas las cuales daban como conclusión y punto central del problema la vieja mansión Rozen Kreuz; y a todo esto, los cinco exorcistas comenzaron la misión hospedándose en dicha mansión.

La estructura de la mansión estaba compuesta por 2 pisos:

El segundo piso estaba compuesto por 6 habitaciones seguidas y una extra frente a las dos últimas (Esta correspondía al baño de ese piso); también había otra puerta mas la cual tenía escaleras que conducían a la terraza de la mansión.

En el primer piso estaban la cocina y el comedor, y la sala, que se encontraba en la estancia a un lado de las escaleras (del lado derecho), debajo de las habitaciones acompañándole una ventana, donde todas las noches se podía ver a la Luna. No hay que olvidar el segundo baño, que se encontraba del lado izquierdo (las escaleras estaban en medio de la mansión).

Al cabo de un rato Allen y Lavi se dispusieron a revisar las habitaciones, mientras que Lenalee veía la cocina. Descubrieron que sólo 4 habitaciones estaban en buen estado (las necesarias por así decirlo) gracias a la “ayuda” (P: Pobre u.u!) de Lavi quien al abrir la puerta de la quinta habitación (contando de izquierda a derecha) la cual daba advertencia de ser vieja por el picaporte destruido encontró una muerte segura al momento de poner el pie dentro, ya que no había piso. Por suerte logró saltar y agarrarse de la cuerda que yacía colgada justo en el centro de la oscura habitación (razón o.O? rara y desconocida), después se balanceó y gracias a su grito de ayuda All lo escuchó y llegó para atraparlo con su cuerpo (DF: Lavi cayó encima del peliblanco después de que se abalanzó)…

--Veré las últimas habitaciones, tú inicia con la primera de la izquierda, Allen—mencionó el peli naranja mientras se dirigía hacia donde estaban estas.

--De acuerdo—y así lo hizo, pero unos segundos después, antes de tocar el picaporte escuchó al peli naranja…

--¡Wuaaah, Alleeen, ayúdame! /.

--¡O.O, Lavi!—el mencionado rápidamente corrió enseguida atrapándolo así con su cuerpo

--¡Fiuu, eso estuvo cerca!—decía el peli naranja sentado en las caderas del otro.

Después de levantarse ambos observaron cuidadosamente la habitación

--¡o.O que raro! ¿Qué hace una cuerda en medio de la habitación?—ambos con la misma idea en la mente se voltearon a ver las caras algo asustados— ñ.ñ, ¿n-no colgaba nada de ella ve-verdad?

--¡cre-creo que no /.o!—le respondía nervioso el peli naranja.

Unos minutos después, cuando el peli naranja se disponía revisar la sexta habitación

--¡NO, O.O!, dejemos esa última, no queremos que pase algo ñ.ñ jeje—decía el peli blanco

--¡o que salga una cosa extraña de ahí /!

Unos minutos después del pequeño accidente Lenalee los llamó aún desde la cocina

--¡Allen, Lavi, vengan a ver esto!—por la intensidad del grito y el tono se notaba que se trataba de algo serio, así que ambos bajaron las escaleras corriendo

Lo que los ojos de ambos vieron justo al frente al detenerse en la entrada de la habitación fue aquella blanca pared tapizada en pentaculos de akuma. Y es que la chica al comenzar la limpieza quitó los pedazos de papel tapiz que estaban por caerse, y cual fue su sorpresa cuando al ver una estrella negra y quitar el demás papel en toda la pared comenzaron a aparecer uno tras otro pentáculo.

--parece que son recientes—mencionaba el peliblanco al ir acercándose a la pared y tocar su mano izquierda uno de los pentaculos. De pronto y extrañamente la estrella le mostró visiones en blanco y negro que su ojo izquierdo logra captar como señal de batalla con akumas. Después de unos segundos de entre todas esas visiones se ve la figura aquella de alguien a quien reconoce inmediatamente como un galante caballero vestido de negro y con un largo sombrero en su cabeza. Aquella figura le sonrió y mencionó su nombre como susurros de viento.

--Alleeeen…

El peliblanco regresó de vuelta a la realidad en la habitación, de golpe, y en su rostro se reflejó un miedo enorme cosa que preocupó demasiado, tanto a Lenalee como a Lavi.

--¡Allen estás bien!—mencionaron ambos al ver lo ido y aterrado que se veía su rostro (DF: ¡Al grano, ustedes imagínenselo!). Lenalee consiguió regresarlo por completo a la realidad al tocarle el hombro derecho

--o.o… ¿Qué?—tan ido estaba que cuando centró por fin su mirada en la chica, ligeras lágrimas le llenaron los ojos—Hay que estar alerta todo el tiempo, no se puede saber que mas ocurra—habló fríamente, y con la mirada sombría, dejándolos de nuevo preocupados, pues fuera lo que fuera, lo que haya pasado, Allen nunca se comportaba así (Como Kanda)

--¿Qué habrá sido lo que vio?—le decía el peli naranja un poco serio a la chica.

--no se, pero el de hace un instante no era Allen—y la chica le respondía también triste.

El peliblanco se sentó en la sala, en el primer sillón, y ahí agachó la cabeza mientras se tocaba el ojo izquierdo; su mirada se había tornado muy triste. Segundos después la chica se sentó a su lado y lo miró de la misma manera.

--¿Por qué no nos cuentas lo que viste?—mencionaba la china

--La figura última que vi…se parecía a Tykki. Por unos instantes sentí mucho miedo, y después mucho frío. No se que pasó

--No importa lo que pase, Allen, estaremos a tu lado todo el tiempo—le sonreía la chica para consolarlo un poco.

--¡Además, recuerda que esta es misión de 4 / (contando a Yuu, claro. ¿Por cierto, donde estará? o.O) —cuando volteó al frente hacia el lado donde se encontraba el primer baño ahí encontró al japonés (DF: ¡Tan alegre como siempre! XD) de brazos cruzados, como si estuviese haciendo guardia.

Después de lo que sucedido ya tenían su primera pista, así que empezaron por limpiar cada rincón de la mansión, exceptuando Kanda quien aún en el mismo sitio los observaba moverse de aquí y para allá.

--¡Kanda, por que no ayudas ò.ó!

--No recibo ordenes de niños—le respondía cruzado de brazos para después ignorarla

--¡Entonces si no ayudas, salte!—le señalaba la puerta principal, y ante tales palabras y un poco molesto se salió. Afuera comenzaba a nevar ya que poco faltaba para las fiestas decembrinas, y el frío comenzaba a pegar cada vez más intensamente. No le quedó de otra que sentarse en la entrada. Por suerte no estaba solo pues Thoma le acompañaba, aunque la diferencia era que Kanda no sentía tanto frío y eso debido a su tatuaje.

Adentro de la mansión todos estaban muy atareados:

Lenalee barría el primer piso, Allen movía y levantaba los muebles ayudándole un poco, y Lavi limpiaba con un mechudo todo lo que se le ponía enfrente (accidentalmente había terminado por limpiarle la cara al peliblanco al haberse puesto como murciélago agarrándose con los pies, de su martillo, el cual estaba colgado, curiosamente, de la lámpara principal; el peliblanco yacía observando hacia las puertas de las habitaciones, parado justo en el centro de la mansión y con los escalones frente a si)

--lo siento /-U, pero no te quejes, ya estás reluciente, XD!!—Allen sólo escupía las plumas que se le habían metido a la boca.

Después de la limpieza tocaba acomodar todo de nuevo, así que la china comenzó a pensar en los movimientos que se harían: desde acomodar aquellos jarrones sumamente costosos, hasta mover los grandes y polvosos cuadros y pinturas. La enorme mansión empezaba a brillar como desde la primera vez que se había comprado (así lo imaginaban los tres) pero como siempre no podían faltar los desastres y pérdidas de valiosos objetos. Todo gracias al “murciélago” de Lavi y al “malabarista” de Allen que hacía todo lo posible por evitar que algo se rompiera. El desastre había sido causado por la torpeza del peli naranja que había quedado colgado del martillo, ahora atorado en la lámpara.

Por fin habían terminado, y la luna, como siempre, les hizo la visita diaria. No lograron encontrar más señales de peligro y ningún pentaculo más. Sólo quedaba esperar a que la mansión comenzara a actuar, y eso tal vez sería cuando reinara el silencio por completo.

CONTINUARÁ…

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